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Ꜥꜥֶָ֢🔭ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 19

HongJoong había tratado de hablar con JungKook, pero el Alfa no contestaba las llamadas ni los mensajes. Ya era lunes y no sabía nada de TaeHyung ni de JiMin desde el sábado, cuando el rubio lo corrió de casa de TaeHyung. No sabía qué pasaba con el castaño, pero se imaginaba que algo malo ocurría, pues el shérif tampoco había sido visto ese fin de semana, y tenía entendido que no se había presentado a trabajar el día anterior.

El Beta caminaba por los pasillos del instituto buscando al par de Omegas, pero no los encontraba. Iba en dirección a la puerta, pues sin TaeHyung ahí no había mucho que hacer en ese lugar, pero se encontró con YoonGi, el Alfa de JiMin. Sin dudarlo, se acercó al chico.

— Hola, YoonGi — Dijo alegre.

— ¿Qué tal, HongJoong?

El más bajo sonrió.

— ¿Oye, no sabes dónde está TaeHyung?

HongJoong vio al Alfa fruncir el ceño y hacer una mueca, y supo que algo andaba mal.

— Al parecer le vino el celo o algo así, no entendí bien lo que JiMin me explicó — Se rascó la nuca nervioso — JiMin y el shérif lo están cuidando; al parecer, algo anda mal, pues incluso a través del teléfono pude escuchar cómo se quejaba del dolor — Sin más, el chico se despidió y caminó hasta su salón.

HongJoong negó con la cabeza y salió de la escuela. Al llegar al estacionamiento, intentó llamar a JungKook nuevamente.

Después de cinco intentos y que todos mandaran a buzón, el Beta se rindió y caminó hasta su auto. Una vez dentro, cerró los ojos y recargó la frente en el volante. Escuchó su teléfono sonar y vio que se trataba de un número desconocido, uno del que tenía algunas llamadas perdidas desde ayer. Decidió contestar.

— ¿Hola?

— HongJoong, hasta que contestas.

— ¿JungKook? — Preguntó el Beta.

— ¿Quién más? — Se quejó el azabache — ¿Por qué no contestabas? Y, ¿qué sabes de TaeHyung? He tratado de comunicarme con él, pero nadie contesta, ni siquiera en su casa.

— JungKook, no tienes ni idea — Dijo, cansado — Estás en problemas y unos muy gordos.

— ¿De qué hablas?

— ¿Conoces a una chica llamada Ki Jeong?

— Ehhh... ¿no? — Dijo JungKook dudoso — ¿Y eso qué tiene que ver con TaeHyung?

— Todo, JungKook — Dijo irritado — Al parecer, el viernes por la noche saliste de fiesta y te tomaron fotos con una modelo llamada Jeong — JungKook gruñó, y antes de poder explicarse, el Beta siguió hablando — TaeHyung las vio — JungKook contuvo el aliento — Y no se lo tomó bien. No sé nada de él desde el sábado, y hace un rato hablé con YoonGi, y por lo que me dijo, TaeHyung está mal. JiMin y su padre lo están cuidando porque el celo se le adelantó o algo así. ¡Ah! y casi lo olvido, el shérif no creo que pueda verte ni en pintura, porque al parecer su hijo se encuentra en el mismo estado que cuando su madre murió.

HongJoong esperó que JungKook respondiera, pero no escuchaba nada salvo la respiración del Alfa.

— Sabes, JungKook, no sé qué pretendes o si lo de la modelo es cierto, pero mientras tú estás tranquilo en Busan, TaeHyung se está sintiendo miserable porque, al parecer, es muy poca cosa como para que alguien como tú en verdad lo quisiera. Así que, si te importa aunque sea un poco, mueve tu estúpido trasero y ven aquí, porque con cada segundo que pasa, TaeHyung se siente peor, y sus amigos y familia te odian un poco más — Sin esperar respuesta, colgó el teléfono y condujo hasta su casa.

Era consciente de que había hablado en un tono desafiante, y que tal vez JungKook esté molesto, pero no podía importarle menos, pues lo único que le preocupaba era el castaño. Se había encariñado con TaeHyung; el chico era un gran amigo y no merecía estar sufriendo.

JungKook escuchó todo lo que HongJoong tenía para decir. Estaba preocupado, y mucho. No podía creer que la prensa inventara algo como que él estaba saliendo con esa modelo.

