Capítulo 56
-¡Kurama! –gritó el rubio dejando de masajear a Sasuke-. Existe algo llamado tocar la puerta, ¿Recuerdas? Que rayos crees que haces gritando como nena.
El pelinaranja empezó a moverse en su mismo sitio inquieto, intentando cerrar los ojos cueste lo que cueste. Se sostenía el estómago de una manera rara mientras cruzaba las piernas con fuerza.
-No me entiendes Naruto –susurró con un hilo de voz, parecía que usaba todo su autocontrol en ese mismo lugar-. Comí un burrito mientras venía, y como que la naturaleza me está diciendo que debo botarlo ahora mismo.
-Pues espera afuera -gruñó.
-¡Es de vida o muerte! –rogó-. Está que pare la mierda ahora mismo.
-¡Largo de aquí!
-¡Se me está dilatando el culo que no entiendes! –gritó con fuerza. Tanta fuerza que llamó la atención de Gaara. Entonces se escuchó como cerraba el caño de una manera lenta y torpe para cambiarlo con el llevar de una toalla. Los tres giraron la cabeza simultáneamente hacia la ducha.
Sasuke por su lado intentaba esconder aquel sonrojo que cargaba por el vapor que había en el ambiente, aunque siendo realistas, el rubor que tenía Naruto era muy sensual. Todo por el vapor, se repetía, todo por el vapor.
Y como si fuera una película, Gaara apareció.
-Eso es asqueroso –comentó en voz baja cogiendo con él el palo de esponja, era uno de esos de madera con fibras en un lado, pero que cuando te golpeaban podías sentir toda tu alma salir-. Asqueroso con tan solo oírlo. Y créeme que cuando me baño no me gusta oír cosas asquerosas.
-Naruto –susurró Sasuke agarrándolo del brazo.
-¿Ahora qué te pasa a ti?
Dijo molesto, hasta a él le había dado asco lo que había dicho Kurama hace algunos instantes. Tal vez eso era algo malo de él, no tenía pudor ni de su propia mierda.
-Gaara está molesto.
No me digas, genio, ironizó mentalmente.
-¿Y qué hago, aplaudir? –El azabache le miró molesto por algunos segundos, pero luego regresó en lo suyo.
-Tú eres quien no entiende ahora, Gaara casi nunca se molesta. Molestarse para él es sacrilegio.
-¿Eso significa...?
-Escóndete –gritó, mientras se lanzaba de la camilla al suelo como le había enseñado Naruto minutos antes.
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-Ustedes ya están muy grandecitos como para ir jugando en la ducha –regañó Iruka con los brazos cruzados.
Después de que se había lanzado al suelo, Gaara había explotado contra Kurama y empezó a intentar golpearlo con el palo. Suerte que Kurama podía defenderse, pero su estómago no le daba piedad.
Digamos que al final perdió un pantalón de toda su colección. Tanto fue el asco que Naruto empezó a golpearlo en lugar del pelirrojo, pero con sus manos. Kurama no sabía que hacer, estaba aun con cólicos de burrito entre las piernas.
En un intento desesperado, Sasuke corrió hasta la tina y con el balde que había ahí, empapó por completo a Kurama junto con Naruto. Esta vez ambos se unieron contra Sasuke y lo lanzaron a la tina con todo y toalla molesto, aunque después junto con Gaara empezaron a atacar al pelinaranja otra vez.
En ese momento, Iruka entró rápidamente al baño por el gran bullero que generaban, casi saliendo de inmediato por el mal aroma. Entonces le dio la gritada de su vida a cada uno y los mandó a cambiarse a todos.
-Puedo creer esto de ellos tres –señaló a Sasuke, Gaara y Naruto quienes lo miraron mal-, pero cagarte en los pantalones a los 19 años es otra cosa Kurama, ¿Qué acaso no tienen pudor?
El pelinaranja estaba avergonzado en su sitio, hace tan solo un instante había hecho que el respeto creado con los dos civiles se perdiera por un burrito. Un burrito y la pésima digestión.
-Ahora Kakashi tiene que limpiar todo –jaleó Iruka con dos dedos en su frente-. No diré nada esta vez porque pudo ser por cuestiones de mala suerte, pero que no se vuelva a repetir, ¿Me comprenden? –los cuatro asintieron como niños buenos e Iruka los dejó irse, pero sin antes hacerles jurar con dinero que no volvería a ocurrir.
Cuando pasaron para la habitación de Naruto, se encontraron con Kakashi cargando un balde de desinfectante y con su habitual tapabocas. Puede que ninguno haya dicho algo en voz alta, pero de igual forma cada uno le deseaba piedad al pobre profesor.
-Gaara dormirá conmigo en la cama –señaló Naruto cuando entraron todos al cuarto-. Sasuke y Kurama compartirán el futon de repuesto.
-¿Por qué debo dormir con el cagón? –el ojifuego le golpeó por detrás de la cabeza molesto, lo pasado pisado y así debía quedar.
-Porque yo lo ordeno –dijo con voz tétrica, tan temible que ni Kurama quiso decir algo para el contrario- ¿Me entiendes?
-Fuerte y claro señor –repitieron ambos en coro, por otra parte Gaara solo reía encima de la cama.
Porque recién se había mudado, había muchas cosas en cajas, pero lo esencial ya estaba instalado. Recién en su cuarto se dieron cuenta que Naruto contaba con otro baño privado, y que si tan solo hubieran decidido investigar más en la casa no hubieran tenido que pasar por todo esto.
Debían ser como las 11 de la noche sin hacer prácticamente nada. Ellos estaban aburridos recordando todo lo que había pasado, aun les dolía el cuerpo, pero no tanto como había sido antes del masaje.
El rubio se encontraba jugando dardos con las caras de dos ancianos en ellas, y Kurama lo acompañaba mientras intentaban ver cuantos podrían lanzarle en los ojos a cada uno. Gaara había decidido investigar un poco más el cuarto, y estaba leyendo uno de los libros del rubio que se encontraba en inglés.
Puede que el colegio no haya tenido francés o alemán antes, pero el inglés estaba implementado desde sus raíces.
Sasuke en cambio intentaba dormir temprano, al parecer el rubio no era fanáticos de revistas de moda y no sabía que hacer aparte de leer. Su celular no tenía batería, y estaba seguro que el rubio no tenía alguno que le hiciera uso.
Cuando ya estaban cerca de media noche, apareció Iruka junto con Kakashi diciéndoles que ya debían ir a dormir por la escuela del día siguiente.
Gaara inmediatamente se acostó encima de la cama del rubio mientras que este iba al baño. Por otra parte entre Kurama y Sasuke se peleaban para ver quien se quedaba con la manta, según el azabache, no quería taparse con algo que posiblemente termine con mierda en la madrugada. Mientras que Kurama criticaba su rubor en las duchas, y que un hombre de verdad no se sonroja ni por estar ardiendo en fiebre.
En el momento en que el rubio entró a la cama para dormir, Iruka decidió apagar la luz como solía hacerle cuando este era pequeño, añorando los viejos tiempos. Cerca de las tres de la madrugada Kurama logró levantar a Sasuke de una patada, pero cuando este pensaba ir a quejarse con él, escuchó el leve susurro de su voz.
-Naruto –murmuraba gimiendo-, ellos no son lo que crees.
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Ni siquiera creí que llegaría a publicar a estas horas, pero cuando abrí Word para ver como lo dejaría, mis dedos no dejaron de moverse hasta acabarlo. Bueno, ahora si que tengo sueño, no los molestaré más.
Hasta el jueves.
Pdta: Si quieres que les dedique un capítulo escribanlo en los comentarios
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