Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 29

Todo pasó demasiado rápido.

Después de firmar el contrato de renta del departamento días después, me preparé para llamar a mamá y contarle sobre mis nuevos planes con mi novio, aunque ella no estaba muy sorprendida.

La parte difícil fue explicarles lo mismo a los Kavanagh y que ellos dejaran de mirarme con preocupación. Lo entiendo, no conocían a Christian y pensaron que eran responsables de mi cuando accedieron a traerme con ellos.

Fue Kate quien finalmente intervino y yo terminé confesando cómo había conocido a Christian y lo seria que era nuestra relación ahora. Por su parte, Mía estaba feliz de deshacerse de su hermano y Grace trató de convencernos de vivir en su casa de Bellevue.

— Siento que estás madurando demasiado rápido — Se queja Kate y sorbe otro trago de su copa.

— Lo sé, ¿Quién lo diría?

— Yo no, eso es seguro — Me señala — Haces que me sienta vieja, ¿Estoy vieja?

Se queja. Se supone que este sería el último día de mudanza oficial y se ofreció a ayudarme a traer mis últimas cajas. El problema fue que apareció con un par de botellas de vino, y hasta el momento las cajas siguen cerradas y apiladas junto a la puerta.

— ¡Exageras! Por supuesto que no estás vieja, Kate. Es el alcohol hablando por ti — Señalo la botella de vino con menos de la mitad de su contenido.

— ¡Te odiaré si te casas antes de que pueda tener novio! O que tengas hijos pronto, ¡Prometimos que estaríamos embarazadas juntas!

— Hey, nadie se está embarazando aún, ni hemos hablado de matrimonio.

— ¿Ah, no? ¿Por qué jodidos no?

— No lo sé, supongo que aún no es el momento.

— ¡Oh, no! ¡Te lo dije! ¡No quieren comprar la vaca cuando tienen leche gratis!

— ¡Kate! — Chillo ofendida.

— Es la verdad... Yo te aconsejo — Me señala con su copa — Que dejes de tener sexo con él hasta que ponga un anillo en tu dedo.

— No quiero presionarlo.

— Pues tendrás que hacerlo si quieres vestir de blanco algún día.

— No es necesario, Kate — Me río de la expresión de mi amiga — No tengo ninguna prisa por casarme.

Nuestra conversación se ve interrumpida por el timbre del ascensor y el par de chicos que sale de él. Christian se afloja la corbata mientras nos mira a Kate y a mi sentadas sobre la alfombra de la sala.

— ¿Se divierten? — Pregunta señalando las botellas y las copas sobre la mesita.

— ¡Oh, Christopher! ¡Qué bueno que llegas!

— Es Christian — Le gruño a mi ebria amiga.

Mi chico arquea una ceja, pero dejo de mirarlo porque Kate intenta ponerse de pie derramando algo de su bebida en el intento.

— Si, si, como sea — Hace un gesto despreocupado con la mano — ¿Cuando piensas pedirle matrimonio a mi amiga?

Rayos, Kate.

— ¿Qué?

— No te hagas el bobo, sabes de lo que hablo — Se pone de pie para ir hacia él — Ana ha soñado con el día de su boda desde que éramos adolescentes, así que más te vale que estés preparando una gran sorpresa.

Me llevo las manos a la frente sintiéndome avergonzada, Kate no acaba de decir eso, ¿O si? Volteo para mirar a Christian sintiendo el calor en mi rostro.

— Lo siento — Susurro esperando que pueda leer mis labios.

De nuevo Kate intenta ir hacia él, pero se detiene de pronto. Su rostro se ilumina cuando mira al chico detrás de Christian y le sonríe agitando sus pestañas.

— Hola.

— H... hola — Saluda el chico.

¿Quién rayos es ese? Miro a Christian esperando una explicación.

— Lo siento — Se gira para señalarlo — Él es Elliot, es el contratista para mi nueva oficina en el centro.

El chico rubio asiente avergonzado y su mirada pasa de mi a Kate, haciendo que ella sonría aún más.

— Ella es Ana, mi novia — Me señala — Y su amiga Katherine.

— Llámame Kate, bomboncito — Se ríe la rubia — ¡Eres tan lindo!

Elliot presiona sus labios con fuerza, pero sus orejas se ponen rojas haciéndome ver qué mi amiga no le es tan indiferente.

— Kate, basta — Le susurro — Bebiste mucho y vas a asustarlo.

— Claro que no — Se burla mostrándome su lengua — No lo escucho quejarse.

No ha dicho nada en absoluto. Mi amiga se aproxima a él y apoya su brazo en el hombro de Elliot para mirarlo.

— De cerca eres más lindo — Le susurra — ¡Oh! ¡Mira Ana! ¡Se sonroja!

— ¡Kate! ¡Deja de avergonzarlo! — Intento defenderlo.

— Dime una cosa, Elliot, ¿Tienes novia?

La escucho preguntar pero Christian ya está llevándome con él a la cocina, así que no escucho la respuesta.

— ¿Tú también estás ebria?

— No.

— ¿Por qué está bebiendo ella?

— Está algo desanimada y creo que tiene qué ver con el hecho de que Mía y Ethan están saliendo oficialmente.

— ¿Mía? ¿Mi hermanita Mía?

— Si.

— Mierda, nena, debiste empezar por ahí. Ahora también yo necesito un trago.

— No exageres, Christian. Tu hermana tiene la edad suficiente para salir con un chico sin tener que darle explicaciones a su hermano mayor.

Me inclino para besarlo, pero algunos cuchicheos y una risita nos hacen girar hacia la sala. Kate está sobre Elliot, pasando sus dedos por su cabello mientras lo besa.

— Genial, tu amiga ebria acaba de ligarse a mi contratista.

— Ya lo oíste, no lo escucho quejarse — Defiendo a Kate.

— ¿Por qué no les damos algo de privacidad? — Una sonrisa traviesa se estira en sus labios — Seguro encuentran algo qué hacer mientras tú y yo supervisamos la decoración de la habitación.

Es mi turno de arquear una ceja ante su insinuación de sexo. ¿Dejar a mi amiga sola y a merced de un extraño? Le doy otro vistazo rápido al par de rubios en la sala, Kate está prácticamente sobre el chico.

— Bien, vamos. En este punto estoy más preocupada por lo que ella pueda hacerle a tu amigo Elliot.

Se ríe pero toma mi mano para llevarme hacia el pasillo del departamento. Y es mi turno para avergonzar a mi amiga.

— ¡No mates al chico, Kavanagh! ¡Déjalo respirar!

Si, esto definitivamente está resultado más interesante y divertido de lo que esperaba. Me encanta estar en Seattle.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro