༄ Capítulo final
El lugar se sentía tenebroso, todo el mundo o, la poca gente que había, se mantenía serena, en silencio y con la mirada fija en el sacerdote que recitaba algunos versos de la biblia en mano mientras el féretro del señor Park se situaba frente a él dispuesto a ser enterrado una vez terminase la pequeña misa.
Era, al menos, la tercera misa de despedida que llevaban a lo largo del día, y esperaban que fuese la última. Habían tenido una directamente en el hospital cuando se llevaron el cuerpo para analizarlo y hacerle la autopsia final. Luego una en la parroquia a la que solía asistir la familia y, por último, en donde estaban ahora.
Sólo había un par de matrimonios amigos de la familia, los tíos de Jimin y padres de Yoonji y los tres amigos. Jimin se encontraba perdido, pero no sentía lástima o algo por el estilo hacia la muerte de su padre. Tampoco es que fuese un mal hijo por no sentirse triste o llorar, aunque el señor Park se lo había hecho lo suficientemente difícil durante toda su vida como para apagar sus emociones respecto al mismo.
Su madre, a su lado, se debatía entre llorar o quedarse mirando a un punto fijo mientras recitaba tras el sacerdote cada verso del manuscrito de memoria, al igual que su hermana y marido y los demás matrimonios que se habían acercado a darle el pésame a la familia.
Jungkook suspiraba de vez en cuando aburrido, al igual que Yoonji y Jimin, aunque éste mismo no estuviera muy pendiente de su entorno al estar metido en sus pensamientos. Es por eso, que tampoco se dio cuenta cuando fue que Jungkook se escapó del lugar y de la aburrida misa sin ser visto y caminó por el pasillo del cementerio, metiéndose entre algunas calles para poder llegar al patio en donde su amigo fue enterrado.
Suspiró y relamió sus labios pensando en lo que venía de ahora en adelante. Sostuvo el dobladillo de su pantalón y se agachó a la altura de la lápida, la cual surgía de la tierra. Pasó sus manos por ella y apartó el leve polvo del polen, la primavera se acercaba cada día más y dejaba las lápidas impregnadas de un leve color amarillentos por las moléculas del mismo polen.
Jungkook miró el nombre y desvió la mirada al suelo de soslayo.
Kim Taehyung
30 diciembre, 1996 - 4 enero, 2022
Desde luego que, para el arte, donde se tiene necesidad de tiempo, no estaría mal vivir más de una vida. Van Gogh.
El chico chasqueó la lengua y tomó asiento frente a la piedra, quedándose pensativo un par de segundos.
- He cumplido mi sueño, Taehyung. -Musitó-. He lanzado mi primer libro y estoy trabajando en una peluquería de aprendiz. Jimin y yo estamos viviendo juntos, es todo tan maravilloso. -Continuó contando-. Me hubiese encantado que estuvieses aquí con nosotros para que pudieses golpearme con mi propio libro y llamarme imbécil en mi cara, porque yo lo habría aceptado perfectamente, tú lo sabes, nos estaríamos riendo y llorando un buen rato. Y te darían igual las medicinas para tu dolor de pierna porque beberíamos juntos hasta perder la consciencia. -Suspiró-. No tendrías que estar sufriendo más, ¿lo sabes? Desde siempre, mi meta fue publicar un libro y utilizar ese dinero para llevarte a un especialista y acabar con todo tu sufrimiento. Porque lo mereces.
Una primera lágrima cayó por su mejilla, suspirando y apartándola con cuidado.
- Tenías razón, Jimin es un verdadero diamante. -Sonrió nostálgico-. Y me da un temor horrible dañarlo, pero sé que todo saldrá bien a partir de ahora. -Admitió esperanzado-. Tenemos miedo, están ocurriendo muchas cosas extrañas a nuestro alrededor, pero no debes de qué preocuparte, tú trata de enamorar a todos los ángeles bonitos que te encuentres allá arriba, así cuando suba yo nos los repartimos. -Rió divertido-. Jimin y yo somos pareja desde hace un tiempo, incluso adoptamos a Bam y Tannie. Jimin decía que quería adoptar a Tannie en tu honor, es un cabezón de primeras cuando se lo propone, pero así le quiero. Yoonji ha adoptado a Apolo, ilógico, ¿no? Pues no miento, hermano. -Sonrió apenado, mirando la piedra frente a él-. Todos hacemos como si no nos recordásemos de tu presencia, pero en mí está más que nunca. Te siento en el ambiente, y eso es doloroso y agradable al mismo tiempo. Estoy comenzando a escribir un segundo libro, quiero sacar una saga en función del primero. -Confesó-. ¿Sabías que me inspiré en la historia tuya y de Yoonji para poder crear magia? Bueno, supongo que gracias por hablarme sobre vosotros cuando íbamos a dormir los últimos días que pasamos juntos. A Yoonji le emocionó mucho cuando le conté sobre la idea y me contó más detalles. He de admitir que no es exactamente igual porque sabes que siempre he sido un dramático de mierda y me gusta hacer sufrir a las personas por medio de mis escritos, a ti el primero. ¿Recuerdas cuando recién nos conocimos que escribía un pequeño relato todos los días y acababas llorando? A veces extraño esos momentos, aunque no tuviera nada más que tu compañía, pero se sentía bien. -Cerró sus ojos-. El libro fue una joya caído del cielo, tal vez tú hubieses ayudado en ello y, es por eso, que lo tomé en ventaja para pedirle a Jimin salir juntos oficialmente. Increíblemente aceptó y me hizo el chico más feliz del mundo por unos momentos hasta que caí en la realidad cuando quise escapar e ir corriendo a contártelo. No tendría respuesta, pero iba a hablarte de que estaba enamorándome de nuevo.
