༄ Capítulo 29
Luego de que aquel incidente ocurriese, ninguno de los tres amigos sabía cómo hacer por recuperar el dinero que habían recaudado y no disponían de él. Sin contar que, al menos, no habían hablado con ninguna organización aún y eso les daba tiempo para buscar al culpable.
Tal vez Jungkook se estuviese volviendo loco o la mente le estuviera jugando una mala pasada, pues todo lo que ocurría por la misma se disponía a ser en el chico de seguridad que, más tarde, había salido de comisaría luego de que Yoonji hubiese intentado poner una denuncia por el robo del dinero recaudado.
Los días siguientes a ello no dejaron de ser raros, Jungkook se sentía dentro de una burbuja interior que ni Jimin ni Yoonji podían traspasar, como si ellos estuvieran al exterior de todo el desastre de pensamientos en el que Jungkook se había convertido.
Fue una mañana en donde los tres chicos quedaron para tomar algo y despejar la mente, cuando Jungkook sentía que perdía la mente por completo.
Frente a él se encontraba un chico de mesero, repartiendo comida y bebida a las mesas de los alrededores mientras charlaba con ellos de manera tranquila. Jungkook no podía estar delirando, pero ese chico era exactamente igual al segurata que jamás volvieron a ver días atrás.
Meneó su cabeza hacia los lados, despejando sus pensamientos hasta que Yoonji fue la primera que abrió la boca luego de tomar un sorbo de su bebida, señalando al mesero con la cabeza.
- Ese chico me resulta familiar. -Musitó-. Me parece que es el oficial de policía que atendió al caso de Taehyung, el que dijo que el robo del dinero estaba perdido porque Taehyung había fallecido. -Abultó sus labios-. Jodidamente son iguales.
Jungkook se quedó en silencio, respirando pesadamente y sin quitarle el ojo de encima al dichoso mesero, quién alzó la cabeza al sentir una mirada penetrante y se acercó a ellos con una sonrisa amable.
Se podía leer el nombre de Jung Hyunsok en su pegatina de empleado.
- Hola. -Sonrió una vez se acercó al trío de amigos-. ¿Quieren pedir algo más? He notado que estaban mirándome por un buen rato.
Jimin negó con una sonrisa pacífica, relamiendo sus labios.
- Nada interesante, sólo se nos haces conocidos, pero no te preocupes, sigue con tu trabajo.
El chico asintió sonriente y se dispuso a seguir repartiendo pedidos por las demás mesas, Jungkook carraspeó al lado de Jimin.
- Juraría que no se llamaba así. -Musitó Yoonji-. Digo, me quedé con su nombre por si deberíamos denunciarlo también. -Suspiró-. Creí que era algo como Choi Yesun.
- Pues a mí también me suena. -Añadió Jimin al poco tiempo después, abultando sus labios en un puchero-. ¿No era el médico que nos avisó sobre el fallecimiento de Taehyung?
Jungkook sintió su cuerpo temblar en un escalofrío sólo de recordar ese momento. Negó efusivamente con la cabeza mientras tomaba un sorbo de su refresco.
- Imposible. -Musitó casi sin creerse sus propias palabras-. Me acordaría de su rostro perfectamente.
- Si no hubiese entrado en un shock nada más subirte a la ambulancia junto a Taehyung. -Recopiló Yoonji-. Ahora que Jimin lo dice, sí que me suena de ese momento, pero mis recuerdos de ese día están borrosos. -Jimin asintió en respuesta, dando a entender que ambos estaban iguales-. Pero, del mismo modo, también creo que se parece al sacerdote que atendió la misa de despedida de Taehyung.
Ambos chicos se giraron a verla de inmediato. Ninguno estuvo del todo presente, así que estuvieron atentos al relato de la chica.
- Me acuerdo perfectamente porque Jimin desapareció y luego lo hiciste tú. -Señaló a Jungkook-. Y dije: wow, ese sacerdote es demasiado atractivo y joven, me pregunto si podrá tener pareja.
- Creo que Yoonji tiene razón. -Musitó Jimin consternado, parpadeando inquieto y nervioso.
- No sé ya hasta qué punto puede ser casualidad, pero me fijé en el segurata de ese día porque se parecía demasiado al doctor que solía tratar a Taehyung con su pierna. El fisioterapeuta al que solíamos ir cuando el Estado le pagaba la clínica. -Confesó Jungkook-. No entiendo lo que está ocurriendo, si todo esto es nuestra imaginación o de si verdaderamente ese chico es diez personas a la vez.
Yoonji abultó sus labios pensativa.
- ¿Y si llegase a tener muchos hermanos? O que sea mellizo. -Musitó, Jimin se mordió los labios.
- Creo que sería genéticamente imposible eso, digo, en algún momento deben dejar de ser todos iguales. -Murmuró-. ¿No se habéis sentido vigilados u observados últimamente?
Yoonji lo pensó un tiempo, Jungkook ni siquiera lo hizo cuando ya tenía una respuesta.
- Siempre me he sentido vigilado, de todas las formas posible. -Habló-. Pero no sé ni por quién ni por qué razón.
- ¿Creéis que pueda llegar a ser los jefes de la mafia los que mandan a ese chico? -Jungkook negó ante las palabras de Jimin.
- Un jefe de la mafia no va a entretenerse en buscar a personas muertas. -Masculló-. Tienen cosas más importantes que hacer, como robar el dinero de la recaudación. Estoy seguro de que ese chico tiene algo que ver de forma indirecta, tal vez sólo ha sido enviado como mensajero para poder pagar las deudas de los padres de Taehyung.
Jimin se quedó callado pensativo, asintiendo con la cabeza mientras relamía sus labios.
- Podemos hacer dos cosas. -Se metió Yoonji esta vez, mirando a los dos chicos-. Meter a las autoridades y poder quedar arrestados por la pérdida de tiempo, además de solicitar una plaza para cada uno en un psiquiátrico. -Frunció sus labios-. O hacerlo por nuestra propia mano. Estar atentos a cada movimiento y persona de alrededor de nuestro entorno, tendremos que averiguar quién es ese chico y si existen más como él.
- ¿No debe enterarse nadie? -Habló Jimin preocupado, Yoonji negó mientras Jungkook le acompañaba-. Porque el chico ese está mirando justamente hacia aquí ahora mismo y está muy empeñado en leernos los labios y tratar de saber de lo que hablamos.
Jungkook apretó su mandíbula tenso, alzando la mirada para chocarla con la de ese mesero. Se levantó al segundo y se acercó a la barra.
- Pon a mi cuenta todo lo de aquella mesa. -Musitó, analizándole con la mirada y sacando un billete mientras el chico miraba a sus espaldas para saber el número de mesa-. Luego voy a ir a la farmacia a comprar condones. -Habló Jungkook tranquilo y relajado, sonriendo una vez recibió el cambio-. Por si te apetece vestirte de farmacéutico esta vez.
Palmeó su hombro con una sonrisa triunfante en sus labios, dejando estático y con mirada confusa al chico. Volvió a la mesa observando como los dos primos se levantaban tranquilos.
- Vámonos de aquí, no me siento seguro ni en mi propio apartamento. -Musitó con rabia, tomando la mano de cada uno para tirar de ellos y hacerlos caminar, relamiendo sus labios notablemente nervioso-. Tengo una ligera sospecha de lo que puede ser, pero debemos tener tiempo de analizar y observar todo a nuestro alrededor.
- ¿Qué es? -Musitó Jimin mirándole a los ojos, caminando a la par que los otros dos.
- Estoy casi seguro de que ha sido enviado de parte de la mafia para comprobar si es real la muerte de Taehyung y si alguien más de su entorno sabe sobre ella. -Habló seguro de sí mismo, suspirando pesadamente, sintiéndose tenso-. Debemos tener mil ojos hasta entonces, en algún momento se cansará y volverá a su lugar, sólo hay que ignorarle y actuar normal, nosotros no tenemos nada que ver en eso.
Jimin y Yoonji asintieron un poco confusos, caminando hasta llegar a la casa de ambos. Debían recoger a los cachorros y Apolo aún de la guardería de mascotas, pero se tomarían el tiempo suficiente para hablar tranquilos en el apartamento de la pareja.
Una vez llegaron, suspiraron tranquilos casi a la vez, acercándose a la sala para poder tomar asiento en el sofá mientras Jimin sacaba algunos snacks y palomitas para debatir y dialogar con el estómago lleno luego de haberlo refrescado en ese lugar en donde el mesero se les había hecho conocido.
Se dispusieron a hablar y ponerse de acuerdo cada uno con una función distinta respecto al tema y al plan que querían llevar hacia delante. Eso fue todo hasta que el teléfono móvil de Jimin comenzó a sonar y frunció el ceño al distinguir el número telefónico de su madre.
Lo tomó y descolgó y se aisló en la habitación compartida para poder hablar tranquilo. Pero no sabía que esa llamada traería más problemas de los que ya traían encima, porque una vez colgó, se acercó hacia donde los dos chicos dialogaban concentrados y dejó caer el teléfono al suelo, en un estado de shock.
- Mi padre ha muerto. -Confesó en voz baja, sin entender nada de lo que estaba ocurriendo a su alrededor-. Mi madre lo ha encontrado desmayado luego de venir de la compra. -Su mirada parecía perdida-. En un principio, parece que fue diagnosticado con un infarto repentino y que lo dejó en el sitio.
Los dos chicos se quedaron estupefactos ante la noticia. El padre de Jimin nunca había sido buen hombre, tampoco el de Yoonji, pero últimamente parecía que ambos habían tomado un camino más correcto en la familia.
Ahora sólo quedaba creer que su muerte había sido a causa de un infarto.
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