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༄ Capítulo 24




A la mañana siguiente, un estruendoso ruido despertó y sobresaltó a Jimin. Se removió molesto y adolorido sobre la cama y bostezó mientras frotaba sus ojos y trataba de enfocar de dónde salía ese sonido.

Hasta que recordó que su teléfono móvil permanecía en la mesita de noche de su lado y se estiró a todo lo largo para tomarlo y no levantarse ni hacer mucho esfuerzo. Suspiró y bostezó una vez más antes de descolgar la llamada algo malhumorado.

- ¿Park Jimin? -Hablaron a través de la línea, Jimin emitió un sonidito en confirmación-. Soy la encargada del centro de refugio animal de la ciudad, me han asignado tu teléfono aquí para poder llamarte en cuanto los informes de Bam, Tannie y Apolo estuviesen listos.

- Puta Yoonji. -Musitó sólo para él, con mal humor ya desde por la llamada al haber sido despertado de esa manera-. Digo, sí, encargamos los informes de adopción para poder ir a recogerlos cuanto antes ya que estamos dispuestos a quedarnos con ellos.

- Bien, pues pueden pasar a partir del mediodía por ellos, están dispuestos a irse con ustedes. -Rió emocionada, haciendo asentir en silencio a Jimin-. Nos vemos en la tarde, gracias por adoptar a nuestras mascotas.

Jimin descolgó el teléfono en cuanto la chica se despidió, lanzándolo a algún lugar de la habitación y bostezando con sueño. Miró a su alrededor en busca de Jungkook para poder exigirle mimos, pero no lo encontró.

Se sentó en la cama rápidamente y, al segundo, ya se había arrepentido de esa nefasta decisión. Tragó saliva adolorido y suspiró entrecortado, relamiendo sus labios y rodando por la cama hasta encontrar una buena posición y bajarse con cuidado. Caminó tranquilo por el pasillo, olisqueando a su alrededor al percibir un leve aroma a comida recién hecha. Su estómago gruñó por hambre y, en ese momento, fue consciente de que estaba hambriento y ansioso por desayunar algo rico.

Siguió caminando hasta la cocina, dónde un Jungkook con sólo un pantalón cómodo de chándal le esperaba, concentrado en voltear las crepes que estaba haciendo y que saliesen perfectas, tan así, que no se dio cuenta de la presencia del rubio.

Jimin sonrió adormilado y se acercó hasta tomar asiento con cuidado en la barra americana de la cocina, con una vista perfecta del chico haciendo de comer.

- ¿Qué estás preparando? -Musitó curioso, Jungkook se sobresaltó en su lugar, despeinando sus cabellos por la vergüenza al haberle asustado.

- Pensaba que seguías durmiendo. -Habló tranquilo-. Me desperté hace un rato y quise levantarme para hacerte el desayuno y llevártelo a la cama, pero fuiste más rápido.

Jimin rió divertido y se bajó de la barra para rodearla y abrazarle, dejando un tímido beso en sus labios.

- Gracias. -Sonrió emocionado, acariciando su propio vientre-. Tenía mucha hambre. -Admitió avergonzado-. Uhm, han llamado del refugio, podremos ir a recoger a Bam, Tannie y Apolo en cualquier momento.

Jungkook asintió atento, sonriendo y apagando el fuego para dejar los platos listos y poder sacar sirope y crema de cacao del refrigerador.

- Le podemos avisar a Yoonji de que ya podemos ir por ellos y así reunirnos en la tarde. -Jimin asintió convencido, relamiendo sus labios sonriente y acercándose al comedor para poder tomar asiento-. ¿Te encuentras bien?

Jimin asintió comprendiendo en la situación en la que Jungkook se lo preguntaba, mirándole enternecido y moviendo sus pies ansioso porque Jungkook llegase a la mesa y pudieran comer.

- Estoy bien, no te preocupes. -Sonrió-. Siempre suelo quedar un poco adolorido, pero es normal. Se me pasará en algunas horas. -Le guiñó el ojo coqueto-. Sólo hay que tomar práctica.

Ahora el avergonzado y sonrojado era el chico de pelo negro, desviando la mirada como si eso pudiese evitar que Jimin mirase el furtivo sonrojo que decoraba su rostro. Llevó el sirope y la crema y tomó su plato para acercarse a la mesa junto con Jimin, tomando asiento tranquilo.

- Hay que hacerlo. -Le rebatió, sonriendo de lado y abriendo el envase de sirope para esparcirlo por sus crepes, haciendo lo mismo con la crema de cacao-. Deberíamos pasarnos antes por las tienda de animales para poder comprar la comida y la cama para ambos.

Jimin asintió, esperando que le cediera los recipientes para poder untarse en sus crepes.

- Sí. -Asintió decidido-. Podríamos pasarnos antes por ahí y que luego Yoonji nos recoja e ir a recoger a los bebés.

Jeon asintió con una sonrisa, comenzando a comer y degustando tranquilo el desayuno. Jimin le siguió poco después, ambos en silencio para poder seguir comiendo.

- Mierda, Jimin, se nos olvidó rezar y bendecir la mesa antes de comer. -Bromeó Jungkook, riendo bajo y haciendo que Jimin se atragantase por lo serio que había sonado diciendo eso.

- ¡No digas estupideces, idiota! -Refunfuñó con sus labios abultados y manchados de crema de cacao, haciendo reír más fuerte a Jungkook mientras se inclinaba sobre la mesa para poder limpiar los labios de Jimin-. Me fui de la casa de mis padres para dejar de rezar incluso por respirar y me vas a llegar diciendo esas cosas.

Seguía quejándose en berrinche mientras Jungkook asentía sin prestarle mucha atención, riendo bajo y terminando de comer. Jimin terminó de comer poco después a regañadientes, limpiando su boca y levantándose para acercarse a la habitación y ponerse algo cómodo.

Jungkook le siguió los pasos, abrazándole por la espalda para que no se enfadara con él y besando su cuello de manera íntima mientras caminaban hacia el dormitorio compartido.

Jimin se rehusaba a permanecer en sus brazos hasta que Jungkook comenzó a dejar succiones a lo largo de la extensión de su cuello y se derritió contra su cuerpo, volviendo a repetir la acción de la noche anterior.

Así que si le preguntáis a Yoonji cómo fue que acabaron llegando tarde y ella esperándoles, a pesar de haber quedado con la chica muchas horas en adelante, no lo sabría, porque ella tampoco quería ni iba a preguntar.

Ambos chicos se montaron en el auto de la única chica ahí, haciéndole rodar los ojos.

- Menos mal. -Bufó aburrida, rodando los ojos.

- Perdón, no nos decidíamos en cuál cama podría ser más buena y cómoda para los perros. -Jimin abultó sus labios, Yoonji no le creyó en absoluto.

- El día que vengas sin cojear y con esa cara de dolor, pero satisfacción a la vez, hablamos. -Alzó una ceja, mirándoles a ambos tras el espejo retrovisor-. Hasta entonces no.

El rubio bufó avergonzado, dejándose caer en el asiento mientras Jungkook reía bajito y sonrojado, pasando sus brazos sobre los hombros de su chico.

Poco tiempo después, ya habían llegado al establecimiento y Yoonji se encontraba estacionando el auto a un lado de la verja por la cual se entraba. Todos los animales comenzaron a ladrar y maullar al recibir visita, así que Jungkook fue el primero en salir del auto para poder acercarse y abrir la puerta, siendo aventurado por decenas de cachorros en busca de atención.

Acarició a tantos cuantos pudo mientras Jimin y Yoonji bajaban del auto y se acercaban, pasando entre los animales hasta adentrarse en la cabaña improvisada de comida y documentos que se localizaba a un lado del patio de juegos.

- Hola. -Comenzó Jungkook al abrir y dejar que los cachorros se apartaran un poco para poder darles espacio a los dos primos-. Venimos a por los informes de adopción para Bam, Tannie y Apolo.

- Se podrán devolver, ¿no? -Preguntó Yoonji a un lado de Jimin, cruzada de brazos mientras miraba todo atenta-. Porque yo soy alérgica a los gatos, pero adoptaré uno por caridad cristiana.

- Es que sus padres son religiosos. -Admitió Jungkook como dato, señalando a Jimin poco después-. Y los suyos también.

La chica que atendía no supo cómo responder, solo asintió despacio y sonrió de forma amable, sacando los papeles para dejar los informes sobre la mesa.

- Aquí está todo, sólo tienen que rellenarlo con el nombre y apellidos, documento de identidad y el perro o gato al que adoptarán.

Todos asintieron convencidos, tomando cada uno un informe para comenzar a rellenarlo rápidamente. En un par de minutos, los tres entregaron los papeles a la vez.

- No me sentía así desde que estudiaba y sabía que iba a aprobar el examen seguro. -Admitió Yoonji, inflando su pecho orgullosa y dejando el papel sobre la mesa.

- Pues eso es todo. -Sonrió la chica-. Son todo vuestros.

Jungkook sonrió emocionado, saliendo de la cabaña para buscar a Bam con la mirada y tomarlo en brazos, siendo seguido de Jimin junto a Tannie.

Yoonji se tomó su tiempo, acercándose al perezoso gato con lentitud.

- Bueno, creo que debemos llevarnos bien.

Pero sólo hizo terminar la frase y estornudar.

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