treinta y cinco
Dejaba a Taehyung con su ebriedad en el sofá y me movía unos metros hacía mi cocina, comenzaba a preparar el café y necesitaba concentrarme en eso para apagar las sensaciones de mi cuerpo.
Qué rápido había respondido a él, no me sucedía hacía tanto tiempo.
«Basta, Seokjin»
A la distancia escuchaba la risita ebria de Taehyung, mirando a su dirección lo encontraba dado vuelta observandome con una sonrisa cuadrada e inocente de las suyas.
Parecía un niño mirando algún tipo de caricatura, yo era la caricatura, no se parecía en nada al tipo sombrío que me tenía acorralado en el ascensor.
—Deja de verme así, eres tan raro —exclamaba.
—Hyung, estás guapo —repetía—. ¿A quien ibas a ver?.
Suspiraba con cierto cansancio ¿Realmente estaba tan ebrio como para cambiar rotundamente de personalidad? ¿Así era con todos sus amantes?.
Bueno, yo no era uno de sus amantes, era—no sé que era—no sabia que era. No sabía que somos.
Comenzaba a darle vapor a la leche para calentarla, luego ponía un poco en mi taza y cuando giraba para preguntarle si él querría un poco lo tenía pegado a mí.
Había saltado solo un poco del susto, realmente no lo había oído acercarse—. Mierda, Taehyung-ssi —llevaba una mano a mi pecho—. ¿Acaso eres un felino? no te oí acercarte —ponía el pequeño jarro de leche sobre el mármol de la cocina y lo contemplaba.
Sus ojos apenas entreabiertos, tenía un rostro de ebrio total, se veía sensual e inocente y aún tenía esa sonrisita torcida dibujada en su rostro.
—No te quise asustar —exclamaba en slowmo, su lengua se trababa un poco debido al alcohol en su sangre.
Sus ojos habían bajado de mi rostro a mi pecho donde aún tenía la mano apoyada y él ponía la suya encima, yo solo observaba más no cuestionaba nada de lo que hacía.
—Seokjin —lanzaba con un suspiro. Tenía mi mano bajo la suya y moviéndose detrás de mí me había aprisionado entre su mano y la mía. Sentí su cuerpo y el calor del mismo a mi espalda pegado, luego con su mano libre me tomaba por sorpresa tapando mis ojos—. Hyung —exclamaba con voz ronca.
—Tae —exclamaba completamente desarmado ante su ataque, me había pegado más a su cuerpo y podía sentir como él también estaba duro.
No tener visión alguna de mi alrededor me hacía perder el pudor de sentirme completamente excitado por culpa suya y más por sentir lo duro que mi mejor amigo estaba por culpa mía siendo que yo no le había hecho absolutamente nada.
No era la primera vez que lo sentía, tantas veces de dormir juntos "accidentes" pasaban y discretamente ya habíamos sentido más de una vez la erección del otro.
Pero esto no era accidental, esto era intencional y me tenía por las nubes escuchar su respiración apenas agitada tras de mí, sentir como se me pegaba. Extrañamente nuestros cuerpos se amoldaban entre si, luego aspiraba el aroma de mi pelo a la altura de la nuca.
«Me está jugando sucio»
Sentía sus labios en mi piel y como con pereza pasaba su labio inferior, parecido a un beso, pero no terminaba de ser uno, toda mi piel hormigueaba con su jugueteo.
Luego se acercaba para susurrar a mi oreja—. No creas que me olvidé de ese sueño tuyo.
Había tirado mi cabeza hacía atrás al ser yo un poco más alto que él, su cuerpo pegado al mío, mis ojos tapados y su voz grave eran una jodida píldora de éxtasis para mi cuerpo.
Un leve chupón se hacía presente de parte de él y mi entrepierna respondía a su acción. Luego el infierno se ponía peor, su lengua comenzaba a trazar círculos por las zonas de la nuca y consigo venían chupones delicados y leves mordiscos.
—Tae —mi mano libre sujetaba su muslo presionando con fuerza, no deseaba que se depegara de mi.
Mi respiración ya se había acelerado.
— ¿Quieres que pare? —su lengua tocaba mi lóbulo para luego ser succionado entre sus labios en un chupon juguetón que finalizaba en una suave mordida—. Dime que me detenga y lo haré —luego mordía sin previo aviso mi cuello.
La mordida no había sido dolorosa, tampoco suave, solo había sido jodidamente justa.
—Sss...ah —sin querer el gemido escapaba involuntariamente de mi boca y había dado pasos hacía atrás obligándolo a chocar su parte trasera contra la isla.
Había alfojado ambos agarres, el del pecho y los ojos, tenía la guardia baja y sin pensarlo dos veces me giraba para tenerlo frente a frente.
—Ah... —exclamaba cuando debido al alcohol sus reflejos eran más lentos que los míos y mi cuerpo había acorralado el suyo y ahora me encotraba semi agitado sujetando su nuca. No lo pensaba, ni lo calculsba. Solo me lazaba a su boca la cual me esperaba abierta, apenas si había sido una especie de beso. La verdad era que sentía una necesidad de atrapar su labio inferior y morderlo con tales ganas—. Sss-...ah, jo- —soltaba su labio de manera brusca—. Joder.
Apenas había sentido su lengua y él la mía ya que mis instintos iban directame a morderlo, él había cerrado los ojos del dolor que le había causado. Me tenía excitado y dispuesto a hacerle de todo cuando lo veía tan dócil.
Luego largaba una risa ronca, seguida por esa manía particular que tenía de lamer su labio y morderlo frente a mi con descaro.
—Hyung, dolió —decía divertido—. Hazlo otra vez —rogaba
Sentía algo de rabia y calentura, sabía que los ebrios y niños siempre dicen la verdad, pero parte de mi no estaba disfrutando por completo tener solo la mitad de Taehyung. Quería al sobrio, quería que todos sus reflejos y sensaciones estuvieran despiertos y a flor de piel como las mías.
Aún no había soltado su nuca así que pegaba más mi cuerpo al suyo, técnicamente nuestras narices estaban chocando y descaradamente me tiraba un lengüetazo incitandome a morderlo de nuevo.
Su lengua era suave y caliente.
— ¿Qué quieres que haga? —mencionaba mirando sus ojos y labios.
—Bésame y muerdeme, vamos —con su lengua dibujo el borde de mis labios obligándome a cerrar los ojos y disfrutar de ese descaro. La erección atrapada en mis pantalones chocaba con la suya, dolía y se sentía muy bien. Sin pudor había pegado su boca semi abierta a la mía y respiraba con dificultad—. Mierda, reacciona —me ordenaba después de que la respiración de cada uno chocará.
Intentaba mantener la calma, pero volvía a lanzarme de manera brusca para ser recibido por él, solo un roce de nuestras lenguas para finalizar mordiendolo, con deseo y un poco de brusquedad.
—Ssss, si...no, no —negaba al ver que me había separado repentinamentena de él, dejándolo jadeante y necesitado—. ¡¿Por qué mierda hiciste eso?!
— ¡¿Por qué mierda estás ebrio?! —refutaba.
—¡Aish! —gritaba frustrado agarrando su cabeza.
Caminaba tropezando por la sala, mi corazón palpitaba precipitado. Luego de verlo dar vueltas se había dirigido a mi habitación y lo seguía luego de unos segundos ya que estaba intentando controlar todas esas sensaciones salvajes y libidinosas que me había despertado.
Al entrar, él estaba tumbado boca arriba con toda su camisa desabotonada y estrujaba sus ojos para ocultar unas lágrimas.
¿Por qué estaba llorando?, sentía de inmediato una opresión horrible en el pecho y solo quería saber qué le estaba sucediendo.
Las ediciones no m gustaron, pero quería subir el capitulo.
Perdón, con amor Niñita.
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