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Capítulo 38


Darya sentía el corazón roto. Observaba a Ámbar, tirada en el sillón, y sentía un pinchazo en el pecho, porque sabía la razón por la que estaba tan feliz al verla llegar a casa. Antes de recuperar su vista propia vista, y deshacerse de los recuerdos de Chiemi, Darya pudo ver algunos de los últimos recuerdos de Ámbar, en los que ella estaba en casa de Eamon, antes de que llegara Azami por él, y ambos hicieran que se fuera.

Zack mantenía a Darya entre sus brazos, tratando de tranquilizarla. Ella podía sentir su respiración calmada mientras estaba recostada en su pecho, necesitaba un abrazo para reconfortarse del dolor que estaba sintiendo. Él no entendió qué estaba pasando, porque ella no se lo contó de inmediato, pero él se propuso a darle su espacio y esperar a que ella quisiera contarle lo que había ocurrido.

Luego de salir de la casa, él mismo volvió a poner la puerta en su lugar y la acompañó de nuevo por el bosque, hasta que ella decidió contarle qué había pasado, y se detuvieron un rato a hablar sobre lo que había visto Darya cuando conectó con los recuerdos de esa chica.

Después de escucharla atentamente, Zack continuó mostrando su lado protector, y decidió usar sus propios argumentos para calmarla y hacerla sentir segura, mostrándole que era posible reversar la situación.

—Sé que te asusta que ella te reemplace, y que todo por lo que has trabajado se lo lleve alguien más. Pero eso tiene arreglo, podemos ir a ver a Eamon y borrar sus recuerdos con ella, solo tendríamos que implantar los tuyos de nuevo. No todo está perdido. 

—Gracias por ayudarme a calmarme antes, Zack —le agradecía Darya—.  Sé que no estuvo bien soltar a Ámbar de esa manera, pero no podía hacerlo delicadamente después de ver lo que vi, aunque una parte de mí entiende que no es su culpa... No sé cómo sentirme con respecto a ella.

—Es verdad, solo la están utilizando para molestarte. No creo que ella haría algo así a propósito.

—Jum, sí que lo haría. Fui yo quien borró sus recuerdos con su padre, y también hubiese borrado los de su madre de haberlos encontrado ahí.

—Lo sé, Dary. Pero no estás haciendo eso por voluntad propia, no despertaste un día y te empeñaste en acabar con su vida. Solo estás siguiendo órdenes, no olvides eso. Estás desviando tu odio hacia otra parte, cuando todo indica a la misma persona.

Tenía razón, todo era culpa de Chiemi. Aunque Darya no se atrevía a decirlo en voz alta ahora, que sabía que estaba en su mira. Asintió para Zack, dándole a entender que había captado su mensaje.

—Tengo que ir a ver a mi padre —le anunció Darya.

—¿Crees que sea buena idea? —él también era consciente de que Chiemi tenía sus ojos puestos en Darya, y sabía que mostrarle debilidad hacia su padre solo haría que fijara en él su nuevo objetivo.

—Vi la expresión de mi hermana cuando Eamon le dijo que se fuera, jurando que no me conocía. Ahora, necesito asegurarme de que está bien, y la única forma de hacerlo es buscando a mi padre, ya que es lo único que le queda a Azami si Eamon la abandona.

—Tienes razón —aceptó Zack—. ¿Quieres que vaya contigo? 

—Estaré bien.

—Ten cuidado —le pidió Zack—. Nos vemos en casa.

Él siguió su camino por el bosque, y ella se dirigió al hospital. Al llegar, ubicó rápidamente la habitación de su padre, pero ahí no había nadie. Se asustó mucho al no saber qué había ocurrido, y corrió por el pasillo, donde lo vio caminando lentamente mientras una enfermera lo tomaba del brazo.

—Todo está bien —le aseguraba él.

Darya no sabía si se dirigía a la enfermera o a ella. Pero se detuvo a observarlos, la enfermera lo acompañó hasta su habitación y lo ayudó a sentarse sobre la cama.

—Ya regreso con los papeles del alta. Espere aquí, por favor —le indicó ella, y salió corriendo de la habitación.

Cuando ya estaba lo bastante lejos, él volvió a hablar, aunque en voz baja. Darya se sentó con él en la cama, aun dudando sobre si él podía reconocer su presencia ahí.

—Espérame —dijo.

No había nadie más ahí, así que Darya supuso que él se dirigía a ella, y decidió esperar, como él se lo había pedido. Ella se contuvo y no dijo nada más, ya que no sabía si él podía escucharla o simplemente sentir su presencia, y se dispuso a observarlo en silencio. Hacía mucho tiempo que no estaba tan cerca de su padre, su viaje había sido uno de los más largos que había hecho hace mucho, y la última vez que Darya había ido a verlo, él estaba sedado, y ella le había hablado, aunque no podía saber si él la había escuchado en aquel momento.

Darya estaba feliz de ver que él había recuperado su semblante, como si nada hubiese pasado. Su barba rubia estaba cuidadosamente arreglada y su corte de cabello parecía recién hecho. No dudaba que tal vez lo habían hecho en la enfermería para que se viera presentable antes de ser dado de alta. Como uno de los Sabios del pueblo era normal tener algunos tratos especiales, aunque eso no había sido suficiente como para cubrir su operación, lo cual había desencadenado toda esta situación.

Ambos escucharon unos pasos correteando el pasillo hasta la habitación, y la enfermera se asomó por el agujero de la puerta, para luego entrar mientras observaba los papeles, confirmando que todo estuviese en orden.

—Bueno, señor Hugo —ella hablaba mientras mantenía la mirada fija en los papeles que tenía en la mano, como asegurándose de la información que iba a compartirle—. Ya que usted no tiene ningún familiar directo que se haga responsable del alta, le entrego los papeles sobre su operación y los cuidados que debería tener las siguientes semanas. Cuento con usted para cuidarse.

Darya sintió que palidecía al escuchar que la enfermera decía que su padre no tenía ningún familiar directo, ¿dónde estaba Azami? Quería que su padre saliera de ahí lo más rápido posible, para intentar comunicarse con él, Darya había pensado en que si él no podía escucharla, podría comunicarse con él mediante pensamientos implantados si fuese necesario.

—Todo estará bien, lo prometo —lo escuchó decir, mientras se levantaba de la cama y se dirigía hacia la puerta.

Darya estuvo intentando llamar su atención durante el camino, él caminaba con mucha seguridad mientras se dirigía a casa. No había dicho ni una palabra desde que había salido del hospital, y a Darya le desesperaba no ver a Azami por ningún lado. Siguió caminando detrás de él, y ambos abandonaron el bulevar del centro, comenzando a caminar por un sendero menos concurrido.

—Sé que estás confundida, Dary. Me imagino que aún no has podido ver a Zami —le dijo su padre.

No le costaba nada intentarlo, así que Darya le habló de vuelta.

—¿Dónde está ella? —preguntó, nerviosa por escuchar la respuesta.

—Fue a buscarte, y creo que es tiempo de que la busques tú a ella.

A Darya le parecía imposible que Azami se entregara voluntariamente a la maldición. Sentía cómo su mundo se desmoronaba, habiendo perdido primero a Eamon y ahora a Azami. Y sabía que pronto, Chiemi también borraría los recuerdos de su padre. Todo parecía perdido y no sabía qué hacer. Se encontraba debatiéndose sobre cómo seguir, y su padre volvió a hablar.

—Aunque no lo pienses, hemos avanzado más de lo que te imaginas. Se lo dije a Azami, pero ahora te lo diré a ti, encuentra a Maia, dile que te lo explique todo.

¿Su padre conocía a Maia? Debía ir a verla cuanto antes. Si él se refería a que estaban cerca de acabar con la maldición, tenía sentido, ya que según Zack, Maia colaboraba con los Grays para destruirla. Pero, ¿cómo la conocía su padre? Darya suponía que no podía pedirle explicaciones en medio de la calle, así que decidió preguntarle directamente a Maia.

Aunque no quería dejar a su padre, estaba feliz de verlo de vuelta a la normalidad. Darya sabía que debía seguir adelante, así que decidió despedirse.

—Lo haré —le dijo en voz alta—. Cuídate mucho, papá.

—Tú también, Dary. Pronto nos veremos.

Darya observó a su padre caminar de vuelta a la casa y se sintió melancólica al verlo tan solitario. Recordó que él estaría solo allí todas las noches, hasta que ellas pudieran acabar con la maldición. Eso le daba aún más razones para continuar, ya que no quería dejar a su padre solo.

Aunque no estaba realmente cerca de su propia casa, al final del sendero podía ver una pequeña casa construida con tablones de madera que le traía muchos recuerdos...

Se acercó lentamente a aquella pequeña casa, consciente de que no debía hacerlo. Apenas habían pasado un par de horas desde que dejó a Ámbar tirada en el sillón de su casa, y dudaba que ella estuviera en la casa de Eamon en ese momento. Darya anhelaba verlo, deseaba que él sintiera su presencia y le hablara, que le asegurara que todo estaría bien y que pronto volverían a estar juntos.

Pero la realidad era que él ya no la recordaba, y aunque pudiera sentir la presencia de Darya cerca, no sabría de quién se trataba. Le dolía haber desaparecido de su vida. Se acercó a la casa y observó por la ventana. Pudo verlo sentado en su sillón, tomando algunos apuntes en una libreta. Si lo último que Azami y él habían investigado era cómo hacer que Darya regresara, ¿qué estaría investigando en ese momento?

Darya se quedó mirándolo por la ventana, observando su cabello y cómo su espalda se curvaba mientras intentaba escribir con la libreta sobre sus piernas, notando su peculiar manera de sujetar el lápiz. Ella amaba todo de él y no estaba dispuesta a abandonar ese amor, ni permitir que alguien más lo tomara como si fuera suyo. Sintió las lágrimas llenar sus ojos y luego escuchó una voz conocida detrás de sí.

—¡Darya!

Era Zack.

—Sabía que te encontraría aquí, Dary. Debemos irnos, no puedes estar tan cerca de él. No hagas que ella se moleste, sabes que tiene más maneras de mantenerte controlada.

Darya era consciente de que Chiemi podría usar a Eamon o a su padre para controlarla. Pero no podía pensar con claridad cuando se trataba de él, siempre había sido su debilidad. Tomó aire y decidió no volver a mirar por la ventana. Se prometió que la próxima vez que lo viera, él también podría verla. Estaba decidida a luchar por su amor.

—Está bien. Vámonos —le dijo ella a Zack, y lo siguió por el bosque de regreso a casa. 

Darya estaba lista para hablar con Maia, y esperaba contar con su ayuda para encontrar a Azami.

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