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cuarenta y seis

Me daba un breve baño y dejaba que Taehyung se tomará su tiempo mientras que yo preparaba algo de comer. Le había dejado como de costumbre un pantalón deportivo, pero esta vez no tenía ropa interior extra, él sabía lo que debía hacer.

— ¡Hyung, ando sin ropa interior por tu casa! —decía. Me daba media vuelta riendo y venía caminando con esa puta vibra de Dios griego, su pelo goteando, sin remera y mis pantalones deportivos que se ajustaban más en esas pierna.

Me mordía el labio al verlo y él lo notaba, acortando la distancia entre nosotros se paraba justo en frente de mi y se mordía su labio mirándome descaradamente de arriba a abajo.

No estaba vistiendo nada extravagante, también tenía un pantalón deportivo solo que en vez de remera llevaba una musculosa.

— ¿Te gusta lo que ves? —preguntaba recorriendo sus facciones y deteniéndome en su boca.

—Me encanta —volvía morderse y se abalanzaba a dejar un suave chupón en mi cuello.

—Mierda —mencionaba retorciéndome. Él se despegaba sonriendo victorioso—. Sientate para comer —ordenaba con el entrecejo fruncido—. ¿Qué tal la ducha?

—Definitivamente volveré a este hotel, me acosté con sexo, me levanté con sexo y la ducha es de ensueño, cinco estrella para usted —decía divertido.

— ¿Te levantaste chistoso? —cuestionaba alzando mis cejas divertido mientras ponía la comida en la mesa.

—Con la buena cogida que me diste esta mañana, imposible estar de mal humor —exclamaba y daba un bocado.

Asentía y negaba al mismo tiempo por su humor negro, luego abría una botella de vino para acompañar.

—Anoche te acostaste algo malhumorado, tenía que remediar eso —exclamaba encogiéndome de hombros.

—Imposible estar enojado mucho tiempo —ya sonaba más natural y relajado.

— ¿Así que no has visto a nadie más desde que hablas conmigo? —preguntaba. Él me miraba, sonriendo dulcemente y asentía mientras masticaba—. ¿Y el tipo que te llamo el martes, quién era?.

«Puta madre»

Me ahogaba con la comida ante su repentina pregunta, él me pasaba un vaso de agua y golpeaba mi espalda.

—Respira tranquilo —ordenaba.

Comenzaba a beber el agua, él volvía a sentarse en su lugar frente a mi y me observaba con sus ojos rasgados.

— ¿La llamada que no quise atender? —cuestionaba luego de haber recuperado el aliento.

—Si, esa —decía serio.

—No es nadie —afirmaba en seco mirando mi comida.

— ¿Pero lo fue? —insistía.

—Nop —respondía con seguridad.

— ¿Era el mismo que había atendido aquella vez que te llamé desde Nueva York? —fruncía el entrecejo como intentando recordar algo—. ¿Hyu-Hyungsik?

Suspiraba—. Si, ese —increible que recordara su nombre.

—Nunca me habías hablado de él —me miraba fijo.

—No hay nada de que hablar —me encogía de hombros—. No sé a qué viene toda esta charla, igual

—Solo quiero saber si es alguien que siempre estuvo o ¿Es de ahora? —soltaba el cubierto, me apoyaba en mis codos para mirarlo.

Él estaba comenzando a tensarse, lo notaba en su expresión y mi mirada duraba un segundo más hasta que exclamaba—. Hyung, nunca hablamos con exactitud de ninguno de mis folla-amigos. ¿Por que quieres hablar de eso ahora? — tomaba un sorbo de vino—. Te dije que no había nadie más —volvía a beber.

Seokjin cruzándose de brazos preguntaba—. ¿Cuando fue la última vez que te follaron?.

—¡...! —«Ay, que pendejo»

—/¿Otra vez te ahogas? —cuestionaba entre la risa y seriedad.

— ¡Es tu culpa! —tomaba una servilleta y se limpiaba los restos de vino en su boca—. ¿Por qué me preguntas eso?

—Solo quiero saber, Tae —respondía encogiéndome de hombros—. La actividad sexual no cambio en nada para mí —tragaba saliva—. Siempre fuiste el más activo de los dos

—Cuanta ironía en esa frase —decía divertido.

—Sabes a lo que me refiero

—De acuerdo, si —respondía firme—. Creo que hace como año y medio que no me follan.

Abría mis ojos sorprendido.

— ¿Te estás burlando de mi? —cuestionaba.

—No, no. Es enserio —tomaba otro sorbo y añadía—. Verás, a los diecinueve cuando quise experimentar más en el sexo, comencé a salir con un tipo más grande.

No quería mostrar desagrado, no quería, pero si quería saber y me sentía estúpido sintiendo celos por un Taehyung de diecinueve años saliendo con un tipo mayor.

Él continuaba—. El tipo fue el primero en follarme, fue la mismísima gloria, salimos por unos meses —se escuchaba feliz de recordar eso—. Luego quise intentarlo con un chico de estación y el imbécil era un asco —reía divertido—. Me había lastimado, no tanto. Pero por culpa de ese nunca más me volvieron a follar.

Asentía con lentitud y preguntaba—. ¿Por qué te dejaste conmigo?

—Era nuestra primera vez y tú eres o eras hetero, era obvio quién iba a tener que entregar el culo —se señalaba—. De todas formas —añadía—, es algo que suelo hacer de vez en cuando.

Me quedaba en pausa recalculando la información recibida—. ¿Te refieres a que...? —lo señalaba con timidez haciendo un ademán con mis dedos.

—Si Hyung, eso —imitaba mi ademán—. Los orgasmos de próstata son los mejores, no necesitas estar mucho tiempo con la mano ahí, y si nadie podía satisfacerme de esa forma, me encargaría yo.

Me miraba de manera sensual mientras que una imagen vulgar de Taehyung follándose solo, se me veía a la cabeza.

—Mierda —no podía evitar decirlo.

—Ahora llegaste y resulta que eres tan bueno o inclusive mejor que aquel tipo —fruncía su entrecejo—. No recuerdo su nombre, se me vino a la cabeza tu imagen follándome.

Me estaba dando calor y me veía obligado a removerme en la silla, él largaba una risa ronca.

— ¿Qué sientes? —preguntaba mirándolo fijo.

Su sonrisa sensual y burlona se desvanecía mientras que su rostro se pintaba de una expresión confusa.

— ¿Que siento con qué? —preguntaba.

Apoyaba mis codos en la mesa y volvía a preguntar—. ¿Qué sientes cuando te estoy follando?.

«Intromisión, dolor, placer, mucho placer y un increíble orgasmo»

—Hyung —mordía mis labios—. ¿Por qué me estás haciendo estas preguntas?

—Dime que sientes cuando te estoy follando —repetía con sus ojos lascivos.

—Dolor y placer. Mucho placer Hyung —me levantaba de la mesa y acortaba la distancia entre nosotros. Arrastrando su banqueta lo alejaba de la isla para que su cuerpo viera fuera de esta y no se encuentrara aprisionado. Como estaba en la banqueta sus piernas quedaban a la altura de mis caderas así que las abría para meterme en medio. Con mis manos aferradas a sus caderas y mi boca cerca de la suya me disponía a continuar—. Me das placer, joder me encanta cuando me follas duro. Eres bueno, muy bueno.

Sin más ganas de seguir hablando mordía su labio inferior que era tan carnoso, para luego relamerlo y pasar mi lengua para calmar el ardor sobre la zona Él me había tomado de las caderas y estampado un beso que me brindaba una corriente eléctrica deliciosa en todo el cuerpo.

Luego su móvil sonaba.

—Lo siento, dame un momento —atendía el teléfono y me alejaba para servirnos más vino a ambos—. Hola, si habla SeokJin. Claro, seguro. Haremos así, perfecto, adiós

— ¿Todo bien? —preguntaba al verlo suspirar.

—Si, era del trabajo, ya mañana empiezo —bebía todo lo de la copa de un sorbo.

— ¿Estás feliz de tener que volver a tu trabajo anterior? —preguntaba.

Me sentía extrañamente culpable, él había dejado su empleo y oportunidad de ensueño por... ¿Por mi? ¿Por Corea?.

—Está bien, de todos modos tuve un ascenso —sonreía.

—Oye, tengo trabajo que adelantar para mañana, me iré —mencionaba buscando mis cosas.

Él no me había seguido, así que me encontraba poniéndome una remera que me había prestado y tomaba mi ropa hecha un bollo.

—Te llevo —decía poniéndose una chaqueta.

Asentía totalmente de acuerdo.

El camino habia silencioso, yo solo podía pensar en que tan feliz o no se encontraba Seokjin con su decisión laboral.

—Hyung

— ¿Si? —él miraba el camino.

— ¿En serio estás feliz habiendo rechazado la propuesta laboral de tu vida? —él sonreía entrecerrando apenas sus ojitos.

—Era una oportunidad grande, pero... —hacía un gesto desinteresado—, estoy bien con la decisión tomada.

Suspiraba y luego agregaba—. Me sorprendiste cuando viniste por mi en el bar besándome frente a tanta gente.

Un semáforo nos obligaba a parar y él me miraba—. Era un bar, todos se estaban besando con todos ¿Por qué no podría hacerlo también?

«Ay, mierda. Olvide que había sido un maldito club y no una banqueta en medio de la plaza en un puto día de verano»

No podía pensar estar con Seokjin más allá de cuatro paredes, recordando su saludo tan cortés y masculino en el aeropuerto. ¿Qué tan bisexual era en público? ¿Qué tanta ilusión más allá del sexo podría hacerme?.
Ahora entendía más que nunca la frase sobre que el sexo no debía cambiar las cosas entre nosotros.

Casi comenzaba a irritarme otra vez.

— ¿Qué piensas? —preguntaba mirando el camino.

—Nada

—Vamos TaeTae ¿En qué piensas?  —insistía.

Tomaba valor y... omitiendo información exclamaba—. ¿Te parece si vengo los lunes y miércoles? Ya sabes, como no trabajo martes y jueves podría quedarme contigo y follar.

Fruncía el entrecejo y respondía—. ¿Solo follar?. ¿Es lo único que haremos de ahora en más?.

Suspiraba algo exasperado.

—Los fines de semanas podemos hacer cosas de amigos ¿Si quieres? —lo miraba y me mordía el labio.

—De acuerdo ¿Eso es lo que quieres? —volvia a preguntar.

«¿Qué más puedo obtener?»


Anoche me había quedado dormida.
Con amor, Niñita.

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