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Capítulo 49


Dereck había luchado lo más que pudo, pero nadie lo dejó avanzar hacia Hugo. Quien narró toda la historia desde la perspectiva de Chiemi, sin saber que con cada palabra que soltaba, Dereck se volvía más violento en contra de quiénes habían sido sus fieles seguidores hasta ahora. Todos lucharon, frustrando todos sus esfuerzos por acercarse a la tarima, hasta que entendió que era demasiado tarde. No había nada más que hacer, había perdido.

Conforme iba avanzando la narración, todos entendieron que él siempre fue el malo. Durante años, todos habían culpado a Chiemi porque había sido ella quien había soltado la maldición. Pero ahora todos sabían la verdad, había sido él quien la usó para destruir parte del pueblo y para crear una maldición que le diera el poder que tanto había deseado arrebatarle a su padre. Finalmente, todos sabían que Chiemi siempre había sido la buena y había sufrido un castigo que no le tocaba.

Cuando Hugo terminó su narración, fue como si una brisa cálida los envolviera. Todos los liberados sintieron cómo una luz irradiaba de ellos, y poco a poco, fueron volviéndose visibles para todos los limitados. Mientras que los limitados recobraban cada uno de sus recuerdos que habían sido borrados.

Todos quedaron en silencio, sorprendidos por lo que acababa de pasar. Muchos liberados habían tomado asiento junto a sus familiares durante el anuncio y ahora se encontraban juntos de nuevo.

Hugo, que ahora se encontraba rodeado de Grays, continuó su anuncio. Luego de que todos volvieran a prestarle atención.

—Me alegra anunciarles que la maldición se ha roto.

Dicho esto, todos comenzaron a aplaudir. Después de tantos años, al fin podrían ser libres.

—Además, quiero que le demos las gracias a Chiemi.

Ella, que se había mantenido entre el público, se sorprendió muchísimo al escuchar su nombre. Sabía que todos la odiaban por lo que había pasado, y no los culpaba, ella sabía que había tomado una decisión egoísta. Por eso, se sorprendió cuando todos hicieron un espacio, para que todos pudieran verla. Hugo se dirigió a ella.

—Fuiste tú la que nos salvó al darnos la opción de liberarnos cuando supiéramos la verdad, tú no eres la verdadera villana. Gracias a ti pudimos romper la maldición.

Todos le agradecieron y aplaudieron nuevamente, expresando lo felices que se sentían. El actual alcalde se acercó a Hugo y le susurró algo al oído, Hugo le cedió el micrófono y él continuó hablando.

—Mi querido pueblo, ahora sí nos ocuparemos de encarcelar al verdadero culpable. Tendremos un juicio para determinar su sentencia, lo haremos pagar por todo lo que nos hizo sufrir.

En ese momento, varios agentes de seguridad acorralaron a Dereck y se lo llevaron. El alcalde continuó hablando.

—A partir de hoy, 22 de julio, celebraremos un nuevo día de la liberación. Un día para conmemorar la vida después de la maldición, los dones que se nos otorgan y nuestro derecho a elegir cómo vivir la vida.

Entre aplausos, risas y algunas lágrimas, las familias compartían este hermoso momento en que volvían a estar juntos después de tanto tiempo. Hugo había bajado de la tarima corriendo, y se había encontrado con Maia, rodeándola con sus brazos y besando su cara, por todas esas veces que no había podido hacerlo.

Zack, quien estaba junto a Azami y Darya, sintió un alivio muy grande. Sabía que a partir de ahora podría disfrutar de una vida normal, y crecer como cualquier otra persona. Esperando algún día encontrarse con su hermano, como siempre había soñado. Azami los tomó a ambos, y los unió en un abrazo de victoria, por haber logrado su misión.

—¡Lo hicimos! —dijo ella, muy emocionada.

Sin embargo, Darya se encontraba con la mirada perdida, lejos de toda emoción. Porque mientras todos se encontraban con sus seres queridos y festejaban, ella observaba como el amor de su vida se encontraba con otra. Ámbar había encontrado a sus padres, y llevaba a Eamon de la mano para verlos. Al parecer, las cosas no serían como Maia le había dicho, aunque la maldición se había roto, ellos seguían juntos.

Darya notaba en su rostro algo distinto, mientras Ámbar hablaba animadamente con sus padres, Eamon se encontraba mirando a su alrededor, como buscando a alguien. Ese gesto ilusionó a Darya, que por un momento pensó que él iría a buscarla, así que intentó con todas sus fuerzas conectar su mirada con la de él. Pero no funcionó, aunque él pudo mirarla por un segundo, no reaccionó y continuó buscando entre la multitud.

Chiemi se acercó a ellos, Darya se sintió extraña, por mucho tiempo había pensado mal de ella, y ahora sentía como si fuese una nueva persona.

—Hola, Zack.

Él giró hacia ella y la observó. Ella parecía indefensa, como si quisiera demostrar que venía en paz.

—Hola —la saludó él, no sabía bien qué decir luego de todos estos años.

—Quiero decirte que siento mucho lo de Cole —le dijo ella—. No sabes cuánto me ha atormentado durante todos estos años, pensar que me odias por eso. Cada día recuerdo el juicio, cuando me gritaste que entregara la cura, y créeme que mi corazón se rompió al pensar que mis enfermeros pudieron haber dudado de mí. Sé que lo hiciste para saber si podías confiar en mí, porque él ya no estaba...

