Capítulo 23
-Bendita seas tierra.
Cuando llegaron a su destino final, Gaara saltó con todo lo que podía al suelo besándolo. No le importó las miradas extrañas que le mandaba la gente, estar con un Naruto como conductor era peor que la muerte.
Este solo lo miraba extrañado, "he bajado mucho la velocidad para no asustarlo, no lo comprendo" retumbaba en su mente. Pero a diferencia del ejército ruso, 80 kilómetros por hora no era nada poco en Tokio.
-¿Acabaste? –cuestionó mirando alrededor, algunos incluso le tomaban fotos o grababan a Gaara.
Y es que había salido muy peculiar, Gaara en un primer plano era alguien firme y desinteresado, pero cuando lo conocías un poco más a fondo, era toda una bomba en varios sentidos. Se le había tomado raro que él se junte con aquellos chicos del instituto, siendo tan "antipático" lo pudo engañar en un dos por tres.
-¿Cómo es que te dieron tu carnet? –le entregó el casco casi temblando, agradeciendo internamente que sus pies se encontraban en el suelo y no en esa máquina de muerte.
-Fácil, no tengo una.
-¡No tienes tu carnet y me has hecho subir a esa máquina infernal!
Se había exaltado, pero Naruto recordaba el arduo entrenamiento que había recibido por Kakashi ante el cambio de personalidad. Si la persona cambiaba de actitud a exaltación, por lo general era que algo había salido mal.
Pero... ¿Qué había hecho mal? De seguro era por las diferentes leyes que existía que no comprendía lo que pasaba.
-¿Eso está mal? –preguntó. Tal vez sí era eso, las diferentes leyes.
-Aparte de ser menor de edad para tener una moto, no tienes carnet. Es obvio que este mal.
"Así que es malo no tener carnet" eso se podía resolver fácil. Se lo pediría a Kakashi y este, si encontraba tiempo en su agenda libre, lo podría llevar a sacárselo.
-Puedo sacarme una dentro de poco ttebayo –convenció.
-Pero aún no lo tienes, eso es ilegal.
"Matar a gente es ilegal e inclusive me pagaban por eso, y mira que era el mismo gobierno" se burlaba su mente, pero para alguien que solo vive en una sociedad "honrada", no podía tomar en cuenta las cosas ilegales que se hacen para mantener su mundo tranquilo. El lado oscuro del planeta, todas las mafias y personas en el poder que hacen del planeta un mejor lugar aunque no lo aparenten.
-Entonces veré la forma de hacerlo legal hasta sacármelo.
Gaara ya no insistió en el tema, parecía demasiado asustado como para hacerlo. A su vez, le mostró la zona donde podía aparcar la moto sin problemas y con toda la seguridad que no se la robaran.
El local era, por decirlo en cortas palabras, muy dulce. Un letrero color chocolate débil con letras caramelo rojizo le daban la bienvenida. "Konoha coffee" lo cual le parecía sorprendente puesto a que ese era el nombre de la escuela.
Dos largos maseteros descansaban uno a cada lado de la puerta, debajo de las ventanas, dándole un toque más acogedor. Se podía ver tulipanes, algo de manzanilla y uno que otro girasol. Las paredes eras de un mostaza casi marrón claro, con algunos estampados naranjas de tazas y platitos. En la puerta había un cartel que parecía manual diciendo "Abierto".
-Es muy... lindo, el lugar –dijo mirándolo detenidamente. Muy en su interior, le gustaba, pero era demasiado infantil para su gusto lo que le generaba discorfort.
-Con el tiempo te acostumbras –masculló-. Descuida, el uniforme es un poco más normal.
El interior también era de la misma forma, las mesas parecían caramelos gigantes y las sillas eran de varios colores como terroncitos de azúcar. También tenían algunas flores, pero estas solo estaban cerca de los ventanales del final del pasillo y en una que otra ventana. A lo lejos se veía una escalera de caracol muy bien decorada.
-Tenemos mesas en la terraza y el patio trasero por si les gusta la naturaleza –explicaba todo muy rápido cuando se encaminaban a la zona de staff.
Entró como si el viento se lo llevara y mandó a Naruto a la esquina, mientras tanto él podía cambiarse sin problemas.
Para su suerte la zona de empleados no tenía los toques del local, sus paredes eran una mescla de verde con blanco y ligeros toques de marrón. Había algunos casilleros y uno que otro estante para dejar sus cosas. Vio como Gaara habría uno de los casilleros y sacaba un traje de mesero, eran de los típicos, todo negro con algunas líneas blancas. Sin más en la esquina superior, donde se encuentra el bolsillo, estaba estampado el nombre del local.
Se cambió en corto tiempo, vistiendo las ropas a su talla.
-Vamos –lo jaló.
-¿A dónde ttebayo?
-Tienes que hablar con el jefe. Será él quien decida contratarte o no.
Se le había olvidado que aún no estaba contratado y que tal vez nunca lo esté, pero era muy acogedor el lugar como para tomar eso en cuenta.
La habitación del costado era completamente diferente, podría decirse que era la única con forma empresarial. La puerta era de madera retocada blanca y sus bigas de negro azabache. Estaba escrito en inglés "Boss" un pequeño papel tapado por una fina franja de vidrio muy bien limpiado. Tocó la puerta una, dos, tres veces antes de que alguien responda.
-Soy Gaara –respondió apresuradamente.
En corto tiempo la puerta fue abierta encontrando solo a la asistente del jefe.
-Lo lamento Gaara kun, pero aún no llega. Debe estar en camino.
Le explicó que había ocurrido cierto problema en su casa con algunos papeles y nuevos datos que le había llegado del extranjero por lo que se tomó un corto desvío, pero que de todas formas iba a ir.
Gaara asintió con la cabeza mientas también le explicaba el problema de Naruto, de cómo buscaba un trabajo y lo que había sucedido con el maestro de química. La asistente, una morena, le dijo que no podía contratarlo pero sí probarlo, por lo que le dio un traje de repuesto que tenían por ahí y le pidió a Gaara que lo ayudase en todo.
-Recuerda, primero la camisa y luego el pantalón.
-¿No puede ser al revés ttebayo? –ya se estaba enredando de tantas cosas encima.
-La camisa suele ser dificultosa cuando el pantalón ya está sujeto, además que así ahorras segundos.
Cuando acabó con todo ese dilema se colocó encima el delantal negro con líneas blancas, terminando todo el traje, y por último cogió una de las libretas para tomar las órdenes.
-Es recomendable colocar siempre el número de la mesa encima para no perderte al entregar las órdenes. Y te suplicaría solo tener una zona específica en donde estar, para no confundirte –señalaba con las manos cada lugar y hablaba como si su vida dependiera de solo eso-. Por ser nuevo te recomendaría las mesas 2, 3, 5, 7, 8 y 10. Son las más cercanas a la cocina.
Y dicho todo se retiró, encaminándose al segundo piso, las terrazas, que parecían ser su zona de trabajo. Practicó la sonrisa "una agradable y que no de miedo" como las de Itachi. Él si tenía bonitas sonrisas, todas perfectas y hermosas.
Ahora si Naruto, chilló su mente, la próxima persona que llegue a entrar será tu primer cliente.
Se colocó a algunos metros de la puerta para saludar al futuro afortunado, pensando en que podría decir.
Tal vez "Buenas tardes, elijan su mesa para que los atienda" o "Bienvenidos a Konoha Coffee, disfruten su estadía"
Cuando sintió que alguien se acercaba a algunos metros, se sintió nervioso "¿Y si lo hacía mal?". Puede que eso no fuera vital, pero su imagen dependía mucho. Dio media vuelta para parecer despreocupado y no tan fingida la entrada. Sí, lo iba a lograr y su vida no sería tan complicada.
Cuando la campanita de que alguien entraba sonó, dio la vuelta, descongojándose internamente de quien era.
-¡¿Tú?!
-¿Naruto? –Murmuró igual de sorprendido- ¿Qué haces vestido así?
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Hoy decidí publicar antes por 2 razones.
La primera muchos la conocen "Feliz cumpleaños Sasuke", espero que cumplas muchos años más al lado de Naruto :)
Y la segunda... pues... para distraerme.
Gracias por el apoyo que me dieron la semana pasada, pero el asunto se complicó y fue todo. Mejor dicho, corté un lazo muy fuerte, demasiado que me dejó en shock temporal. Mi primera amiga -y la mejor de todas- prefirió a su novio que nuestra amistad. El resto de amigas, como se ve siempre, fue detrás de ella; sin importar que ninguna se llevaba mutuamente entre ellas hasta que me conocieron.
Es como si sintiera lo que sintió Narutin cuando Sasuke se fue de Konoha, y no es muy simple de aguantar.
Lo bueno... este viernes entro a vacaciones.
Lo malo... ese mismo viernes tengo una presentación con ambas en el mismo grupo, y no, no me habla para nada. Y al parecer tampoco quiere disimular para los curiosos.
Así que estoy anclada a su -lo que yo denomino- "Shoujera"
Pero debo olvidarme del asunto... así que no hablaré más de él nunca más -creo-.
¡Voten y comenten!
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