Tomó una pequeña hoja del suelo y la sostuvo entre sus dedos para jugar con ella mientras terminaba su discurso.
- Porque, a decir verdad, puede que ambos hubiésemos guardado este secreto por algunos años, y que yo le hubiese mentido a Jimin cuando me preguntó si conocía el amor, en lo que me negué en rotundo. -Frunció sus labios-. De todas formas, no es como si pudiéramos hacer nada, ese secreto te lo llevaste a la tumba y no me condiciona a mi contarlo luego de todo por lo que hemos pasado. Yo estoy enamorado de Jimin ahora, no es la primera vez que me enamoro, pero sí la que lo siento más correcto. Sólo había venido a charlar algo contigo en lo que la misa aburrida acaba, no espero recibir respuestas de tu parte porque ya me estarías regañando si fuese de ese modo. -Rió bajo y para sí mismo, mirando a su alrededor-. Hay un par de gatos mirándome a lo lejos, creo que piensan que yo también puedo sentir espíritus como ellos. -Volvió a reír-. O, simplemente, piensan que he terminado de perder la cabeza y es por eso que me encuentro aquí sentado hablándote de lo que he hecho de mi vida últimamente.
Soltó la hoja que dejaba en sus manos y se levantó mientras sobaba su ropa y la limpiaba con esmero, tratando de no dejar rastro de tierra en ella por haberse sentado sobre la misma.
- Te extraño. -Musitó-. Extraño a mi Taehyung sonriente y desvergonzado como mil infiernos, pero no puedo hacer nada más que resignarme a vivir mi vida por ambos, ya que estoy seguro de que tú así lo quisieras y lo harías si hubiésemos invertido los papeles. -Tragó saliva, sintiendo el nudo en su garganta doler cada vez más-. Vendré más seguido a visitarte, lo prometo, aunque de todas formas no puedas venir a regañarte por no hacerlo. -Habló divertido-. Si hubiera una máquina del tiempo o un botón que te atrasara al pasado sería el primero en traer una metralleta y fusilar al idiota que acabó con tu vida sin miramientos, pero como no existe ni existirá en mucho tiempo, vas a tener que conformarte con escucharme cada vez que venga a visitarte. -Sonrió-. Un hermano es para toda la vida, y nosotros no vamos a ser menos. Te quiero y siempre lo haré, no planeo olvidarte ni dejarte atrás como un estúpido más.
Se recompuso como pudo, relamiendo sus labios y mirando a su alrededor, hasta que algo se movió tras los alcornoques que se cernían alrededor de los muros del cementerio. Agudizó la visión y se acercó despacio, aunque no viera más que a un señor de aparente edad avanzada repartiendo comida a los felinos del lugar, metiéndose entre los árboles para poder dejar el alimento en los recipientes que allí se alojaban.
Algo no cuadraba del todo en ese instante, pero cuando se quiso voltear para despedirse de Taehyung, ese chico que se cruzaba en su vida incesantemente estaba frente a la lápida.
Jungkook jadeó incrédulo, ¿cuándo fue que se había acercado tanto si Jungkook sólo dio un par de pasos para poder distinguir mejor la silueta de ese señor?
Apretó la mandíbula y se acercó a Jungkook, devolviéndole el golpe en el hombro de los días anteriores, dejando al de pelo negro estático.
- Era un buen chico.
No le dio tiempo a preguntar de qué lo conocía, parpadeó nervioso, pensando que había perdido la cabeza al observar alrededor y no ver a nadie, ni siquiera al hombre de los gatos.
Jimin se acercó despacio a él con el ceño fruncido, caminando tranquilo desde la lápida de su padre.
- Jungkook, ¿está todo bien? -Musitó consternado-. Vámonos a casa.
¿Realmente lo estaba?
Se afianzó de Jimin, relamiendo sus labios y asintiendo lentamente con la cabeza.
- Todo está bien. -Habló en el mismo tono, tragando saliva sonoramente y caminando a su lado mientras se dejaba llevar.
La aventura había acabado por fin para dar paso a algo más inmenso.
Pero había algo que a Jungkook seguía jodiéndole los pensamientos.
¿Quién era ese chico y de qué conocía a Taehyung?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro