Todo ocurrió tan rápido que Jimin no era capaz de salir de la ensoñación por mucho ruido que hubiese a su alrededor. Yoonji y Jungkook llegaron de manera rápida hacia los dos chicos, el último de ambos hincándose de rodillas ante el herido, quién sobaba su abdomen y manchaba sus dedos de abundante sangre.

Yoonji miraba temerosa a su alrededor sin saber cómo reaccionar, desviando su mirada a Jimin y sacando de manera rápida el teléfono desde el bolsillo de su pantalón, llamando urgentemente a los servicios sanitarios y alejándose un poco para hablar con precisión y claridad.

Jungkook era otro mundo. Sostenía la cabeza de Taehyung para que no la golpease contra el sucio suelo, mirándole y palmeando de vez en cuando sus mejillas para mantenerlo despierto, aunque el chico no diera señales de estar del todo consciente. Remangó sus mangas y rompió un trozo de su pantalón de forma vertical para poder asistir la herida de Taehyung. Ató la pieza de ropa alrededor de su abdomen y apretó con fuerza para evitar que siguiera saliendo sangre de esa forma tan abundante como lo hacía.

— Hey, Taehyung, mírame, mírame y no te duermas. –Rogó con poca voz, mirándole temeroso y angustiado mientras volvía a pasar sus manos por su mejilla para mantenerlo despierto—. Taehyung, por favor.

El nombrado revoloteó sus párpados pesadamente y suspiró entrecortado, relamiendo sus labios resecos ante la falta de hidratación por la pérdida de sangre. Jungkook le miró atento a partir de entonces, centrándose en él y prestándole total atención.

— Mi h-hermanito. –sonrió, volviendo a cerrar sus ojos y ceñir su mano sobre la mano de Jungkook que adhería la venda improvisada a su abdomen—. Sabía que v-vendrías a por mí... n-nunca me dejarías solo.

Jungkook asintió para mantenerlo despierto, echando su cabello hacia atrás y mirando a Jimin, quién sollozaba en silencio sin saber qué hacer o decir. Yoonji se acercó a ambos y envolvió cálidamente a Jimin entre sus brazos para tranquilizarlo.

— Es mi c-culpa. –Hipó entre sollozos, Yoonji suspiró y negó despacio con la cabeza.

— No, cariño, es culpa del estúpido ese que llevaba un arma y no hemos podido llegar a tiempo.

— Ese hombre m-me quería a mí... él no se debió h-haber metido entre nosotros. –Suspiró—. Tal vez, ese h-hombre era el castigo divino del que mi p-padre habla.

Yoonji le miró de soslayo y negó con la cabeza inmediatamente, abrazándole más fuerte.

— No digas eso, sabes que el idiota de ese viejo siempre está diciendo cosas de ese estilo para hacerte recapacitar. –Suspiró—. Pero no es así, nunca será así, ¿de acuerdo? No hiciste nada malo por amar a un hombre.

— Dispararon a Taehyung. –Lloró, Yoonji mordió su labio inferior para contener las lágrimas que amenazaban con salir de sus lagrimales.

— Pero eso no es tu culpa, mantente sereno y deja de pensar estupideces, Taehyung nos necesita a todos ahora.

Yoonji sostuvo su rostro para apartar las lágrimas que caían por sus mejillas, mirándole a los ojos hasta divisar tras él las luces violentas de la ambulancia atravesando la calle. Se separó de inmediato del rubio y se inclinó junto con Jungkook para sostener el cuerpo de Taehyung y ayudarlo a levantarse con mucho esfuerzo, acercándolo a la ambulancia para que los paramédicos ya comenzasen a hacer su trabajo.

— Le dispararon. –Comunicó Jungkook con un nudo en la garganta, mordiendo sus labios y estando a su lado en todo momento.

El paramédico asintió comprendiendo y metieron a Taehyung dentro del automóvil para tratar de estabilizarlo. Yoonji y Jimin se quedaron a un lado mirando todo con ojos llorosos, hasta que Taehyung alzó la mano para hablar débilmente, sosteniendo la mano de Jungkook.

— C-Cuida de Jimin. –Murmuró con poca voz—. Ese c-chico es un jodido d-diamante. –Miró a Jungkook y sonrió débilmente, mirándole a los ojos—. Y d-dile a Yoonji que s-siempre le amaré.

Jungkook negó con la cabeza de inmediato al ver las intenciones de despedida que tenía Taehyung, negando con la cabeza mientras le miraba a los ojos.

— No, Taehyung, no. –Negó efusivamente, sosteniendo su mano y observando cómo el chico cerraba sus ojos cansado, las puertas de la ambulancia cerrándose tras ellos mientras Jimin y Yoonji iban a buscar algún taxi para ir detrás—. No es una despedida, hermano, no te despidas de mí.

— A ti t-también te quiero. —Murmuró con sutileza, suspirando entrecortado y manteniendo los ojos cerrados—. No me o-olvides o jalaré de tus p-pies en la madrugada.

Jungkook ya se encontraba llorando mientras tomaba con más fuerza su mano y observaba como los paramédicos trataban de parar la hemorragia de la bala por el disparo. Taehyung comenzó a sudar frío y respirar pesadamente, su mano se sentía temblorosa y sus párpados se cerraban perdidos en otro mundo.

— No me d-decepciones... —Rogó—. Estaré o-observándote orgulloso.

— Sabes que nunca podría decepcionarte. —Habló entrecortado, haciendo que el otro chico sonriera triunfante y le mirase con pocas ganas, acariciando sus nudillos con su pulgar—. No es una despedida, Taehyung.

El nombrado no contestó, cerró sus ojos y aflojó lentamente el agarre de su mano, relajando sus facciones en lo que uno de los paramédicos controlaba el pulso en su muñeca y movía ligeramente su cuerpo, apartando a Jungkook para realizar de mejor manera su maniobra.

— Ha entrado en parada. —Avisó el mismo paramédico, siendo ayudado por los demás en cuanto llegaron al aparcamiento del hospital y la ambulancia se estacionó en la puerta para poder bajar a Taehyung—. Rápido, no creo que pueda aguantar demasiado.

Jungkook les dejó espacio a los paramédicos para que pudieran maniobrar bien con Taehyung, bajando la camilla rápidamente para correr con cuidado hacia las instalaciones médicas. Dejó ir la camilla de Taehyung y los doctores detrás de él, observando como Jimin y Yoonji bajaban a lo lejos de un taxi y se acercaban a él.

— ¿Cómo está? —Preguntó Yoonji alterada, mirando a Jungkook inquieta. Éste negó con la cabeza mientras dejaba que las lágrimas cayeran por su mejilla sin poder evitarlo.

— Lo m-metieron de urgencia p-porque entró en parada. —Sollozó como un niño pequeño—. No p-pude hacer nada m-más... se ha ido d-despidiendo todo el camino.

Yoonji lo arropó entre sus brazos, tomando su mano y la de Jimin para tirar de ambos y que se movieran con tal de entrar al hospital y seguir con la mirada los movimientos de los paramédicos junto a los demás doctores.

Se acercaron a la habitación por donde Taehyung había desaparecido, caminando alrededor de la puerta nerviosos mientras esperaban alguna información. Jimin se abrazaba a sí mismo, sollozando bajito y sintiendo toda la culpa del mundo caer sobre él. Jungkook mordía sus nudillos sollozando mientras el aire fresco de enero calaba sus huesos por la rotura de su pantalón, ese trozo de tela que había utilizado para poder taponar la herida sangrante de Taehyung. Por último, Yoonji se debatía mentalmente lo que hacer, si llorar o consolar a los demás chicos que estaban a su alrededor.

Para ella, parecía una auténtica pesadilla de terror de la cual aún no había despertado y permanecía aislada. Si no lo cree no es real y, si fuera real, Taehyung se recuperaría y volverían a estar los cuatro juntos, bromeando y jugando a cualquier idiotez juntos.

Hasta que el doctor que había atendido a Taehyung de urgencias salió de la habitación remangando sus mangas manchadas de ese líquido espeso y Yoonji cayó en cuenta de la realidad junto a Jungkook y Jimin. La expresión del doctor era tan imperturbable como la de las enfermeras que se acercaban por detrás y salían de la misma habitación.

— ¿Familiares del chico herido con arma de fuego? —Todos asintieron y se acercaron levemente al doctor, quién retiró con cuidado sus guantes y suspiró negando con la cabeza—. Lo sentimos mucho, no pudimos hacer nada. La herida era demasiado profunda, debe haber tenido el cañón pegado al cuerpo en este tipo de situaciones. —Miró a los tres paulatinamente—. No pudimos hacer nada para salvarle, se ha desangrado antes de que podamos intervenir en sacar la bala incrustada. Lo sentimos, era un chico muy joven y con mucha vida por delante.

El mundo de los tres chicos se detuvo en ese momento, el doctor siguió hablando.

— El disparo a atravesado sus intestinos y ha provocado una rápida hemorragia interna por la profundidad intervenida. —Explicó—. Su muerte no ha sido momentánea, pero la adrenalina ha colapsado el dolor. Ha muerto feliz, con una sonrisa en el rostro.

Jungkook se derrumbó en el suelo, sentándose con la espalda pegada a la pared y cubriendo su rostro con sus brazos. Yoonji sollozaba en silencio mientras Jimin comenzó a caminar desesperado por el pasillo.

— Ahora les traeré el informe de fallecimiento con la hora exacta y la causa. —Continuó el doctor—. Tendrán que entregarlo en comisaría por la herida de bala, puede ser condenado a asesinato.

Yoonji asintió en silencio mientras sollozaba, el doctor les dejó solos para cambiarse de ropa y entregar los papeles necesarios.

Jimin se mantenía caminando inquieto, la culpa sobre sus hombros haciéndose cada vez más pesada.

Y Jungkook miró devastado hacia el techo, con ojos brillosos y distantes, perdido en sus pensamientos.

Taehyung había desplegado sus alas demasiado pronto, le había dejado solo.

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