-Es como si escribieses una novela o algo así, te pasas el día con el rostro encerrado en el diario, escribiendo.

Jungkook levantó su mirada del papel y se sonrojó un poco al notar que Jimin le observaba fijamente, con una mano apoyada en su mandíbula.

-Ya te dije que no es de tu incumbencia lo que escriba aquí.

Jimin arrugó su nariz.

-No te caigo muy bien, ¿verdad?

Jungkook apretó con fuerza la punta de su bolígrafo sobre el papel.

-No, no lo haces.

-¿Por qué no? Le caigo bien a todos. Sólo tú me miras tan enfadado.

-Pues porque no. Lo siento mucho si te desagrada que una persona entre un millón no te bese los pies, pero a mi tambien me desagrada que no dejes de seguirme.

Jimin sonrió.

-No, no lo decía por eso, al contrario, me gustas. Quiero decir, me gusta que no intentes hacerlo, eres distinto al resto, especial. Y por eso intento tan fuerte conseguir tu amistad, me gustan los retos.

Jungkook abrió los ojos, sonrojado, y cerró con  fuerza las tapas de su diario, provocando una pequeña corriente de aire que levantó el flequillo de Jimin y le hizo sonreir más aún.

-Pues te has puesto uno demasiado difícil, porque te odio.

Dicho eso se levantó y salió casi corriendo de la cafetería.