༄ Capítulo 9
— ¿Te parezco atractivo? —Preguntó con un tono suave pero descarado, Jimin enrojeció.
— Yo no dije eso.
— Se lo dijiste a Yoonji. —Llevó su dedo a la mezcla que Jimin comenzaba a hacer y manchó su mejilla divertido—. Oh, vamos, no me digas que el coqueto se quedó sin palabras.
— No soy coqueto. —Refunfuñó, mirándole mal por la jugarreta y limpiando su mejilla—. Es por naturaleza.
— Uhum. —Sonrió de lado, mirándole a los ojos—. Y yo no soy atractivo.
Jimin enrojeció mucho más.
— ¡Ya deja eso! —Abultó sus labios en berrinche—. Sí, me pareces atractivo, ¿bien? Muy atractivo. —Suspiró—. Y no es por el hecho de que sienta pena o lástima por ti, antes de que lo digas, pero también me pareces un chico muy agradable y bueno, como el chico perfecto, ¿entiendes?
Jungkook sonrió, relamiendo sus labios.
— También pienso eso de ti, Jimin. —Dijo sincero—. Me pareces la mejor persona que he conocido nunca, honesto y bondadoso. —Sonrió más—. Y también eres muy atractivo, aunque tienes un aura más tierno.
— No soy tierno. —Se quejó, Jungkook rodó los ojos al ver que volvía a abultar sus labios en berrinche.
— Te manchaste. —Apuntó a sus labios, Jimin quiso ver y Jungkook aprovechó para tomar más mezcla y llenar todo su rostro.
— ¡Idiota! —Gritó en pequeñito, suspirando y dando manotazos al aire hasta que Jungkook pudo agarrar sus manos y subirlas sobre su cabeza para que dejase de moverse inquieto, apoyándole en la pared—. Suéltame, quiero venganza.
— No hay venganza, señor vengador. —Rió divertido—. Me pondrás perdido y tú si tienes ropa de sobra para cambiarte.
— Bueno, perdón. —Refunfuñó, Jungkook se acercó para mirarlo de cerca—. ¿Qué haces?
— No miento cuando digo que te manchaste los labios. —Rió—. Pero de chocolate, seguro ya metiste los dedos en una de las tazas antes de mandarlas al microondas.
— Ya, déjame en paz. —Bufó, removiéndose para que le soltara. Jungkook negó con una sonrisa.
— ¿Y si no lo hago qué? —Sonrió altanero, haciendo tragar saliva al más bajo—. Si no lo hago, ¿qué pasaría?
Jimin alzó la mirada avergonzado y sonrojado, relamiendo sus labios.
— L-Le pondré c-cronómetro al microondas para que te asustes.
— Oh, qué miedo. —Se burló Jungkook, mirándole divertido desde su altura y sin dejar de sonreír de lado y altanero—. Ahora haz algo que sí me dé miedo.
Jimin cerró sus ojos y suspiró pesadamente sin saber qué demonios hacer para que el chico que le mantenía preso entre sus brazos pudiera dejarle libre.
No sabía que hacer, decir o pensar. Así que se resignó como buen sumiso que era a veces y bajó la mirada dejándose hacer.
Jungkook aprovechó eso para tomar ambas manos con una suya, bajando la otra para tomar su mentón y alzarlo, mirándole a los ojos.
— ¿Park Jimin se cohibió cual gatito avergonzado? —Habló de cerca, Jimin bufó sin querer mirarle—. Mírame.
El rubio negó con la cabeza.
— Jimin, mírame. —El tono autoritario y demandante que Jungkook utilizaba perfectamente le podría poner los vellos de punta, erizando su piel de momento. No quería mirarle a los ojos, su mirada clara era penetrante y llegaba a doler a veces—. Jimin.
Ante el nuevo llamado, se resignó a maldecir bajo y alzar la mirada, encontrándose con los ojos contrarios al mismo momento, haciéndole casi jadear de la impresión.
— Qué. —Exclamó sin miedo, su mirada fija en la contraria y sus labios siendo relamidos constantemente.
— Buen chico. —Sonrió arrogante. Jimin abrió mucho sus ojos, boquiabierto ante sus palabras.
— ¿Qué te piensas que soy un per-? —Las palabras quedaron atascadas en su garganta cuando la mano que sujetaba su mentón bajó hasta su cuello y apretó ligeramente. Le miró jaJiminte, variando su mirada de sus serenos ojos a sus labios siendo mordidos—. J-Jungkook, ¿q-qué estás h-haciendo?
El de pelo negro no pudo dejar de sonreír al ver como Jimin actuaba de la manera que él quería; jaJiminte y descompuesto, sin comprender sus acciones.
— ¿Es que estáis cultivando el jodido chocolate? —Habló Yoonji al otro lado de la puerta, Jimin desvió su mirada.
— D-Deberíamos terminar de hacer los bizcochitos. —Habló con poca voz, Jungkook mordió su labio inferior y asintió, acercándose a él.
— Deberíamos. —Asintió para sí mismo, Jimin también lo hizo aunque él fue el que se acercó esta vez.
— Uhum... —Jungkook volvió a acercarse más, cerrando sus ojos y dejando chocar su protuberante nariz con la de Jimin—. N-No estamos haciéndolo.
— No, ¿es un problema? —Habló suave, soltando sus manos aunque Jimin no hiciese nada por liberarse de su agarre.
— Para nada. —Habló rápido, tragando saliva y negando con suavidad, subiendo sus manos a sus hombros—. Kook, ¿qué estamos haciendo?
Jungkook entonces se dio cuenta en la posición y en el lugar en el que estaban. Quiso maldecir mentalmente, pero no hizo más que seguir ahí, a dos centímetros de Jimin y roJimindo la cintura del más bajo con sus manos para atraerle a él y pegar sus torsos.
— No lo sé. —Confesó, abriendo sus ojos para ver los contrarios cerrados también. Su mano volvió a subir hasta su mejilla para acunarla—. ¿Puedo hacerlo?
Jimin revoloteó sus pestañas, suspirando inevitablemente y asintiendo en pequeñito. Jungkook sonrió más de lo que ya lo estaba haciendo y acuñó su otra mejilla, acercándose más a él mientras cerraba sus ojos y entrecerraba sus labios para poder tomar los contrarios.
El rubio suspiró, inflando su pecho y sosteniéndose de sus hombros para comenzar a mover sus labios contra los del más alto, levantando los talones de sus pies para llegar más cómodo a su altura, sacándole una sonrisa a Jungkook sobre sus labios. Éste ladeó su rostro y profundizó el beso, succionando sus labios y pasando su lengua por el inferior de Jimin, abriéndose paso a su boca.
Todo iba perfectamente genial, ambos besándose como si hubieran deseado por eso desde que se conocieron. Las manos de Jungkook en la cintura de Jimin y las de Jimin sobre los hombros de éste, apretando ligeramente.
— Tío, ¿es que están haciendo la harina o qué mier-? —Taehyung se quedó sin habla, con la puerta a medio abrir y mirando la escena frente a él fijamente en lo que los otros dos separaban sus labios rápidamente—. Yo no vi nada, de hecho, estoy viendo demasiado entretenido eso de verle los pies a Yoonji en lo que ustedes... terminan.
Ambos se miraron casi asustados, limpiando sus labios y asintiendo.
— Y-Ya iremos... —Habló Jimin con poca voz—. Sólo metemos la mezcla al microondas y estamos.
Taehyung asintió sin mucha convención y Jungkook le miró alzando una ceja, incitándole silenciosamente a que saliera del lugar.
— B-Bueno... —Jimin comenzó a hablar, Jungkook no le dio un respiro cuando volvió a tener sus labios sobre los de Jimin para volverle a besar lento y profundo—. Uhgm...
Y era obvio que Jimin no se quejaría, no cuando enredó sus brazos alrededor de su cuello y se dejó besar, olvidando la mezcla, los chocolates ya listos y el microondas deteniéndose.
Mientras, al otro lado del salón, un Taehyung algo traumatizado tomaba asiento junto a Yoonji, quién le miró curiosa.
— ¿Cómo van los bizcochitos? —Preguntó, sobando su abdomen ansioso por comida.
— Bien. Genial. De puta madre. —Espetó hablando rápido y asintiendo a la vez—. Nunca he visto unos bizcochitos más apetecibles, lo juro por mi madre.
— Pero... tú odias a tu familia.
— Por eso mismo. —Masculló, suspirando y cerrando sus ojos al dejar su espalda reposar en el sofá—. Van a ser los mejores pasteles que probarás en tu vida, te lo aseguro.
— ¿Y el chocolate?
— Más bueno aún. —Asintió convencido—. Jugoso, cremoso y dulce, perfecto, natural, excelente.
— Taehyung, ¿te ocurre algo? —Inquirió preocupada, éste negó—. Estás... raro.
— Siempre he sido raro, lo sabes. —Le apuntó con el dedo—. Tú eras la primera en decírmelo siempre, ¿recuerdas? Eras un jodido pesado con eso.
— No me cambies de tema. —Se quejó infantilmente.
— Siempre solías decir que no conseguiría pareja nunca por ser tan raro. —Rió—. Y a los dos meses ya te tenía en mi cama.
— ¡Taehyung! —Se sonrojó—. ¿Qué demonios ocurre?
— ¡Nada! —Expuso, cruzándose de brazos—. No pasa absolutamente nada.
No era tan así, pero no se atrevía a decirle o explicarle la escena que había visto hace pocos minutos en la cocina de su primo, junto a su mejor amigo. Definitivamente no podía decirle algo así, dejaría que Jimin fuera el que lo dijera.
Por otro lado, Jimin y Jungkook por fin terminaban los bizcochitos y lo llevaban al microondas, estando listos en pocos minutos. Cada uno tomó dos tazas y dos bizcochitos y lo llevaron al salón.
— Ya están aquí. —Sonrió Jimin, dejando las cosas sobre la mesa y tomando asiento a un lado de Yoonji—. ¿Vemos una película?
Todos asintieron, Taehyung no dejó de mirar a Jungkook hasta que éste tomó asiento a su izquierda.
— ¿Qué? —Le preguntó ofuscado, Taehyung alzó una ceja.
— Límpiate los labios. —Bufó—. Tú y yo hablaremos más tarde.
— Lo que digas, daddy.
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nota: ¿prefieren que sea versátil o kook top?
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