-Y bien -repitió-, ¿Dirás algo?

Sus ojos negros se plasmaban en la espalda de rubio dándole escalofríos, parecían querer quemarlo con solo una mirada, destellaban fuego. Su entrecejo se hundió, formado en el proceso pequeñas arrugas que en un futuro podrían ser permanentes y las líneas de los labios solo empeoraban la mueca.

Naruto giró su cuerpo para poder tener una mejor vista de él, con el torso sin marcar demasiado y los brazos sin grasas extra, parecía más un brabucón que estudiante.

Incómodo por la situación, subió un poco más su toalla hasta los hombros, tapando cuidadosamente la marca para que parezca natural el movimiento.

-Ese no es asunto tuyo teme -objetó-. Lo que yo haga con mi vida en la escuela no te involucra.

-Todo lo que pasa en la escuela me involucra -resonó-. Y por si te habrás dado cuenta, el uso de tatuajes está pro-hi-bi-do.

El haber sido deletreado enfureció a Naruto. Ahora no solo lo trataba como una amenaza, sino que también como una mala influencia. Tampoco no es que le interesara, pero tenía una imagen que conservar de por vida y no lo iba a joder en su primer día.

-Solo si fue hecho dentro del período estudiantil.

-¿Uh?

-Solo sirve esa ley si fue echa dentro del período estudiantil -repitió con una sonrisa en su rostro-, y yo la he tenido por mucho tiempo atrás.

-¿Y? -encrespó.

-¡Y!

-Eres solo un adolescente, has estado toda tu vida en la escuela -bufó-. ¿O hacías otra cosa que estudiar antes de venir?

La fiera de Naruto quería explotar. Un mocoso que no sabía nada sobre la vida estaba que lo quitaba de sus caciques y parecía reaccionar a sus impulsos. Para no cometer cualquier barbaridad respiró y habló lo más calmadamente que se puede hacer en esos momentos.

-¡Eso que te interesa teme! ¡Es mi vida, no la tuya! -chilló.

-Pero mientras estés en LA escuela, tu vida pasa a ser nuestra imagen.

-¡¿Y a quien en su sano juicio le interesa su imagen?!

-¿Qué está pasando aquí?

Por detrás de Sasuke, Kakashi atraído por los gritos, se encaminó a los baños, enfurecido de ver a Naruto gritando a alguien en su primer día.

-¡Naruto! -gritó con reprimenda-. ¡¿Que faites-vous?!

-¡il a est un teme! -Sus manos se habían formado puños, con la vista segada por la rabia y odio continuó- ¡je déteste l'école, il suce!

-¡Naruto!

Kakashi no se acercó, Naruto era peligroso en ese momento. Dio una ligera mirada al resto de estudiantes para que se cambiaran rápido y los dejaran solos. Algunos se habían orinado por miedo y otros habían corrido cuando el profesor llegó. Todos, y cada uno de los presentes, desaparecieron por la puerta instantáneamente, claro, todos menos Sasuke.

Naruto lo miraba con rabia, no le interesó que él siga ahí, de cualquier forma no entendía francés.

-Je étais votre patron -murmuró con la cabeza agachada-. ¡tu ne peux pas me soigner comme un enfant!

-¡mais vous es! -Crujió los dientes-. Y lo serás siempre para mí.

-¡Entiéndelo, no lo soy!

Con su puño, dio un fuerte golpe en la pared logrando que sus nudillos se vuelvan rojos. Aunque el más afectado fue él, tendrían que llamar a alguien para que arregle aquella ranura que había provocado.

Recién segundos más tarde se había dado cuenta de lo que había hecho, abrió y cerró la boca varias veces, sin saber que hacer o decir. Por detrás de Kakashi la mirada de Sasuke lo tachaba por alguien peligroso, y con toda la tranquilidad reunida en ese corto momento, explotó.

No aguantaría mucho más estando en ese lugar, buscó con la mirada su ropa y escapó de los baños lo más deprisa posible, ya luego hablaría con él e Iruka. Pasó de largo por Sasuke, lo que menos quería hacer ahora era inscribirse en artes marciales. En el camino se vistió tan rápido como lo hacía en una misión, ya siquiera antes de salir por la puerta ya estaba cambiado.

Notó que sus compañeros lo esperaban en la puerta, pero no quería estar un segundo más con ellos.

