Capítulo 12: De confesiones y otras aficiones.
– Entonces ¿Estamos bien? – asentí escondiendo la cabeza en su pecho. De repente escuchamos un crujido del otro lado de la puerta, nos abrazamos con miedo entre nosotros y apretamos con fuerza el edredón.
- Vaya, vaya ¿qué tenemos aquí? – Comentaron los rescatistas, no se cual estaba más rojo de la vergüenza si Bruno o yo.
– Parece que unos muchachos muy malcriados hicieron preocupar a todo el mundo anoche mientras hacían travesuras a la luz de la luna. – Comentó risueño el rescatista que se veía mayor.
– Nosotros no... - comentamos al unisonó, tratando de explicar, pero el más joven nos interrumpió.
– No se preocupen niños, tienen que disfrutar de todos los placeres que la vida les ofrece. – avisaron que nos darían quince minutos, salieron y dejaron que nos vistiéramos, salimos con las caras muy rojas.
- ¿Creen poder encaminarse solos hasta la casa grande sin meterse en problemas? – Asentimos enérgicamente con la cabeza, no queríamos que esos rescatistas indiscretos nos llevaran, de verdad estábamos avergonzados, pero, fue divertido. Rieron ante nuestra respuesta, tomamos rumbo hacia el lugar, Bruno nos encaminó y yo solo me aferré a su brazo durante todo el camino.
- ¿Cómo me encontraste? – Pregunte muy curioso, mientras caminábamos. Bruno se rasco la nunca mientras buscaba la forma de contarme.
- Bueno, fui a desayunar a la cafetería, vi a Zinnerva y se me hizo extraño que no estuvieran juntos, cuando le pregunte por ti me respondió muy enojada que no sabía y luego me dijo que yo debería saber porque era tu novio, y nos miramos un largo rato de mala manera, su semblante cambió de enojado a uno muy pálido y preocupado, me dijo Noah y yo discutimos, pensé que él habría ido a dormir en tu habitación, le comenté que tu y yo también habíamos discutido y que en cambio yo pensé que habías regresado a dormir con ella, después Tomas quien había estado escuchando la conversación, nos entrego un papel y la letra era irreconocible, era la letra de Cindy, y supe que ella te había hecho esto, quise ir a atacarla pero Zinnerva me dijo que se encargaría, que lo más importante era encontrarte. Y entonces salí como loco y le dije a Matteo que me cubriera, pero en vista de que los rescatistas llegaron veo que mi hermano no fue muy eficiente. De verdad lo siento Noah, no sabía que habías peleado con Zinnerva y que era por eso que no querías hablar, no me arrepiento de haberte conocido, solo lo dije porque estaba enojado, yo... pensé que no estabas confiando en mí, pensé que... - Suspire mientras tapaba su boca con mi mano.
– Pensaste que te estaba alejando, que estaba escapando de ti. No lo hacía, simplemente tenía ese nudo dentro de mí que solo estaba buscando consuelo y cuando me interrogaste no sentí que me apoyabas y termine enojándome sin razón alguna, así que yo también lo siento, la próxima vez te contaré lo que me suceda, no quiero que estemos mal, ¿me perdonas? – Pregunte con ojos de cachorro arrepentido. Bruno asintió, junto sus labios con los míos muy despacio, nos separamos y me sonrió, ahora todo estaba bien.
Vi lagrimas caer por su mejilla, parecía desconsolado, puse mis manos en su rostro secándolas, - ¿qué pasa? – pregunté intentando que se comunicara conmigo, pero su llanto podía más.
- Anoche, cuando te vi en esa cabaña casi congelado, estaba cagado del miedo, ni si quiera las historias de terror que me contaba mi abuelo cuando era niño me hacían temblar, ni si quiera lo hace mi madre cuando se enoja, creo que ayer conocí el miedo por primera vez, entonces comprendí que nunca había conocido el miedo realmente, creí que era la última noche que te tendría conmigo, por eso anoche, me descontrole y seguí mis impulsos, es desesperante, ver como tu pareja agoniza, duele, como si estuvieras jugando fútbol y hubieras tomado mi corazón como pelota. – Argumentaba entre sollozos, lo abracé le dije que había pasado, que no lo iba a volver a hacer pasar por lo mismo. Y entonces, pareció calmarse.
El resto del camino, caminamos en silencio, agarrados de la mano, como si en el espacio entre nuestras manos se encontrara nuestro amor, nuestros sentimientos, aferrándonos a ellos con miedo de que se nos caigan en el camino. Cuando por fin llegamos, miramos la casa grande como si hubiéramos estado fuera toda una vida, cuando soló había sido una noche, tocamos el timbre y parecía como si todos hubieran estado esperándonos, alguien se abalanzó sobre mi cuerpo, era Zin estaba llorando de manera desconsolada sobre mi pequeño ser, aferrándose a mí.
Mientras que, Matteo igual de angustiado agarró a Bruno y lo envolvió en un abrazo, él solo se dejo hacer, por esta única vez creo que comprendía la preocupación de Matteo. – Jóvenes, están en serios problemas, vallan a sus respectivas habitaciones, desayunen y luego espérenme en el jardín. – Espeto el Sr. O'Connor, todo parecía ir muy bien para ser real. Yo asentí con la cabeza, mientras que Bruno solo soltó un gruñido. Nos separamos, ambos en direcciones opuestas acompañados de Zin y Matteo respectivamente, le dedique una sonrisa tímida mientras nos alejábamos y el me giñó un ojo de manera pícara.
***
||En la habitación||
Cuando llegue a la habitación Zin seguía llorando sobre mi pecho desconsoladamente, cuando logre safarme, corrí hacia el baño y le puse el seguro, tenía que replantear bien algunas cosas, de repente la puerta se abrió - ¡¿Pero que coño...?! ¿Cómo hiciste eso? Sabes que... Olvídalo. – Terminé suspirando, ella sonrió, con la cara roja aun, agarro mi mano y pronunció ciertas palabras, su cabello volvió a elevarse con majestuosidad y escuché una disculpa en mi cabeza, nos abrazamos, su cabello volvió a su lugar y entonces todo estaba resuelto, no tuve que decir nada. Ella sabía cuanto lo sentía y se encargo de hacerme saber cuan arrepentida se encontraba de sus palabras.
– Tengo que decir, que usar la palabra recogido, no es original. – Le dije burlándome de ella.
– Y yo tengo que reconocer que tener sexo en una cabaña es excitante. – Mierda, ella lo sabía. Ahora se que no entro solamente en mi cabeza para disculparse.
– No tuvimos sexo. – Me defendí, aunque me sentía mas culpable que inocente.
- ¿Qué tal fue? ¿rudo? ¿suave? ¿gritaste mucho? – Ella estaba fastidiándome, estaba claro que ella estaba consciente de que Bruno y yo realmente no hicimos nada.
– Si fueras Dora la Exploradora y me preguntas cual fue mi parte favorita de la historia, diría que cuando golpeaste sus nueces. Quién lo diría, ¿no? El lobo tonto se dejo quebrar las nueces. – tape su boca, ella es muy indiscreta.
– Shhh, nadie puede saberlo ¿ok? – Ella solo le atino a reírse, arrugue mi entrecejo en señal de molestia, hasta que al final accedió a mantenerlo en secreto.
– ¿Te imaginas lo que hará tu padre cuando se entere de que casi pierdes la virginidad? Lo va a castrar. – Seguía Zinnerva, burlándose de la situación.
– No lo sabrá porque nadie se lo va a decir, tengo controlada la situación ¿ok? – dije seriamente, más para mi que para ella, quien siguió el resto de la mañana burlándose de mí.
Llegamos a la cafetería para buscar mi desayuno, Zin me dejo escogiendo una mesa para hacerlo juntos y a cambio ella traería nuestros desayunos, regresó con una joven muy bonita de cabello rojo, más oscuro que el de Zin, pero igual de brillante.
