Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 40


Durante el camino de regreso, Darya notó que Zack parecía preocupado, y ella se imaginaba que él aún seguía pensando en que esa mañana, Dereck le había preguntado dónde estaba Maia, mientras él debía cubrirla.

Darya se preguntaba si esa había sido la primera vez que Zack había tenido que tomar un encargo por Maia, para que pudiera ir con los Grays. Y se cuestionaba su manera de actuar. Si Zack no tenía a nadie más allá afuera, tal vez debería ser él quien fuera con los Grays, sería más fácil. ¿Por qué era Maia quien debía ir?

—Tenemos que hablar con Maia, estoy seguro de que ella sabrá de una manera de arreglar esto. —le aseguró Zack, intentando que no se preocupara.

Al acercarse al pueblo, ambos notaron que había una multitud reunida en el mismo lugar donde antes habían visto a muchas personas yendo y viniendo con cosas. Habían montado una tarima y allí estaban Dereck y Chiemi de pie, saludando a su público. Zack y Darya se acercaron un poco para escuchar qué tenían que decir, parecía que estaban a punto de hacer un anuncio en cualquier momento.

Poco a poco fueron llegando más personas, hasta que esa pequeña plaza estaba repleta de gente. Darya miraba a su alrededor y recordaba un arcoíris, era increíble ver tantos dones juntos y se preguntaba cuántos de ellos dominaban más de un don, además del adquirido al nacer. Pronto, Chiemi comenzó a hablar, y todos hicieron silencio inmediatamente al escuchar su voz, atentos a sus palabras.

—Mis queridos liberados, espero que todos estén bien —los saludó—. Les agradezco mucho que estén aquí, y más que todo a esas personas que ya han cumplido sus encargos del día —dicho eso, dio un paso atrás y Dereck continuó hablando por ella.

—Les queremos agradecer que estén ahí día a día, ayudándonos con los encargos para mantener el orden en nuestro mundo, tanto como en el de los limitados ¡Todos ustedes se merecen un aplauso!

Después de ese momento de aplausos, todos se sintieron útiles e importantes. Cuando el aplauso finalmente se detuvo, Dereck continuó hablando. Darya, desde el público, pensaba que era obvio lo que fundamental que era para ellos que su público estuviese animado, sintiéndose una parte valiosa de algo.

—Es de suma importancia asegurar que cada persona que realice encargos, esté capacitada para acudir a ellos, y cumplirlos a la perfección. Es por eso que, a partir de ahora, haremos algo distinto. Chiemi y yo los acompañaremos durante al menos uno de sus encargos, para asegurarnos de que todo esté en orden.

Darya se sentía frustrada e intrigada. ¿Por qué querían sabotear todo lo que ella quería lograr? A partir de ese momento, había decidido utilizar sus encargos como una forma de desarrollar otros dones junto a Zack o Maia, pero ahora querían supervisarlos. 

Sentía que debía actuar como si nada estuviese pasando y, tal vez, dejar a Zack en casa. Quizás era peligroso que los vieran juntos, sabiendo que no tenían con quién chantajearlo y que él era alguien indomable para ellos.

Darya continuó escuchando atentamente, deseando que el anuncio terminara lo más pronto posible. Su urgencia por ver a Maia crecía con cada minuto que pasaba, tenía tantas preguntas que hacerle, especialmente sobre por qué su padre la había enviado a buscarla. 

La voz de Chiemi volvió a sacarla de sus pensamientos, captando nuevamente su atención mientras volvía a ser era ella quien hablaba.

—Serán contactados de manera privada, para anunciarles cuando será su turno de ser acompañados por nosotros durante sus encargos. ¡Tengan todos un buen día, y gracias por su compromiso por hacer de nuestro mundo el mejor!

Los aplausos y silbidos resonaron nuevamente por todos lados, y Darya volteó a mirar a Zack, esperando que él la llevara de vuelta a casa para ver a Maia. Sin embargo, para su sorpresa, él no estaba allí. No había rastro de él en ninguna parte, había demasiada gente como para ver a dónde había ido, y era muy probable que Darya se hubiera alejado sin darse cuenta entre la multitud. 

Entonces, reconoció una voz entre tantas personas, y deseó no haberlo hecho.

—¡Hola de nuevo, Darya! —era Chiemi, sus ojos rasgados se cerraban al sonreír, intentando mostrarse amistosa ante ella—. Escuché que ayer fue tu primer día borrando recuerdos, sé que es uno de los encargos más difíciles y pesados. Así que quería asegurarme de que no necesitas ayuda con tu técnica, ¡vamos! Te acompañaré en tu próximo encargo.

Era obvio que no supervisarían a todo el mundo, solo querían hacerle creer a Darya que así era o quizás enviar un mensaje a través de ella. No pensó que tendría más encargos ese día, así que no sabía a dónde debía dirigirse.

Intentó mantener esa misma actitud amistosa hacia Chiemi, a pesar de todo el daño que le había hecho. 

—No pensé que tendría más encargos hoy. Acabo de volver de borrarle la memoria a una chica que perdió a su madre, borrar recuerdos quita mucha energía, realmente estoy cansada. 

Mintió intentando zafarse de aquello. No había borrado la memoria de esa chica, ya estaba borrada cuando llegó, pero no quería dejarle saber a Chiemi que ya había visto los recuerdos implantados en ella.

—Tranquila, será rápido y podrás descansar. Debemos adelantar trabajo, sabes que estamos un poco atrasados.

Con esas palabras, Chiemi hizo señas a Darya para que la siguiera, y juntas comenzaron a abandonar el pueblo de los liberados. Después de unos minutos, Darya notó que estaban dirigiéndose hacia un sendero que conocía como la palma de su mano, por todas las veces que había caminado por ahí en el pasado.

Se dirigían a su casa.

Al llegar, Chiemi se detuvo frente a la puerta e hizo el mismo movimiento que Darya la había observado hacer en el recuerdo de Ámbar. Parecía usar ráfagas de aire para controlar objetos en el mundo de los limitados, y así logró que la perilla de la puerta se moviera, dejándolas con el camino libre hacia la estancia de su propia casa. Chiemi se detuvo frente a la puerta, esperando a que Darya pasara.

Darya ya suponía qué hacían ahí y se preguntaba si tendría algo que ver con que había podido comunicarse con su padre. Quizás Chiemi era capaz de saber eso, esta era su manera de dejarle saber a Darya quién tenía el control.  Sin embargo, no había forma de que Chiemi supiera que su padre había logrado comunicarse con ella, ya que los tiempos no coincidían. 

Desde la mañana de ese día, había mucho movimiento en la plaza, lo que indicaba que ese plan estaba en marcha mucho antes de que ella pudiera hablar con su padre. Entonces, si no se trataba de eso, ¿qué habría hecho que Chiemi estuviera tan molesta como para dirigir todo su odio hacia Darya?

Ambas habían mantenido un silencio incómodo hasta ahora. Aunque Darya había estado pensando en mil cosas, no habían cruzado palabra durante todo ese tiempo. Y no fue hasta que Chiemi la llevó hasta las escaleras, que Darya decidió hablar, y enfrentarse a ella.

—¿Por qué estás haciendo esto? Se supone que eres una persona que apoya que los liberados vivan su vida en paz, sin interferir con el mundo de los limitados, ¿crees que podré vivir en paz sabiendo que le arranqué los recuerdos a mi padre?

—No hay mejor muestra de fidelidad que esta. Necesito saber si puedo contar contigo, y este es el precio.

Darya sintió cómo se helaba su sangre, ¿debía negarse? Hacerlo sería como declararle la guerra directamente, y lo último que necesitaba era que Chiemi descubriera sus verdaderas intenciones, si es que aún no las sabía.

Subieron las escaleras una detrás de la otra, y Darya se sentía atrapada, sin poder encontrar una salida a aquella situación. Llegaron al estudio de su padre y se detuvieron en la entrada. Él estaba sentado en su escritorio, algo que Darya no había presenciado en mucho tiempo, leyendo un libro como siempre, dando la impresión de que todo seguía igual que antes.

—No quiero hacerlo, es mi padre —le rogaba Darya a Chiemi—. Solo me quedan mi hermana y él, no puedo perderlo, no puede olvidarme.

—Es mejor que lo hagas, si quieres volver a ver a tu hermana —le respondió Chiemi amenazándola.

Lo que Chiemi no sabía era que había usado la combinación perfecta de palabras. Podría haberse referido a que Darya debía hacerlo si no quería que su hermana la olvidara, pero mencionó volver a verla. Era un detalle muy pequeño, pero eso confirmaba las sospechas de Darya. Las palabras de su padre resonaron en su cabeza: «Ahora debes buscarla tú a ella». Azami se había liberado, sí había ido a buscarla, y por eso Chiemi utilizaba a su padre como amenaza.

Al comprender eso, Darya supo que aunque su padre pudiera olvidarla, Azami estaría a su lado para luchar contra la maldición, y confiaba en que juntas lo lograrían. Por lo tanto, mantuvo silencio y se adentró en el despacho de su padre. 

Pudo notar cómo él se ponía tenso, quizás al percibir una presencia extraña en la habitación. Darya sabía que posiblemente se debía a que estaba junto a Chiemi. Sin embargo, él no reaccionó, y continuó simulando leer el libro, mientras Darya cumplía con su encargo...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro