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cincuenta y dos

Ahora Seokjin me miraba atónito con su copa de vino a mitad de camino entre la mesa y su boca.

«Listo, lo dije»

Me relajaba, suspiraba. Tomaba coraje y me disponía a levantar la mesa dejándolo procesar mi confesión.
No había sido un no, tampoco había sido un sí, pero era lo que quería decirle. No sabía lo que él sentía, él me quería y mucho, eso jamás lo habia puesto en duda, pero yo estaba enamorado y no era reciente, ya venía arrastrando con estos sentimientos y el único que no sabía de ellos, era él.

Volvía a la mesa por lo que restaba y él se levantaba para brindarme ayuda.

—Yo levanto esto... —exclamaba llevando la salsa y tapándola para luego dejarla en la heladera.

Decidía calentar el agua para tomar café, a ambos nos gustaba luego de cada comida, no era necesario preguntarle si quería.

Taehyung me había lanzado esas palabras sin previo aviso, no era algo nuevo, Seon me lo había dicho, pero no le había creído del todo. Había supuesto que exageraba.

Estaba creído que aquel escenario que Seon me había pintado sobre un Taehyung enamorado de mi solo era en realidad un Taehyung con un leve enamoramiento del tipo superficial.

No era real.

Él no había esperado respuesta, había confesado haberse enamorado a primera vista de mí hacía dos años, y yo apenas redescubriendo todo esto que me estaba haciendo sentir. Pese a que la extraña tensión había estadl desde el día uno en aquel armario, sentía mis sentimientos muy poca cosa para él.

—Tae —él estaba lavando los platos muy metido en su mundo, ya casi terminaba.

—Dame un momento, no quiero dejar todo desordenado. Mañana es sábado y lo último que quiero hacer es limpiar —sonreía nervioso.

Lo dejaba terminar, el agua ya casi hervía—. ¿Quieres que prepare el café? —preguntaba, él asentía.

Así lo hacía, finalmente él se acercaba en silencio, mirándome tan bonito como solo a él le salía.  Lo devolvía la mirada mientras endulzaba el café y él sonreía.

— ¿Por qué sonríes? —preguntaba.

—Porque ahora eres tú el que se quedó sin palabras —decía burlón.

Me acercaba entregándole su taza de café y parándome justo frente a él a pocos centímetros.

—Me habré quedado sin palabras, pero a diferencia de ti, yo no tengo intenciones de huir —exclamaba y sonreía.

—Touché —respondía.

Bebía de mi taza negando e intentando relajarme, quería encontrar las palabras indicadas para este momento.

— ¿A primera vista? —preguntaba con curiosidad.

—A primera vista, ebrio. Pero a primera vista —respondía con su voz grave.

Me acercaba dejando mi taza y quitándole la suya para que no hubiera nada en medio nuestro. Me inclinaba para comenzar a besar su cuello, pero de manera dulce y sin apuro.

—Prometo pagar con intereses todo ese tiempo que no te correspondí —exclamaba sin dejar de besar hasta llegar a sus labios.

— ¿Sí? —preguntaba pegado a mi boca—. ¿Crees que vas a poder soportarme?

—Creo que ya pasé la prueba ¿Quién te soporta como yo? —mordía sutilmente su labio inferior.

—Sss... Bueno, Seon —respondía—. Aunque, no es cierto. Nadie me soporta como tú

—Lo sé y me gusta —respondía, robándole un beso en donde nuestras lenguas sabían cómo desenvolverse a la perfección.

Chocaban entre sí, con su lengua acariciaba la mía. Succionaba mi labio inferior que ya estaba acostumbrado a sufrir entre los dientes de Tae. Me había tomado de la cintura y la nuca, me tenía atrapado y yo sin ganas de escapar.

El beso había comenzado a intensificarse, como siempre casi sin darnos cuenta ya estábamos fregandonos el uno contra el otro y la respiración de ambos comenzaba a entrecortarse.

Tae atacaba mi cuello sin delicadeza alguna.

—Oye, tranquilo... —exclamaba buscando su rostro para verlo a los ojos—. No tendremos sexo esta noche —ordenaba.

Él se alejaba confundido—. ¿No?.

Movía mi cabeza en negación—. Nop

—Ah, Hyung —decía puchereando, no se veía ofendido, pero estaba seguro que haría un lindo berrinche—. Pero tú comenzaste con los besos aquí —se señalaba el cuello.

—Porque eres irresistible, pero siento una extraña molestia en la costilla. Quizás solo es la sensación, pero por esta noche ¿Puedo quedarme a dormir sin follarte? —preguntaba con timidez.

—No, de ninguna manera. Si no follamos no hay forma de que duermas en mi cama ¿Quién te crees mi novio? —respondía retandome.

Ya dije, haría un lindo berrinche.

—No lo sé, dimelo —respondía—. La última palabra la tienes tú.

Él sonreía y exclamaba—. Vamos, hay una película que quería ver esta noche —tomaba su taza y la mía para guiarme escaleras arriba.

Todo muy lindo, pero seguía sin una respuesta.

«Paciencia Seokjin, él te espero casi dos años sin señal. Tú puedes esperarlo un poco mas»

En mi habitación el aire se sentía más relajado, encendía la tv para seleccionar alguna película, mientras veía a Seokjin sentarse en la cama con cierta mueca del dolor en su rostro.

— ¿Aún te duele? —preguntaba, acercándome preocupado.

—No, bueno son momentos. Me dijeron que igual tomé la pastilla para el dolor si me molestaba —decía intentando contenerse.

— ¿Dónde están?. ¿Las trajiste? —preguntaba.

—Si, están en mi chaqueta. Quedó abajo.

Asintiendo, me dirigía directo a buscarlas y volvía a subir con la tableta más un vaso de agua. Solo le quedaban dos pastillas, esto me confirmaba que había estado adolorido todas las noches o quizás inclusive durante el día.

Volvía a maldecir a Hyungsik.

—Aquí estan...

—Gracias —me guiñaba un ojo.

— ¿Todas las noches te duele?  —preguntaba serio.

—La mayoría, no siempre —se encogía de hombros restándole importancia.

— ¿Para los doctores eso es normal?

—Fueron las costillas y ese jodido anillo que tenía en su mano causo un gran daño, pero nada de que preocuparse. Sanará —me devolvía el vaso de agua y sonreía.

Luego se recostaba en el lado que le pertenecía. Chistoso, cada uno tenía su respectivo lugar en la cama del otro. Antes de acostarme ponía play a la película, y puedo asegurarlea que la idea original era recostarme a su lado, pero sin darme cuenta me iba encima a recostarme en su pecho.

— ¿Te duele si me quedo aquí? —preguntaba con cautela.

—No, de hecho me agrada —respondía mientras que sus dedos largos se enredaban en las hebras de mi cabello.

Me quedaba escuchando su respiración un momento y los latidos de su corazón. El silencio que reinaba no era incómodo, era placentero. Luego Seokjin dejaba mi pelo para meter su mano por el cuello de mi remera y así acariciar la piel en la zona de mi espalda.

Me causaba ese lindo escalofríos que se extendía por todo mi cuerpo y mi nuca particularme era la más afectada.

—Mmm —gemía sin querer.

— ¿Te gusta?

—Lo que tú me hagas me gusta —mencionaba con mis ojos cerrados.

Su pecho vibraba a causa de su risita tierna.

«Que bien se siente»

Esto era lo que quería, esto era lo que necesitaba. Era natural, era simple y lo era todo. Jamás se había echado encima de mi simplemente buscando caricias, era nuevo, pero a la vez me daba la sensación de haberlo hecho antes.

«Quizas en otra vida ya habíamos estado juntos»

Luego de estar un tiempo así, por mi parte no había prestado atención a la película, solo estaba concentrado en sentir la piel de Taehyung bajo la yema de mis dedos.
Éste se habia removido y apoyaba su mentón en mi pecho para observarme con una mirada dulce.

— ¿Qué tienes? —le preguntaba quitando mi mano de su espalda y volviendo a jugar con su pelo para quitarlo de su frente.

—Quiero levantarte la remera y comenzar a besarte —decía con sus pupilas dilatadas.

— ¿Necesitas mi permiso? —preguntaba atónito.

—No —me regalaba una sonrisa cuadrada tan propia de él.

Segundos más tarde se sentaba a horcajadas encima de mi.

—Esta posición es muy tentadora —exclamaba, viéndolo encima de mi mientras sonreía de forma angelical.

Ponía mis manos en su cadera y al instante se inclinaba a besarme tomando mi rostro. Luego de unos momentos así, me dejaba y bajaba apenas para levantar mi remera y comenzar a besar la zona que había sido afectada por los golpes de aquel tipo.

Sus besos eran suaves y su lengua pasaba con delicadeza por la zona ahora apenas moretoneada, los dolores disminuían. Seguramente la pastilla comenzaba a hacer efecto, pero yo prefería pensar que sus besos eran la razón.

No podía evitar acariciar su cabeza y quitar el cabello de su rostro, sus forma tan delicada de besarme era embriagadora, verlo tan concentrado como si quisiera extrañamente curarme o desaparecer las marcas que habían quedado de aquella noche.

Tenía a Tae entre mis piernas mientras que él se encontraba muy ocupado con la zona de mi abdomen para que luego de unos minutos comenzar a dejar besos en todo mi torso. Comenzaba a presionar su cuerpo contra el mío y era muy difícil controlar lo que sentía, pero a la vez—realmente—estaba con cierto dolor que no podría aguantar el acto sexual, no sabiendo como nos poníamos.

—Es muy difícil no follarte si me haces esto —exclamaba con ojos cerrados.

—Lo siento, es que eres exquisito —comenzaba una camino de besos cuesta abajo golpeando directo a mi bajo vientre y despertando mi polla.

—Tae... —mi cuerpo se movía pidiendo más de su atención, lo cual me recordaba que él no me había tocado desde hacía dos semanas.

Yo me había presentado dispuesto a hacerle un oral porque era ridículo que no me dejara. Había acabado, pero ahora estaba recibiendo toda su atención y la necesitaba.  Me estaba retorciendo bajo su peso, y bajo la humedad de su lengua.
Él había levantando la mirada y me observaba con esos ojos lascivos tan propios de él.

—Tranquilo, bebé —exclamaba con voz ronca—. También quiero llegar ahí —reía ante sus palabras mordiendo mi labio y tapando mis ojos, pero sentía su mano quitando la mia para obligarme a mirarlo—. No dejes de verme —ordenaba regalándome una sonrisa torcida.

Me acomodaba, suspiraba mientras me disponía a disfrutar.
El descarado había estado un tiempo considerablemente largo masajeando mi erección por encima de la ropa con el único propósito de hacerme sufrir.

—Taehyung —reprendía.

—Sshhh... —me chistaba—. Yo estoy al mando.

Abría mis ojos levantando una ceja, Taehyung dominante era mi debilidad, y su voz aterciopelada era puro placer.

— ¿Vas a complacerme o vas a torturarme? —preguntaba con voz entre cortada.

—Ambas —sus dedos se colaban en el elástico de mi pantalón para bajarlos junto con mi bóxer.

De un tirón, sin aviso y sin más juegos tomaba mi erección entre su mano y mirándome fijo pasaba toda su lengua  por el falo, de abajo hacia arriba.

—Joder... —me encontraba retorciendome del placer.

Por dios, cuanto lo había extrañado y necesitado, desde que habíamos comenzado con esto, no pasaban más de cuatro días sin vernos y follar.
Dos semanas sin él y encima evitándome habían sido una tortura. Tortura que me había hecho darme cuenta lo que me estaba sucediendo y lo que realmente estaba necesitando y sintiendo. No era simplemente sexo, era todo el paquete.

—Hyung... —exclamaba, estaba siendo rudo con la forma de masturbarme que había adoptado. Lo estaba haciendo de manera desesperada mientras me lubricaba con su saliva y luego atrapaba mi polla con sus labios y veía como poco más de la mitad del tronco desaparecía en esa boca.

—Joder, m-me estás matan... Aah — Tae me estaba haciendo ver las estrellas con la forma en la que me estaba devorando.

—Mmm —continuaba atragantandose.

Me ponía en duda sobre quién había necesitado más al otro. El calor y humedad de su boca envolviendo casi toda mi longitud me provocaba a dar estocadas, pero el dolor de mis costillas me ordenaba volver a mí lugar.

—Sss....joder, mierda —me quejaba por muchas razones.

Ahora si maldecia al tal Hyungsik por no poder follar la boca de Taehyung a mi gusto, y menos follarlo a él porque no podría resistir el peso y los movimientos salvajes de Taehyung encima de mi.

—Joder, Hyung... —seguía el tortuoso movimiento circular y luego de arriba hacia abajo. Succionaba y hacía sonidos obscenos.

Me seguía mirando fijo y jugaba con su lengua hasta que sentía la tensión en todo en mi cuerpo. Él se había dado cuenta y succionaba, masajeaba y se ahogaba aún peor, eso me ponía a mil hasta que ya no  podría resistir más y me corría en su boca.

—Ay, Tae —suspiraba echando mi cabeza hacia atrás.

Como podía me quitaba la remera para limpiarlo a él y luego a mí, tenía esa mirada lujuriosa y se sentía claramente orgulloso. Se recostaba en su lugar y me observaba sin quitar esa sonrisa de satisfacción de su rostro.

— ¿Qué pasa? —preguntaba.

—Adoro cuando te corres en mi boca —se relamia los labios y añadía—. Eres delicioso, Hyung.

Entrecerraa mis ojos a causa de la sonrisa que le brindaba.

—Lo mismo digo —replicaba—. Finalmente sé como sabes —levantaba mi mano y con el pulgar limpiaba solo un poco de mi esencia que le había quedado en la comisura de sus labios.

—Eso fue fantástico —decía con timidez.

—Y lo haré millones de veces, porque no vas a volver a detenerme —le afirmaba.

—Ya no tengo intenciones de detenerte. Solo quiero seguir cayendo en esta trampa —exclamaba acariciando mi mejilla.

— ¿Me estás diciendo que te tendí una? —preguntaba—. Porque estoy seguro que fuiste tú el que me la tendió a mi.

Él sonreía arrugando su nariz y añadía—: ¿Puedo abrazarte y dormirme pegado a tí?

—Estoy esperando que vengas a mi lado —respondía extendiendo mi brazo para que se acomodará de una vez—. Ven aquí.

Con cierta timidez nos cubría a ambos y luego abrazaba mi cintura para apoyarse en mi brazo, depositando un beso en mi hombro.

Cerraba los ojos no sin antes añadir—. Descansa, Hyung

—Buenas noches, TaeTae.


El capítulo ya estaba terminado, solo que faltaba los edits, saben que no puedo publicar sin una pizca de ayuda a su imaginación.

Me sacan una duda, para intentar mejorar, ustedes notan los encuentros sexuales similares o cada encuentro es diferente?.

Con amor, Niñita (Nany)💜

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