-Naruto...

Aceleró el paso por su lado. Con la mirada gacha y sin murmurar palabras alguna siguió avanzando gran tramo del camino. Quería escapar, volver a Rusia y rogarle que le entregaran su trabajo, odiaba Japón y a todos sus habitantes.

Con su bolsa de física siendo apegada a su cuerpo, aceleró el paso por el primer nivel. Notó como la gran parte de primero estaba almorzando en la cafetería y que dentro de media hora les tocaría a él, pero que importaba, dejar de almorzar un día no mataba a nadie.

Siguió adelante con rabia, pensaba esconderse en la dirección hasta que las clases de ese día acabaran y poder decir todo lo que pensaba de la tonta escuela, pero antes de siquiera poder abrir la puerta, un azabache salió de esa dirección interponiéndose en su camino.

-Perdón... -murmuró vagamente, avergonzado de ser tan despistado. El azabache parecía estar de buen humor, negó con la cabeza lentamente y le sonrió.

-Tú discúlpame a mí por mi imprudencia.

Naruto quiso seguir avanzando, pero el azabache no salía de la entrada interponiéndose en su misión. Hizo lo mismo varias veces, sin embargo no podían coordinarse bien.

-Voy a en...

-¿Por qué estas triste? -le cortó.

Iba a replicar que no lo estaba, que simplemente tenía algo que decirle al director, pero la mirada fija del pelinegro delante de él parecía saber todos sus secretos. Lo miraba con angustia, arrollándolo con su mirada para que consiga paz. Aunque jamás lo aceptaría, le gustó.

-No lo estoy -su tono de voz volvió a ser el que siempre usaba, ya lo había extrañado mucho.

El mayor negó con la cabeza.

-Te tiembla el labio -objetó. Naruto se sorprendió e instantáneamente quiso negarlo -. Descuida, no se lo diré a nadie.

-No sé de qué hablas.

El azabache cerró la puerta por detrás de él y dio un paso adelante.

Su cuerpo todo impotente mostraba mucha seguridad, acobijo. Naruto tembló al saber que había sido descubierto, no es como si lo demostrara mucho, pero la tristeza era algo de lo cual agradecía. Eso le mostraba que aún era humano y no la bestia sin corazón como lo tachaban.

Levantó la vista hasta toparse con esos negros agujeros profundos, dos cuevas negras, dos pozos sin fondo. Parecían abrir cada una de sus barreras y no aceptar su derrota.

Estuvieron un buen rato mirándose fijamente, un corto momento en donde dudó que alguna vez haya tenido la autoridad que mostró.

-¿Por qué estás triste? -repitió quitándole de su tontera por un instante.

-No me gusta Japón.

Los ojos del mayor se abrieron por un corto micro segundo y el fantasma de una sonrisa empujaba por ser visto. Posó su mano en la cabeza del joven y se agachó un poco para estar a su nivel.

-Sabes algo -sonrió-. A mí tampoco no me gusta.

Naruto quedó estupefacto, hirviendo internamente por la manera tan cruel de burlarse de él.

-¿Вы говорите по-русски? (¿Hablas ruso?) -interpuso antes de que explote.

Entonces toda la rabia que tenía desapareció. Como si el hablar su idioma nativo lo tranquilizara.

-Yes -murmuró a duras penas.

-Y ¿Как тебя зовут? (¿Cuál es tu nombre?) -volvió a estipular.

No entendía como las palabras se negaban en salir. Tuvo que intentar varias veces empujar algo por su garganta antes de poder hablar

-Naruto -su tono salió un poco más infantil de lo que hubiera querido. Suertudamente, el otro no lo notó.

-En ese caso debo presentarme -el mayor se paró con ligera dificultad y le estiró una mano-. Hola Naruto, mi nombre es Itachi, maestro de Algebra.

——

Perdón, mil veces perdón por no publicar mis obras de ayer, pero todo fue culpa de telefónica y su cableado con los vecinos de arriba. Jodieron me Internet y no podía entrar. Iba a publicar por celular, pero al parecer tenía que volver a reenviar el mensaje de mi correo y el mensaje no quería ser enviado. Al final lo logré, y ahora voy a publicar TODO lo que tenía que hacer ayer y hoy.

¿Alguien imaginó por un momento que sería Itachi el nuevo personaje?

¡Voten y comenten!