Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5

— No voy a besarte — Susurro.

¿O si?

Doy otro sorbo al café caliente porque prefiero quemarme la lengua antes de seguir mirando sus labios. Desde que mencionó el beso, no puedo apartar mi vista de ellos.

— ¿Cómo voy a encontrar a Josh desde aquí?

Miro a mi alrededor, muchas mesas están ocupadas con universitarios ruidosos. Christian sigue mi mirada por el salón, luego sonríe.

— Preguntando, alguien aquí debe conocerlo. Si no lo conocen, iremos a otra escuela.

— ¿Solo así? ¿Preguntas y confías?

— Si.

— Bien, ¿Pero a quién le pregunto?

Christian pone los ojos en blanco y se levanta de su silla. Lo observo mientras se dirige a una mesa del centro, con tres chicas rubias con uniforme de porristas.

Hombres.

Se apoya en la mesa para hablarles y ellas inmediatamente le sonríen de forma coqueta. Christian toca su cabello con un gesto despreocupado que lo hace ver más lindo.

Después de un minuto o dos, él vuelve hasta mi mesa con las chicas rubias mirándole el trasero. ¡Idiotas!

— Dice Tif que en esta escuela no hay ningún Josh.

— ¿Tif? ¿Una de esas rubias bobas dice que no y le crees? — Arqueo la ceja.

— Si, ¿Por qué no? ¿Crees que ella podría estar escondiéndolo?

— Pues no, pero no me fío de ellas.

— ¿Y del tipo Josh si? Seamos honestos, Ana, te metiste en este lío por un fulano que no conoces y ni siquiera estás segura de que asista a esta universidad.

— Tenía una camiseta de la UW.

— Cualquiera puede tener una camiseta de la universidad —  Pone los ojos en blanco de nuevo — Incluso yo tengo una.

— ¿Entonces solo nos vamos a otra escuela?

— Si.

Me levanto de la silla y camino hacia la puerta sin detenerme. ¡Estoy furiosa! ¿Qué le pasa a este chico? ¿Y por qué las estúpidas rubias siguen mirándolo?

Camino junto a una jardinera intentando recordar algo en mis conversaciones con Josh que me den una pista de lo que estudia, pero no recuerdo nada.

— ¡Oye! — Me interpongo en el camino de un chico — Hola, lo siento. Estoy buscando a un amigo, se llama Josh.

El chico se detiene y me mira fijamente. Es bastante alto, rubio y de ojos verdes. ¡Qué buena elección, Ana! Ahora intenta no sonrojarte.

— ¿Josh? No conozco a nadie con ese nombre, ¿Cómo es?

— Un poco más alto que yo, creo, de cabello castaño y ojos verdes. Juega básquetbol.

— No, lo siento.

— ¿Qué escuela es ésta?

— La facultad de Psicología — El chico se pasa la mano por su cabello rubio — Puedes darme tu número y si sé de alguien así podría llamarte.

Su sonrisa le ilumina el rostro, y por un momento, un breve momento olvido al chico gruñón detrás de mí.

— Si, claro. ¡Piérdete!

Le gruñe mi taxista metiche. El chico lo mira antes de sonreír divertido.

— Perdón, no sabía que estaba acompañada.

— Ahora lo sabes.

— Espera, no. Ignóralo — Le hago una seña a Christian para que se aleje — Si supieras algo de él, agradecería que le dijeras que llame a Ana.

— ¿Tú eres Ana?

— Si.

— Mucho gusto, soy Evan — Estrecho su mano rápidamente.

— Si, si, muy amable — Gruñe de nuevo el odioso con molestia — Piérdete chico.

Estira mi brazo para que suelte a Evan y me lleva de nuevo por la jardinera. ¿Celoso? Ahora estamos a mano.

— ¿Qué haces? — Pregunto porque no me suelta.

— ¿Vas a ir por ahí preguntando por él?

— Pues si, es lo que tú hiciste en la cafetería, ¿No?

— ¡Es diferente! ¡Muy diferente!

— ¿Ah si? ¿No estabas coqueteando con las rubias?

— No — Por fin se detiene — Estaba buscando información para ti.

— Bueno, pues no te preocupes — Cruzo los brazos sobre mi pecho — Puedo buscar la información por mi misma.

— ¿Cómo? ¿Ligandote a un tipo de cada escuela? ¡Qué buen plan, Ana!

— ¿Por qué te enojas? ¡Tu comenzaste!

— ¡No es lo mismo!

Un grupo de estudiantes pasa por nuestro lado, mirándonos con curiosidad. Estamos en la entrada de otra escuela y nuestros gritos hacen eco en los pasillos.

— Escucha, no quiero seguir peleando. Lo único que quiero es encontrar a Josh, conocerlo y volver a Georgia, ¿Está bien?

— ¿Aún no contesta tus mensajes?

— No.

— ¡Entonces el tipo es un idiota y jamás debiste haber venido!

— ¡Bien! ¡Si no quieres ayudarme, no lo hagas! No pedí tu ayuda en primer lugar.

Frunce el ceño conteniendo su molestia, pero antes de que pueda responder, el sonido de su móvil nos distrae.

Mira la pantalla, pero no toma la llamada. Vuelve a guardar el móvil en el bolsillo de su pantalón.

— Tengo que irme.

— Claro, ve — Le hago una seña con la cabeza — Terminaremos de pelear en otra ocasión.

No dice más, solamente da la vuelta y se aleja por el pasillo que acabamos de dejar atrás. Y yo me quedo aquí, viendo a las nubes grises soltar un poco de agua.

— Genial. Frío y lluvia.

No sé en qué escuela estoy, ni quiero mojarme así que me siento en una banca de cemento en el pasillo. Ahora que el chico odioso se fue, puedo tomar las cosas con tranquilidad.

Busco el móvil en mi bolsa y reviso mis mensajes. Cero. Marco el número de Kate, con algo de suerte tendrá clase libre.

— ¡Ana! — Grita cuando contesta.

— Hola Kate.

— ¿Cómo va la búsqueda?

— Mal, muy mal.

— ¡No! ¿De verdad? — Dice con algo de decepción — Montesano es una ciudad pequeña, pensé que no tendrías problemas en encontrarlo.

— Pues ya ves, creo que voy a tardar más de lo planeado o tendré qué volver a casa con las manos vacías.

— No desesperes, Ana. Aún tienes algunos días, no te des por vencida y sigue preguntando por ahí, seguro alguien lo conoce.

— Si, gracias Kate.

— Oye, tengo que entrar a clase pero llámame pronto, ¿De acuerdo?

— Claro.

— José envía saludos — La escucho reír.

— Okey, te llamo luego. Adiós Kate.

Guardo el móvil y miro de nuevo la lluvia que cae ahora con más intensidad. Rayos. ¿Ahora qué hago?

¿A dónde habrá ido Christian?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro