cuatro
El viaje estaba siendo tranquilo, pese a que había llevado a mi estómago a su punto límite. Estaba intentando reprimir mis ganas de vomitar una vez más.
— ¿Quieres que pare? —preguntaba con voz suave—. No te ves muy bien.
Intentaba negar con mi cabeza para que no se detuviera y de una vez por todas llegar a casa, pero mi cuerpo me traicionaba.
—Ya Hyung, detén el auto por favor —exclamé golpeando la guantera.
Él se detenía inmediatamente y yo bajaba lo más rápido posible, a ver si encima de haberlo molestado y haberme insinuado toda la noche ahora también dejaba otro desagradable recuerdo de mí en su auto.
Esta vez no había vomitado mucho, pero si sentía que era lo último ya que me sentía muchísimo mejor que hacía unos minutos.
Dulcemente una mano iba de mi cintura a mi hombro, era Seokjin—. Toma, es agua
—Gracias, esto quitará el mal sabor de mi boca —exclamé mientras bebía el primer sorbo para enjuagarme y luego al cuarto sorbo ya solo bebía del agua.
Seokjin me miraba curioso con sus ojos negros rasgados—: ¿Siempre bebes así cuando sales o es solo una excusa para ser más extrovertido?.
Suspirando de manera desinteresada exclamé—. Un poquito de esto un poquito de aquello.
Seokjin reía antes mis palabras y me brindaba un chicle sabor menta—. Toma, algo es algo
— Woah ¡¿Hasta ahí se siente mi mal aliento?! —pregunté de manera divertida.
—No, imbécil. Es para que lo lleves mejor hasta llegar a tu casa y te enjuagues, aunque... —al decir esa última palabra se abalanzaba hacía mi y con toda seguridad acercaba su rostro al mío.
«Mierda, mierda»
Yo estaba petrificado por su cercanía, él sin embargo golpeando mi mentón con dulzura exclamaba—. A ver, yo te diré si tienes mal aliento —su mirada estaba enfocada en el piso, la mía estaba enfocada en él y en su perfecto rostro.
De manera sutil dejaba salir un suspiro para que sintiera mi aliento, había sido entonces después de eso que sus ojos se centraban en mi boca y se paseaban de esta a mis ojos, a mí me ganaba la tentación y descaradamente miraba sus labios y mordía los míos en un intento de reprimir las ganas que tenía de sentir su boca sobre la mía.
Esa intensa mirada de nuevo, demasiada tensión para habernos conocido recientemente.
— ¿Por qué te muerdes? —preguntaba aún sin poner distancia entre nosotros.
— ¿Qué? —pregunté embelesado.
—Hiciste eso muchas veces esta noche, me miras y te muerdes la boca —sus ojos estaban clavados en los míos y no cortaba la mirada.
—No lo sé, Hyung. Es una costumbre que tengo —exclamé calmado.
— ¿Que intentas reprimir? —«¿Y tu a qué mierda intentas jugar?»
—Nada ¿Acaso Hyung tiene miedo a que un hombre lo bese?
«Tu confusa actitud saca mi lado más descarado»
—Nah, pudiste haberlo hecho en el armario y no lo hiciste -al instante se alejaba dando un golpe en mi antebrazo—. Eres peculiar, me agradas —alejándose gritaba a la distancia—. Vamos, así finalmente terminamos esta noche.
Nuevamente me había tentado, solo que a estas estancias estaba seguro de que él solo estaba jugando.
Un vez en la puerta de mi casa tomaba la iniciativa para despedirme.
—Ok, Seokjin Hyu-...—y su móvil nos interrumpía.
—Disculpa, espera un momento —y me dejaba con el saludo en la punta de la lengua—. ¿Quién es? oh, Irene —«Genial, adiós» estaba listo para salir del auto, pero él me detenía poniendo su mano sobre mi pierna y presionando para que no saliera.
Lo miraba confundido y me regalaba una señal de "espera" mientras esta chica no paraba de hablar del otro lado.
—Eso no lo esperaba, de acuerdo. Vamos en mi auto.
«Bien, genial. Irene consiguió su cometido»
La llamada finalizaba y yo ya quería entrar a mi casa.
—Genial, Hyung tendrá una cita con una mujer. Gracias por todo ¿Ya puedo bajar? —mierda mi voz sonaba irritante.
—Tengo una propuesta y no puedes negarte —exclamaba sonriendo.
— ¿De que hablas?
—Cita doble, Yoon y tú. Irene y yo ¿Qué dices?
—Que no tengo idea de quien carajos es Yoon —él me observaba ladeando hacía un lado su cabeza «se ve adorable»
— ¿Es broma? —negué respondiendo a su pregunta, realmente no sabia quién era—. La prima de Dae, estuvo toda la noche detrás de ti
— ¿En serio?
—Ay, por dios. En serio estas bien ebrio
—Ahora no tanto —respondí divertido—. No la recuerdo ¿Era la rubiecita de pelo corto?
—Exacto
—Ah, no es mi tipo
—Dijiste que no tenias un tipo
—Si bueno, mentí. Adiós Hyung y gracias por todo —atiné a salir, pero él me tomaba de la chaqueta empujándome al asiento nuevamente.
—No quiero salir solo con Irene y no parará de molestarme como lo hizo meses atrás, por favor —su mirada me rogaba que no lo dejara solo en esto.
—Parecía que te gustaba antes de irnos —respondí recordándole como le había comido la boca.
—No, la bese por otras razones. No quiero ser un egocéntrico y poco caballero y decirle que no. Aparte, Yoon tiene tu número y hará lo mismo contigo.
En serio Yoon no era mi tipo y lo último que necesitaba era una mujer detrás de mí pidiendo mi atención.
—Te va a salir caro —respondí.
—Estoy dispuesto a pagar —y me guiñaba un ojo.
—Dame tu celular así te paso mi número —no podía decirle que no.
Anotando mi número en su teléfono, exclamé—. ¿Oye y si mañana culpo al alcohol y no recuerdo nada de este pacto?
—Vendré por ti para golpear ese atractivo rostro y luego te llevaré a la cita de todas formas.
Frunciendo mi ceño acompañado de un puchero, respondí—. Me deberás un favor bien grande, Seokjin Hyung
—Llámame Jin Hyung, a las diez estaré aquí. Ahora ve y descansa.
Yo atinaba a sonreír de lado para luego salir de aquel auto.
Esta noche había sido extraña, pero Seokjin había sido lo único interesante de ella.
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