༄ Capítulo 13
La noche cayó demasiado rápido. Yoonji y Jimin ya estaban preparados cuando la puerta fue tocada. Al segundo de éstos se le bajó la presión de momento y se escondió tras el mayor asustado. Quería deslumbrar, pero sus nervios no se lo permitían.
— Jimin, cariño, ¿no quieres ir a abrir tú? —Preguntó en tono burlón su madre, riendo bajo y mirándole divertida. El rubio negó de inmediato bajo la atenta mirada de Yoonji y su padre, quienes no entendían nada de lo que ocurría—. Oh, vamos, sólo son Jungkook y Taehyung.
— Por eso mismo. —Masculló en voz baja, desviando la mirada y jalando a Yoonji consigo hasta la sala, suspirando tranquilo—. Joder, empezamos bien la noche.
— ¿Y a ti qué mierda te pasa? —Yoonji alzó una ceja curiosa, mirándole confundida, Jimin se encogió de hombros.
— No sé porque estoy nervioso, quería brillar hoy y lo voy a conseguir, pero no sé porque no me dejan en paz estos malditos nervios.
Yoonji rió divertida, desviando la mirada hacia el pasillo al escuchar las voces de los dos chicos saludar a los padres de Jimin y a los suyos.
— Tú tranquilo, empezaremos el año con buen pie y en buena compañía. —Sonrió animándole—. Tú dime, ¿qué año hemos estado así de felices y todos en familia? Nunca, porque nuestros padres son unos malditos aburridos, pero por suerte Taehyung se encarga de avergonzarlos... con ayuda del alcohol. —Suspiró—. Es una suerte que mi padre no recuerde a Taehyung, ha crecido mucho. Mi mamá le mira de forma extraña, pero no me ha preguntado nada.
Jimin asintió a sus palabras sin remordimientos, relamiendo sus labios inquieto y mirando hacia donde los dos chicos entraban y se acercaban a ellos.
— Hola. —Sonrió Jungkook, trayendo un surtido pequeño de bombones en sus manos—. El párroco nos dejó algo de dinero a ambos, así que pudimos traer un souvenir.
— El hombre ese está tieso, pero aflojó la pasta porque sabe que estamos en una época buena de prosperidad y paz. —Aclaró Taehyung divertido, sonriendo—. No pudimos traer jamón, pero será para la próxima navidad.
Jimin asintió con una sonrisa, mirando a Jungkook y sonriendo más. Sabía que todo era una argucia de ambos y que seguro el dinero era del señor Lai, pero ahí estaban ellos trayendo un presente a la familia.
— Espero que la pasen bien hoy en día. —Aclaró Yoonji a su lado, sonriendo al ver que venían un poco más formales vestidos, con ropa de Jimin igual, pero lo estaban.
— Es un honor para nosotros volver. —Sonrió Yoonji hacia los mayores. La madre de Jimin salió de la cocina con un pequeño cupcake en sus manos y una vela encima—. ¿Eso qué es?
Jimin sonrió entusiasmado, acercándose a Taehyung para abrazarlo fuerte y mirarle sonriente.
— Como ayer no pudimos verte le dijimos a mamá si podía preparar algo por tu cumpleaños. —Tomó su mano, Yoonji se acercó a ellos—. Feliz cumpleaños, Taehyung.
El nombrado se quedó boquiabierto unos segundos, mirando incrédulos a todos ahí, Jungkook le miraba con una sonrisa culpable.
— Tú sabías de esto. —Le señaló, el de pelo negro se encogió de hombros.
— Y si sabía no te lo iba a decir para romper la sorpresa de Jimin. —Sonrió más y Jimin le abrazó a él también, uniéndose Yoonji a los tres para que no se viera extraño desde fuera—. Feliz cumpleaños, viejo.
— Hey, no estoy viejo. —Refunfuñó abrumado, riendo por el abrazo tan desastroso que habían formado.
— Sí lo estás. —Le provocó Yoonji—. Ya son veintiséis años viviendo, eso es demasiado. Nefertiti te teme.
Todos rieron en la sala y despejaron a Taehyung para que pudiera soplar la solitaria vela, sonriendo en grande.
— No pudimos ir al mercado a por un gran pastel porque ya estaba cerrado cuando Jimin nos lo dijo. —Confesó la señora Park apenada, mirándole a los ojos avergonzadla—. Pero pude recordar las magdalenas que tenía en el cajón y Yoonji me ayudó a decorarla.
— Se le llama cupcake, tía. —Sonrió, la mujer asintió sin prestar mucha atención.
— Muchas gracias. —Habló Taehyung, mirando a todos con ilusión—. Es lo mejor que han hecho por mí nunca, es la primera vez que me regalaron algo por mi cumpleaños y eso ya es demasiado para mí.
Jungkook le dio un golpe flojo en su hombro y sonrió, guiñándole el ojo.
— No te pongas sentimental, guarda eso para cuando den las doce en punto y nos felicitemos el año nuevo. —Sonrió, haciendo una reverencia ante los mayores—. Una vez más, mil gracias por dejarnos compartir con ustedes estas fiestas.
— No te pongas meloso. —Le provocó Taehyung ahora, riendo divertido—. ¿Podemos comenzar a comer ya? Tengo mucha hambre.
La señora Park rió y le dejó el dulce en sus manos, yéndose a la cocina para poder terminar y repartir la comida. La señora Min y los jóvenes ayudaron a preparar la mesa y servir todo y, una vez estuvieron listos, Jimin y Jungkook tomaron asiento juntos a regañadientes de su madre y Yoonji y Taehyung junto a ambos, los mayores separados en la otra esquina de la mesa.
— Taehyung, haznos el honor de bendecir la mesa tú hoy, la última vez lo hizo el señor Min. —Habló el padre de Jimin. Yoonji le miró horrorizado.
— En mi iglesia bendecimos la mesa con otras frases épicas que nuestro Señor alabó a los cristianos. —Se inventó—. Pero yo estoy aquí hoy en cuerpo y alma para recitárselas a ustedes.
El señor Park le miró orgulloso, Jungkook miró a Jimin sabiendo que nada saldría bien de ahí y, éste miró a Yoonji de igual modo.
— En el nombre de Jesús, beberemos y comeremos de su cuerpo, el cual nos ha proporcionado en una noche tan especial para pasarla con los seres queridos. —Comenzó—. En el nombre del Espíritu Santo gozaremos de gloria y oraremos por todos los bienes materiales que nos ofrece nuestro Señor, sin avaricia en el encuentro. —Siguió hablando totalmente serio—. Y en el nombre de nuestro Padre, aceptaremos la ofrenda que se nos pone por delante. Disfruten de la comida sabiendo que Dios está con ustedes, amén.
Había sido un discurso tan serio y preparado, aunque no lo estuviera que incluso Jimin, Jungkook y Yoonji se lo habían creído. Le miraron incrédulos y Taehyung les sonrió.
— Vosotros también pueden comenzar a comer, mis hermanos.
El rubio parpadeó confundido, asintiendo mientras comenzaba a degustar la comida de su madre, mirando en silencio a los demás. Jungkook parecía querer reír en cualquier momento y Yoonji estaba casi más impresionada que Jimin por el discurso de Taehyung.
Pasaron la cena entre anécdotas de la iglesia inventadas por Taehyung, risas de Jungkook, comentarios extras de Yoonji y miradas silenciosas de Jimin, todos entretenidos con los que los menores tenían que decir. Terminaron poco antes de que diesen las doce, prepararon una copa con champán para cada uno y doce uvas en un pequeño plato para esperar al año nuevo y adentrarlo con ansias.
La cuenta atrás se hizo presente, las personas en la televisión anunciaban cada segundo en forma de uva, los atragantamientos comenzaron a la mitad del recuento y el champán ayudó a bajar la comida una vez todo acabó.
Una vez un nuevo año había comenzado y de la mejor compañía.
Porque Jimin no pudo evitar saltar a los brazos de Jungkook como el primer abrazo en el año, aferrándose a él y sintiéndolo reír por el entusiasmo en el que le había atrapado. Yoonji envolvió a Taehyung como pudo y éste rió con la boca llena de uvas. Los mayores se abrazaron y besaron entre sí.
No dio tiempo de más cuando desde el balcón se iluminó el cielo a causa de estallidos de fuegos artificiales. Los cuatro más jóvenes salieron corriendo hacia el lugar mientras los mayores se felicitaban. Jimin tomó la mano de Jungkook sin querer soltarla y tiró de él hasta sacarlo al balcón y llevarle a una estancia de visión más reducida, pegando sus labios a los del más alto en cuanto tuvo opción.
Yoonji y Taehyung vitorearon a sus espaldas riendo, aún abrazados entre ellos y deslumbrándose con la luz de los fuegos artificiales.
Esos mismos fuegos que alumbraban el rostro a los dos chicos que seguían besándose como promesa de año nuevo y vida nueva. Porque siempre había algo que los iba a unir.
Fuego.
• . * ˗ ˏˋ BURNED LOVERS ˎˊ˗ * . •
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