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Capítulo 43


Darya sintió el cuerpo pesado, seguramente así se sentía recuperar tantos recuerdos. Antes de despertar, pudo sentir cómo una ráfaga de imágenes cruzaba su mente. Maia era quien faltaba en su familia, entre sus recuerdos podía ver a Azami y ella jugando juntas en la orilla de la playa, mientras que su padre se quedaba con Darya en la orilla, construyendo un castillo de arena. Siempre le había tenido un cariño especial a la playa y ya sabía de dónde venía, solían visitarla seguido, todos juntos.

Una sonrisa se formó en sus labios mientras recuperaba la consciencia, Maia pudo notarla y soltó un suspiro de alivio, siempre había vivido con el miedo de que ambas la odiaran por haberlas abandonado. Observó cómo poco a poco iba despertando, y se movía entre sus manos, Darya finalmente levantó la cabeza y ambas se miraron fijamente.

—¡Eres mi madre!

Darya juntó las pocas fuerzas que le quedaban y se levantó del sillón para abrazarla mientras lloraba, esta vez de felicidad.

—Le pedí a tu padre que no me siguiera, pero al parecer también debí pedírselo a ustedes. Viniste por mí.

—No fue a voluntad, pero me alegra que haya pasado. Sabía que nos faltaba alguien.

—Sí, parece que tarde o temprano los recuerdos regresan a uno —esta vez fue Zack quien habló—. Me alegra que hayan podido encontrarse.

—Pero nos falta Azami, no sé dónde está. Mi padre me mencionó algo que me hace pensar que ya no es parte del mundo real, pero si está acá, ¿dónde está?

—De eso estábamos hablando antes de que llegaras. A Chiemi no pareció gustarle que Maia fuese quien te acompañara en tus encargos, y por eso comenzó a supervisarte a ti. Parece que intuye que hay un tipo de relación entre ustedes y quiso usarte para mandarnos un mensaje —le contestó Zack.

—¿Y saben cuál es?

—De que ella tiene el control. Si tu hermana cruzó, es probable que la tengan cautiva.

—¡¿Eso es posible?! —preguntó Darya nerviosa. 

Si había posibilidad de que hubiese atrapado a Azami, se mostraba ante ellos un nuevo obstáculo. Era obvio que Chiemi y Dereck intuían la rebelión, y harían lo que fuese por arruinarla.

—Escuchamos que vieron a una chica morena, de cabello rosa claro y muy rizado andando con Dereck. No creo que haya otra chica igual a Azami —le dijo Maia.

—¿Y qué vamos a hacer?

—Zack se encargará de buscarla. Mientras tanto, nosotras nos encargaremos de llevar a cabo el plan de los Grays.

A Darya se le había olvidado que Maia había estado en una reunión con los Grays esa mañana, y por eso no la había acompañado a su encargo. Estaban pasando demasiadas cosas al mismo tiempo, y el cansancio de los dos encargos, junto con sus recuerdos recuperados, le habían robado mucha energía. Sentía que su cuerpo no estaba funcionando igual.

—Ya que estamos todos, hablemos del plan —propuso Zack. Se levantó del sillón, y se dirigió hacia las ventanas. Corrió ambas cortinas, no sin antes revisar que no hubiese nadie cerca, para luego volver a sentarse junto a ellas.

—De acuerdo. Por dónde empiezo... —Maia intentaba organizar sus ideas, ya que probablemente Darya no tuviese en cuenta todos los detalles de la maldición—. Siempre nos han contado que Chiemi fue incriminada porque encontraron su diario, en su oficina de la enfermería. Pero hablando con algunos Grays de la época, dicen que muy pocos tuvieron acceso a leer qué era lo que realmente decía ahí.

Darya conservaba en su memoria cada uno de los festivales de la liberación, especialmente el momento en que narraban cómo la incriminaron y castigaron, resultaba increíble pensar que la habían sentenciado a muerte por ahogamiento. En ocasiones, se imaginaba qué habría hecho ella si hubiera estado en esa situación.

—¿Creen que hay algo que nos han escondido ahí? —cuestionó Darya.

—Exacto —Maia pareció aliviada al ver que Darya entendía de qué estaban hablando. Aunque la naturaleza no heredaba la apariencia, sin duda tenía genes de ella y su padre—. Si se supone que lo que está escrito en su diario es la verdad absoluta, y fue la prueba suficiente para incriminarla, no deberían mantenerlo en secreto. Solo nos hacen dudar más sobre sus palabras.

—Pero, no entiendo —interrumpió Darya—. Si se supone que los Grays fueron quienes la incriminaron, ¿por qué están intentando demostrar su inocencia?

—No es que quieran demostrar que sea inocente, solo se están basando en lo que dicta la maldición. «Todo aquel que use su don de nacimiento quedará unido a él para siempre... O hasta que todos sepan la verdad». Eso nos hace pensar que hay algo oculto, que necesitamos descubrir para que la maldición se rompa. Para bien o para mal, ellos quieren hacer que se sepa. Odian que los Grays hayan caído tan bajo que su propia raza haya desaparecido.

—Es verdad —aceptó Darya.

—Hay cosas que suelen estar ocultas a simple vista —aseguró Zack.

—Tiene sentido, siempre nos han dicho que todo está escrito en su diario, pero nunca nos han leído una parte de su supuesta confesión. Se excusan diciendo que evitan sacar el diario del ayuntamiento para que no sea robado —respondió Darya.

—Lo ves —le recalcó Maia a Zack.

—Discúlpame por no haber estado nunca en un festival de la liberación —respondió él.

Pensar que Zack llevaba ahí casi el mismo tiempo que la maldición, le parecía a Darya algo increíble. Se preguntaba si aún tenía esperanzas de encontrar a su hermano en el más allá. Quizás era esa la razón por la que ayudara a Maia con su investigación, aunque significara continuar su vida como una persona normal y envejecer. Darya se preguntaba qué tan bien podría adaptarse a la vida real, después de estar en esa burbuja tanto tiempo.

—¿Planean entrar al ayuntamiento? —preguntó Darya.

—Sí, aquí es donde entra tu padre. La idea es usarlo para ingresar sin llamar la atención, porque fácilmente podríamos entrar quemando cosas, pero sería demasiado exagerado —respondió Maia.

—Aunque sería divertido —agregó Zack—. Lástima que no podré acompañarlas.

—Sé que te divertirás bastante buscando a mi otra hija, Zack —le dijo Maia, con un tono amenazador.

—Tienes razón —le respondió él—. Es mi sueño hecho realidad, llegaré a rescatarla y me verá como su héroe.

Dicho esto, puso ambos brazos detrás de la cabeza y se recostó un poco más en el sillón, cerrando los ojos, como imaginando aquella escena en su cabeza. Darya recordó el dibujo que se encontraba en la habitación de Zack, en él se veía una chica muy parecida a su hermana, recostada en un campo de flores. ¿Zack estaba enamorado de su hermana? Al parecer, Maia notó que Darya observaba a Zack confundida y decidió decir lo obvio.

—Cuando le conté que tenía un par de hijas, no me dejó en paz hasta que lo llevé a verlas. Quedó cautivado con Azami, y desde ese momento ha sido su amor platónico. No tienen ningún vínculo sanguíneo, y lo hemos mantenido en secreto para que él continúe siendo alguien a quien Chiemi no puede chantajear. Pero últimamente está muy inspirado en sus dibujos, y quizás también fue por eso que la reconocieron tan fácilmente.

—Ya te dije que no fue por mí —reclamó él.

—Como sea, ahora te toca hacer el papel del héroe e ir a salvar a Azami si quieres que te dé el visto bueno. Recuerda que sigue siendo mi hija.

A Darya le divertía aquella situación, se preguntó si Maia haría lo mismo en algún momento para chantajear a Eamon con obtener su aprobación. Darya consideraba a Zack como un hermano, en estos últimos días él le había abierto su corazón contándole cosas muy personales y ayudándola en todo lo que pudiera, se preguntaba si también lo hacía por obtener su visto bueno. De todas maneras, no pensaba en nadie mejor para su hermana.

Maia se acercó a Darya y puso su mano en una de sus mejillas. Podía notarse el cansancio en su cara, y no la culpaba, había pasado demasiado en un solo día. Aunque la veía dispuesta a seguir adelante, con tal de salir de esa situación, decidió que era mejor decirle que descansara.

—Todo será esta noche. Aún es bastante temprano, será mejor que te des una ducha y comas algo, para luego dormir lo más que puedas. Necesito que recuperes mucha energía. 

Ahí estaba ese tono maternal que antes creía peculiar en ella.

Darya se levantó y fue hasta el baño, llenó la bañera y disfrutó de algo que no sabía que amaba tanto hasta que pudo hacerlo. Un buen baño de burbujas era algo que había necesitado toda su vida. Estar en el agua la relajaba muchísimo, nada que ver con sus antiguos «baños», que consistían en frotarse un paño mojado, que se sentía como una lija contra su piel.

Cuando salió de la ducha, fue a la habitación de Zack y se vistió con ropa que Maia había dejado sobre la cama. Aún no habían limpiado la que sería su habitación, pero si las cosas salían bien, no la necesitarían. Recordó que Maia le había mencionado que comiera algo, así que luego de vestirse, se dirigió a la cocina y encontró a Zack devorando lo último que le quedaba en el plato.

—¡Hola! —la saludó al verla—. Maia dejó tu comida servida, y se fue a recostar. Estuvo desde la madrugada con los Grays, así que está muy cansada.

—Y aun así preparó comida —respondió ella, tomando su plato y sentándose en la mesa.

—Ya sabes cómo son las mamás, aunque no puedo decir que lo sé de primera mano. Mi hermano y yo fuimos abandonados, pero estuve observando a Lina durante muchos años con el pequeño Hugo.

—Es increíble pensar que ayudaste a mi papá a nacer. Prácticamente, siempre has estado en mi familia.

—Podría decirse que sí, debo admitir que la nostalgia me ganaba de vez en cuando, y visitaba a Lina mientras ella cuidaba de tu padre. Chiemi cree que uno solo es vulnerable por su familia, pero aunque Lina y yo no compartiéramos lazos sanguíneos, era lo más parecido a una madre que tuve.

—Mi abuela fue una gran persona —una sonrisa se dibujó en el rostro de Darya al recordarla.

—Sí que lo fue, y me llevé una gran sorpresa cuando descubrí que Maia estaba casada con Hugo. Durante nuestros primeros años juntos, no paraba de recordarle que fui yo quien dio su vida por su amado esposo, ahora solo lo menciono de vez en cuando.

Ambos se rieron y luego Darya continuó hablando.

—También puedes usar eso como un buen argumento para que te deje salir con mi hermana.

—Es verdad, pero primero quiero ganarme su corazón. No puedo esperar a encontrarla, no te imaginas cuántas veces soñé con este momento.

—Eso es realmente tierno, pero también un poco extraño. Intenta no mencionarle que ya la conocías, podrías espantarla si sabe que la espiaste por años.

—Si lo dices así, suena horrible. Pero lo tomaré en cuenta. Ya verás, no se resistirá a mis encantos.

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