Recordaba vagamente a la chica; ella no dejaba de acercarse a él durante la fiesta del viernes, pero él la ignoró y, cansado de la fiesta, había vuelto a su apartamento para poder hablar un rato con su Omega, pero no encontró su teléfono en ningún lado. Cuando estuvo dispuesto a llamarlo desde otro número, notó que ya era demasiado tarde, por lo que se propuso llamarlo en la mañana, cosa que no pudo hacer pues tuvo una reunión temprano y otras más en la tarde, y para cuando pudo salir de la oficina, ya era de noche. Cuando llegó a su apartamento, intentó llamar a TaeHyung, pero este no respondía. Pensó que el Omega estaría dormido y no insistió más, pero el domingo en la tarde ya estaba desesperado; el castaño no contestaba sus llamadas, y él seguía sin encontrar su teléfono. Intentó llamar a HongJoong, pero este no respondía, y en la casa de TaeHyung nadie atendía el teléfono.

Estaba muy molesto. Las noticias decían que salía con esa chica, y eso no era cierto. Quería hablar con TaeHyung y aclarar todo, pero al parecer el castaño no quería saber nada de él, y lo que era peor, el chico se sentía mal por su culpa.

Necesitaba ver a TaeHyung y hablar con él; lo necesitaba con urgencia. Debía dejarle claro al castaño que el único al que quería y le importaba era él, nadie más.

Sin importarle nada más, salió corriendo de su apartamento y condujo hasta el aeropuerto; necesitaba llegar a Bukchon Hanok cuanto antes.

TaeHyung se retorcía de dolor en su cama. Al parecer la vida lo odiaba tanto que no sólo tuvo que enterarse de la traición de JungKook por televisión, ¡oh claro que no! Encima de eso, su estúpido celo se adelantó una semana, y por si eso fuera poco, no era un celo normal; era la peor cosa que había sentido en toda su vida.

Durante un celo normal, los Omegas sienten la necesidad de aparearse con alguien, preferiblemente con su Alfa. Por esa razón, producen lubricante aún sin necesidad de estimulación y liberan una gran cantidad de feromonas, lo que hace su aroma aún más dulce. Sienten un cosquilleo en el vientre y una profunda necesidad de ser anudados para quedar embarazados.

Eso no era lo que TaeHyung estaba sintiendo en este momento. Su Omega no quería estar con nadie; el pobre sólo estaba llorando, escondido en una esquina. No sentía ese calor característico provocado por la excitación; en cambio, sentía un frío horrible que le calaba los huesos. Su vientre dolía al sentirse tan vacío, al saberse despreciado por su Alfa, y ni siquiera estaba produciendo lubricante. Y ni hablar de su aroma, no olía a Omega en celo; TaeHyung juraba que olía agrio. En pocas palabras, se sentía horrible. Llevaba horas sin comer; su padre y JiMin le habían llevado comida, pero apenas ponía algo en su estómago, este lo rechazaba y tenía que correr al baño a vomitar.

Estaba triste, deprimido, dolido y agotado. Su Omega no dejaba de llorar de forma lastimera, al igual que él. Se sentía sucio y usado, no quería sentirse así. Quería sentir ese calor agradable en su pecho como cada vez que veía a JungKook. Quería sentir las mariposas en su estómago como cuando JungKook lo besaba. Quería sentir el calor de los brazos de JungKook cuando lo abrazaba. Quería a JungKook; lo quería aquí y ahora, pero eso no se podía, porque el Alfa estaba muy ocupado con una estúpida modelo.

TaeHyung gimió de manera agónica al sentir un terrible dolor atravesar su vientre, al mismo tiempo que JiMin entraba a su habitación.

— TaeHyung, debes comer — Pidió el rubio caminando hasta la cama.

TaeHyung gruñó.

— Que no quiero — Dijo molesto, mientras tapaba su cabeza con las mantas.

JiMin retiró las mantas del rostro del castaño y lo miró con el ceño fruncido.

— Hablo en serio.

— ¡Yo igual! — Gritó mientras se acostaba de costado para darle la espalda a JiMin.

— No me des la espalda, TaeHyung — Dijo enojado.

— Si no te parece, puedes largarte — Sugirió el castaño.

— ¡Como quieras! — El Omega salió de la habitación azotando la puerta.

Una vez solo, TaeHyung rompió en llanto otra vez. Quería a JungKook y lo quería ya, pero no estaba seguro de que el Alfa lo quisiera a él.


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