– Noah, ella es Fiona, mi hermana ¿te acuerdas? Te hablé de ella la noche anterior. – Dejo los desayunos sobre la mesa, me paré para saludarla, no sabía muy bien que decirle, ella me miró como si se estuviera divirtiendo con mi rostro.
– No tienes que decir nada, eres un niño muy lindo. – Sonreí, este fénix de aquí empezaba a agradarme, ahora estaba reconsiderando cambiar de mejor amiga.
– Ni si quiera lo pienses Blair. – Amenazo Zin.
Conversamos un rato hasta terminar nuestros desayunos, había comentado que como era mayor de edad, se encargaba de esta gran mansión en la que estábamos y de uno que otro negocio de sus padres, ella era muy diferente a Zin, era más sensible, ¿Zin?, esa cosa ni sentimientos tiene.
Después del desayuno me dirigí al patio trasero, Bruno ya estaba allí dedicándole miradas asesinas al Sr. O'Connor, mientras este último estaba concentrado en su periódico, la mesita redonda era casi de cristal, las sillas igual y la sombrilla ubicada en el centro era ridículamente ancha, tomé asiento en la silla sobrante, me sentí como en la fiesta del té del sombrerero loco.
El Sr. O'Connor doblo su periódico dedicándonos una mirada seria a los dos, Bruno me miro y su entrecejo se suavizo.
– Haa, por esta única vez no van a ser sancionados, pero quiero que entiendan, la gravedad de lo que hicieron, entiendo la razón por la que saliste Bruno, pero ¿y tú Noah? ¿Por qué saliste cuando la tormenta parecía que no iba a cesar? – Debatí entre contarle la verdad o no, pero al final decidí confiar en él, porque quería que me ayudara a descubrir quien era y a base de mentiras no lo haría.
– La madrugada que me encontré con usted, había peleado con Noah y Zinnerva la noche anterior. – Bruno me miró con furia, sabía que no le gustaría y que se enojaría por no haberle dicho. Pero aun así seguí.
- Cuando ya era de mañana, quise disculparme con Bruno y fui hasta su habitación y vi que de ella salía Cindy, ella me maltrato y no me dejo pasar a hablar con Bruno. - Voltee a ver la cara de Bruno para analizar su expresión, algunas veces su cara estaba llena de ira, otras veces de molestia y otras con culpa.
– Y entonces decidí que quería disculparme con Zinia, pero cuando fui solo encontré una nota que decía que vaya hasta la pequeña cabaña en el bosque, pero hablé con Zin y ella dijo que no había escrito esa nota. – Bruno, me miró una vez más, era obvio que estaba molesto, no le había contado nada de eso a él, pero se lo explicaría, claro que sí, demonios que no quería a mi enamorado molesto conmigo.
- ¿Y tienes alguna idea de quien pudo haber sido? – Pregunto mi maestro, y negué con la cabeza, caí tontamente porque ni si quiera sabia como era la letra de Zin.
– Tú no, pero yo sí. – salió de la nada Luca, el hermano mayor de Bruno y Matteo, tenía el rostro serio y rudo, sostenía fuerte del brazo a Cindy, mientras gritaba como loca que la soltara, pero su agarre parecía firme, el era alto, mucho más alto que Matteo y Bruno.
- ¿Qué haces aquí? – Pregunto Bruno molesto.
– Tranquilo bebé gruñón, Matti me llamo ayer y me preocupe, ¿hubieras preferido que mamá y papá se preocuparan por el bebé de la familia? Además, Fiona es mi amiga, me esta ayudando con un caso y de paso investigué el pequeño crimen de tu amiguita aquí presente. – Comentó Luca señalando a Cindy, entonces vi su placa, la que estaba prendida de su cinturón, su arma y sus gafas dignas de un policía, así que a eso se dedicaba pensé.
– Tch. – Bufó Bruno, estaba claro que no quería a sus padres en el lugar y mucho menos preocuparlos.
– Hola Noah. – Me dijo Luca con una sonrisa, le respondí el saludo agitando mi mano.
- ¿Cómo estas pequeño? ¿Estas bien? ¿No te paso nada malo? – Me acerqué a él y negué con la cabeza, se había preocupado por mí.
Cindy seguía soltando gritos, - Bien, confiesa tu crimen niña. –
- No se de que hablas, yo no hice nada Luca. Suéltame ya. – Gritó con su voz chillona.
- ¿Sabes? No es necesario que lo confieses, tengo una orden para revisar tus cosas, y también tengo la nota que escribiste fingiendo ser Zinnerva, solo tengo que enviarlo a laboratorio y hacer que lo analicen, así que, si no lo dices tarde o temprano lo descubriré, ¿sabes cuantos años le asignan a alguien que comete suplantación de identidad? Y los agravantes se suman niña, este chico casi muere de hipotermia, se suma el hecho de que mi hermanito pequeño salió en medio de la tormenta y casi muere de la misma forma. No lo sé, tal vez serian unos cincuenta años, por todos los delitos que cometiste... Ah... me falto la falsificación de letras. También... - Entonces, pensé que Luca esta siendo muy cruel, el rostro de Cindy pareció hacerse pedazos ante las palabras de Luca, me dio pena.
– No tenía intención de matarlo, solo quería que se asustara. – Dijo arrodillada en el suelo, no porque estuviera pidiendo perdón de rodillas, sino porque el peso de las palabras de Luca la habían asustado hasta el punto de no poder sostener su alma, lloraba como si no hubiera mañana y fue la primera vez de todos los encuentros que sentí que era sincera, todos la mirábamos expectantes.
- ¿Por qué? – fue mi turno de preguntar. Ella me miró como si estuviera reclamándome algo, como si tuviera la culpa de todo.
- Porqué desde que llegaste a la ciudad, Bruno ya no me presta atención, el siempre escuchaba mis problemas, salíamos a pasear juntos, me quitaste el amor de mi mejor amigo. – Grito, desesperada, pensé que ella quería quitarme a mi enamorado, sin embargo, era yo quien le había quitado a su mejor amigo, sentí celos de ella y creí que ella quería ser la persona especial de mi chico. Ahora entendía lo que ella sentía. Me acerque a ella lentamente, mire hacia donde estaba Bruno parado el se sentía culpable, lo podía sentir. La agarré de las manos y la ayudé a pararse.
– Perdóname, yo estoy enamorado de Bruno, nunca fue mi intención quitártelo, pensé que eras tú la que quería quitarme su corazón, estaba celoso y me comporté muy mal contigo. – Ella se sorprendió por lo que dije, seco sus lagrimas y negó.
- ¿Aun después de lo que te hice no estas molesto? - Negué ante su pregunta.
– Lo estaba, pero ahora ya no ¿podemos dejarlo en el pasado y empezar de nuevo? Prometo dejarle bastante tiempo libre a Bruno para que salga contigo. – Ella asintió y me regalo un abrazo, luego soltó una risa de complicidad ante mis palabras.
– Bien, entonces, ¿debo aplicar cargos o no? – Interrumpió Luca, Bruno me miró esperando mi decisión y Cindy solo mantuvo sus ojos clavados en mí, como si me agradeciera.
– No, no es necesario, ya quedo olvidado, Cindy y yo ahora seremos amigos. ¿verdad? – Dije volteando hacia ella, a lo que ella afirmo con la cabeza, me abrazó otra vez.
Luca se retiró con Cindy y quedamos los tres juntos otra vez, el Sr. O'Connor, Bruno y yo. Y la cara molesta de Bruno otra vez hizo su aparición.
– Ya puede retirarse Sr. Astori. – comento el profesor Bruno lo miró con molestia y comento.
– Cómo ya sabrá Noah y yo estamos saliendo y no creo que haya problema con que escuche lo que tenga que decirle a mi enamorado, tampoco creo que a él le moleste ¿no es así? Noah. – Dijo volteando a verme, afirme enseguida con la cabeza, iba a ser difícil explicarle.
– No te enojes, no tengo problema con que te quedes, pero no me responsabilizo de traumas posteriores. – Sonrió de manera amable O'Connor.
– Bueno, es necesario que sepas que se que eres un Hombre Lobo y Noah esta tratando de encontrar su naturaleza. Resulta que soy la misma cosa que Noah, somos de la misma especie, somos exents, y Noah es uno muy especial. – En tan pocas palabras, el había logrado hacer que nuestra mente quedara en las nubes y nuestra quijada en el suelo, así que soy un exent.
– Pero eso tú ya lo sabías ¿no es así? Lo único que no habías podido hacer era descifrar el nombre de tu especie. – concluyó el Sr. O Connor.
– Entonces la historia que me contó Elaine... - No pude terminar, estaba confundido.
– Es real, muy real Noah, eres un ser procedente del origen, lo supe cuando revisé tu ficha, vi que eras huérfano, una particularidad de todos los exent es que todos son huérfanos, y adoptados y en su gran mayoría no saben que son exents hasta que alguien se los dice, hasta que se manifiestan sus poderes y empiezan a sospechar sobre quienes son, no son inmortales, pero si, son poderosos y tu eres un exent un tanto extraño, nunca se había visto uno con el dominio de dos elementos. – Concluyó.
- ¿Entonces no me estoy volviendo loco? ¿Qué son todos estos sueños? – Él negó con su cabeza, ante la atenta mirada de Bruno que estaba igual o peor de sorprendido que yo.
– No creo que tengas dudas sobre cuales son esos dos elementos. Hay mucho por hacer Noah, y, tus sueños, algunos deben ser premoniciones del pasado, otras del futuro y algunas del presente, estoy seguro de que la gran mayoría de esos sueños esta relacionada con la muerte de tus padres. – Negué con la cabeza.
– Solo veo la muerte de mi mamá, nunca puedo ver a mi papá, es muy extraño y tenebroso, incluso siento como mi piel arde, entre sueños, es horrible, también pude ver la lapida de mis padres adoptivos en el cementerio. – Dije ahogándome con mi voz.
– La razón por la que quería conversar contigo era para entrenarte y aprendas a controlar tus poderes ¿qué dices? ¿quieres? De paso puedes preguntar todo lo que quieras, te ayudaré con eso. – Sabía que a Bruno le molestaba el hecho de que me acercara a otras personas, pero el no podía negarme esto, lo miré detenidamente, fue la primera prueba que el destino puso en nuestra relación, la confianza que nos teníamos el uno al otro, quería saber más sobe mí, pero también quería seguir teniendo el corazón de Bruno, agaché mi cabeza, pensando que tal vez no recibía su apoyo en esto, su silencio me había asesinado. Bruno coloco su mano sobre la mía.
– Él lo hará, pero no durante este viaje, cuando regresemos, por ahora no nos moleste. – Me tomó y la fuerza que aplico al tomarme me hizo levantarme de la silla, estaba saltando de alegría por dentro, me estaba apoyando en esto, apuré el paso para estar a la altura de los suyos.
– Bruno ¿estas enojado? Lo siento, sé que debí decirte, pero... - Él no me respondía nada, ¿estará muy enojado? No me di cuenta cuando llegamos hasta su habitación. Matteo estaba allí viendo algo en la tableta.
– Largo. – dijo y Matteo salió como alma que lleva el diablo del lugar. Cerró la puerta con el pestillo me aprisiono contra la pared.
– Al fin solos. –
***Hola***
Bien, para empezar, quiero saber que tal les esta pareciendo la historia hasta el momento.
Decirles que ya se acercan los exámenes en la universidad y probablemente este fuera unas ¿3 semanas? y con fuera me refiero al hecho de que estaré estudiando (mucho) y no tendré tiempo para wattpad. La verdad creo que los exámenes estarán difíciles. La materia que más se me dificulta creo que es Economía Política (estudio derecho), puede que no les interese, pero a los que se preguntan sobre las actualizaciones es por eso.
Y, en caso de que consiga hacerme algo de espacio para escribir, publicaré, pero no es seguro que sea un domingo, si no más bien cuando alcance a terminar (de escribir)los capítulos.
Creo que nada más...
-Lotus-
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