༄ Capítulo 3
Ambos caminaban a la par del otro por la desolada calle hasta que un letrero en neón iluminó sus rostros, dando paso a la llegada hasta el supermercado.
Jungkook le dio paso a Jimin primero y éste agradeció con una pequeña reverencia en lo que caminaba tranquilo hacia el interior del local, siendo seguido por Jungkook. Se podría decir que ir con él a algún lugar era estar en el punto de mira constantemente, ya que la indumentaria y persona de Jungkook se veía demasiado... extraña a través de los ojos a los que la sociedad estaban acostumbrados.
Los niños pequeños le señalaban con miedo por su ropa rota y roñosa, los señores mayores se apartaban de su lado temiendo al robo y los jóvenes se reían en su cara.
Salvo a todo eso, Jimin le mantuvo a flote de la burlas cuando volteó a verle con una sonrisa y tomó su mano para guiarle hacia el interior del lugar. Sonrió enormemente caminando por los pasillos del local, mirando a su alrededor pensativo.
— ¿Qué crees que le guste a Taehyung? —Murmuró. Jungkook lo pensó mientras mordía su labio inferior.
— Le gusta el alcohol pero no puede tomarlo al estar con medicación. —Murmuró—. También los dulces, le gustan los donetes de chocolate y los jugos de piña y coco. Es alguien sencillo, también le gustan los sándwiches de atún que ponen a menudo en el comedor social.
Jimin asintió pensativo mientras tomaba un carrito de la compra pegado a la pared.
— Bien, tomaremos un pack de sometes de chocolate, vienen al menos cuatro. Luego tomaremos dos de esos zumos gigantes de dos litros de piña y coco y, por último, pasaremos por el refrigerador para tomar un par de packs de sándwiches de atún. —Le miró—. ¿Crees que esté bien?
— Oh, sí. —Jungkook boqueó fascinado—. Eso estaría más que bien, te lo aseguro.
— Estoy acostumbrado a hacer la compra y buscar las mejores ofertas a la mejor calidad. —Le guiñó el ojo divertido—. Ahora comencemos a buscar los productos. Oh, y lamento no haber podido lavar tu chaqueta pero sentía que le quitaría el toque especial y me daba cosa.
Jungkook sonrió negando con la cabeza despacio.
— No te preocupes por eso, así no se le van las pelusas y me fortalece más con el frío. —Sonrió más—. Pero no creo que sea bueno que estés siempre ondeando por la zona. Nosotros somos buenas personas y, siendo sincero, no ganamos nada si robásemos. Taehyung menos, le pillaría la policía antes de que siquiera intentase correr.
Jimin rió en una hermosa carcajada haciendo que sus ojos se oculten en dos perfectas medias lunas, Jungkook no se perdió detalle de ello.
— Hay personas en nuestra zona que se dedica a robar y hacer trueques con otras personas, no es indicado que te topes con uno de ellos. —Suspiró—. Así que no creo que quieras ponerte en peligro.
— Pero me gusta... quiero decir, me la paso solo en mi habitación porque mis padres trabajan, y cuando no trabajan se van a la iglesia. No tengo nada más que hacer que malgastar el tiempo.
— ¿No vas a la escuela? —Jimin rió negando.
— Estamos en vacaciones por Navidad, Jungkook. —Le miró divertido—. Además de que estoy en un grado superior de arte y pintura y tenemos más horas libres que clase. De todas formas, aún me quedan dos aburridas semanas más en casa.
Jungkook volteó a verle pensativo mientras Jimin tomaba los primeros productos anotados mentalmente y los añadía al carrito de la compra.
— Me gustaría visitarles más a menudo, no tengo amigos ni mascotas, me muero del aburrimiento. —Rascó su nuca—. Aunque creo que a eso se le llama ser asocial, no lo sé, me gusta pasar tiempo con vosotros, sois agradables.
— Entonces... haremos un horario. —Musitó—. Los jueves y viernes son los días con más movimiento extraño en la zona, así que no quiero que vengas esos días. —Explicó—. Los sábados hay más personas ebrias y drogadas pero podrías pasarte. Los domingos y demás días puedes venir tranquilo, salvo los martes, ese día vamos a un voluntariado animal para ayudar a las personas de allí a cuidar a los perros y gatos.
— ¿¡Enserio!? —Parecía que no había escuchado básicamente nada de lo que Jungkook le había dicho más que la última frase de éste—. Está bien, lo anotaré todo, pero... ¿podría ir con vosotros a visitar a los animales?
Jimin abultó sus labios en un puchero adorable y Jungkook se perdió en él, asintiendo antes de poder ser consciente de lo que se enfrentaba.
— Podemos hacer esto: los lunes y miércoles me acerco a verlos y escuchamos música todo el día. Los martes vamos a la asociación y los domingos puedo invitarlos a mi casa para que se encuentren tranquilos y cómodos al menos una vez en la semana, mis padres van a misa. ¿Qué te parece?
El de pelo castaño le miró expectante, curioso ante la felicidad que irradiaba. No tuvo más opción que asentir despacio y mirarle tomar los demás productos de la lista.
— Está bien, hablaré con Taehyung pero hay que tener en mente su movilidad y todo lo que eso conlleva. —Jimin asintió.
— Ya le dije que le daría un viejo bastón que tengo perdido por algún lugar del desván de mi casa. —Sonrió—. Me gustaría tener amigos y conseguirlo por mi propia cuenta, es emocionante.
Jungkook soltó una carcajada y le miró negando con la cabeza. Ese chico rubio no tenia remedio.
— Ya está todo, vayamos a pagar. —Expuso Jimin, caminando junto a un pensativo Jungkook—. ¿Y cuando llevemos un tiempo podríamos ponernos apodos?
— Oh, estoy seguro de que eso le encantaría a Taehyung. —Sonrió—. Le gustan ese tipo de cosas, es un romántico empedernido y enamorado de cuadros y pinturas.
— ¿Enserio? —Le miró expectante, llevando a la caja para dejar los productos en la cinta—. Puedo dibujarle algo, ¿sabes cuál es su pintura favorita?
— Uhm, no recuerdo bien pero era algo así como un cielo nocturno azul y amarillo.
— ¡La Noche Estrellada! —Alarmó feliz y emocionado—. Es mi pintura favorita también, tengo mi habitación llena de cosas de esa obra, estaría totalmente encantado de hacerle una copia.
Jungkook asintió y cuando la cajera alzó la voz para decirle el coste total, Jimin sacó un billete de su bolsillo y se lo tendió.
— En cuanto termine con la pintura que estoy comenzaré a dibujar La Noche Estrellada para Taehyung.
Jeon asintió despacio mirándole con ojos cautelosos y tomando la bolsa con los productos, caminando hacia afuera del establecimiento mientras era seguido por Jimin.
— ¿Desde cuando conoces a Taehyung? —Inquirió el rubio, saliendo del lugar y caminando de vuelta al edificio abandonado.
— Desde siempre... quiero decir, le conocía en la escuela por ser algunos grados mayor que yo y luego me lo encontré de frente aquí. —Se encogió de hombros—. Estaba muy distinto, su cabello era largo, su rostro no tenía expresión y su pierna estaba fracturada. Igual, me ofreció un espacio en su cartón y yo lo acepté porque tenía demasiado frío esa noche.
— Es... interesante, cualquiera de vuestras historias serían perfectas para un libro, estoy seguro de que muchas personas lo comprarían.
— Escribía antes. —Murmuró nostálgico—. Llevaba una pequeña libreta a todos lados conmigo pero cuando comencé a vivir en la calle, Kang y su pandilla la despedazaron. —Suspiró—. Y se fueron a la mierda todos mis sueños y fantasías. —Le miró—. Siempre se me ocurría una idea, buscaba un libro en la biblioteca pública y, si no lo encontraba, yo mismo redactaba la idea en mi cuaderno.
— A veces suelo hacerlo. —Confesó también—. Pero soy más de escribir cartas a mi otro yo mientras escucho música y me pierdo en mi mundo. Solía hacerlo en el ordenador portátil hasta que mi madre lo descubrió y lo mandó a formatear para que dejara de hacer estupideces. —Suspiró, mirando sus pies mientras caminaba—. Se me fue media vida en ese formateo.
— También lo creo, escribía desde los once. —Musitó.
En cuanto llegaron al edificio, Taehyung seguía cuidando el fuego y la mochila de Jimin. Ambos se acercaron y Jimin repartió la comida entre ambos mientras se sentaba a un lado de Jungkook en el viejo barril de cerveza y les observaba comer gustoso.
— ¿Mucha gente? —Musitó Taehyung, Jungkook negó con la cabeza restándole importancia—. Gracias una vez más, Jimin. Puede que tus padres crean que eres un pecado, un demonio y muchas más de esas mierdas, pero para nosotros eres un ángel caído del cielo.
— Créelo. —Afirmó Jungkook ayudando a Taehyung a abrir un paquete de donetes, dejando que lo tomara primero.
— Me alegro saber que no soy del todo inútil.
Sonrió nostálgico, Jungkook y Taehyung sonrieron con sus mejillas llenas y Jimin tomó su teléfono para poder buscar una buena canción y comenzar a reproducirla, suspirando tranquilo.
Sintiéndose como nunca antes lo había hecho.
Sintiéndose en casa.
Con un par de desconocidos sin hogar y en un edificio abandonado bajo la brisa fría del invierno, refugiados por una pobre hoguera.
Pero olía a hogar.
• . * ˗ ˏˋ BURNED LOVERS ˎˊ˗ * . •
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