Capítulo 107
Su respiración se aceleraba, los músculos se tensaban, pero aun así no recobraba el movimiento. Se movía, eso estaba de más, pero no era él quien lo hacía. Tan solo era un espectador de su propio cuerpo, inducido a una conciencia interna que miraba el exterior a través de una pantalla imaginaria.
-Ya estamos lejos –gruñó una voz. El paso fue disminuyendo, pero aun así corrían-, por ahora estaremos seguros si no se nos acercan, pero no puedo estar mucho tiempo en el exterior.
Podía sentir el dolor punzante en su piel, y de seguro esa cosa también lo sentía. Los cortes que se había hecho contra el vidrio le drenaban la sangre a un ritmo ligero y constante. Tenía sueño y agotamiento, su cerebro parecía estar a punto de explotar y demacrarlo. Pero no, no se permitiría cerrar los ojos hasta recuperar su cuerpo como correspondía. Ni siquiera entendía como rayos se lo habían cogido, estaba claro que era imposible tomar el cuerpo de otra persona e inducir su alma dentro.
-Debes estar sorprendido –susurró la voz.
¿Cómo me robaste mi cuerpo?
Se rió, antes de gemir. Naruto sintió un dolor punzante en su costilla, y confirmó que esa cosa también podía sentirlo como si fuera él el lastimado. Buscó algún lugar donde ocultarse en medio de la nada, y recordó que a unos kilómetros había una pequeña granja. La conciencia pareció recordarlo también, porque volvió a retomar la velocidad hasta el punto.
-No fue fácil –expresó mientras corría-, usualmente me es más simple cuando duermes, pero desde que llegaste a Japón me ha sido imposible tomar el control.
¿Ya has tomado mi cuerpo antes?
Rió descaradamente sin querer responderle. Disminuía el paso cada vez más, al parecer también generaba un desgaste en él y no quería perder la oportunidad de seguir manteniendo el control. Diversas ideas se le cruzaron por la mente. ¿Desde que llegó a Japón no ha podido tomar el control? ¿Eso significa que varias veces lo ha intentado y él no se ha dado cuenta? Kurama lo había mencionado como si lo conociera, Itachi de alguna forma estaba involucrado.
-No pienses mucho que me duele seguir escuchándote –gruñó irritado, saltando una valla que se interponía entre la carretera y un prado-, te diré todo lo que quieras saber cuándo encuentre un lugar, ahora cállate y déjame salvarnos.
A pesar de su actitud dominante no le agradaba, aceptó. Realmente no tenía otra posibilidad, no es como si pudiera dirigirle la contra en ese momento. Estaba intrigado en demasía, quería saber qué era lo que había sucedido y como era que esa cosa podía dejarlo en su subconsciente como si fuera cualquier objeto. La voz de Kurama lo irradió ¿Acaso nunca te has preguntado cómo es que tus heridas pueden curarse antes de lo normal?
Claro que se lo había preguntado, millones de veces había insistido en saber sus estudios anatómicos cuando el hacían los exámenes. Y los recibía, pero sabía que había sido modificados de alguna forma. Nunca se atrevió a hacerlo él mismo porque no tenía el insumo correcto. Una cruel ironía de la vida era lo que le sucedía ahora por no insistir.
El otro en su cuerpo avanzó por un pequeño bosque, no recordaba aquel camino para ir a la granja, sin más no objetó en contra. Su pulso aumentaba con cada paso, pasando factura de haber saltado como idiota desde una ventana. Sintió un pequeño mareo dentro suyo, ambos se detuvieron a descansar al lado de un árbol. Su cuerpo estaba sudando, era un calor inimaginable, parecía estar ahogándose.
-Ya casi... -gimió el otro.
Se retomó la marca casi de inmediato. Aquella voz tenía razón, ya casi había llegado a la granja, podía verla desde su interior.
La granja era una casa en medio de la nada. Un granero y un molino lo acompañaban, pero de ahí no se veía otra construcción a lo lejos. Parecía no haber estado habitada en años, sin embargo mientras avanzaban, se cruzaron con un rebaño de vacas y caballos salvajes. De seguro sus dueños han muerto y nadie se ha enterado, pensó. Caminó lentamente rodeando el lugar, buscando alguna entrada que pueda ser tumbada. La principal era imposible, su vejez había hecho que las vigas que sostenían la puerta fueran de vital importancia. Un mínimo golpe y todo se vendría abajo.
En su lugar, giró para la parte trasera y esperó ver alguna ventana rota para introducirse por ahí. La sangre estaba comenzando a coagularse, y el otro sonrió.
-Te dije que no había nada de qué preocuparse –busnó con sorna-. No somos fácil de matar.
Somos. Significaba que ya era un buen tiempo en el que eso existía. Cogió una roca que estaba tirada por ahí y rompió los restos que quedaban de lo que alguna vez fue una ventana. Una mota de polvo se levantó cuando esta cayó.
Con cuidado, cogió el borde de la cornisa y comenzó a meter una de sus piernas, tanteando en el suelo para ver si alcanzaba. Existía la posibilidad que el sueño fuera tan añejo que se rompiera al tacto, pero la roca había rodado sin ninguna dificultad. Cuando sintió el suelo, colocó el otro pie.
-Tengo sed –dijo casi de inmediato cuando ingresó. Cogió el borde de su polo y lo desgarró en el acto, amarrándoselo en el rostro para evitar que el aire contaminado lo dañara-. Y creo que tú también lo tienes, así que déjame buscar alguna fuente subterránea en esa cosa.
Hablaba como si fueran amigos del alma. Frunció el ceño a pesar de no saber si lo tenía ahora. ¿Quién se creía aquel tipo en decirle algo como si estuviera a su nivel? Rodó los ojos observando cómo entraba al baño, y luego cerraba la puerta casi de golpe.
Qué asco, el dueño del lugar se había suicidado en su propio baño.
-Idiotas, cualquiera deja una nota antes de suicidarse que dejará el cuerpo en el baño.
El arma seguía en el suelo, un viejo cuchillo que tenía las marcas de oxidación propias de la sangre. El cuerpo estaba cadavérico, con la piel cayéndose y pudriéndose en un mostaza pálido. Por lo poco que había visto, ni siquiera tenía ojos, de seguro algún animalejo se los había devorado cuando lo encontró hace mucho tiempo.
-Aunque para lo viejo que se encuentra la casa, debe haberse mantenido bien, ¿No lo crees?
En el sofá había otro cuerpo, tres en realidad. Uno adulto y otros que no pasarían los nueve años. Los cráneos de cada uno tenían un orificio al lado. Ellos no se habían mantenido tanto como el loco del retrete.
No le tomó importancia y no pensaba tomarla, tenía muchas cosas mucho más importantes que hacer. En la cocina encontró varias latas de comida que aún no se vencían por meses. Una que otra botella de agua reventada, y un pozo. Un pozo que andaba conectado al caño de la cocina. De inmediato su cuerpo corrió a abrir este y esperar que el agua empozada fluya para consumir la cambiante.
Era gloria en gotas, literalmente.
A pesar de lo que el otro le había dicho, no se había percatado que estaba realmente sediento hasta que a ahorcadas comenzó a tomar agua. Parecía un pobre hombre en el desierto encontrando un oasis. Nadie lo reconocería a como realmente era.
Fueron largos minutos en donde solo se concentró a tomar todo lo que podía. Pensaba que en cualquier momento acabaría por vaciar el pozo de lo mucho que salía. Fue como si se bañara en él.
-Eso estuvo cerca –exclamó, limpiándose la boca con la manga y acomodando el trozo de tela en su nariz-, nunca pensé que ese maldito Uchiha también estaría ahí.
¿Qué eres?
No fue quién eres, sino qué eres. Eso no era una persona, no podía serlo. Y al parecer el otro no le tomó mucha importancia a como se había referido con él, lo cual le enfureció más. Buscó algunas de las latas que estaban aun sin vencer y comenzó a abrirlas sin prisa. Naruto se estaba desesperando.
-¿Qué soy? –no había cucharas alrededor, así que debió usar su propio dedo para pasar la comida de su pote a la boca. No le dio asco en lo absoluto-. Esa pregunta es muy general, soy todo lo que crees que soy, pero también lo que no ¿Algo más con lo que quieras molestarme ahora?
Se quedó pensando mientras terminaba de comer y abría otra. A pesar de no tener mucha hambre, era como si la comida que digería no pasara para él, sino para ese otro. Si así era, significaba que durante todo ese tiempo en Japón no había comido en lo absoluto. Pendejo, se lo tenía bien merecido.
¿Cómo conoces los Uchihas?
Sintió un pequeño temblor en el cuerpo, como si hubiera reaccionado ante la pregunta. Naruto palideció en el momento que casi se ahogaba con los frijoles pasados que comía. Nada tenía sentido.
-Esa es una historia muy vieja –respondió dificultosamente-. ¿Realmente quieres saberlo? Es mejor la ignorancia en este caso.
Naruto dijo una y mil blasfemias contra lo que podía o no saber, y si era su cuerpo merecía tener una razón de cómo Itachi sabía sobre él. O como él sabía de Itachi. O como rayos ambos se conocían desde antes y él no tenía ni la más mínima idea.
-Está bien... -respondió al final, dejando pasar un buen rato de tensión-. Te contaré cómo es que conocí al traidor, y porque no debes acercarte a él nunca más.
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Kurama avanzó hasta él y le dio una cachetada, antes de patearlo en el vientre y derribarlo. Itachi no dijo nada en lo absoluto, pero tampoco parecía que le afectara los golpes del menor.
-¡Acaso no pudiste detenerlo idiota! ¡Él no ha salido en mucho tiempo, que mierda tenías en el cerebro para dejarlo escapar!
El azabache se paró lentamente, escuchando los gritos del pelinaranja mientras buscaba la forma de golpearlo más. Fue como si su sonrisa se borrara en un dos por tres. Lo empujó contra una pared, colocando su brazo alrededor del cuello y juntando las cejas. Su expresión denotaba todo menos paciencia.
-No me provoques, que no estoy con ganas de pelear ahora –susurró con fiereza. Kurama se mantuvo en silencio mientras lo soltaba, respirando el oxígeno que le habían quitado en aquella acción. Lo detestaba con toda su alma. Giró sobre sus pies y lo empujó con el hombro, gruñendo que no iba a pelear tampoco ahora que trabajaban juntos.
-Tenemos que ir por él –exclamó, bajando las escaleras y buscando el auto con el que había venido-. Tu noviecito ya debió haber llegado a Japón, quien sabe que deberá estar haciendo ahora para atraparlo.
Itachi elevó una ceja curioso: -¿Noviecito? –esta vez fue el turno de Kurama en sonreír altanero. Ese Uchiha nunca cambiaría.
-Tu ex en ese caso -respondió. El mayor no se negó en subir al vehículo, encendiendo el motor lo más rápido que pudo. Kurama estaba manejando. Sus nervios le ganaron.
-¿Él está aquí?
-Créeme que lo está –jaleó, haciendo el cambio de manos y saliendo en reversa para acomodarse en la carretera-. Y desde que lo dejaste ya no es el mismo. Deidara quiere venganza, y buscará la forma de hacerlo. Él confió en ti hasta el final a pesar de todo lo que hiciste. Eres un maldito.
Itachi también lo pensaba. Había sido un maldito.
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Antes que todo, feliz navidad y año nuevo. Espero que esten donde esten la pasen bien y tengan un bonito 2017.
No, no pensaba parar esta obra. Tampoco quería dejarlo ni nada parecido. Lamento dejar abandonada la cuenta mucho tiempo y ser mala persona... pero me han sucedido cosas que sobrepasaron mi límite.
Esto es fuera de Wattpad, pero llegó el punto en que me deprimí en demasía y no sabía que hacer con todo este mundo. Si quieren mayor información de lo que sucedió, en mi obra "hermanos", justo en el último capítulo, explico que fue lo que me sucedió.
Pero ya volví, y pienso continuar con lo que empecé. Puede que mi estilo de escritura haya cambiado, no lo voy a negar, fueron varios meses lejos de la computadora y terminé perdiendo mi forma típica de redactar. Este capítulo no me quedó como hubiera gustado, pero tiene factores que me sirven en un futuro.
Gracias por seguir conmigo a pesar de todo. Los he extrañado como no tienen ni idea.
Ahora, un tema fuera de este asunto...
¿Alguno ha visto Yuri on Ice?
Se volvió un vicio para mí, y me ha ayudado en cierta forma a superar este problema. Mejor dicho, entrar a roles sobre Yuri on Ice me ha ayudado a superar muchas cosas. Son divertidos aunque no sea muy activa.
¿Alguno de ustedes estaría interesado en ingresar a uno?
Faltan uno que otro personaje, pero si estás interesado, puedes escribirme por los comentarios o en privado.
Estoy a 1 minuto de año nuevo :D
Pdta: Si alguna de las chicas de los roles llega a leer esto, gracias por ayudarme a superar mi estado. Son lo máximo y las adoro, buscaré la forma de ser más activa.
Los leo en la próxima. Gracias por todo.
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