No es como si realmente le preocupara lo que Naruto pensara de él, pero si él dejaba de hablarle y dejaba de intentar mantener su relativa "amistad", no sabía que sería lo que le haría Sai al enterarse. Era como decirle que ya no tenía control sobre él, y podría poner su vida en peligro.

Avanzó lo más rápido que pudo hasta la enfermería, donde esperaba encontrar al rubio acostado maldiciendo en cualquiera de los tantos idiomas que decía saber. Pato no se movía, como si supiera a donde era que se dirigían y con quien se encontrarían. Literalmente saltó los tres últimos escalones para llegar antes, no le importó empujar a un grupo de chicos de tercero y a dos profesores que iban sentido contrario al suyo.

-Ten más cuidado –le gritaban, pero él no hacía caso a sus llamados.

Cuando por fin llegó a la enfermería, se detuvo a pensar en la situación ¿Realmente quería ver al dobe? Quiero decir, él podía ser un mafioso ruso, de seguro había matado a más personas de lo que pudo haber hecho Hitler en alguna ocasión y tan solo tenía unos dieciséis años. ¿Realmente quería ir a ver cómo se encontraba una persona así?

Cierta parte suya pensó que lo mejor sería dar vuelta atrás y regresar por donde había venido, pero un minúsculo sentido común suyo le informó que debía abrir esa puerta y preguntar, al menos con falsa cortesía, si se encontraba bien.

Pero cuando estuvo a punto de girar la manija, esta se abrió, y sus problemas rubios aparecieron delante de él.

-¿Qué haces aquí? –le gruñó Naruto, mostrando todos los caninos.

-Kurenai sensei pregunta si estás bien –contestó, y al no escuchar respuesta, continuó-, aunque realmente no me importa si es que vives o mueres, mientras tú intentes saltarte clases, me perjudicas la nota. Así que mueve tu gordo trasero y sígueme a clases antes de que intente matarte.

-¿Y quién me ordenará eso? –Burló, jocosamente- ¿Tú, un simple civil, y quienes más?

Naruto sabía que no había nada que temer con respecto a ese azabache, lo había sabido desde el comienzo. Aunque él se intentara acercar a los enemigos, no tenía nada que informarles, y lo más seguro es que lo mataran después de darse cuenta que solo era una carga para ellos. Estar solo en la enfermería le dio tiempo para escuchar los dichosos audios de Itachi.

Y no se alegró por lo que se enteró.

-No te pongas engreído y solo ve a clases –fue una orden más que una petición.

Naruto fingió no escucharlo, pasó sus ojos de Sasuke a pato, y se quedó mirándolo. Era demasiado perfecto para ser un perro, aquel suave pelaje, su tranquilidad cuando se debía quedar tranquilo, hasta aquel color tan neutro que tenía. Si no fuera por aquella minúscula cicatriz de alguna operación que tenía en la intercostal, sería completamente perfecto.

Esperen ¿Una cicatriz?

-Dame al perro -ordenó.

Algo había pasado, lo presentía, las coincidencias no existían en su mundo. Su llegada a Japón, su furtivo encuentro con Itachi, la balacera, Sai, Kurama, alguien estaba moviendo piezas sin que se percatara y llevaba la delantera. Se estaba dirigiendo a investigar la llegada de Sai cuando Sasuke llegó. Y ahora se había percatado de algo con el perro. Pero al encontrar negativa ante su compañero, prefirió pasarlo.

-Sabes qué –murmuró, con dirección a la salida-, me largo. Me interesa un comino si es que te quieres quedar con el perro. Al final lo tendré.

El pelinegro no sabía ni a qué era lo que se refería el rubio, pero aun así lo siguió.

-¿Y a donde es que te van tan tranquilamente? No me digas –ironizó- ¿A otra misión de agente secreto de pacotillas? ¿A esa cosa donde pertenecías?

No pudo decir nada más cuando sintió que su aire se le escapaba, y bajó la mirada a donde Naruto había dirigido su puño. Pato seguía igual que antes, ni siquiera se había movido cuando vio cómo su otro padre atacaba, o cuando se empezó a tamborilear para evitar caerse.

-No te pases de listo, civil –bramó, con aquel tono tan tétrico que tenía en momentos serios. Ese era un momento serio.

-Y tú no te creas algo de lo cual no eres –susurró, llamando a todo el aire que sus pulmones podían recibir.

Avanzó a grandes pasos fuera del recinto, sin importarle ser seguido por el azabache, tenía una misión por delante, algo estaba sucediendo a su alrededor, como es que podía ser tan ciego para no darse cuenta. Hasta Sasuke y Pato eran parte del problema, aunque no podía asegurar con cuanta importancia.

Otra vez un mareo lo atacó, mucho más poderoso que antes. Traspilló unos pasos, pero no se detuvo. Se sentía idiota por seguir adelante cuando su propio cuerpo le decía que se detuviera, pero era parte de su entrenamiento sacar fuerzas de donde no habían, ahí no había fuerzas. Debía sacarlas.

-Si te sigues sintiendo mal deberías ir a la enfermería.

-No es algo que te importe -continuó. De su casillero sacó su mochila y su kit de primeros auxilios. Aun le debía quedar una que otra píldora de soldado, fabricadas especialmente para él y para su resistencia física. No se sentía completamente mejor después de consumirla, pero al menos podía correr si se lo proponía.

Volvió a mirar a Pato quien seguía siendo cargado ¿Qué tanta importancia podía tener él en todo esto? Era involucrar a un inocente, pero aun así parte del problema. Una vez en el estacionamiento, se montó en su moto y sacó uno de sus cascos. Si el pelinegro quería acción, se la ganaría.

-¿Vienes? –murmuró, estirando su casco.

Sasuke se quedó observándolo, estudiando sus acciones ¿Esto promovería su información o lo llevaría a matarlo por ahí? ¿Alguien se preocuparía por él? ¿Encontrarían sus huesos si es que ese fuera el caso?

-Si manejas a lo loco juro que me vengaré –contestó, acomodándose detrás de él.

-Veamos si lo logras.

Nubes de humo salieron dejando el rastro de su presencia, no había nadie fijándose en que dos jóvenes iban a hacer cosas de las cuales no se encontraban autorizados, o que tal vez se promulgaban a correr un gran peligro. Todo era muy normal para un país donde las guerras eran cosa del pasado.

Verdad, ¿No lo creen?

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-Neji Shimura es un traidor –bramó el joven, señalando la bitácora-. Se le ha visto convivir con el enemigo y ha quemado el punto de captura para no dejar pruebas, debemos ponerle orden de captura.

Los senadores empezaron a hablar entre ellos, sacando mil y un teorías de lo que podía haber pasado en realidad. Habían enviado a uno de sus más grandes agentes a investigar sobre el tema y este les traía una barbaridad.

-¿Y el caso del agente Sai? –indagó otro senador, enfocando su vista en él.

Sintió como los diez pares de ojos se le posaban, y con una voz tranquila habló: -El objetivo ha sido localizado y se encuentra bajo investigación de hechos, una vez con todos los datos empezaremos a deshacernos de las evidencias y eliminaremos a cualquiera que se intente poner en nuestra contra.

La sala pasó por un largo silencio, intentando mantener la poca cordura que les quedaba como organización. Habían perdido a varios de los patrocinadores y con las justas podían mantenerse con las misiones actuales. Debían mover tropas por si se les presentaba otra guerra.

-Ya puedes retirarte, agente Deidara.

-Como ordene –y de un portazo salió de la sala, solo pensando en una cosa-. ¿Naruto, por qué?

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Más preguntas sin respuesta, como que la situación se estará poniendo cada vez más peligrosa. Pato en que estará metido ¿Piensan que él tiene algo que ver con el desmayo de Naruto? Por qué Sai quiere matar a Naruto, que fue lo que decían los audios de Itachi, y aun más importante:

Deidara, ¿Qué estará haciendo?

Realmente disculpen por no publicar, pero esta semana estuve realmente enferma. Tanto así que llegué a tener 39,3 de fiebre y me tuvieron que inyectar ¡Dos veces!

Y encima de todo eso, estaba en semana de exámenes, por lo que no tenía cabeza para otra cosa. Como que estoy por el primer tercio del próximo capítulo, por lo que si logro acabarlo a tiempo lo subo dentro de algunas horas. Gracias por leer esta historia.

Pdta: Para aquellos que leen mis otras historias, estoy re haciendo los capítulos de "Un doncel en el internado" Recién voy en el capítulo 1 de re edición, contando con el prólogo, pero me gustarían que se dieran una pasada y me dijeran las comparaciones que tengo en mi escritura actual con la de hace algunos años, el progreso es poder gente.

Ahora si, pasemos a las preguntas a nuestro Staff, y recuerden que si quieren pueden dejar más.

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Pregunta para Naruto: ¿Si Itachi, Sasuke y Kurama te pidieran salir de una manera romántica y tuvieras que elegir, a cual aceptarías?

-¿Uh? ¿Con romántica te refieres a esas reuniones donde todos se juntan para matar a tus peores enemigos? Bueno, Sasuke no sabe pelear, Kurama ya es algo tedioso. Creo que elegiría a Itachi, aunque podría ser yo solo, ya sabes, esa cosa con el amor propio.

Pregunta para Naruto: ¿Si te dijeran que debes dispararle a Sai o a Sasuke, a cual dispararías?

-Bueno, realmente no lo había pensado. Creo que primero los alinearía en una columna y usaría un Beretta 92FS de calibre 9mm y dispararía, con suerte el segundo recibe el golpe mortal y habría matado a ambos de un tiro por imbéciles.

Pregunta para Sasuke y Naruto: ¿Si fueran una pareja, quién sería el activo y pasivo?

-Pues, obviamente yo sería el activo.

-Claro -susurra Naruto- como si fuera que con toda esa masa amorfa que cargas todos los días puedes moverte con total tranquilidad. Morirías antes de ser mi activo.

-Pero lo sería.

-Obvio, quien querría tener que cargarte después de entrenar Judo.

(Para quienes no entienden, en el Judo existen dos papeles, el activo -atacante- y el pasivo -el que se deja atacar. Aquí lo que Naruto quiere dejar en claro es que prefiere que Sasuke lo ataque porque no recibiría daño, cosa que sería al revés si este le saca su desmadre. Aunque para nosotras las Fujoshis esto nos deja mucho en que pensar 8) )

Pregunta para Sasuke y Kurama: ¿Qué harían si Naru escribiera en la cama con un collar que diga tu nombre, con una corta cadena y que te suplique que o tomes de esta manera "Onegai amo, quiero sentirlo"?

-Dios, si que no dejas nada a la imaginación -ironiza el teme-, pues, creo que quemaría la habitación, así él sentiría mis llamas de la pasión. y tú cagón ¿Qué harías?

-Pues -lo piensa por un instante-, digamos que juntos haríamos cosas que cacatúas como tú no podrían hacer nunca en su vida.

-Como digas -abandona el set.

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Bueno, eso fue todo por ahora, ya saben, intentaré publicar dentro de algunas horas.

No se olviden pasar por "Un doncel en el internado", esta nueva edición -en mi más humilde opinión, está más entendible y clara. Hasta el momento sigo en el capítulo uno, aunque el resto de capítulos siguen al aire, por lo que se puede hacer comparación. Dej.