Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7


La planeación para el día siguiente había empezado desde el momento en que los sabios habían abandonado el auditorio, hace más de cien años no se celebraba una ceremonia de destierro y sentían toda la responsabilidad de honrar a las familias de las víctimas durante el evento.

Chiemi estuvo cautiva toda la noche, la habían mantenido encerrada en un calabozo de alta seguridad esa noche, bajo cuidado de dos guardias. Desde su posición, podían escuchar sus sollozos, lo que los llevó a asumir que Chiemi intentaría manipularlos emocionalmente. Cansados del desgarrador sonido de fondo, acordaron que se mantendrían custodiando la celda por turnos de dos horas y así uno de ellos se mantendría alejado de la celda durante un par de horas y podría descansar.

Uno de los guardias de seguridad, luego de haber disfrutado su descanso, se acercó a su compañero para avisarle que era su turno de cubrirlo. Al llegar al lugar pudo notar que este se encontraba muy pálido y débil, a penas podía hablar, llamaron a los Sabios inmediatamente y tuvieron que relevarlo. No obstante, no fue el único que tuvieron que relevar.

A pesar de sus esfuerzos por brindarles suministros a los guardias durante sus turnos y mantenerlos en pie, cada uno de ellos comenzaba a enfermar después de dos horas de escuchar su llanto, que por momentos iba acompañado de sospechosos susurros que no podían distinguir. Después de varios relevos, ningún guardia quería asumir ese cometido y los Sabios decidieron que debían actuar más rápidamente.

Esa noche Lina no había podido dormir, no podía creer que Kile había muerto y no dejaba de culparse por no haber estado ahí para él en sus últimos momentos. Aunque luchaba por no hacerlo, su mente no paraba de imaginarse cómo habrían sido sus últimos momentos, le dolía que nunca podría saber qué había sentido. Lo que más añoraba era tener la oportunidad de saber qué le habría podido decir, de saber que era la última vez.

Jamás había imaginado que la vida los separaría de una manera tan inesperada. Siempre había confiado en que él estaría a su lado, dándolo por sentado durante mucho tiempo. Lo que más le dolía era el hecho de que lo había abandonado por dedicarse a una investigación, típico de una Gray. Siempre le reprochaba que pasaba demasiado tiempo trabajando, que estaba obsesionado y que solo quería una familia como parte de su experimento. Resultaba irónico darse cuenta de que, de alguna manera, ella lo había abandonado de la misma forma.

Sentía que había perdido una parte fundamental de su ser y se encontraba perdida sin saber qué dirección tomaría a partir de ese momento. Justo cuando Zack le contó que su esposo había muerto, parte de ella murió también. Se sentía una hipócrita, había tratado a Zack como a un niño, minimizando totalmente su pérdida, como si ella y Kile pudiesen reemplazar lo que fue Cole en la vida de Zack. La noticia le había caído como un balde de agua fría, despertándola de la ilusión en la que había caído minutos atrás, cuando se había imaginado cuidando a Kile hasta que se encontrara un antídoto para el veneno.

Los Sabios habían anunciado que debían zarpar antes del amanecer, aun bajo la luz de la luna. Así, en plena madrugada, los principales Sabios, los miembros de las familias afectadas y el personal de la enfermería del pueblo fueron embarcados en un viaje de destierro, enfrentándose a las furiosas olas del mar. Chiemi había sido atada de pies y manos, y su boca había sido cubierta de nuevo para evitar un incidente como el de los guardias la noche anterior, solo dejaron libres sus hinchados ojos al atarla a un mástil en la cubierta del barco.

En la comisaría solo se pudo escuchar su llanto en toda la noche, A pesar de su belleza y encanto, todos eran conscientes de las múltiples muertes que había causado. Aunque algunos pensaron que podría intentar manipularlos para evitar su condena, nadie olvidaba los terribles actos cometidos. La determinación de acabar con ella era parte de todos los presentes. Mientras todos los invitados observaban las olas a la espera de su destino, la mirada de Chiemi se encontraba perdida en el horizonte.

Lina se encontró con Glory en el barco. Se sintió muy apoyada por ella durante el viaje, después de todo, también habían perdido un ser querido. Encaminaron la conversación en torno a su hijo, hablando de él como si siguiera con ellos, y Lina recordó nuevamente esa vieja leyenda del pueblo. La noche anterior no había prestado mucha atención a nada, pero esperaba que Kile aún se encontrara con ella cuando volviera del viaje.

El momento de la condena había llegado, cuando el sol comenzó a asomarse en el horizonte. Necesitaban de la luz del sol para poder presenciar los acontecimientos, querían darle a cada ciudadano del pueblo la confianza de que la bruja moriría y no quedarían rastros de ella, así el evento quedaría marcado en su historia y podrían evitar los mismos errores en un futuro.

Durante el largo viaje en el barco, todos los invitados se encontraban reunidos en la planta principal del barco, y poco a poco se acercaron a la cubierta a observar como se llevaba a cabo este gran suceso que para ellos se sentía como una victoria al haberse deshecho de una ciudadana que quería exterminarlos. Se podía sentir el ambiente liberador como la brisa marítima que fluía entre ellos, mientras se acercaba el final de la bruja.

Cuando dieron por iniciada la ejecución, Lina tuvo un horrible recuerdo de la noche anterior, recordaba como todos gritaban unos a otros en el auditorio, pero sobre todo tenía ese recuerdo una y otra vez en su cabeza de Zack dándole la noticia. Mientras todas las personas iban abandonando el auditorio, ambos permanecieron abrazados, apoyándose uno del otro. Hasta que, cuando el auditorio quedó totalmente vacío, un guardia de seguridad les ordenó salir. No habían compartido palabras en todo el rato y estando afuera, Lina le habló de nuevo.

—No tienes que volver a casa solo, aunque Kile no esté, no voy a abandonarte. 

Él le dio un abrazo y asintió, sentía en Lina ese apoyo de madre que nunca había tenido. Así que ambos se fueron juntos a casa. Lina no tenía sala de invitados, así que lo dejó dormir en el sillón. La mañana siguiente fue a buscarlo, pero ya no estaba ahí. Lina se encontraba buscando a Zack desde que había subido al barco.

Un grupo de personas Green había llevado consigo varios sacos de tomates para lanzarlos hacia Chiemi, y comenzaron a instar a las familias afectadas a que fueran los primeros en hacerlo. Lina se situó en la fila y continuó avanzando, para recibir un pequeño saco de tomates y las condolencias de parte de aquella familia, que no conocía. Luego, se dirigió a la popa a la espera de la ejecución. 

Un ciudadano que nadie pudo reconocer por llevar puesta una túnica, se acercó a Chiemi para desatar sus pies. Ella fue la única capaz de mirarlo a los ojos, y su mirada suplicaba piedad, pero lamentablemente, era demasiado tarde. Él le susurró, algo que nadie más pudo escuchar. Para después comenzar a empujarla a la popa, donde habían improvisado una plancha por la cual la harían caminar.

El mismo señor de la noche anterior, Maximus, se encontraba al lado del alcalde. Ambos se miraban con autosuficiencia. Pidieron silencio a los invitados y esta vez fue el alcalde quien habló.

—Queridos ciudadanos de mi tan amado pueblo, sé que hemos pasado por tiempos difíciles y que no existen palabras para expresar lo que debe estar sintiendo cada uno de ustedes ahora mismo. 

»Como alcalde, mi deber siempre ha sido asegurar su bienestar y seguridad. A partir de este día pueden estar tranquilos de que el mal entre nosotros ha sido exterminado, y solo puedo pedirles su compromiso para ayudarnos a construir una sociedad más unida y próspera a partir de ahora. 

»Que este momento tan oscuro nos sirva como enseñanza y nos ayude a forjar los valores de nuestras futuras generaciones. 

Todos los presentes aplaudieron. 

»Señorita Chiemi, debo admitir que toda mi vida le tuve muchísima admiración. Siempre me ayudó a mí y mi familia en nuestros momentos más difíciles y esta es una de las pruebas más grandes que me ha tocado enfrentar como alcalde, tener que hacer justicia imparcialmente —en ese momento le hizo señas al hombre de la capucha para que le quitara la atadura de la boca—. Por favor, dinos tus últimas palabras.

El ambiente se había tornado muy pesado pero sobre todo extraño. Chiemi permanecía de pie al comienzo de la plancha, y había algo era diferente en ella. Su llanto había parado y, a pesar de sus ojos hinchados, emanaba una sensación de seguridad. En ese instante, no había marcha atrás y con su actitud parecía haber aceptado su destino, lo cual desconcertó a todos. Sin embargo, lo que sucedió a continuación fue aún más desconcertante.

—¡Querido pueblo! En muestra de gratitud por todo lo que han hecho por mí, les concederé mi mayor deseo. A partir de este momento, todos ustedes quedan liberados de sus dones. Pueden desarrollar un don diferente y dedicarse a ello. Sin embargo, les advierto, aquellos que utilicen su don de nacimiento quedarán unidos a él para siempre... O hasta que todos conozcan la verdad —dicho eso, corrió por la borda y se lanzó al mar, sin dejar rastro.

Todos quedaron muy confundidos después de lo que acababa de pasar, no sabían a qué se refería con eso y todos se miraron unos a otros con los tomates en las manos, no habían tenido oportunidad de lanzarlos. En ese momento, el alcalde tomó la palabra, intentando desviar la atención, ya que nadie se atrevía a decir nada.

—Hemos preparado un gran banquete para ustedes, como celebración por este gran logro. Por favor, todos dirijámonos a la recepción.

Para ellos, esto representaba una gran victoria. Cuando, en realidad, era el inicio de una tortura que los perseguiría el resto de sus vidas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro