༄ Capítulo 7
Ninguno de los dos supo en qué momento se quedaron dormidos el uno junto al otro. Ambos aferrados y suspirando de manera cálida contra la piel del otro, envueltos en la calidez de la habitación y el refuerzo de la misma.
Jimin se recostaba casi encima de Jungkook y éste tenía sus brazos alrededor de él para refugiarse en su cuerpo. Habían quedado extasiados luego de un día lleno de emociones y nuevas experiencias, así que no duraron mucho más antes que el cansancio les venciera a ambos.
Jungkook juraba que jamás en su vida había dormido en una cama y habitación tan cómoda como lo era la de Jimin.
Pero eso quedó atrás, pues... cuando ambos se despertaron, Jungkook no quiso incordiar más y se terminó despidiendo y pidiendo disculpas a Jimin con la excusa de que no podía abusar de su hospitalidad y, posteriormente, salió corriendo en busca de Taehyung.
Habían pasado un par de días desde entonces y Jimin no había vuelto a ir a visitarles porque su familia lejana había venido a visitarles en las pascuas de Navidad.
Para cualquiera hubiera sido un tostón pero para Jimin no. Porque vacaciones significaban eventos familiares y familia significaba primos.
Y con ello, Min Yoonji.
Min Yoonji. Una chica un par de años mayor que Jimin y que era lo más parecido a él que alguna vez pudo ver en alguna persona. Era descarada, coqueta, diva y no le importaba una mierda nada en la vida. Ni la iglesia, ni su vida en sí o su familia. Excepto por ese chiquillo rubio que el destino le puso por primo.
— ¡Jimin! —Gritó entrando a su habitación, sonriendo en grande y haciendo que el chico que dormía en su cama despertara asustado—. ¡Arriba, zorra, hay cosas que hacer y traseros que nalguear!
Jimin se retorció malhumorado entre sus sábanas y alzó una ceja curioso, abriendo sólo un ojo para mirar a Yoonji y saltar de la cama.
— ¡Jodida mierda! ¿¡Qué hace una zorra en mi habitación!? —Rió, sonriendo en grande y lanzándose a él, abrazándole fuerte.
— Respétame, perra, no es como si las zorras fueran animales sucios o guarros.
— Ah, pero tú sí. —Sonrió malicioso, relamiendo sus labios feliz—. ¡Tengo mucho que contarte!
— Pues toma asiento, cariño, porque estoy dispuesta a escucharte atento en lo que los mayores preparan el desayuno.
A partir de ahí, Jimin le contó con lujo y detalle a Yoonji todo lo que se había traído los últimos días; le habló de Jungkook y de su amigo, más no mencionó nombres, se centró en contar más que relatar.
— Así que... ¿me estás diciendo que te pillaste por un chaval vagabundo que se la pasa de calle en calle las tardes y de hoguera en hoguera en edificios abandonados las noches acompañando de un amigo cojo?
Jimin boqueó y le miró de soslayo.
— ¡No es así! —Bufó—. Si lo dices de esa manera suena fatal. —Suspiró—. Jungkook es un chico lindo y amable, y ya no parece un vagabundo desde que le dejé la máquina de papá y pudo cortarse un poco el pelo. —Relamió sus labios nervioso—. Y se siente bien eso de acompañarle en la hoguera y hacer más cosas juntos, es un apasionado a la música.
— Ajá, pero en ningún momento me negaste el hecho de que te has pillado por él. —Se burló.
— No decía eso. —Suspiró de nuevo—. Es atractivo y está como un tren, pero no es como si me hubiese enamorado de él. —Rió—. Además de que no le importa el género o sexo de la persona, no es como si me gustara más allá de atracción.
— Debería verlo para opinar. —Se encogió de hombros—. Capaz y sí tienes razón, de ser así deberías invitarle a casa y tirártelo.
— Pero... —Le miró con ojitos de cachorro—. Ya estuvo en casa y escuchamos algo de música hasta quedarnos dormidos.
— Ah, puta, eso no lo sabía. —Sonrió de lado descarada—. Tú déjame verlo y hablaremos de si vale la pena realmente o no.
— Lo vale, créeme... tiene un polvazo encima.
— No niego nada hasta verlo.
Jimin rodó los ojos divertido y soltó una risita risueño, dándole un golpe flojo en su brazo.
— Está bien, pero no le digas a nadie más. —Le apuntó con el dedo, Yoonji asintió con una sonrisa ladeada.
— Tú sígueme el rollo. —Tomó su mano y sonrió perversa, tirando de él hasta la sala en donde descansaban los mayores y la señora Park hacía el desayuno—. Vamos a comprar un esmalte de uñas para Mimi, se le acabó el suyo y no traje el mío.
— ¡Yoonji! —Chilló en un ruidito Jimin, sonrojado y dejándose llevar por la mayor.
— Jimin tiene prohibido volver a pintarse las uñas. —Aclaró el señor Park sereno, Yoonji asintió.
— En ningún momento dije que se las iba a pintar. —Se encogió de hombros—. De hecho, creo que usted está envidioso y quiere pintárselas. Déjeme ir a comprar un esmalte colorido y vuelvo.
Jimin estaba rabiando en su interior, mirando la facilidad de malear a las personas de Yoonji y queriendo no reír. Siguiendo sus pasos hasta salir de casa y caminar por la calle una vez Yoonji le soltó la mano.
— ¿Ves? Así de fácil se le calla la boca a un viejo arrugado. —Le miró divertida—. Seamos realistas, a tu padre no le quedan más de dos telediarios. No entiendo la obsesión de la gente antigua por hacer casar a chicas menores con hombres ya maduros.
— Mi madre solo tiene cuarenta y cinco. —Refunfuñó, suspirando y caminando a su lado.
— Y el viejo sesenta, dicho y hecho. —Relamió sus labios—. Sólo anda y muéstrame donde está el musculitos ese con apariencia de vagabundo.
— Ni se te ocurra decir algo hiriente ante Jungkook o su amigo. —Le amenazó con el dedo, Yoonji rió.
— Ese dedito va bien en tu trasero y no apuntándome. —Le apartó la mano divertida, sonriendo altanera y siguiendo a Jimin.
Pasaron algunos minutos hasta que por fin llegaron a la calle en donde todo había empezado. Jimin miró alrededor esperanzado de encontrar a Jungkook o a Taehyung, pero no resultó ver más que a un par de ancianos jugando a las cartas. Se acercó solo y se inclinó hacia ellos.
— Disculpe, ¿sabría decirme en donde puedo encontrar a Jungkook o a Taehyung? —Habló suave, un gato que estaba en la zona se acercó y enrolló su cola en sus piernas, haciéndole sonreír.
Entonces Jimin supo que era el Señor Lai, ese hombre del que Jungkook le había hablado un par de veces antes. Ese mismo hombre que ahora le miraba curioso con una ceja alzada.
— ¿Tú eres ese chiquillo que se ha estado llevando a Jungkook por ahí y no ha dejado que juegue con nosotros al póker? —Preguntó con su expresión seria, Jimin volteó a ver a Yoonji y asintió—. Oh, entonces fue con Taehyung a rehabilitación, volverá dentro de poco, hace mucho que se fueron.
Jimin suspiró aliviado y asintió dándole las gracias en silencio, volviendo junto a Yoonji.
— Volverán en unos momentos, fueron a una clínica de rehabilitación.
— ¿No tienen para comer y sí para darse masajes? —Jimin rodó los ojos.
— Dar rehabilitación no es dar masajes, es hacer fisioterapia. —Suspiró—. Y no, no es así como lo dices porque ese tipo de clínicas las ponen el Estado, un horario fijo y determinado, gratuitamente.
Yoonji asintió comprendiendo. Jimin tomó asiento junto a la pared en ese mismo callejón.
— ¿Enserio tengo que sentarme ahí? —Señaló a su lado, Jimin asintió—. No jodas, enano, mira toda la mierda que hay en el suelo. Ni loco pongo mi lindo trasero ahí.
— ¿Qué trasero?
Yoonji abrió mucho los ojos mirándole fijamente.
— El único que sacará a la familia adelante. —Alzó su mentón altanera.
— Pues entonces se irán a la ruina. —Se encogió de hombros divertido.
— Siempre puedo meterte de puta a ti y saldamos cuentas. —Vaciló, Jimin soltó una carcajada.
— Estoy seguro de que sí. —Asintió divertido—. Pero mi trasero no se lo dejo a todo el mundo.
— Eso no dicen los baños del instituto, sucia perra. —El rubio boqueó, mirándole con el ceño fruncido—. A veces te olvidas de que compartí instituto contigo por algunos años y que todos sabían a lo que ibas a los baños.
Pero antes de que pudiese contestar Jimin, otra voz se hizo presente.
— Todo el mundo ha hecho cosas en los baños del instituto de lo que no deberían sentirse orgullosos. —Vaciló Jungkook, sonriendo y tomando asiento junto a Jimin— Hola. —Miró a Jimin y, más tarde, a Yoonji—. Encantado, mi nombre es Jeon Jungkook.
Yoonji se quedó petrificada, miró a Jimin, quien le miraba con una sonrisa triunfante, y volvió su mirada al chico.
— Como dije antes, no me importaría ofrecerme de puta y sin cobrar. —Tragó saliva, Jimin rió hasta que su risa se vio amortiguada por otra voz.
— ¡Hijo de puta! ¡Siempre me dejas atrás! —Lloriqueó Taehyung acercándose a ellos despacio con su bastón.
Y tal vez el destino quiso que Yoonji se voltease en ese mismo momento hacia Taehyung, porque se quedó estática enmudeciendo lentamente al ver de nuevo a su primer amor.
Aquel chico torpe que conoció por casualidad hace más de cinco años y que sus padres estrictos no le dejaban ver.
• . * ˗ ˏˋ BURNED LOVERS ˎˊ˗ * . •
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nota: la relación de Yoongi y Jimin es un homenaje a la misma del fanfic Ternura | Theparkjimin porque adoro el fanfic y a quien la escribió ♡
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