Me encontraba de rodillas en el piso, en frente de mi el paisaje era oscuro, no veía nada y solo era alumbrado por un par de reflectores.
No sabía el por qué, pero no estaba interesado en ponerme de pie, estaba esperando algo o más bien a alguien. Luego, pasos comenzaban a resonar detrás de mi, era él, lo sabía.

Mi corazón parecía querer salir de mi estúpido pecho, millones de sensaciones recorrían toda mi anatomía, hasta que el sonido de los pasosse detenían.
Él se arrodillaba detrás de mí en silencio y mi respiración se aceleraba hasta que finalmente posaba una mano sobre mi pecho mientras que con la otra cubría los ojos.

Hacía presión para pegarme a su cuerpo, con sus labios y lengua había dibujado círculos en mi nuca y me había erizado toda la piel, luego y sin disimulo su respiración golpeaba fuertemente en esa zona. Me brindaba una última lamida en el lóbulo para luego morder y con voz grave pronunciar mi nombre seguido de una frase—: Seokjin, te deseo demasiado.

No sabía con exactitud cómo había terminado en el suelo luego de despertarme de manera tan brusca.

—Mierda —estaba enredado con el cobertor. Me había golpeado fuerte la rodilla y de casualidad no me saqué un ojo con la punta de la pequeña mesa que tenía pegada a la cama. Pero así terminaba como imbécil desparramado en el piso.

Me había dado en la ceja derecha contra la mesa de noche, la cual sangraba un poco, así que me levantaba de inmediato desenredando mi cuerpo de la manta y corría al baño para limpiarme y cubrir la pequeña herida.

—Si serás imbécil, Seokjin —un poco de alcohol sobre la gasa y después de limpiar cubría la zona con una bandita.

Me apoyaba en la tina respirando hondo y con mis ojos cerrados porque aún sentía la respiración de Taehyung en mi nuca e inconcientemente tocaba mi lóbulo porque aún seguía latente la sensación de su boca en el sueño.

Intentaba recuperarme, pero como era natural me había despertado duro y dolía. Cierta vergüenza se queria hacer presente, pero la evadía abriendo la ducha para meterme y despertarme de una vez.

«Eso fue demasiado bueno»

Era la primera vez que soñaba algo así, con un hombre y también la primera vez que soñaba con Taehyung. Mientras me duchaba, pasaba mi mano por mi pecho y mi nuca, los lugares donde él había tocado en mis sueños.

Me había dado el lujo de repetir la secuencia una y otra vez en mi cabeza haciendo que mi polla doliera de la excitación que sentía al recordarlo.
No sería nuevo tocarme pensando en alguien, lo que sería nuevo era tocarme pensando en un hombre, aunque no era cualquier hombre, era Taehyung quien me llevaba a ese límite.

Comenzaba a bajar mi mano para darme atención y aliviar lo que tenía ahí esperando, pero cierta timidez se apoderaba de mi. Me disponía a cerrar mis ojos para sentirme invisible, era estúpido porque estaba solo en aquel baño y habitación de hotel.

Aún así los ojos cerrados no eran suficientes, para vencer mi propia timidez. No lo pensaba dos veces e imitando la acción del Taehyung de mis sueños, tapaba mis ojos y me encontraba más seguro y libre para dejarme llevar.

Comenzaba a recordar, no solo el sueño si no cada momento en que Taehyung me había dado señales que como el imbécil que era no había notado o había ignorado.

Sus palabras venían de nuevo a mi cabeza.

"¿Me dejarás ser el primero en besarte? ¿Me dejarás ser el primero en morderte?"

Recordarlo y bajar mi mano sin cohibirme de la sensación que me causaba era lo que necesitaba, con cierta suavidad comenzaba por el glande cuando una frase hacía explosión en mi cabeza.

"Vamos, tengo muchas ganas"

La combinación de la frase, los restos del sueño y su voz grave hicieron que tomará con fuerza mi erección y comenzará masturbarme.

Lo hacía con ímpetu mientras subía y bajaba con un ritmo desesperado y luego recordaba todas esas veces que habíamos compartido la cama y aprovechaba el momento para sentir su aroma y pegarme a él.

Por dios, ese hombre había puesto mi sexualidad en dudas desde el momento en que nos metieron al armario juntos. Luego la frase que terminaba por llevarme a finalizar el acto con un orgasmo de los mil demonios que no sentía hacía mucho fue la frase "Te deseo"

—Mie-...ah —los espamos no tardaban en llegar después de largar todo lo que venía conteniendo—. Tae- Taehyung.

Era lo último que salía de mi boca para luego terminar de descubrir mis ojos, en ningún momento había quitado la mano o perdería el trance por el cual estaba pasando.
Ya no tenía ganas de seguir en la ducha, me sentía relajado y necesitaba oírlo, así que luego de salir y finalmente estar cambiado tomaba mi teléfono decidido a hablar con él.

—Son las... —miraba la hora—, diez y media aquí. Entonces allá son las once y media de la noche —siempre hablando solo.

Tomaba el teléfono y marcaba decidido y algo desesperado.
Luego de un par de tonos finalmente atendía.

—Tae —exclamaba en cuanto levantaba el teléfono.

—Se está bañando. ¿Quién habla? —decía una voz masculina.

Una punzada horrible se hacía presente en la boca de mi estómago, pero lo tomaba con calma luego de pensar claro unos segundos.

— ¿Sabes leer? —mencionaba en seco.

— ¿Disculpa? —respondía el tipo del otro lado.

—Taehyung-ssi tiene mi número agendado, así que si sabes leer sabes que quien lo llama es Seokjin —exclamaba decidido.

—No miré. Solo atendí —dejaba oír una risa burlona—. Lo siento, Taehyung-ssi —repetía con énfasis su nombre—. No puede hablar, se está duchando, dije

— ¿Y tú quién eres? —preguntaba cansado.

—Su folla-amigo —exclamaba.

«Mierda, cálmate Seokjin»

Me quedaba unos momentos en silencio tratándo de recordar la charla de ayer, no tenía sentido si horas después se iba a coger con otro.

—Pasamelo igual —ni idea quién estaba del otro lado, pero no sentía que fuera de fiar.

—Oh, lo siento creo que no entend-... —ni terminaba de hablar que la voz de Taehyung sonaba en el fondo.

— ¡¿Qué mierda haces con mi teléfono Hyungsik?!. Dámelo, imbécil —sonaba enojado—. ¿Quién es?... mierda —se escuchaba un poco lejos, claramente estaba mirando la pantalla—. ¿Hyung? —su voz había bajado varios tonos y me llamaba Hyung con una dulzura particular que solo él poseía—. No me cortés, aguarda por favor

—De acuerdo —me ponía en espera y me moría de la curiosidad por saber qué carajos estaba pasando del otro lado.

No voy a mentir, me sentía al borde de cortar la llamada, pero él no me haría eso, no hubiera llamado ni me hubiera pedido que volviera a contactarlo si iba a estar con otro idiota.

El tal Hyungsik sonaba bastante idiota, así que intentaba relajar mis nervios y evitar que mi cabeza maquinara de más y solo me sentaba a esperar que él volviera a hablarme.