Las palabras de Seon me habían quedado dando vueltas en la cabeza, así también volvía la escena de celos que Tae me había planteado en el cumpleaños de Dae tiempo atrás, pero también esa llamada del día martes.

¿Él seguía en contacto con ese tipo?, quizás ese le daba lo que yo no.

Sería egoísta hacerlo exclusivo si él venía disfrutando de otro tipo de intimidad, con el paso del tiempo quizás y lo llegaba a aburrir o dejaba de gustarle. ¿Qué podía hacer contra eso?, estaba muy confundido y necesitaba que él fuera sincero conmigo antes de volver a cagarla en grande.

— ¿Qué quieres que te diga, Hyung? —preguntaba con sus ojos cerrados.

— ¿Podrías mirarme? —exclamaba firme.

Con algo de pereza y muy en contra de su voluntad—se veía—lo hacía y abría sus ojos.

— ¿Qué quieres conmigo? —preguntaba.

— ¿Qué quiero con qué?. Eres mi mejor amigo ¿No? —decía en seco—. El sexo no tiene que cambiar nada ¿No?

— ¿Por qué lo dices de esa forma? —sus palabras salían agrias.

Él suspiraba y se levantaba apenas apoyándose en sus codos.

— ¿Como lo digo, Hyung? —exclamaba con su rostro sin expresión—. A ver, respóndeme ¿Ahora eres gay, bi o aún te consideras heterosexual?.

Lo miraba ceñudo y preguntaba—. ¿A qué viene eso?

Él suspiraba exasperado y respondía—. Ni siquiera sabes cuál es tu puta orientación sexual en este momento

— ¿Por qué mi orientación sexual tiene que tener un título? —preguntaba confundido.

En serio ¿Que tenía eso que ver?.

—Pues eso sería más fácil. ¿Me quieres solo como tu mejor amigo? ¿Quieres que follemos cómo un par de enamorados? ¿O después de que me rompas el culo quieres que salga corriendo a cogerme a alguien más?.

Esta charla había cambiado el tono de voz en ambos.

—Yo no tendré mi puta orientación sexual decidida, pero al menos solo estoy follando contigo —a diferencia de él—. ¿Por qué no viniste conmigo?. Te lo pedí todos estos días, te pedí que vinieras a casa

— ¿A hacer que?. Los mejores amigos no pueden vivir follando —se acomodaba para sentarse, se veía apenas adolorido. Intentaba acariciarlo, pero me quitaba la mano—. Déjame.

Suspiraba cerrando mis ojos y me relajaba, no pelaria con él después del momento que habíamos tenido.

Ya me había irritado, el buen sexo se estaba yendo por la borda.

—No quiero pelear contigo —decía tapando sus ojos con su antebrazo—. Solo quiero saber dónde estamos con todo esto.

«¿Como si yo supiera?»

—Eres mi mejor amigo, el sexo no tiene que cambiar nada —mencionaba intentando convencerme a mi mismo.

—De acuerdo, Taehyung —solo eso me respondía cansado—.  Acuéstate a dormir.

De mala gana lo hacía, pero no porque él me lo estuviera ordenando si no porque tenía sueño. Él se tapaba, más seguía desnudo y me ayudaba a taparme.

—Que descanses —me daba un casto beso en los labios—. Y si tanto importa, es muy probable que ahora sea bi —se daba media vuelta apagando la luz de la lámpara y añadía—. Aunque solo me gustas tú, no otros hombres.

—De acuerdo, en mi casa a las ocho —decía su voz en un susurro—. Tengo ganas de follar y ser el que la ponga. Así que no faltes.

Mentiría si dijera que no me afectaba escuchar eso y una asquerosa punzada atacaba la boca de mi estómago. Taehyung estaba en la cocina y cuando me veía llegar intentaba actuar como si nada.

— ¿Todo bien? —preguntaba poniendo mi mejor cara de póker.

— ¿Hace mucho te levantaste? —preguntaba nervioso.

—Tranquilo —respondía a cambio—. Quieres coger y la quieres poner. Lo entiendo.

Él abría sus ojos sorprendido, pero recuperándose agregaba—. Genial, que bueno que no tengo que esconder estas cosas de tí, mejor amig-...

— ¡Mierda! —me despertaba con una sensación horrible.

Revisaba la hora y eran las diez y media de la mañana, Taehyung estaba durmiendo a mi lado.

—Puto sueño, puto sueño —murmuraba. Me levantaba y me daba una ducha para sacarme el mal sabor de esa pesadilla.

Era como si mis sentimientos se estuvieran revelando conmigo. No quería que Tae estuviera con otro, no podía pensar en él estando con alguien más que no fuera yo.

¿Pero eso en que me convertía?.

«¿Qué mierda quieres, Seokjin?»

Salía de la ducha con el pelo húmedo, me ponía un bóxer mientras me aplicaba loción corporal para sentirme el doble de fresco.
Pedazo de marica que era a veces, al salir Taehyung seguía dormido, la sábana blanca tapaba su parte íntima, pero su torso estaba al descubierto, su pelo enmarañado y su boca formaba un puchero.

«Joder, que imagen»

Iba a vestirme, esa era la intención—pero no—ahí me encontraba caminando directo a él, me disponía a mirarlo de pies a cabeza, se veía muy bien, realmente se veía irresistible.

Bueno ¿Cuándo no?, mordía mi labio y sin pensarlo mucho me subía encima a horcajadas para comenzar a besar su cuello y bajar a su torso desnudo. Más allá de su cuello y hombros no había depositado besos en otra parte y aquí me encontraba semi poseído por saborear su piel canela.

— ¿Hyung? —murmuraba.

Yo me encontraba en su abdomen jugando con mi lengua.

Él apenas entendía lo que sucedía, pero su respiración se había acelerado con rapidez, sin decir nada había subido mis manos acariciando las zonas de arriba, intercalando entre sus hombros, pectorales y la manía de arañar la zona de sus costillas, pero a eso le sumaba mis besos húmedos.

Podía sentir en mi pecho como su entrepierna comenzaba a despertarse.

— ¿Te desperté? —preguntaba sin cesar el camino de besos.

—Y de que manera —se estaba tapando su rostro, pero había notado un leve sonrojo en sus mejillas—. ¿Por qué estás haciendo esto?.

Mis besos iban cada vez más abajo, sabía lo que sentía, conocía esa sensación a la perfección.

— ¿No te gusta? —preguntaba pasando la lengua.

«Sabe, rico, sabe tan rico»

—Si, si me gusta —estaba retorciéndose bajo la humedad de mi lengua, movía su pelvis, pero en contra de su voluntad se retraía—. Es mejor que pares —rogaba y ponía su mano en mi cabeza enmarañando mi cabello húmedo.

La sensación de su mano en mi pelo mientras estaba besando su abdomen me había gustado. Así que solo continuaba, ignorando su sufrimiento.

—Ay, Seokjin... —movia su pelvis con cierta timidez—. Para, para, para, para—repetía empujando mi cabeza hacia abajo y luego me tomaba del mentón para volverme a subir.

— ¿Qué haces? —preguntaba divertido—. ¿Bajo o no bajo? —preguntaba y lo miré fijo.

Los besos de Seokjin me habían despertado, en todas las maneras posibles. Por dios había hecho un camino de besos húmedos y se encontraba tan cerca de mi erección ¿Qué pretendía?.

Le había rogado que se detuviera, no lo obligaría a que me hiciera una mamada, aunque me estaba muriendo por eso y él no ayudaba. O sea ¿Qué tanto le gustaba yo? ¿Tanto asi, a tal punto de chuparmela siendo él tan heterosexual toda su corta y puta vida?.

Me seguía dando esa mirada lasciva esperando por mi respuesta—. Lo estás pensando demasiado, TaeTae —exclamaba con voz ronca.

—No me mires así, por dios —subía una mis piernas a su cintura para agárrarlo al menos con una.

— ¿Quieres que baje? —volvía a preguntar, pero esta vez había sentido la humedad y el peso de su lengua sobre mi polla con solo la tela de la sábana que se interponia.

— Ay, joder...¿Por qué haces esto?

—¿Por qué no? —otro lengüetazo salvaje.

—Mierda, levántate —lo tomaba del mentón y él me miraba confundido—. Bésame

— ¿Por que no quie-...? —lo tomaba de la parte posterior de su cabeza,  atrayendo su boca la mía para besarlo de manera salvaje como solo él y yo sabíamos hacerlo.

No se había negado, de lo contrario lo tenía encima respondiendo y devorándome, aprovechando su distracción lo dejaba de bajo de mi y ahora era yo quién se apoderaba de su cuello.

—Mierda, hueles exquisito —exclamaba en su oreja mordiendo su lóbulo.

—Joder, hicis-hiciste trampa —ronroneaba mientras arañaba mi espalda.

—Lo sé —volvía a su boca, succionaba y mordía—. Mi turno.

Ahora era yo quien bajaba a saborear su piel, tan blanca y encima suave, me encantaba el olor a fresco que desprendía.

Con desesperación lo despojaba de su boxer—. Esto sobra, Hyung

—Tienes raz-...¡ Joder! —me metía toda la larga longitud en mi boca—. Ay, carajo —exclamaba.

Se retorcía del placer y agarraba con fuerza mi cabello, me encontraba dándole atención de manera desesperada.

«Un mañanero con Seokjin ¿Quién se negaría?»

De por si, su polla ya era deliciosa para mí, pero que saliera recientemente de la ducha era peor, más adictivo se volvía. Masajeando de arriba hacía bajo y escupiendo sobre el glande la lubricaba con mi saliva, luego alineaba su polla con mi boca y la metía hasta donde me permití, al punto de ahogarme y sacarla de nuevo.

—Joder, me encanta que hagas eso —nuevamente daba embestidas sosteniendo mi cabeza y yo me estaba sosteniendo de sus muslos—. T-Tae...Tae voy a correrme.

Había dado palmaditas a su pecho para que se detuviera y me permitiera quitar mi boca, él me miraba jadeante y confundido, regalandole un sonrisa torcida trepaba hasta quedar encima de su polla.

— ¿Qué haces? —preguntaba aferrándose a mi cintura.

—Vas acabar dentro de mi —mencionaba agitado y tomaba su polla para introducirla dentro en mi entrada.

—Con cuidado —exclamaba.

—Ss....aahh —lentamente estaba metiendo el glande para luego introducir todo el tronco—. Joder, eres tan grande —eso no había sido una queja, si no más bien un halago.

—Ay, carajo —chillaba, sus dedos se clavaban en mi cintura—. Si tan solo pudieras ver tu rostro.

Él se encontraba subiendo su mano y colocándola en mi nuca, para luego tirar de mi cabello para obligarme a mirarlo mientras me enterraba su polla.

Lo tenía encima, estaba viendo su rostro libidinoso mientras iba bajando para clavarse en mi polla. Estaba embelesado viendo su rostro de placer, así que lo obligaba a mirarme, porque era embriagadora su mirada y se mordía con fuerza cuando había entrado del todo.

Era una combinación explosiva estar dentro de él sin nada, apretado y encima ver su rostro en el proceso.

— ¿Estás listo? —preguntaba con malicia y luego comenzaba el vaivén.

—Ay, Tae —toda la sensación de placer que se disparaba de mi miembro a mi cuerpo.

La habitación ardía mientras que nosotros nos estábamos quemando vivos. Sus facciones que del dolor pasaban al placer, la forma en que primero cerraba sus ojos con fuerza y luego los relajaba y mordía su labio para dejar escapar gemidos que pronto comenzaban a ser gritos.

Su frente pegada a la mía haciendo un charco de sudor por no separarnos, el sonido de mi piel con la suya. Mis dedos largos apretando su cintura para sostenerlo firme y que siguiera montándome.

—Joder, que pl-placer —decía casi en forma de lloriqueo.

Por un momento había olvidado que estaba a punto de acabar—demonios—queria hacer este momento más largo para seguir absorto con su rostro de placer, pero que me estuviera montando de esa manera estaba haciéndome llegar al clímax.

—Lo s-siento, pero ya voy acabar —exclamaba apretando mis ojos—. Aaah, me vengo, mierda... Joder

—Si, si, si —se movía más salvaje, estaba golpeando ese punto que lo iba a hacer estallar así que tomando con una mano su erección comenzaba a estimularlo para darle el doble de placer—. ¡Ay, joder, si!

— ¡Aaah, Tae, Tae! —sentía como sus terminaciones nerviosas apretaban todo mi miembro y esa sensación final provocaba en mi el orgasmo que estallaba obligándome a llenar a Taehyung y explotando en espasmos deliciosos en todo mi cuerpo.

Él también había acabado ya que mi mano tenía los restos de su esencia.

—Si sabía no me bañaba —exclamaba divertido.

—Que delicado —mencionaba derrumbándose por completo, y escondiendo su cara en el hueco de mi rostro y hombro.

Lentamente salía de encima de mi y volvía a su lugar.

— ¿Hyung?

— ¿Si?

—No me ando acostando con nadie más desde que comenzamos a hablar de nuevo.

Pese a que muy en el fondo lo sabía, que me lo confirmara me daba la paz que necesitaba despues de mi sueño.

Realmente era lo que necesitaba.

Honestamente, no era parte del plan que este capítulo fuera tan Lemon, pero encajaba en la historia.
Por cierto, estoy en el #2 en Jintae, gracias bebés.

Con amor, Niñita (Nany).