Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22


Después de regresar de casa de Darya, Eamon percibía una extraña sensación a su alrededor. No estaba seguro si tenía relación con la continua lluvia, ya que en Tyneham no habían experimentado una tormenta tan intensa en años. Sin embargo, sentía que algo había cambiado, como si algo fuera diferente.

Al llegar a su hogar, una profunda sensación de soledad invadió a Eamon, sintiéndose vacío y preguntándose qué haría ahora. Desde que el padre de Darya se marchó unos meses atrás, Eamon se había centrado en el pequeño negocio de frutas y verduras que cultivaba Darya y él vendía en la feria del pueblo.

En aquel momento, sin Darya y sin Hugo, sentía que no tenía nada que hacer. Así que estuvo haciendo un pequeño inventario de lo que tenía en casa para sobrevivir mientras Darya y él podían volver a trabajar y concluyó que podía aguantar una semana, le parecía más que suficiente. 

Sabía que, en cualquier momento, Darya podría cambiar de turno para cuidar a su padre con Azami, y él solo necesitaba que ella recogiera los cultivos y él los vendería. Además, le emocionaba mucho que Hugo hubiese vuelto y saber que se estaba recuperando le daba esperanzas de continuar con su puesto como aprendiz.

Ya un poco más tranquilo y con mucha fe en el futuro, se preparó un poco de té para entrar en calor, la constante lluvia hacía su pequeña estancia aún más helada que de costumbre.

Luego de disfrutar de su taza de té, se recostó a leer, sin tener muchas ocupaciones. Al estar encerrado y solo en casa, esa era su única distracción. El padre de Darya le había prestado muchos libros antes de irse y él se había puesto la meta de terminarlos antes de que volviera, le quedaban solo un par, y esperaba poder aprovechar su tiempo de recuperación post-cirugía para cumplir con su objetivo.

Comenzó a leer y sentía cómo el sonido de la lluvia lo arrullaba, no tardó mucho en quedarse dormido con el libro sobre su pecho.

El sonido de algo golpeando una de las paredes de la casa lo despertó de repente, dejándolo asustado. Se levantó rápidamente para investigar qué había sucedido y al mirar por la ventana, se dio cuenta de que no había nada cercano a la pared, ni objetos en el suelo que pudieran haber causado el ruido. Era como si nada hubiera chocado contra ella.

La situación lo dejó confundido y dudando si había sido solo un sueño. Siempre le costaba un poco despertarse, consideró que podría haberlo imaginado y confundirlo con la realidad. Continuó mirando entre la lluvia, intentando distinguir de dónde había venido aquel ruido, no pudo encontrar nada, así que volvió a su cama.

La sensación de nervios al estar solo en casa era desconocida para él. Desde el momento en que se mudó a este lugar, supo que era su hogar, y aunque fuese pequeño, era su propio refugio, algo que tenía un valor inmenso para él, que solía no tener nada.

Se sentía orgulloso de sí mismo, sabía que podía lograr grandes cosas y se sentía bien encaminado. Le iba bien en su emprendimiento, tenía alguien que lo amaba, y estaba construyendo su futuro en un área laboral que lo apasionaba. Para ser un chico abandonado en que nadie creía, había logrado mucho.

Con la satisfacción de aquel sentimiento de superación en mente, volvió a quedarse dormido. Solía imaginarse un futuro al lado de Darya muchas veces, a veces despierto, a veces medio dormido, y no era raro para él soñar con ella.

Soñó que la abrazaba por detrás mientras dormía, y enterraba su rostro en su cabello azul como el mar más profundo. Anhelaba tenerla cerca, así que la apretó con más fuerza. De repente, sintió que su cabello se transformaba en agua, Eamon pudo sentir cómo se hundía cada vez más, sintiendo que le faltaba el aliento. Eamon luchó por nadar hacia la superficie para liberarse, pero por alguna razón, no pudo separarse de ella. Mientras él ascendía, ella parecía hundirse cada vez más, como si fuera un ancla que lo mantenía atrapado.

En aquel momento, escuchó el sonido de la puerta, y fue como si la burbuja de su sueño explotara y lo liberara. Se levantó sobresaltado, pero la sensación del sueño lo envolvía fuertemente, y poco a poco se fue quedando dormido de nuevo. Se dio cuenta de que estaba volviendo al mismo sueño, pudo reconocerlo. Decidió aprovechar esa lucidez y trató de jugar con la situación dentro de su sueño.

Es mi sueño, puedo hacer lo que quiera.

En el sueño, se encontraba en medio del mar, asombrado por su capacidad para respirar bajo el agua. Utilizó esa habilidad para seguir a Darya mientras descendía hacia el fondo del mar, liberándola de las ataduras que la arrastraban hacia abajo. ¡Lo había logrado! Había superado una pesadilla, no podía creerlo.

Una vez más, el ruido en la puerta lo sacó de su sueño. Esta vez despertó un poco más tranquilo, ya que estaba disfrutando del sueño hasta ese momento. Como pudo, rotándose los ojos en un intento por despejarse del sueño, pero aún se sentía muy adormecido.

Al abrir la puerta, se encontró con Azami y la invitó a pasar, aunque sabía que era extraño, por el hecho de que ella nunca antes había ido a visitarlo. Notó que estaba un poco nerviosa, pero no la culpaba, sabía que su padre había pasado por momentos difíciles. Aun así, se preguntaba qué hacía ahí.

Eamon le ofreció algo de beber, aunque Azami no quiso. Luego, la vio sentarse en el sillón, y ella le contó que tenía algo que decirle. Él aceptó escucharla, sentía que era algo demasiado serio, se notaba en su expresión seria y preocupada.

—Esta mañana, recibí un encargo de pesca. Era justo lo que necesitaba para poder cubrir los gastos de la cirugía de mi padre.

Azami empezó a hablar, y él la escuchó en silencio, intentando adivinar qué era lo que la tenía tan nerviosa. Notó que ella se miraba las manos mientras hablaba, y por alguna razón, no lo miraba a los ojos.

—El encargo se trataba de pescar langostas. Nunca antes lo había hecho, pero sé que es peligroso hacerlo solo, puedes quedar atrapado en un arrecife. Así que Darya se ofreció a ir conmigo.

Eamon no podía creer lo que estaba contándole. ¿Había llevado a Darya a pescar y había vuelto con vida para cuidar a su padre? Seguro la culpa de lo que pudo haber pasado estaba comiéndose a Azami y necesitaba con quién hablarlo, no la culpaba.

—Sujeté a Darya de la baranda del bote con unas esposas a sus pies. Ella solo tenía que soltar el ancla con un mecanismo, no estaba en peligro.

—Entiendo, sé que no la pondrías en peligro —le respondió Eamon, aún no sabía a dónde quería llegar.

—Pero lo hice, Eamon —en aquel momento, Eamon escuchó cómo su voz se quebró y supo que algo no estaba bien—. Todo iba bien, te lo juro. Volví muchas veces al bote para asegurarme de que estaba bien, de que seguía ahí.

Eamon sentía cómo su corazón se aceleraba. Se llenó de miedo, preocupado por la dirección que estaba tomando la conversación, y deseaba detenerla, sintiendo que no podría soportar continuar escuchando. Sin embargo, no podía decir nada, no le salían las palabras.

—Al volver, junto con la última ronda de langostas en la bolsa. Estaba lloviendo muy fuerte, en las costas no suele llover, pero por si acaso, habíamos llevado una lona para cubrirla. Todo estaba bien, teníamos todo planeado.

Azami aún no lo había dicho, y él prefería que fuese así. Eamon ya se imaginaba lo que ella iba a decirle, y no pudo evitar llorar. Sabía que Azami estaba haciendo su mejor intento para no hacerlo también, su cara se había puesto más roja a medida que soltaba cada palabra y su voz se quebraba cada vez más, conforme avanzaba su narración.

Azami era consciente de que Eamon ya sospechaba lo que había sucedido. Sin embargo, tenía que decírselo. Azami también necesitaba escucharlo de su propia voz, y debía dejarle saber a Eamon qué había pasado, confiando en que él la ayudaría a encontrar a su hermana. Aunque sabía que romperle el corazón con aquella noticia sería inevitable, temía que él pudiera odiarla.

Eamon continuaba sin decir nada, solo cubría su cara con sus manos mientras lloraba. Azami sabía que debía continuar, ambos podrían consolarse después. En ese momento, necesitaba ayuda y esperaba que él pudiese dársela, aunque le estuviese haciendo tanto daño.

No podía soportar verlo llorar, sabía que él amaba profundamente a su hermana y se sentía terrible por haberle arrebatado ese amor. Al principio, solo había pensado en ella y en lo que perdía sin Darya, pero ahora se daba cuenta de que había otra persona que también dependía de ella y ahí estaba, viéndolo llorar por el amor que había perdido.

Azami hizo un esfuerzo por ser fuerte y afrontar su error. Levantó la mirada y la dirigió a los ojos de Eamon, consciente de que le había mentido. Estaba allí para admitir su error y centrarse en enmendarlo. En su expresión, pudo percibir que él quería saber qué había sucedido con Darya, aunque le doliera.

—Cuando volví al bote por última vez, ella no estaba ahí, Eamon. Desapareció.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro