Cuando dio la mañana, ninguno de los dos chicos que dormían plácidamente abrazados, uno sin camiseta y el otro aferrado a su torso, fueron testigo de lo que había ocurrido a primera hora de la mañana.

Yoonji y Taehyung habían acabado durmiendo a pie tendido sobre el sofá de la sala, uno en cada esquina del mueble hasta que las voces del señor Park les despertaron.

Taehyung fue el primero en abrir los ojos, sobresaltado y mirando asustado a su alrededor, instintos de vivir en la calle por tantos años. Se levantó despacio y con cuidado de no despertar a Yoonji y caminó con precaución hasta donde se escuchaban los gritos.

— ¿Ves eso normal, Junhee? ¿¡Realmente ves eso normal!? —El señor Park caminaba furioso de un lugar a otro por todo el pasillo de las habitaciones, respirando pesadamente y con sus manos sobre su cabeza—. ¡En mi propia casa!

Taehyung miró a su alrededor sin enter lo que ocurría y, fue cuando se dio cuenta de que sus dos amigos faltaban. Se temió lo peor, así que se acercó rápidamente y miró a los mayores.

— Disculpen, ¿me dejan tomar mi sudadera? Se encuentra en la habitación de Jimin. —Habló calmado, mirando a ambos. La mujer asintió y el hombre le miró furioso.

— Tú eres otro de los que se ha tirado en mi propia casa, ¿verdad? —Espetó sin pudor, frunciendo el ceño malhumorado y señalándole con el dedo—. Por eso os tiene aquí a todos, para irse turnando.

Taehyung cada vez entendía menos de lo que sucedía. Miró de soslayo a la señora Park y le preguntó con la mirada. Ella sólo se acercó a su esposo y dejó sus manos sobre sus hombros tratando de calmarlo.

— Cariño. —Trató de hablar suave, suspirando y mirándole—. Tendrán sus razones, no pienses mal. Confía en Jimin, él no haría algo así.

— Mi propio hijo tampoco admitiría que le gustasen los hombres y ahí lo tienes. —Exclamó con tono alto y duro, apretando la mandíbula—. Ese no es mi hijo, es un jodido demonio que ha encarnado en él. Y el demonio es el chico que duerme a su lado.

Yoonji despertó tras escuchar el tono alto de la conversación compartida, suspirando y acercándose con el ceño fruncido a todos los presentes.

— ¿Qué mierda pasa y por qué gritan ya con lo temprano que es? —Se quejó, Taehyung se acercó rápidamente y cubrió su boca para que dejase de hablar.

— Creo que el señor Park pilló a Jungkook y Jimin durmiendo juntos. —Susurró—. Trata de despistar a tu tío, sacaré de la habitación a Jungkook como sea para que pueda irse, de otra manera no creo que el señor Park le deje ir así como así.

Yoonji asintió, aún adormilada y sin enterarse muy bien de lo que tenía que hacer. Se acercó a los mayores y frotó sus ojos.

— ¿Dónde están mis padres? —Preguntó tranquila, suspirando y echando hacia atrás su cabello despeinado—. Creo que entró un perro al jardín, pensaba que estaban ahí, pero no hay nadie.

El señor Park abrió los ojos en demasía, furioso y cansado.

— ¡Lo que me faltaba! —Gritó frustrado, caminando rápidamente hacia el jardín para asomarse a ver. La señora Park miró a Yoonji y pidió permiso con la mirada para caminar detrás de él.

— Jungsoo, cálmate. —Suspiró y se perdió detrás del hombre—. Te va a dar algo.

Taehyung se acercó junto a Yoonji a la habitación de Jimin, abriendo la puerta y viendo a ambos chicos dormir abrazados. La chica quiso golpearse mentalmente y el chico iba con la misma intención.

— Asegúrate de que el señor Park no venga. —Taehyung señaló a la puerta, la chica asintió y se acercó a vigilar—. Jodida mierda, Jungkook, ya eres grandecito.

Apartó rápidamente la sábana de los cuerpos, inclinándose para tomar los hombros de Jungkook y removerlo hasta que despertase, haciendo que éste abriera los ojos asustados y que Taehyung siseara para que no hiciera ruido.

— El padre de Jimin os ha visto dormir juntos. —Murmuró—. Será mejor que nos vayamos antes de que a este loco le dé por hacernos algo, Yoonji cuidará de Jimin.

El chico asintió algo aturdido, suspirando y levantándose rápidamente para poder ir junto a Taehyung.

— No tengo camiseta. —Habló en un bostezo, Taehyung abrió el armario de Jimin rápidamente y le lanzó una sudadera—. Gracias.

— Vístete rápido, no tardará en venir. —Jungkook asintió, tomando sus cosas y colocando bien su ropa, acercándose al mayor—. Vámonos, estoy seguro que luego vendrá Jimin.

Jungkook asintió de nuevo adormilado, ambos miraron al pasillo y caminaron con precaución por éste hasta que pudieron salir ilesos de la casa. Yoonji les despidió con la mano y entró a la habitación de Jimin, pero cuando estuvo a punto de despertarle llegó el señor Park de nuevo.

— ¿Dónde está el otro? —Habló enfadado, haciendo removerse en la cama a Jimin por el tono grave y alto utilizado—. Tú, despierta.

Golpeó con su pierna la cama de Jimin, haciéndolo suspirar y quejarse entre sueños. Apartó a Yoonji de un empujón y movió a su hijo por los hombros para que despertara.

— Jungkook. —Se quejó en tono bajo—. Déjame dormir, es temprano. —Suspiró entre sueños—. Mis padres aún no vienen.

Eso hizo enfurecer más al señor Park. Miró a su alrededor hasta que sus ojos cayeron en una camiseta arrugada en una esquina de la habitación. Frunció el ceño y caminó hasta ella mientras Yoonji se temía lo peor. Mordió sus labios nerviosa y trató de despertar a Jimin en lo que el señor Park tomaba la camiseta con una expresión de asco y la alzaba al aire.

La camiseta se encontraba arrugada y pegada en partes iguales, pisoteada y dejando ver algún que otro lamparón blanco desteñido en ella. Escupió sobre ella y la lanzó al rostro de su hijo, quien adormilado aún no pudo esquivar el golpe.

— Semen. —Titubeó bajo—. La maldita camiseta está manchada de semen y tu madre me toma por loco al pensar que el demonio al que tengo por hijo sería capaz de tirarse a otro hombre bajo mi mismo techo.

Yoonji se acercó a Jimin viendo las intenciones del señor, cubriéndolo un poco y mirando seria al señor.

— Está sacando las cosas de contexto. —Suspiró—. Esa camiseta es de Jungkook, y sí, es semen, pero... no fue por Jimin. —Desvió la mirada—. Taehyung y yo estuvimos juntos anoche, Jimin nos dejó la habitación.

Los ojos del señor Park se abrieron desorbitados, alzando la mano con intención de golpear a la chica.

— ¿Qué ocurre? —Una voz se hizo presente en la habitación; la señora Min se acercaba a ambos con el ceño fruncido.

— Sucede que la zorra que tienes por hija se ha acostado con ese engendro al que hemos metido en casa. —Murmuró asqueado—. En la habitación de mi hijo. Y para colmo, lo encuentro durmiendo con otro hombre y éste desnudo.

La señora Min miró a Yoonji y ésta se mordió los labios mientras desviaba la mirada. Jimin aún no salía de la ensoñación, mirando todo sin entender nada.

— Taehyung es pareja de Yoonji. —Mintió, mirando a su hija y a su sobrino—. Es normal que hagan estas cosas.

— ¡Pero no que lo hagan fuera del matrimonio!

— ¡Usted no es nadie para decidir qué hacer en la vida de mi hija! —Alzó la voz, mirándole enfurecida—. Así que si va a tratar a mi hija de zorra nos trata a ambas y así tenemos la excusa de dejar de verle.

Jimin se levantó tembloroso bajo la mirada de sus tíos y padres, el señor Park le miró de arriba a abajo.

— Camina recto y sin titubear. —Ordenó—. Si veo que hay un solo paso extraño te tiro las maletas por la ventana.

El rubio asintió en silencio, caminando tranquilo y sereno, recto y a paso firme. Su padre suspiró tranquilo.

— Recoge tu habitación, estás castigado. —Jimin asintió a regañadientes—. Que no vuelvan. —Ordenó refiriéndose a los chicos—. Y si van a follar en mi casa, que se queden siendo zorra en la propia.

Yoonji le miró de soslayo cuando pasó cerca de su madre y ella, luego se acercó a Jimin.

— Necesito ir a verlo. —Murmuró con poca voz, Yoonji negó.

— Sabes que es muy peligroso salir ahora, te ha castigado.

Los mayores salieron de la habitación, dejando a los dos primos solos. Jimin mordió su labio inferior tembloroso y negó.

— Me la suda todo lo que ese viejo diga. —Suspiró—. Si me quiere echar de casa lo va a conseguir, ya sea ahora u otro día.

— Espérate al almuerzo, se despistará en la cocina y podré ayudarte y acompañarte.

Jimin asintió, Yoonji dejó un beso en su frente y se dispuso a dejarle solo para que pudiera pensar con claridad.

Una vez la puerta se cerró, Jimin miró hacia la ventana.

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