Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

cuarenta y tres

Arrastraba a Taehyung fuera del club lo más rápido que posible. Una vez fuera habia seguido hasta donde estaba mi auto, él me seguía el paso en silencio, solo un poco agitado por la velocidad con la que caminaba.

Una vez que encontraba mi auto estampaba la espalda de Taehyung contra la puerta del copiloto.

— ¡Auch! —exclamaba con cierto dolor y lascivia en sus ojos.

—Lo siento —mencionaba para comenzar a embriagarme de sus besos.

Lo había necesitado, extrañaba su boca, su cuerpo. Lo necesitaba de manera desesperada y él correspondía a cada uno de mis besos. Eran salvajes, como de costumbre, una mano en su nuca y la otra en su cintura restregando la erección de uno contra el otro.

Él me tenía con ambas manos de la nuca.

—P-por dios, Hyung —decía ahogado entre mis labios y lengua. Necesitaba aire así que comenzaba a devorar su cuello—. Joder, te necesite demasiado.

Había metido su mano debajo de mi camisa para arañar en la zona de las costillas. Golpe directo a mi polla, obligándome a succionar y dar una leve mordida a su lóbulo.

—Mmm... Aah —él gemía y me costaba peor intentar detenerme.

Pero me obligaba a hacerlo, alejándome de manera brusca, agitado, despeinado y necesitado.

Había lloriqueado un poco cuando se me alejaba, pero gozaba viendo su imagen desarreglada por culpa de estar como un par de animales devorandonos, hacía un par de segundos.

—Sube al auto —me ordenaba quitando la alarma del mismo.

Limpiaba la saliva de mi labio con el pulgar, regalándole un vaga sonrisa torcida para luego obedecer sus palabras. Él entraba e intentaba recobrar el aliento con sus ojos cerrados y su cabeza levemente hacia atrás. Mientras que yo había hecho lo que cualquier persona haría en mi lugar, me tiraba encima de él para empezar a besar las zonas que su acompañante anterior había saboreado.

—Jo-joder —exclamaba entre asustado y excitado, pero tomándome de mi nuca, haciendo presión en la zona de su cuello.

Estaba retorciéndose en el asiento, con una mano enmarañada a mi pelo y con la otra en la parte de atrás de mi espalda.

Había mordido su cuello—. ¿Por qué te dejaste besar, Hyung? —preguntaba ronco.

Él ahogaba una sonrisa y añadía—. ¿Por qué te dejaste besar tú? —cuestionaba.

Yo me disponía a jugar con mi lengua en su cuello y mordía subiendo hacia el mentón—. A mi me dió asco

—Yo deseaba que fueras tú... Joder, espera —exclamaba apenas empujándome—. ¿Te ves cogiendo en el auto o nos vamos de una vez?.

«Tentador, pero incómodo»

Hacía un puchero y me alejaba a duras penas volviendo a mi asiento. Él me miraba lascivo y estúpido. Extasiado, sería la palabra correcta, y eso que no habiamos hecho nada aún.

—Joder, eres un imbécil tan hermoso —mencionaba entre risas y arracando el auto.

— ¿Soy hermoso? —le preguntaba incrédulo.

Jamás me habían dicho eso, no que yo recordará, quizás alguna mujer, ¿Pero un hombre? los hombres no usaban esa expresión.

—Y un imbécil —recalcaba fijando su vista hacia atrás para salir del estacionamiento y finalmente estar camino a su casa—. Vamos Tae ¿Nunca te lo han dicho? —cuestionaba al ver que todavía seguía procesando su halago.

— ¿Qué soy un imbécil? si, varias veces —respondía con humor.

Él negaba riendo y añadía—: Pues eres hermoso, hasta siento envidia —decía concentrado en el camino.

— ¿Por qué?. Tú también lo eres —respondía.

—¿Qué soy que? —me miraba fijo, desafiandome a que lo dijera.

—Un hermoso imbécil —recalcaba, riendo y echando mi brazos hacía atrás victorioso—. Seokjin Hyung, puedo ver tu erección —exclamaba fijando mis ojos en aquel bulto.

Él se había sonrojado apenas un poco—. Quita tus ojos de mi polla, aún no llegamos —ordenaba divertido.

—Pero estás a mil —exclamaba, relamiendo mi dedo y mirándolo fijo.

—No hagas eso —decía intercalando sus ojos entre el camino y mi rostro.

—Ya estás preparado —mencionaba con voz ronca y estirando mi mano hacía su polla.

Él la quitaba con suavidad—. Si, ve haciéndote la cabeza  de que no podrás caminar mañana

— ¿No te gustaría acabar doble? —preguntaba  llevando mi mano a su erección otra vez, pero no era frenado esta vez, así que comenzaba a masajear la zona.

—Tae —suspiraba—. Est-estoy manejando, joder. Detente —rogaba viéndome y rascándose la nuca para después pasar un cambio.

Yo intercalaba la vista entre su erección y su rostro lascivo.

—Dejame ayudarte —me sentía poseído por el deseo, me encontraba desabotonando y bajando la bragueta de su pantalón.

—Tae, por favor —decía entre el ruego y el gemido.

— ¿"Tae por favor, chúpamela"? —mencionaba sin quitar mi vista y liberando su polla—. Si Hyung, lo haré —respondía masajeando de manera suave.

Por dios, estaba poseído e ignoraba mis palabras por completo. No quitaba sus ojos de mi polla y no cesaba los movimientos, se me estaba complicando seguir manejando.

—Por di-... Joder, Tae

— ¿No quieres? —cuestionaba, mientras se inclinaba  para pasar su lengua por el glande.

«Bendita lengua la suya»

Por supuesto quería, pero no pondría en peligro nuestras vidas por una buena mamada. Así que me detenía, a quien engañaba lo necesitaba ahí y lo había fantaseado todos estos días.
Él seguía con los suaves masajes y sonreía victorioso al notar que me había detenido.

—Quita esa sonrisa y haz tu trabajo —ordenaba, acariciando su nuca.

Él asentía mientras se mordía el labio.

Volvía a inclinarse y con su lengua, dibujaba círculos sobre el glande, masajeaba de arriba hacía abajo con suavidad, disfrutando y sin apuro, luego de forma traviesa daba chupetones.

—Joder, me haces mal, esto está mal —exclamaba mirando a ver si alguien se acercaba, no se podia ver hacia adentro, pero de todas formas me sentía nervioso.

— ¿Quieres que pare, Hyung? —preguntaba un segundo antes de escupir encima de mi polla para lubricarla con su saliva.

—Tae... —aún tenía su cabello enmarañado en mi mano y con la otra libre me estaba mordiendo el dedo para no gemir.

Tae comenzazaba a trabajarme más fuerte y añadiendo chupones. El tipo succionaba y era bueno, muy bueno.

Descaradamente comenzaba a ahogarse tratando de meter todo el tronco y me hacía ver las estrellas, luego me soltaba haciendo un sonido húmedo con su boca.

—Ay, Tae-Tae-Tae —me estaba retorciendo del placer.

—Mmm...Hyung —pasaba su lengua de abajo hacia arriba—. Me volviste adicto a tu polla —y se atragantaba de nuevo mientras gemía con la misma en su boca.

Él continuaba  y continuaba haciéndome ver las estrellas, en un momento había estirado mi mano hacía su trasero para apretar con fuerza y él saltaba.

—Mmmm... —gemía mientras succionaba.

—Tae, voy acabar —mencionaba intentado sacarlo.

Sería descortés acabar en su boca sin previo aviso, quizás eso no le gustaba.

Las palabras mágicas.

Había estado un tiempo largo saboreando a Seokjin, disfrutaba de sus gemidos y como su cuerpo temblaba cada vez que chupaba, y jugaba con mi lengua.

Podría ahogarme seguido si él me dejara, su cuerpo estaba llegando al clímax, había fantaseado con esto desde que habíamos salido por la puerta del bar. Y aquí estábamos, seguía masturbandolo fuerte y parejo, mientras intercalaba mi lengua por chupones.

—Me voy a venir en tu boca si no te haces a un lado —decía con cierto respeto.

Chupando fuerte le dedicaba una ultima mirada—. Por favor y gracias —mencionaba, para continuar succionando y luego hacerlo acabar.

—Ay, joder ¡Carajo! —su cuerpo se arqueaba lo que el espacio en el auto le permitía.

Yo me encontraba poseído por la lujuria. Tragaba lo más que podía, siendo la esencia de Seokjin para mi el simplemente olía bien y sabía aún mejor.

Lo que sobraba limpiaba con mi mano, mientras él intentaba recuperarse unos segundos del terrible orgasmo que había tenido. Buscaba un trapo que tenía cerca y se limpiaba para subir la bragueta de su pantalón, luego y con dulzura, me estaba limpiando los dedos.

—Diablos, me hiciste hacer un enchastre —seguía tan cuidadoso con mis dedos.

—Un rico enchastre —exclamaba mirándolo fijo.

Luego de haberme limpiado levantaba su mirada, parte de su esencia seguía en mi boca y no lo había notado, así que con su pulgar lo limpiaba y bien lujurioso lo recibía para chupar lo quedaba en su dedo.

—Eres terrible —sonreía al verme y yo tenía una sonrisa orgullosa por el buen trabajo que había hecho.

De la nada y algo brusco me estampaba un beso apasionado. Esto era difícil, me encontraba muy duro y excitado. Luego me mordía y soltaba mi labio de un tirón, se acomodaba de nuevo para finalmente echar a andar el auto.

— ¿Estás muy duro, cierto? —mencionaba arrancando nuevamente.

—Tranquilo, puedo hacerme cargo una vez que lleguemos —intentaba no prestarle atención.

—Tenemos un trecho largo hasta mi apartamento, debe doler —decía mirando al frente—. ¿Por qué no te encargas ahora?.

Me miraba fijo mientras un semáforo nos obligaba a parar, y yo abria mis ojos sorprendido.

—Esta bien, puedo esperar —intentaba sonar convincente.

—Pero quiero verte —sus pupilas se habían dilatado—. En serio —se mordía el labio y no dejaba de verme.

— ¿Por qué? —me sentía algo intimidado, no sería la primera vez que me masturbaria frente a alguien, pero era Seokjin y me lo estaba pidiendo—. ¿Realmente quieres verme? —preguntaba entre incrédulo y excitado

—Me muero de ganas de ver cómo te tocas por mi culpa —arrancaba el auto y apenas si miraba al frente.

—De acuerdo.

Perdón, cada vez que actualizo l@s debo dejar peor.

Con amor, Niñita.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro