-Itachi –murmuró sorprendido- ¿Qué es lo que pasa ttebayo?

Sus compañeros estaban impactados por la forma tan común de hablarle a un maestro, parecía no tenerle temor, más aún, parecía que le caía bien. Pero ese maestro Itachi no era el mismo maestro Itachi con el que se encontraban en clases, o no, este era uno mucho más bueno y relajado.

-Quería hablar sobre tus clases privadas de Kanji.

Naruto recordó sus clases hace tan solo pocos momentos y cogió con fuerza su maleta, ¿Acaso planeaba abandonarlo porque habló con su maestro de lengua?

-Ya vengo tteba –se despidió rápidamente de sus compañeros y se dirigió a donde estaba Itachi. Si era lo que pensaba quería decirle que por favor no lo hiciera, que con él aprendía bien.

Ambos caminaron hasta el pasadillo que llevaba a la biblioteca, con un movimiento de Itachi ambos pararon a pocos metros de entrar.

-Naruto...

-¿Qué sucede?

Itachi se había dado cuenta de la diferente forma de hablar, era un poco más dura con él que con sus amigos. Pero entendía de que con él no era fingida, de eso estaba seguro. Sin más lo había extrañado, y su leve muletilla llamaba mucho la atención. Pero ahora tenía algo mucho más importante, explicarle los horarios de escritura.

-Tú sabes que tengo las últimas horas de lunes a viernes libres...

-Por favor no me abandones –soltó de improvisto. La cara del maestro debió causarle pánico ya que intentó salvarse ante su falta-. Quiero decir, aprendo muy bien contigo y prefiero no hacerlo con el maestro de lengua. то пожалуйста. (Por favor)

-No lo haré, descuida.

Una débil risa salió de los labios del mayor, pensar que el pequeño tenía miedo a su abandono le daba cierto toque cómico.

Notó como Naruto inflaba las mejillas como rabieta, sí que se comportaba como un niño para ser alguien duro de entender.

-¿Entonces? –susurró con temor.

-¿Alguien te ha explicado de los cursos extra curriculares?

Por su mente le pasaron varias imágenes de diferentes áreas, cursos a los que podía entrar sin problemas, pero siendo sincero, la única que le había llamado la atención estaba siendo ocupada por aquella persona amargada pequeña.

-No –embaucó nerviosamente.

-Te explico –entabló-. Nosotros tenemos una norma.

-¿Cuál?

-Para que algún taller sea aceptado, un profesor debe firmar como representante de tal. Y si te habrás dado cuenta, hay varios cursos extra.

No sabía hasta donde se dirigía la conversación, tenía una leve sospecha de que tal vez tendría que dejar de aprender con él por un curso.

-Entonces... tú...

-Yo también estoy inscrito en algo. No es necesario que esté atento a su tema, solo debo acompañarlos.

Sus manos ligeramente temblaron y querían formarse puños, le daba rabia que no le dijeran las cosas directamente. Miró nuevamente a Itachi sin prestar atención a lo que decía, era la típica "Entra por un oído y sale por el otro". Entendía que tal vez se había agotado de él, pero alargarlo no iba a mejorar las cosas.

-¿Qué me estas pidiendo? –zanjó la conversa. Por un momento se arrepintió de haber elevado la voz, pero no lo podía controlar. Así es como era él, y nadie lo iba a cambiar.

-Que te inscribas en mi taller. No te pido que participes, solo que estés inscrito para que pueda enseñarte y que nadie te diga algo por eso.

Le parecía algo justo, él se inscribía y como consecuencia conseguía clases particulares de escritura. Nadie perdía nada.

-Acepto –murmuró impulsivamente.

Estiró la mano para darse un pequeño apretón, cosa que Itachi no negó. Con sus dedos rozándose y sintiendo el tacto ajeno, no había mejor sensación que el estar cerca de él.

Como si hubiera sufrido lo mismo que yo, recapacitó su joven cabeza.

