Jimin decidió viajar a Daegu, llegaría ahí en unas horas y se quedaría un tiempo indefinido, al llegar lo primero que haría sería ir a ver cómo estaba todo en su empresa y después conocería a los miembros más jóvenes de su manada que trabajan en su distribuidor en el centro.

Después se dedicaría recorrer el pueblo y con suerte conocer algún omega que valiera la pena.

Yoongi llevaba dos semanas en la escuela y ya quería que fueran vacaciones, su nueva profesora, la señorita Baesoo, era insoportable. El pelinegro la odiaba y ni siquiera estaba seguro del porqué, sólo sabía que la odiaba y punto.

Taehyung había pasado mucho tiempo con él y es que Jungkook estaba algo ocupado con asuntos de su manada, según había escuchado, Park Jimin había regresado a Daegu, no es como si le importara mucho sinceramente, tenía cosas más importantes en las que pensar, y es que su celo sería en unos días, unos cinco o seis y necesitaba estar preparado, aún tenía algunos supresores, y es que los cuidaba demasiado, eran muy caros como para tíralos o perderlos, por suerte su padre ganaba bien como policía y eso le permitía comprarlos.

También estaba preocupado, ya que esa noche se llevaría acabo una fiesta, la fiesta de Jeong Yunho, y por primera vez lo habían invitado, el pelinegro no cabía en la emoción y es que por fin se sentía parte de algo, esa noche él y Taehyung irían juntos y en la fiesta se encontrarían con Scott pues el chico tendría que ir a trabajar o algo parecido.

—¿Estás emocionado? —preguntó Taehyung a su lado.

—Claro que sí, será nuestra primera fiesta —respondió alegre y Taehyung soltó una pequeña risa.

—Lo sé y será una de las fiestas de Wooyoung ni más ni menos —Yoongi asintió y comenzó a caminar a su viejo Jeep.

—¿Quieres que te lleve? —le preguntó a su amigo.

—No, estoy bien —contestó con una gran sonrisa.

—Bien —el pelinegro asintió y subió al auto—. Te recogeré a las siete.

Taehyung asintió y después comenzó a caminar en la dirección contraria en la que se encontraba Yoongi, el pelinegro subió a su auto y se fue a su casa.

Jimin llevaba una semana en Daegu, hasta ahora ya había conocido a todos los miembros de la manada y se había asegurado de que Seonghwa había manejado bien la empresa.

De todos los nuevos miembros en su manada los que más le agradaban eran San, un beta, y Jungkook, un alfa.

San era muy bueno en lo que hacía y el hecho de ser un beta lo hacía aún más adecuado en su trabajo, el chico se encargaba de la seguridad.

Jungkook que pese a ser un alfa era una persona muy amable y tranquila también era muy despistado en algunas cosas, pero también muy bueno en su trabajo, a Jimin le agradaba mucho el alfa, le recordaba un poco a como era antes del incendio

Se había tomado el tiempo de conocerlos a ambos y descubrió que San vivía sólo, pues su padre solía tratarlo mal y por eso busco trabajo en las empresas Park, ahora vivía de eso, por otro lado, Jungkook aún vivía con su madre y estudiaba, su madre era enfermera en el memorial de Daegu y ambos vivían en una casa un poco cerca del instituto, también sabía que Jungkook ya había encontrado a su omega, un chico llamado Taehyung, y que actualmente se encontraba cortejándolo, aún no conocía al omega pero por lo que Jungkook le contaba el chico era muy lindo.

También en una de sus tardes paseando por el pueblo había conocido a una omega, su nombre era Baesoo y sabía que era maestra de inglés en el instituto de Daegu, la conoció una tarde en una cafetería del pueblo, la mujer era linda, no lo podía negar y le parecía muy dulce, pero no provocaba nada en su alfa, se sentía atraído por la mujer pero su alfa mostraba desdén con ella. Incluso su aroma le desagradaba, pero a esas alturas ya estaba desesperado, así que comenzó a salir con ella, por un café en las tardes.

Pero ese día la mujer le dijo si podría recogerla en la escuela pues su auto estaba descompuesto, él aceptó y por eso ahora estaba en el estacionamiento del instituto esperando por Baesoo.

Miraba los mensajes en su teléfono cuando escuchó una voz que le resultó muy melodiosa a sus oídos.

—Claro que sí, será nuestra primera fiesta —dijo un hermoso pelinegro acompañado por un chico rubio, el pelinegro era el chico mas hermoso que Jimin había visto jamás, era pequeño, tal vez 1.66, tenía la piel blanca y podía notar varios lunares en su hermoso rostro, su nariz respingona y unos labios rosas que se le antojó besar.

Lo vio caminar hasta un viejo Jeep azul, luego despedirse del rubio para después irse de ahí.

Jimin se quedó pensando en el pelinegro, en lo hermoso que era, y se quedo con ganas de saber su nombre, seguro sería hermoso.

Baesoo llego juntó al alfa pero notó que éste estaba perdido en sus pensamientos así que lo tocó suavemente en el brazo.

Jimin se sorprendió y miró a la mujer, pero al hacerlo no pudo evitar notar que ella no era ni de cerca tan hermosa como lo era el pelinegro que acababa de ver, su alfa no dejaba de aullar al recordar el rostro del chico.

—¿Nos vamos, Jimin? —pregunto Baesoo.

—Sí, vamos —respondió más seco de lo que esperaba y entró al auto sin abrirle la puerta a la mujer.

Cuando Baesoo subió, el alfa arranco rápidamente, ya no tenía tantas ganas de pasar un rato con la mujer.

Yoongi se arregló lo mejor que pudo para ir a la fiesta, se puso unos jeans ajustados una camisa verde militar pegada al cuerpo y una chaqueta negra encima, acomodó su cabello y salió en su auto listo para buscar a su amigo e ir a la tan esperada fiesta.

Recogió a Taehyung, quien se veía muy guapo, y ambos partieron hacia la fiesta. Al llegar fueron recibidos por Wooyoung, quien les ofreció un vaso de ponche, ambos lo tomaron felices y comenzaron a beber, era la primera vez que ambos bebían alcohol, pero no se preocupaban pues Jungkook no tardaría en llegar y él podría cuidar de un par de omegas borrachos.

Después de una hora Jungkook llegó y salió a bailar con Taehyung, Yoongi se quedó solo pero eso no era problema pues era Min Yoongi y él podría hablar con cualquier persona, después de un buen rato Yoongi se unió a Taehyung y Jungkook en la pista y ambos omegas decidieron volver a beber después de un rato.

Tres horas después ambos chicos ya estaban bastante ebrios y Jungkook decidió que lo mejor era sacarlos de ahí, así que tomando las llaves del Jeep de Yoongi llevó a ambos omegas al auto para después conducir hasta una tienda, bajó a ambos chicos para que se bebieran un café y tal vez comieran algo pues no podía ir a dejar a su omega ebrio a casa y tampoco a Yoongi, el hijo del policía Min, en ese estado a su casa donde su padre lo esperaba.

Apenas entró al establecimiento ambos omegas corrieron a la sección de dulces mientras él preparaba los cafés de los chicos y ponía dos burritos a calentar en el microondas, mientras hacía eso podía escuchar a los dos pelear sobre qué dulces llevarían, Jungkook negó con la cabeza mientras reía.

—¿Jungkook? —preguntó una voz a su espalda y el alfa rápidamente se giró para ver de quién se trataba.

—Jimin, hola —saludó alegre—, ¿qué haces por aquí?

—Mi loft está a unas calles —explicó el alfa mayor—, ¿tú qué haces aquí?

—Oh, yo... —el alfa se vio interrumpido por un pequeño omega que se colocó frente a el.

—¡Kookie! —llamó Taehyung—. ¿Podemos llevarnos las dos bolsas? —preguntó mostrando dos bolsas de diferentes dulces. Jungkook asintió y el rubio lo abrazó fuertemente.

—Eh, yo estoy comprando algunas cosas —le respondió a Jimin—. Él es mi omega, Taehyung —presentó al rubio—. Taehyung, él es Park Jimin.

Taehyung abrió demasiado sus ojos y se sonrojó. —Eh, yo, uhm, hola —sonrió un poco al final.

En ese momento Yoongi comenzó a acercarse pero tropezó con sus propios pies y para no caer de cara al suelo se sujetó del hombro de Jimin.

Soltó una pequeña risa que a Jimin  le pareció adorable. —Chicos, ¿qué más vamos a comprar? —preguntó, arrastrando un poco las palabras a causa del alcohol.

Jimin frunció el ceño, si bien le alegraba, demasiado, haber encontrado al pelinegro no le gustaba ver que el chico estaba evidentemente ebrio.

—¿Estuvieron bebiendo? —preguntó al alfa.

Jungkook asintió y le pasó un café a Yoongi. —Bébelo todo, Yoongi —Jimin hizo nota mental del nombre del hermoso omega, su hermoso omega—. Nunca antes habían bebido y sólo con un par de vasos terminaron así —explicó mientras hacia que Taehyung bebiera el café.

Yoongi miró los burritos a un lado. —¿Uno es para mí? —preguntó de forma inocente y cuando Jungkook asintió, rápidamente lo tomó y comenzó a comer, notó que el otro alfa lo miraba demasiado.

—Hola —saludó después de tragar—, soy Yoongi, tú eres...

Jimin sonrió al ver que le estaba hablando a él. —Jimin, Park Jimin.

Yoongi abrió demasiado los ojos y miró de arriba a abajo al alfa. —Eres más guapo de lo que dicen en las revistas.

Jimin soltó una risa, al mismo tiempo que sentía su pecho llenarse de orgullo al saber que el omega lo encontraba atractivo, por su parte Jungkook negó con la cabeza ante la evidente falta de filtro cerebro-boca que tenía el amigo de su omega.

—Chicos, creo que es hora de irnos —comentó Jungkook y ambos chicos asintieron.

—Sí, hagámoslo antes de que mi padre ponga un boletín en mi búsqueda —Yoongi comentó divertido—. Adiós, Jimin, me encantó conocerte —se despidió el pelinegro y junto a Taehyung salieron del lugar para subir al Jeep.

Jungkook se acercó a la caja y pagó por todo, incluidas las bolsas de dulces.

—¿Por qué pondría su padre un boletín en su búsqueda? —preguntó curioso Jimin.

—Porque su padre es el policía Min —contestó Jungkook recibiendo su cambio—. Buenas noches, Jimin.

Jungkook salió de la tienda y subió al Jeep para después arrancar y desaparecer del lugar.

Jimin salió sin comprar nada, pero sin duda había encontrado algo aún mejor en aquel lugar.

Después de tantos años buscando por fin lo había encontrado, Min Yoongi era el omega del gran Park Jimin.