La voz de Chiemi se iba partiendo conforme iba hablando. Darya podía notar la tristeza en ella. Zack era el único que le quedaba, y ella buscaba desesperadamente su perdón.

—Tranquila, Emi. Ahora sé que no fue tu culpa, y aunque no haga falta, sé que necesitas escucharlo. Te perdono.

Dicho esto, Zack abrió sus brazos hacia ella, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Gracias —le susurró.

—De nada —le respondió él—. Después de todo, somos la única familia que nos queda.

—Ya que lo mencionas —interrumpió Chiemi, soltándose del abrazo de Zack. Esta vez dirigiéndose a Darya y Azami—. Le debo todo esto a ustedes y a su familia, gracias a que ustedes sacaron los recuerdos de mi diario, es que todo esto fue posible, y no saben cuánto les agradezco el haberme liberado de esa pesadilla.

—No es nada —le dijo Azami—. Todo sea por tener a nuestra familia junta.

—Hablando de eso. Emi, Zami, vayamos a ver cómo están Hugo y Maia, necesito presentarme como el chico que lo ayudó a nacer.

Ambas rieron y lo siguieron, dejando a Darya sola y confundida. Hasta que escuchó una voz detrás de ella.

—Hola.

Era Eamon, sin duda alguna. No sabía qué hacer, no quería voltear y verlo con ella. Mientras decidía qué hacer, en esa milésima de segundo, buscó con su mirada aquel punto donde estaban Ámbar y él momentos atrás. Ahí aún se encontraba Ámbar con su familia, lo que significaba que estaba solo. Así que volteó, encontrándose con Eamon junto con una pareja que no conocía, eran una Purple y un Blue, más o menos en sus treinta, Darya los miró extrañada, al igual que a Eamon.

—Mi amor, ellos son mis padres.

Darya ahora comprendía lo que Eamon buscaba entre la multitud anteriormente. Si la maldición restauraba los recuerdos en orden, entonces Eamon había recuperado el recuerdo de sus padres antes que el de Darya. Por eso, aunque la miró, no la reconoció, ya que en ese momento estaba buscando a sus padres.

—Mucho gusto, Darya —le habló la mujer—. Muchas gracias por cuidar de nuestro bebé, siempre estuvimos muy agradecidos contigo.

No podía contener la emoción que estaba sintiendo. Eamon, su chico abandonado, ¡tenía padres! Saber que no volvería a estar solo nunca más la llenaba de felicidad. Aunque él no volviera con ella, podía estar feliz de saber que al fin los había encontrado.

—Hijo, vamos a saludar a los vecinos. Ya volvemos.

—De acuerdo, papá.

Ahora se encontraban solos de nuevo, Darya ya entendía por qué Zack se había llevado a Chiemi y a Azami. Había visto a Eamon venir y tomó la oportunidad, en parte se lo agradecía, pero si no hubiese sido por los padres de Eamon, no hubiese sabido cómo romper el hielo. Él la miró fijamente, examinando su mirada.

—Hay algo que te preocupa, ¿qué es? —le preguntó él.

—Me llamaste como antes...

—¿Como antes? Siempre has sido mi amor.

Darya no podía quedarse con ese sentimiento adentro, así que lo soltó.

—Hasta hace menos de media hora, tu amor era Ámbar.

—Nadie nunca podrá ocupar tu lugar. Sabes bien que eso fue mentira, cuando la maldición se rompió, ella corrió directo a sus padres y yo a ti. Tú eres mi único amor, Darya. Sé que quizás ya lo sabes, pero la primera vez que fui a su casa llevaba un periódico en la mano, había visto la noticia de su padre desaparecido, y Azami me dijo que fuese a investigar. Tuve mala suerte de caer en el hechizo de Chiemi, o de Dereck, ya no sé qué creer. Pero lo único que sé es que ahora que volviste no quiero perderte nunca más.

Darya sabía que lo que decía era verdad, todos se lo habían dicho, y ella misma lo había visto, solo necesitaba oírlo de su boca, y ahí estaba. Por fin, luego de toda esta travesía, todo volvía a ser normal. 

Conmovida por la situación y aprovechando que el agua ya no le hacía daño. Se lanzó a sus brazos y empezó a llorar, más que todo de la felicidad. Soltando toda la tensión que había acumulado y sintiéndose segura a su lado.

—Hey, vamos a preparar un gran almuerzo como celebración —era Azami, que había venido a buscarlos—. Los esperamos.

Y así fue como un par de horas más tarde, todos se encontraban compartiendo mesa juntos. No entraban todos en el comedor, así que habían sacado algunas sillas y la mesa al patio, desde el cual se podía ver el huerto de Darya.

—Esta comida está increíble —le dijo Azami a Zack, que estaba sentado a su lado.

—Gracias, tuve bastante tiempo para aprender —le respondió él.

Los padres de Eamon, Maia, Hugo, Zack, Chiemi, Azami, Eamon y Darya se encontraban compartiendo una agradable comida, celebrando su nueva libertad.

—¿Y a qué te vas a dedicar ahora? —le preguntó Zack a Chiemi, todos estaban muy interesados en saberlo.

—No lo sé, hay todo un mundo de posibilidades. Creo que empezaré a enfocarme más en mí misma, y lo descubriré después.

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