cincuenta y nueve
Me habia levantado, caminando en cuclillas para no despertar a Seokjin, ya habían pasado un par de horas, y él estaba profundamente dormido después de la noche perfecta que habíamos tenido. Tomaba con cuidado mis cosas, ya estaba vestido y calzado, estaba más que convencido de ir hacía la puerta.
— ¿TaeTae? —la voz de Seokjin me había asustado, obligándome a tirar mi bolso.
Me erguia al instante luego de volver a tomarlo del suelo y me encontraba con su imagen en bóxer. Su cabello despeinado y restregando sus ojos para ubicar mi imagen en la oscuridad.
Me hacía perder el aliento, mejor dicho, me lo había robado.
—Hyung ¿Qué haces despierto? —cuestionaba inocentemente mientras continuaba mi camino a la puerta.
— ¿Qué haces tú despierto? —cuestionaba con tono duro.
—Verás... Yo-
— ¿Ibas a huir? ¿En serio, Taehyung? —su voz ya no sonaba tan adormilada.
—Yo... —asentía haciendo todo tipo de muecas—. Síp. Si, yo estaba huyendo —confirmaba algo avergonzado.
—Ay, eres increíble —presionaba su sien añadiendo—. Vuelve a la cama
—No... Tú debes de volver. En un par de horas tienes que trabajar —exclamaba moviéndome hacia a la puerta.
—Ni se te ocurra dar un paso más
—Hyung... —exclamaba con puchero—. Ya pedí un Uber y tienen alta demanda a estás horas
— ¡Porque son las malditas dos treinta de la madrugada! —se acercaba con paso firme quitándome el bolso y mi chaqueta para dejarla en su sofá—. Vuelve. A. La. Cama. Ahora.
Su orden había resonado en cada parte de mi cuerpo mientras que su aliento golpeaba en mi rostro.
—Necesito irme
— ¿Fue por lo que me dijiste?
— ¡No quiero hablar de eso! —mencionaba al instante—. Haz de cuenta que no pasó.
Seokjin suspiraba—. Entonces vuelve a la cama. Estás haciendo lo mismo que cuando te pedí avanzar y que fueras mi novio
—Excepto que Seon no quiso venir por mi, pero el Uber ya está a un par de cuadras —respondía, intentando parecer convincente.
—No te vas a ir —repetía. Enseguida subía su mano a mi nuca—. Sobre lo que dijist-...
—La, la, la... —me apartaba tapando mis oídos y cantando con terrible berrinche de niño pequeño.
—Ya tuve suficiente —murmuraba Seokjin y me tomaba de la cintura para subirme sobre su hombro.
— ¡Oye, Hyung!. ¡No hagas esto, bájame! —rogaba.
Rápidamente me devolvía a su habitación y a su cama. En un parpadeo tiraba todo su peso encima de mi.
— ¿Qué tengo que hacer para que te quedes y dejes de actuar como idiota?
—Ay, no lo sé. Soy bastante idiota por naturaleza —replicaba suspirando y él reía—. No se me va a quitar por el simple hecho de que vayas a follarme ahora.
Seokjin alzaba sus cejas y yo me encogía de hombros.
— ¿Así que quieres que te folle? —repetía con voz suave.
—Si, eso quiero. Por favor —susurraba, atrapando mi labio entre mis dientes mientras lo veía encima de mi semi desnudo.
Sus largos dedos habian ido al botón de mi pantalón para desabotonarlo y luego bajar el cierre.
—De acuerdo —respondía en un susurro—. También quiero follarte —con ambas manos me quitaba el pantalón de un brusco tirón y junto con él mis zapatillas. Luego volvía a subir mientras pasaba la yema de sus dedos por mis muslos y rozaba mi entrepierna que comenzaba a despertarse—. ¿Por qué te escapas de mi?.
Comenzaba a meter la mano debajo de mi remera mientras depositaba besos húmedos en mi cuello.
—No me escapo —respondía con respiración entre cortada.
—Yo creo que sí, estás siendo malo —susurraba con voz apenas audible y lanzaba un suave mordisco a mi lóbulo.
—Aah...¿Vas a castigarme? —preguntaba con cierto aegyo en mi voz.
El plan había sido irme después de esas dos pesadas palabras que mi bocota no había podido contener. Pero ahora quería ser castigado, si que lo quería.
No había dicho nada, tal y como él me lo había pedido. Mi garganta ardía y mi pecho tenía un concurso de tambores dentro, pero no había dicho nada, porque él me había frenado.
Había sido perfecto, todo. Mejor de lo que podría haber imaginado, no había tenido ningún gay panic. No había tenido ganas de huir, solo quería fundirme más en Taehyung y viceversa.
Lo único que sentía había sido mucha paz después del acto, después de sus palabras y me había dormido plácidamente. Haasta que en plena madrugada sentía frío y buscaba el cuerpo de mi novio para acurrucarme, pero el bastardo no estaba.
Había salido con calma rogando que no se hubiera ido y lo agarraba en pleno acto. No me extrañaba que quisiera huir, pero no sé lo permitiría.
No quería hablar del tema, no me dejaba hablar del tema y por respeto a su jodida inseguridad, no le había insistido. Me había contenido porque eso lo calmaba.
Pero ahora en mi cama no iba a dejarlo pasar tan fácilmente, ni tampoco iba a volver a dormir porque al verlo tan dócil, los papeles habían cambiado otra vez.
No me cansaría de esta versatilidad que comenzabamos a tener. Me había gustado ser follado por Taehyung, pero jamás dejaría de amar la sensación de estar dentro de él y embestirlo hasta conseguir tanto su climax como el mío.
—Aah... ¿Vas a castigarme? —su voz sonaba pesada, grave y demasiado dócil.
—Por supuesto que lo haré, bebé —exclamaba besando y mordiendo su mandíbula hasta llegar a su mentón.
Había dado una lamida con mi lengua en su labio inferior, el cual estaba siendo masacrado entre sus dientes con ganas cuando. Le había hecho un pequeño amague y no terminaba besándolo, si no alejándome.
—Ah, malo —exclamaba con un pequeño mohin.
—Quitate esto —ordenaba entre sus piernas de rodilla, obligándolo a quitarse la remera.
Lo hacía al instante y ya lo tenía en bóxer sobre mi cama. Tomaba su mentón para que me mirará y sus facciones eran únicas. Su rostro bien simétrico con una mandíbula bien pronunciada. Sus ojos rasgados, pero a diferencia de los míos los suyos eran alargados, era un jodido animé de carne y hueso. Uno muy hermoso.
— ¿No vas a besarme? —me preguntaba en un susurro.
Acercándome a su rostro colocaba el mío ladeado, haciéndole creer que lo besaría, pero al acercarme mientras él iba abriendo su boca para recibir la mía, yo solo había depositado una leve mordida en la comisura de sus labios. Apenas si rozándolo.
Dejaba escapar un sonido algo frustrado.
—Por ser un chico malo. Tenes que dejar de provocar a tu Hyung —respondía chasqueando mi lengua entre mis dientes.
Bajaba de la cama y me quitaba el bóxer. En silencio me acercaba nuevamente y hacía lo mismo con él. No decía nada, pero sus ojos jamás se habían apartado de mi, tanto él como yo nos encontrábamos semi duros por el breve comienzo.
De la pequeña mesa tomaba el lubricante y se lo pasaba.
—Dijiste que ibas a follarme —reprendí al instante.
Colocándome a horcajadas encima de él respondía—. No es para ti, es para mí. Me vas a lubricar y a masturbar para luego entrar en tí.
Sus ojos habían brillado con un destello de lujuria y notaba su líbido a mil a través de su mirada.
—Puedo hacerlo con mi boca —exclamaba bajando la vista a mi erección y dejando a la vista su lengua juguetona.
—No, lo deseas y no lo vas a hacer. Solo vas a lubricarme y masturbarme —me agachaba para dejar mi rostro a su altura—. Si llegas a poner tu boca, el castigo será peor.
Se mordía el labio y comenzaba a echar un poco del líquido espeso en su mano y luego sobre mi polla comenzaba a lubricarme.
—Mmm —no había podido evitar gemir. Sus manos cubrían casi toda mi longitud, casi.
De arriba abajo comenzaba a hacerlo mientras veía mi rostro y mi erección. Se mordía la boca, pero lo conocía, se estaba muriendo de ganas de chuparla.
—Hyung... —susurraba inclinándose hacia adelante, pero lo tomaba del pelo en la zona de la nuca y lo tiraba hacia atrás dejando su lengua en el aire.
Lo miraba y exclamaba—. Dije que no —repetía, costaba bastante mantener la voz con tono firme y duro, ya que tenía otra cosa más dura—. Joder, tus manos.
Taehyung continuaba, más rápido y parejo. El sonido obsceno de sus manos trabajando sobre mi polla, más mi respiración que se agitaba y se volvía cada vez más pesada, eran los únicos sonidos llenando el silencio de mi habitación.
Con su pulgar limpiaba el pre-semen del glande y estaba a punto de lamerlo, pero de nuevo lo detenía.
—Hyung —por dios, sus pucheros eran hermosos.
Me mordía el labio para reprimir una tonta sonrisita que se me había querido escapar.
—Recuestate —apenas empujaba su hombro, indicándole que se echará sobre la cama.
—No me empujes —soltaba con un mohin.
— ¿No te gusta ser castigado? —preguntaba, dejando caer todo mi peso sobre él—. Tus pucheros no van a funcionar ahora, Kim Taehyung.
Lo tomaba del mentón y hacía su rostro a un lado para dejar su cuello y clavícula a mi merced. Enterraba mis dientes en su piel trigueña e instantáneamente me tomaba de la cintura.
—No me toques —ordenaba y quitando sus brazos, mientras los subía por encima de su cabeza y los tomaba con fuerza con ambas manos.
—Oye... —se quejaba. Abrí sus piernas con una de las mías y ya me encontraba del todo encima de él. Había comenzado a restregarme golpeando su erección a la mía y él no podía evitar comenzar a gemir—. Hyung, joder.
Atacaba su cuello con delicadeza y lentitud mientras que él quería y necesitaba que lo hiciera con más presión, pero ese no era el plan.
Bajaba ambas manos soltandolo, pero no sin antes advertirl—. Sí me tocas, te ato.
—Hyung...
Levantaba una de sus piernas para ponerla sobre mi hombro, me masturbaba solo un poco para tomar parte del lubricante y mojar mis dedos. Taehyung se agarraba de la sábana a los lados y relamia una y otra vez sus labios.
—Voy a insertar dos dedos —exclamaba.
Él asentía con frenesí.
Al instante y de forma lenta comenzaba a meterme en su entrada, no sin antes dejar un poco de lubricante extra sobre ella.
—Aaah, si —dejaba escapar al sentirme.
Una vez dentro y dejando que él se moviera y acostumbrara, comenzara, comenzaba a hacer tijera para dilatarlo. Él se estaba yendo en suspiros y jadeos. Una de mis manos estaba sobre su abdomen y dibujaba círculos con la yema de mis dedos, apenas si rozando su ya endurecida polla.
Había perdido pre-semen el cual me había encargado de limpiar con el dedo del medio. Lo pasaba lenta y perezosamente sobre su glande, sin mayor tacto y me lo llevaba a la boca para chupar.
—Delicioso.
Me estaba matando, realmente me estaba matando. Qué esto fuera lento era una verdadera tortura, hasta su forma de hacer tijera dentro de mi era lento. Intentaba llevar mi mano a mi propia erección, pero Seokjin la quitaba de mala manera.
—Hyung —me quejaba, casi similar a un sollozo.
—No te vas a tocar, ni me vas a tocar. Controlate.
Me ponía. La verdad, su voz mandona me ponía a mil. Un tercer dedo se introducía mientras me veía de forma libidinosa mordiendo su labio.
Luego apenas se agachaba y dejaba besos húmedos en mi abdomen mientras su pecho rozaba mi erección. Yo me removía desesperado cuando sus dedos habían tocado ese punto dulce dentro de mi e inocentemente ponía mi mano en su nuca.
Pero él había salido de repente. No había sido rudo, pero tampoco suave y nuevamente quitaba mi mano de su cabello.
—Es todo —soltaba, levantándose furioso.
—No, no. ¿ A dónde vas? —preguntaba necesitado y preocupado.
De su placard tomaba una corbata y sabía por dónde venía la cosa. Poniéndose a horcajadas tomaba mis manos uniendolas sobre mi cabeza y las ataba haciendo un nudo increíblemente fuerte.
—Auch, no tendrías que haber visto 50 sombras —mencionaba burlándome.
Él se ponía justo frente a mi rostro—. Tú querías que la viera adrede. Y no te ato a la cama porque luego necesitarás aferrarte a mi, debido a que te follaré duro y parejo.
Sí, se me había hecho agua la boca, pero antes que pudiera contestar me mordía con tal fuerza el labio inferior que literalmente sentía la sangre manar de él.
Ahora comenzaba a dejar besos húmedos por todo mi torso, pero se detenía en uno de mis pezones donde comenzaba a lamer y morder. Sus manos eran delicadas sobre mi piel, aunque no se quedaba mucho tiempo.
Nuevamente volvía a bajar hasta llegar a mi erección en la cual dejaba una casta lamida, me provocaba escalofrío tras escalofrío en toda mi anatomía.
—Levanta la pierna —ordenaba mientras y él la ponía sobre su hombro, otra vez.
Luego acomodándose en la cama, había dejado parte de sus piernas colgando fuera. Por primera tomándome de las caderas para levantarme más, daba una lamida lenta en mi entrada.
—Carajo —soltaba excitado y sorprendido. No podía evitar sonreír.
Seokjin lo hacía otra vez. Otra más y tenía tantas ganas de poner mis manos y tomar su cabello con fuerza.
—Tranquilo —mencionaba socarron. Levantándose se alineaba sobre mi entrada y podía sentir su glande.
Lentamente comenzaba a empujar dentro de mi. No dejaba de verme y tenia que poner mis brazos atados sobre mi rostro para taparme, pero los volvía a empujar mientras terminaba de entrar en mi.
— ¡Ay, joder!—gritaba más fuerte de lo que hubiera querido.
Al instante sus dedos apretaban mis caderas, y comenzaba un movimiento lento y tortuoso dentro de mi. De a poco me iba a acostumbrando a su tamaño, tan perfecto para mi.
—Tae. Bebé, tienes que dejar de huir —decía entre jadeos.
No podía evitar morder mis labios y sonreír burlón, pero rápidamente exclamaba—. Entiendo el castigo, Daddy. Pero lo quiero duro.
Al instante su mirada se había vuelto sombría y salía de mi para girarme sobre mi estómago y levantando mi culo me ponía rápidamente en cuatro.
Su peso caía sobre mi espalda mientras sentía su mano acomodar su polla en mi entrada—. ¿Lo quieres duro?. Duro será.
Me mordía el labio tan fuerte que de nuevo soboreaba la sangre, Seokjin apretaba mis caderas con sus dedos largos mientras se iba metiendo cada ves más.
Finalmente estaba dentro de él por completo, para comenzar un vaivén lento, pero Taehyung era tan rebelde que se hacía más hacia atrás para sentirme por completo. Como si pudiera meterme más dentro de él.
Nunca era suficiente, ni para él, ni para mí. Luego de unos minutos con ese vaivén, comenzaba a rogar de nuevo.
—Podrias por favor, dejar de hacerme sufrir —rogaba entre dientes.
— ¿No volverás a huir?
—Lo prometo —movia su culo más encima de mi y—: ¡Aaahh! —una nalgada se me había escapado.
No lo hacia a menudo, habían cosas que ridículamente nos habíamos restringido en el sexo. Pero estaba mas que listo para descubrirlas y dejarnos ser.
— ¿Vas a cumplir la promesa? —cuestionaba, dejando caer la palma de mi mano de nuevo en la misma zona.
— ¡Mm! No lo sé -mencionaba socarron.
Otra más y sus gemidos roncos eran perfectos.
—Taehyung
—Quizas —otra más—. Joder, hazlo de nuevo.
Eso había sido mi fin, comenzaba a embestirlo de manera salvaje intercalando nalgadas realmente fuertes que le provocaban gritos sórdidos.
Aprovechando que Taehyung tenía el pelo más largo lo había tomado con fuerza, al mismo tiempo que me tiraba por completo encima de él para tenerlo del todo debajo de mi y tener un mejor acceso a él.
—Tae —exclamaba mordiendo su hombro sin soltar su cabello. Había olvidado que él seguía atado y sus manos estaban de forma incómoda debajo de él—. Joder, quédate quieto
—No, no —decía sin dejar de moverme.
—Te vas a lastimar, dejame desatarte —como podía lo hacía aún con él moviéndose cual desesperado—. Dios, Tae espera —finalmente lo soltaba y quitaba ambos brazos debajo de su cuerpo.
Con la mano izquierda me tomaba de la nuca y giraba su rostro para buscar mi boca y yo correspondía. Mientras que descansaba mi otra mano sobre la de él, entrelazando mis dedos sobre los suyos.
—Me encanta —murmuraba en mi boca y mordía mi labio con fuerza—. Me encantas.
Continuaba las embestidas mordiendo a mi antojo su hombro y su cuello. Mientras él presionaba más mi cabeza para que no me detuviera.
—Bebé... —susurraba, encontrando su punto dulce y él gemía desesperado ahogando mis palabras por sentirme completamente apretado dentro de él.
—Ahí, Seokjin... No digas nada —rogaba—. Más duro.
Obedecía y continuaba.
Él gemía y me tenía por completo encima. Notaba como jadeaba y mordía su labio inferior.
—Joder... —me faltaba poco para venirme y me ponía nuevamente de rodillas levantando su culo, para continuar embisitiendolo.
— ¡Ash, Hyung!.. Me vengo —mencionaba agitado, sobre sus codos.
—Aguarda —salía apenas y volvia a girarlo sobre su espalda—. ¡Jode-...!
—¡Carajo! —ese movimiento había sido doloroso para ambos, pero rápidamente volvía embestirlo.
Ponía mis brazos a su lado y él me rodeaba con los suyos para comenzar a besarme. El sonido obsceno de su piel contra la mía, nuestras respiraciones pesadas y gemidos roncos que salían tanto de él como de mi, eran la musica perfecta para mis oídos.
—Ahora si —alcanzaba a decir mientras golpeaba su próstata.
—Si, si, si —repetía entre jadeos—. ¡Joder! te amo. Te amo, te amo -repetía con sus ojos cerrados.
Yo continuaba empujando con mis últimas fuerzas, porque esa frase reiteradas veces entre gemidos exquisitos me había dado en cada parte, me había tocado por fuera y por dentro.
Se había metido debajo de mi piel y me llevaba a sentir todo un escalofrío que me obligaba acabar dentro de Taehyung.
—¡Tae..! —dejaba caer mi frente sobre la suya al igual que mi cuerpo al de él y podía sentir como se corría al mismo tiempo conmigo—. Tae...
—Ay, no digas nada —rogaba acariciando mi rostro.
Tenia que morderme la lengua para acceder a su pedido. Me estaba apretado tan fuerte que podía sentir como su cuerpo temblaba con cada espasmo retumbando en toda su anatomía.
Al igual que yo.
—Tae... —exclamaba nuevamente, dejando besos húmedos en su rostro, mentón y para cuándo desaparecía en su cuello—. Tae, yo-...
—Sshh... duérmete —su pecho comenzaba a calmarse—. Solo duerme tranquilo. No me iré a ningún lado.
duerme tranquilo. No me iré a ningún lado.
El edit es deplorable.
Por otro lado, este Tae no puede mantener la boca cerrada.
Con amor Niñita Nany 💜
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