-Tienes suerte, justo hoy estaban empezando a recibir a los nuevos. Solo tienes que darme tu credencial y esperarme aquí dentro de media hora.

Abrió su maleta y extrajo el sobre de ella, indignándose de no haber entregado algunos pases a sus profesores. De paso, se  fijaba en el horario de mañana. Buscaba levemente con la vista cierta palabrita sintiéndose feliz de saber que lo tendría por 4 días.

-Quien lo diría –brincó por el acercamiento de su profesor-. Tenemos clases de martes a viernes.

-S...Sí.

Le entregó su credencial y encaminó su paso a la cafetería. Si tenía suerte encontraría a sus compañeros todavía ahí.

————

Y no se equivocó. En el mismo lugar donde los había dejado, las únicas personas con las que había entablado alguna conversación seguían hablando amenamente. Se fijó que algunos recién llegaban, como Sakura; y que había otros que ni conocía, como el joven pelirrojo que ocupaba el sitio donde él se había encontrado sentado.

-¡Naruto! –llamó Hinata al verlo.

-Hasta que volviste eh –tanto Kiba como Ino seguían sentados en el mismo lugar donde se encontraban en un primer plano. El pelirrojo también volteó con la mención de su nombre.

Se rascó la cabeza con una mano mientras sonreía, esperaba que no pensaran mal de su repentino escape.

-Perdón ttebayo, pero Itachi-sensei quería que hablara con él –evadió el asunto.

-Eso no importa –chilló Sakura-. Ven, debes conocer a Gaara.

Y como si fuera una lapa, lo jaló del hombro y obligó a pararse al pelirrojo hasta quedar frente a frente.

-Gaara, Naruto. Naruto, Gaara.

Ambos se miraron fijamente, cada uno absorbido por el color de ojos de su compañero. Esos parecían dos lagunas, no eran como los suyos, estos eran mucho más claros. Un cielo semi nublado, el color de una playa limpia, el verde acuoso de una hoja; simplemente fascinante.

-Hola Gaara –inició-. Me llamó Naruto.

-Hola –murmuró quedadamente. Ni se molestó en levantar el brazo.

Ambos se sentaron incómodos en el espacio reducido, cada uno sin querer estar con el otro, como si su mera presencia los incomodara.

-Y bien Naruto –estipuló Ten Ten-. ¿Para qué te quería Itachi sensei?

-Solo me preguntaba si quería entrar a su grupo de extracurricular ttebayo.

Sakura casi se atragantó con su té y Kiba escupió la bebida que tomaba instantáneamente. Lo miraron como si fuera un psicópata y pestañearon repetidas veces.

-¿Q...Qué le digites? –susurró Hinata en su esquina, también con la misma incomodidad.

-Que sí –notó que lo seguían viendo extraño y le incomodó, hasta recordar el resto de su conversación-. Pero descuiden, solo entraré para que me dé clases de escritura sin problemas.

-Ese no es el problema –masculló Ino fatigosa.

-Entonces...

-¿Acaso sabes de que es representante?

Lo pensó por un instante, pero se acordó que había olvidado preguntarle eso.

-No tteba.

-Naruto –habló Gaara a su costado, él parecía el más tranquilo de todos. Y su tranquilidad fue lo que le alertó-. Itachi sensei es el representante de artes marciales. Él es el profesor a cargo de Sasuke.

————

Ahora me toca publicar TODAS las obras que no hice a lo largo de la semana, pero es que estaba en un estado de "Nuevas ideas" que solo ocurren contadas veces.

No puedo perder mucho tiempo. Decirme ¿Cómo les chocó que Sakura no sea la madre de Sadara? Yo por jodida entré a un grupo SasuSaku y estaban que decían "Sadara está que niega a su pobre mamita, ¿Acaso no ve lo igual que son?" Y yo tenía ganas de reírme, pero por respeto a que acaban de recibir un golpe de Kishitroll no lo hice.

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