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༄ Capítulo 22




Quince días más tarde de aquella conversación que tuvieron en la casa de los Park, Jimin por fin entró al instituto para seguir con los estudios de su grado superior y obtener la licencia para las prácticas, sólo así podría ser remunerado y obtener un mínimo salarial para entregar junto con Jungkook para el alquiler del apartamento.

Habían ido ellos mismos juntos a ver el apartamento y observar si estaba al alcance para ellos, de todas formas, la entrega del dinero a principio del alquiler era media y no llegaba a ser muy alta, por lo que podían pagarla con facilidad y dejar el resto de dinero de los salarios de ambos para comida y otros bienes materiales.

Era la primera vivienda que adquiría Jungkook, ya que Jimin había titulado en las escrituras el nombre de ambos, obviamente, y eso hizo sentir bien al mayor. No volvería a tener frío en la noche, no tendría que decidir si comer él o comprar cerillas y algo que avivara el fuego en las frías noches de invierno cuando le tocaba vigilar.

Había elegido ese apartamento del que Jimin le habló, entre otras cosas, porque contaba con una enorme chimenea en el espacioso salón y, de algún modo, le recordaba a las calientes hogueras que solía hacer en cualquier edificio abandonado y de las que Jimin fue partícipe alguna que otra vez.

Había ayudado al nombrado a desplazar sus cosas desde la casa de sus padres hasta el nuevo apartamento y, más tarde ese día, se habían reunido con Yoonji para dar una vuelta por el centro comercial y comprar algo de ropa para Jungkook, junto varias cosas decorativas.

Jungkook había sido aceptado en la peluquería y llamaba la atención a la vista, provocando mucha clientela en las pocas horas que trabajaba al día al estar en prácticas. Aún no sabía si su trabajo sería permanente por el momento, pero justo ahora se encontraba afianzado a terminar su obra literaria y entregarla cuanto antes, siendo ésta una de las últimas en presentarse al ser entregada el último día de suscripción.

- Tengo una noticia importante para vosotros. -Alabó Yoonji emocionada, dando ligeros saltitos sobre la silla en donde se encontraba sentada y disfrutando del café que compartía con los otros chicos-. Hace tiempo que había oído sobre una galería de arte a las afueras de la ciudad, era muy codiciada, pero nunca llamó suficientemente mi atención como para pasar a entrar y observar el arte. -Abultó sus labios-. Hasta que un día tuve la fuerza en mí misma para hacerlo, sabéis que todo lo relacionado con la pintura me recuerda a Taehyung, así que puse mucho empeño y valor en poder centrarme.

Yoonji continuó hablando y explicando la situación, los demás chicos atentos a ella tranquilos y bebiendo de su café, tomados de la mano bajo la mesa.

- Entonces, viendo algunos cuadros, recordé que siempre suelo llevar la libreta de Taehyung conmigo, así que tuve una increíble idea. -Sonrió-. Le ofrecí al director de la galería el cuaderno lleno de anotaciones y dibujos de Taehyung. Al principio dijeron que no solían aceptar algo así, pero tras escuchar la historia de Taehyung y lo que llevaba a sus espaldas esa libreta, la abrió y aceptó sin miramientos.

Jungkook mordió su labio inferior pensativo y le miró con expresión curiosa.

- ¿Y eso qué quiere decir? -Inquirió del mismo modo, sin dejar de observar a la chica.

- Pues que el siguiente mes será una exposición en la galería de arte y todos están invitados porque Taehyung así lo querría. -Sonrió-. Van a exponer sus obras en una extensión más grande y fácil de ver, además de que quisieron dar por el cuaderno una gran suma de dinero. -Se encogió de hombros-. Lo negué, ese y todo el que salga de los dibujos que se vendan. Quisiera, con el permiso de vosotros, que todo el dinero recaudado sea donado para personas como lo eráis.

Jungkook boqueó incrédulo, mirándole a los ojos y levantándose despacio, abriendo sus brazos mientras se acercaba a la chica, quién miraba sin entender sus movimientos.

- Ven aquí. -Musitó, levantando a la chica de su asiento y arropándola entre sus brazos-. Has hecho mucho por Taehyung desde siempre, te mereces el cielo. -Sonrió-. Taehyung nunca pudo equivocarse por elegirte al principio de toda esta historia, Jimin es un diamante, pero tú eres una esmeralda.

- ¿Es por el color de mi cabello? -Rió, abrazándole de vuelta y acariciando sus hombros-. Calla o me harás llorar.

Ahora fue el turno de Jungkook para reír, retirándose un poco y despeinando los cabellos de tono menta de la chica, tomando asiento de nuevo junto a Jimin y volviendo a sostener su mano.

- Taehyung me dejó un mensaje para ti. -Murmuró, mirándole a los ojos-. Casi no podía hablar en los últimos momentos, pero no se rehusó a decir que te seguía amando y siempre lo haría.

La chica frunció sus labios en una fina línea y mordió el inferior, mirándole consternada.

- Pero con esto no quiero que te estanques en él y pienses en las cosas que no pudieron haber sido. -Le miró-. Estoy seguro de que Taehyung quisiera que siguieras con tu vida, sonriendo y avanzando, creciendo lentamente junto a nosotros e individual.

- Porque todos somos estrellas y debemos brillar por nosotros mismos. -Añadió Jimin sonriendo-. Aunque, a veces, podamos formar constelaciones y brillar más que nunca.

Yoonji asintió comprendiendo y sonriendo en grande, tomando la mano libre de ambos sobre la mesa.

- Pues ya está hecho. -Soltó las manos y se levantó-. Iba a pasarme por ese refugio para recoger a Apolo, ¿tienen algo que hacer?

- Para nada. -Jungkook se levantó rápidamente emocionado, sonriendo de lado y frotando sus manos entre sí-. Te acompañamos.

- ¿Jimin no tenía las prácticas? -El rubio negó de inmediato.

- Fui en la mañana hoy mientras Jungkook atendía en la peluquería para poder salir por la tarde. -Sonrió, Yoonji asintió comprendiendo.

- Está bien, vamos.

Jimin se levantó rápidamente y se colocó al lado de Jungkook, sonriendo y tomando su mano tranquilo mientras Yoonji iba delante de la pareja.

- ¿Podemos llevarnos con nosotros a Bam y a Tannie ya? -Preguntó cauteloso Jungkook, Jimin asintió sonriente.

- Pero tendremos que pasarnos por alguna tienda de animales para comprarles alimento y una cama cómoda para ambos. -Se puso de puntillas y echó un par de mechones rebeldes del más alto hacia atrás-. He pensado que podríamos utilizar la habitación de invitados, que está libre por ahora, como la habitación de ellos, para que puedan estar más cómodos. -Sonrió-. También había pensado en buscar una casita de esas de madera y colocarla en el jardín para que puedan tener su propio espacio, pero luego pensé en que en el verano pasarán mucho calor y en el invierno frío.

Jimin abultó sus labios en un puchero mientras se veía pensativo, Jungkook sonrió y terminó de inclinarse para tomar sus labios y besarle con cariño.

- Ya iremos viendo, ¿sí? -Habló en cuanto se separó de sus labios-. Lo pensaremos de camino y podremos darle la mejor de las calidades para una familia novata.

Yoonji se volteó para verles mientras reía en voz baja, alzando una ceja por la cercanía entre ambos.

- Parecéis un matrimonio con cuatro hijos, dos perros y quince años de casados. -Bromeó, haciendo que Jimin volviese a abultar sus labios y le mirase mal-. No me mires así, no tenéis hijo porque no podéis, que sino, Jimin ya estaría embarazado de mellizos, por lo menos.

- Ya. -Acató Jimin sonrojado, meneando su mano para que parase de hablar-. Deja de decir ese tipo de tonterías, estúpida.

- Ni tanto. -Se metió Jungkook, riendo bajo-. Me gustan más los gemelos.

Jimin le soltó un golpe en su pecho, refunfuñando bajo y mirándole mal a él también. Y es que, el tema sexo era un tabú entre ambos, ya que, desde lo que ocurrió en la habitación de Jimin hace ya bastante tiempo, no se habían atrevido a seguir con algo más.

Habían compartido ducha, se habían desnudado y vestido en la misma habitación, pero nada más se dio. Se besaban innumerables veces a lo largo del día, de manera intensa y necesitada, pero luego despegaban sus labios y seguían como si nada, como si el cuerpo de uno no anhelase el tanto del otro.

Jimin mordió su labio inferior pensativo, balanceando sus manos tranquilo y entrelazando sus dedos con los de Jungkook.

A decir verdad, siempre se sentía algo ansioso cuando algunas de esas escenas ocurrían, pero tampoco quería verse como un necesitado y se aguantaba para sí mismo todo tipo de pensamientos indecente sobre el chico que estaba junto a él en ese momento.

Jungkook no estaba mejor ni peor, a él le costaba más tomar la iniciativa porque era de naturaleza tímido, aun así, se dejaba llevar por Jimin hasta que éste sentía que era suficiente y la cosa se quedaba ahí. Tampoco quería admitir que necesitaba más del rubio y se volvería loco si pasaba el tiempo y no lo conseguía.

Entre pensamientos, los tres llegaron a las puertas del refugio, Jungkook sonrió y se acercó a la valla para poder abrir la puerta como solía hacerlo. Bam se lanzó contra él de inmediato y llenó su rostro de lamidas. Tannie se asomaba perezosamente entre otros gatos y perros.

Y Apolo miraba con expresión seria a Yoonji desde lo más alto del muro.

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