C U A T R O
❝ Shotgun ❞
PART 2
Alice se despertó con un dolor punzante en su cabeza. Abrió los ojos y dejó que se acostumbraran a la luz. Notó que estaba en una habitación que no conocía. La habitación era de color café oscuro, los muebles vintage o estilo clásico. La cama era bastante cómoda. Se levantó de la cama y miró su ropa. Ciertamente no era ropa suya. Los vaqueros le quedaban algo apretados de las caderas y la camisa que llevaba era de hombre, pero algo en ella le traía confianza y calma.
Se puso sus zapatos después de levantarlos del suelo, recorrió con la mirada la habitación una última vez antes de salir de ella. Observó por el pasillo y notó las pinturas que lo adornaban. Eran hermosas y muy talentosas.
Siguió caminando por el lugar, el cual debido a la cantidad de habitaciones que había en ella, podría ser un hotel.
Encontró las escaleras y comenzó a bajarlas, al escuchar la voz de Elijah se ocultó detrás de un pilar. Escuchando la conversación.
—¿Ya te vas? Supongo que iras al mismo lugar de todas las noches. Me encantaría saber qué lugar es ese, siempre que vas ahí... regresas feliz y sonriendo.
Alice escuchó la voz de una mujer comentar. Aunque no con un tono honesto, más bien uno de reproche. Sacó poco su cara para ver a la mujer, solo pudo ver la espalda de Elijah. Pero la mujer era hermosa.
Delgada, cabello castaño, y unos ojos que parecen ser verdes. Es en verdad hermosa. Alice notó lo contraria que es a ella.
—Para ser honesto contigo, la presencia de todos ellos es demasiado —Elijah admitió alejando su vista de Hayley. Sin notar a Alice o su presencia.
Hayley suspiró triste.
» Sé que esto... es lo mejor. Quédate con los tuyos —le dijo a la loba.
Hayley solo lo miró y el ambiente se volvió tenso. Alice decidió que ese era mejor momento para intervenir.
Ella salió de su escondite, caminando hacia Elijah. Hayley fue la primera en notarla, como también reparó en la camiseta del original que llevaba puesta. La hibrida ardió en celos.
—Elijah... —Alice llamó la atención del original. Elijah la miró nervioso—: ¿Qué paso? ¿De quién es este lugar?... ¿Cómo desperté aquí? —preguntó confundida.
Elijah se acercó a ella y tomó su rostro en sus manos. Hayley observó la escena incomoda, pero no se fue.
—¿No recuerdas lo que paso? —curioseó el original. Aunque para él era una afirmación. Odette negó con la cabeza.
—No —Alice respondió.
Elijah respiró de nuevo. No entendió que había pasado, pero Odette no recordaba nada.
Tal vez fue la impresión de todo, dedujo Elijah.
—Te desmayaste —Elijah comenzó a hipnotizarla, Hayley no se dio cuenta—. Estábamos en una cita y de pronto caíste. Me asusté así que te traje a mi casa. ¿lo recuerdas ahora?
Alice vio a Elijah, la compulsión terminando de hacer efecto. En su cerebro se empezaron a implantar imágenes de ellos riendo, almorzando en el restaurante, y lo último, a ella sintiéndose débil.
—Si. Gracias —Alice encontró los ojos de Elijah con un brillo en los suyos y una sonrisa tímida. Sonrojándose—. Lamento haberte causado molestias, no sé qué me paso —se disculpó, Elijah negó sonriendo de igual manera.
Hayley se aclaró la garganta, interrumpiendo el momento. Alice posa su atención en ella ofreciendo una sonrisa amable.
—Oh, hola. Soy Al-Odette. Soy Odette —se corrigió rápidamente al recordar que Elijah pensaba que su nombre era Odette.
Alice extendió su mano a Hayley.
La híbrida miró la mano por un momento antes de estrecharla.
—Soy Hayley.
—Gusto en conocerte. ¿Eres hermana de Elijah? —indagó la bailarina inocentemente.
Elijah y Hayley se incomodaron.
—Umm... No, no —Elijah tosió nerviosamente—. Ella es... —buscó una palabra para presentarla.
—Soy una amiga de la familia —Hayley molesta terminó por él.
—Si. Una amiga —concordó el hombre.
Alice percibió que algo pasaba entre ellos. Lo cual la puso triste, sería una lástima y un verdadero insulto que Elijah ya tuviera pareja, dado que habían coqueteado.
—Ah... ¿Elijah, tienes mi celular? No pude encontrarlo en tu... habitación —Alice pronunció con molestia, jugando con los botones de la camisa.
Elijah lo notó y le tendió su celular. Lo había guardado en su bolsillo.
» Gracias... —ella susurró. Al desbloquearlo y ver la cantidad de llamadas perdidas que tenia de sus padres e Irisa, abrió los ojos—. ¡Diablos! Um... —miró al original—, tengo que irme o me van a matar. Gusto en conocerte, Hayley. Haremos una recaudación de fondos en Rousseaus, siéntete bienvenida. El tema será country —invitó a la hibrida para luego mirar a Elijah—. De nuevo, gracias por todo. Y lamento desmayarme en ti. Parece que estoy cayendo por ti... —bromeó, pero al darse cuenta lo que dijo cerró la boca sorprendida.
No podía creer que estaba coqueteando con él enfrente de la que podría ser su ¿Novia?
—Vamos, te llevo —Elijah ofreció con una sonrisa al escuchar lo rápido que latía su corazón. Estaba muy nerviosa.
—Oh, no. Eso no será necesario, estoy segura de que Hayley te necesita aquí.
—Tonterías —negó él—. Yo te traje, lo correcto es que yo te llevé. Vamos —esta vez no lo pidió, lo ordenó.
Alice aceptó. Le dio una sonrisa tímida a Hayley y tomó el brazo de Elijah.
Ambos salieron del recinto dejando sola parada a la hibrida.
Hayley los miró irse, descubriendo que era lo que Elijah estaba ocultado. O, mejor dicho, a quien.
✩✩✩
Alice entró apurada al restaurante y escuchó el violín de Gia sonar.
Irisa llegó corriendo y la tomó por los hombros desesperada. —¡¿Dónde diablos estabas?! ¡Tessa está furiosa! —Irisa gritó, Alice formo una mueca con sus labios.
Fue ahí cuando Irisa vio a él hombre sosteniendo la mano de su mejor amiga y su actitud cambió a una juguetona.
» Oh, ya entiendo. Linda ropa, por cierto —señaló al notar la camisa de hombre en ella. Alice se sonrojó.
—¡Cállate! —la rubia gruñó.
Irisa rodó sus ojos azules y brindó a Alice un nuevo cambio de ropa.
—Vamos, cámbiate. Yo escoltaré a este buen espécimen a la mesa más cerca del escenario. Para que disfrutes la vista y sea generoso con las donaciones —le dijo a Elijah.
Alice dudó, pero al final se retiró a los vestidores improvisados para cambiarse y preparándose para la furia de su madre.
Irisa volteó ver a Elijah con una sonrisa ladina, que siendo honesto, al original le recordaba un poco a Niklaus.
» Vamos, hombre elegante. Tenemos una subasta, por si estas interesado a participar. Tal vez quieras ofrecer por Alice, todos los hombres se pelearán por ella. No querrás que te la ganen ¿o sí? —sonsacó maliciosamente al original. Quería ponerlo celoso y estaba funcionando.
Puso al original en una mesa frente al escenario y le ofreció el menú junto con una papeleta que tenía las personas que ofertaban por Alice. El original recorrió con asombro las cantidades de dinero debajo del nombre de Odette.
» Vamos, ofrece por Alice. Sé que ella estará encantada de que tu ganes, además... Es para la caridad y sin ofender, pero se ve que tú tienes montones de dinero. Adiós —Irisa se fue dejando al original.
Elijah miró de nuevo la tabla. Suspiró y puso su nombre en la casilla de ella, junto con una oferta que supo nadie podría igualar.
Es por caridad, se repitió el original en su cabeza. Aunque ni Elijah se creyó esa excusa barata.
—Bueno, amigos y amigas. La siguiente presentación es nuestra querida Alice, mejor conocida por Odette. Démosle un gran aplauso y recordemos que una tarde con ella está siendo subastada junto con nuestras demás chicas. Así que... ¡Ofrezcan!
El presentador bajó los escalones del escenario y Alice subió, su atuendo cambió a unos jeans negros, blusa gris con brillantina y una chaqueta de mezclilla. Aun traía la peluca castaña. Todos comenzaron a aplaudir.
Elijah se sorprendió al ver a Odette subir, aunque ya lo sospechaba. El presentador solo lo confirmó. Elijah sonrió, era una cosita lista esa mujer.
—Hola, esta siguiente canción es para mis padres. Sin ellos nada de esto sería posible. Además de que creo que la canción representa su historia. ¡Los amo! —Alice gritó señalando a dos personas detrás de Elijah.
Elijah los miró y reconoció al hombre, lo había visto con Marcel en algunas ocasiones.
» La canción se llama 'Shotgun' y estaré acompañada por mi gran amigo Frank y mi más que amiga Gia.
Alice dio una sonrisa a sus padres y comenzó a cantar el primer verso de la canción escrita por ella.
When did you know
Your heart is mine
You told the tale
So many times
There's nothing better
We've got to do
With all these miles to get to where we're going to
—Lo hicimos bien, Tessa. Es una buena chica —Jack susurró a su esposa dando un beso afectivo en su sien, ambos vieron con una sonrisa a su hija.
La vista de Elijah reparó a Alice, chispas de admiración y atracción en sus ojos. Irisa se dio cuenta de ello y sonrió feliz por su amiga, ella se merece ser feliz, pensó la rubia.
La sonrisa en el rostro de Irisa se borró en un instante al divisar a una persona que pensó no volvería a ver.
Niklaus Mikaelson entró a Rousseaus con su sonrisa burlona marca personal. Su pequeña sonrisa llena de malicia y algo de ternura. Una perfecta letal combinación para hombres y mujeres por parte del hibrido.
Después de que Elijah y Alice salieron del cuartel, Hayley le contó a Klaus el incómodo encuentro que habían tenido. También le dijo acerca de esta noche, pensando que Klaus querría ver a Camille, ¡Oh, cuan equivocada estaba la hibrida!
Klaus si iría, pero no para ver a la psicóloga como todos pensaban. El hibrido original pasó su vista al escenario y observó con curiosidad a la mujer que se encontraba cantando. No la reconocía. Lo que si reconoció fue al hombre al cual la mujer había empezado a cantarle. Como no lo iba a reconocer si ese hombre era su hermano Elijah.
También notó la sonrisa coqueta que llevaba su hermano y eso impresionó más aun a Klaus. Elijah no estaba incomodo o tenso en su pose recta perfecta, no. Su hermano estaba feliz. No había visto a su hermano así en mucho, mucho tiempo.
When did you know
Tell me again
My heart was yours
When you walked in
You made a vow
To hold it deep
And you kept your promise to me all these years
Klaus despegó su mirada de su hermano y su nueva obsesión, un poco asqueado, siendo honesto, del sexo visual que estaban teniendo.
Cuando vio a Irisa, su bella gitana, como él la llamaba, caminó a ella con confianza y actitud coqueta.
—Hola, amor —Klaus saludó mostrando su sonrisa egocéntrica.
Irisa levantó la mirada de la tabla con las ofertas y rodó los ojos al ver a Niklaus frente a ella. Bajó la mirada y lo ignoró. La sonrisa del hibrido se borró al ver su acción.
» ¡Oh, vamos, amor! ¡No seas así! —Klaus se quejó ofendido.
Irisa lo miró de nuevo y tomó aire. Había olvidado lo apuesto que era y como le gustaban esos ojos entre azul y verde. Una combinación perfecta que derritió a la rubia, esos ojos eran su debilidad.
—¿Qué quieres, Klaus? —preguntó grosera enmascarando las ganas de besar al rubio.
Klaus se encogió ligeramente por el recibimiento, aunque no le sorprendió. La última vez que la vio prácticamente la hipnotizó para que lo odiara. Fue después de fingir la muerte de su hija Hope. Irisa y su gemela fueron al recinto francés a dar el pésame al hibrido por la pérdida de la niña. Esa noche todo cambió.
— ¿Qué? ¿No puedo venir a ver a mi O'Connell favorita? —Klaus preguntó poniendo ojos de perrito regañado.
Irisa tomó aire e hizo un gran esfuerzo por no sucumbir a los encantos del apuesto y sexy hombre. ¡Estaba peor que Alice!
» Además, vine a ver como mi hermano fallaba miserablemente al conseguir a una chica —completó divertido. Irisa le dio una mirada confundida. La rubia conocía de nombre a los hermanos de Klaus, pero nunca los conoció personalmente.
—¿Quién es tu hermano? —interrogó la rubia arrugando la frente.
Klaus señaló con su dedo índice en la dirección donde se encontraba sentado Elijah, el cual aún miraba con ojos de adolescente en la pubertad a la cantante.
—El hombre de traje que babea por la cantante. ¿Es nueva? —indagó señalando a Alice. Que estaba terminando de cantar.
—¡¿Sexy-soy-muy-bueno-para-la-ropa-casual es tu hermano?! —Irisa exclamó con la boca abierta.
—Ese es un apodo demasiado largo... —Klaus parpadeó varias veces, no sabía que Irisa conocía a su hermano. Los celos lo invadieron—: Y sí. Es mi hermano, hermanastro para ser honestos. Misma madre, diferente padre.
—Bueno, eso lo explica —Irisa bufó de manera burlesca.
—¿A qué te refieres, amor? —Klaus llevó una mano a su pecho fingiendo ofensa, sin embargo, la chispa traviesa en sus ojos lo delataron.
—Bueno... Él es como...muy caballeroso, y tu... bueno —la mujer se encogió de hombros dándole una mirada obvia. Klaus rolló los ojos bufando, ahora si realmente dolido por las suposiciones de la rubia.
—Te sorprendería, amor. Tal vez él sea peor que todos —Klaus susurró. Irisa estaba a punto de discutir con él cuando Klaus le quitó las formas de la mano—. ¿Qué es esto? —curioseó viendo las ofertas.
—¡Nada que te interese! —Irisa gruñó arrebatándole de vuelta las hojas.
—¡Vamos, 'gyspy'! es por caridad —Klaus bromeó con ella. Irritada le entregó las hojas y se acercó a él con un aire amenazante.
—Bien —espetó molesta—. Pero si te atreves a ofrecer por mi, te arrancaré esos bonitos ojos y se los daré a mi perro de cenar... Bueno, adoptaré un perro y después le daré de comer tus ojos —gruñó.
—¿Crees que mis ojos son bonitos? —Klaus fingió inocencia e hizo ojitos—: Además, ¿no contaría lo que vas a hacer como maltrato animal? No queremos ver tu hermoso rostro tras las barras ¿o sí? El naranja no es tu color —se río.
—¡Ugh! —Irisa se quejó y se alejó del hombre antes de que terminara estrellando una botella de bourbon contra su bonito rostro.
Sería un desperdicio de alcohol, pensó ella yéndose.
Klaus la miró irse divertido. Y también aprovechó para degustarse con la vista del trasero de la muchacha. Es mujer lleva la furia de diez gatos salvajes, pensó el hibrido con perversión al imaginarse en todas las maneras en la que podrían sacar la ira de ella con una manera más divertida y productiva. Una en la cual él estaba más que encantado de proporcionar su ayuda.
Bajó sus ojos a las hojas y checó el nombre de su hermano en donde subastaban una cita con Alice 'Odette' Faure. Se sorprendió al ver la oferta.
De verdad le gusta la caridad, pensó sarcástico Klaus.
Cambió de hoja hasta encontrar en la que subastaban a gypsy. Cuando la encontró, recorrió con su vista el restaurante. Al encontrar a Irisa, con una sonrisa maliciosa, ofertó por ella. Al igual que su hermano mayor, asegurándose de que nadie ofertara más que él.
—Soy tan generoso —suspiró complacido acomodándose en la barra y ordenando un trago.
✩✩✩
La noche resultó ser un excito. El restaurante aún se estaba reponiendo del mal manejo de Francesca. Cuando Marcel lo recuperó, después de que los Mikaelson derrotaron a los Guerrera, le dio los papeles del restaurante a Jack. El padre de Alice siempre había querido tener su propio restaurante, le encantó estar en el Burlesque y hacerse cargo. Pero ese no era su sueño, era el de Tessa.
Tomando el control del micrófono en su mano derecha, Jack lo golpeó tres veces con la izquierda atrayendo la atención de todos en el lugar.
—¿Pueden las bailarinas subir al escenario? —pidió llamando a las chicas que iban a ser subastadas. Una cita con ellas.
Alice e Irisa salieron de donde estaban sirviendo tragos detrás de la barra y caminaron al escenario junto con las demás chicas, incluso subió uno que otro bailarín. Los hombres y mujeres comenzaron a chiflar y gritar emocionados.
Elijah y Niklaus recibieron muchas miradas coquetas de las bailarinas, pero los pares de ojos de los hermanos solo estaban concentrados en Odette e Irisa.
Jack comenzó a subastar a los hombres y mujeres, dejando a las dos mencionadas para él final. Las estuvieron subastando del precio más bajo al más alto de las ofertas. Y hasta ahora la oferta mas grande había sido de diez mil dólares.
» ¡Vaya! ¡Esas han sido unas grandes donaciones! Se nota que les gusta la caridad —él bromeó y el público rio divertido entendiendo el doble sentido de las palabras del hombre—. Pero... No les gusta tanto como a estos dos hombres. A ellos en verdad les gusta ayudar —Jack bufó sarcástico al ver los nombres de las personas que habían ofrecido más por Alice e Irisa. El hombre no quería dejar a su hija y la mejor amiga de su hija, que prácticamente era suya, en manos de esas dos personas. Pero no tenía otra opción—. ¡Empecemos por nuestra hermosa 'gyspsy'! Da un paso adelante, cariño —Irina lo hizo, la sonrisa nunca dejando su rostro—. El bastardo afortunado que logra tener una tarde con esta despampanante rubia es... —hizo una pausa dramática y el baterista hizo redobles creando suspenso. En ese momento Klaus miró a Irisa con una sonrisa llena de satisfacción lo cual hizo a la ojos-azul tensarse. Llámenlo un mal presentimiento—; Niklaus Mikaelson —Jack anunció. Klaus se levantó de su asiento complacido de la atención que obtuvo de todos. Unas de envidia por parte de otros ofertores y otras decepcionadas por parte de chicas que desearon estar en el lugar de la rubia bailarina.
Si las miradas mataran, Klaus ya estuviera tres metros bajo tierra. Las dagas visuales que Irisa mandó en su dirección podrían matarlo sin necesidad de roble blanco.
Divertido por la reacción de ella, Klaus con descaro le guiñó.
» Okay... —Jack murmuró notando la pelea visual entre los rubios—. Ahora ha llegado el turno de nuestra última subasta. Nuestra joya de Nueva Orleans, Odette. Nuestra temporalmente morena —Elijah concentró toda su atención en ella—. Quiero agradecer a todos los que apoyaron esta causa, muy generosos de ustedes en verdad. Esta ha sido la oferta más grande de la noche... Sin más preámbulos, gracias Elijah Mikaelson por su generosidad. Como premio logra pasar una tarde en compañía de nuestra joya más brillante —anunció Jack entre dientes, el nudo de molestia en su garganta haciéndose cada vez más tenso. Muchos hombres y una que otra mujer se quejaron al perder, agregando que "como tendrían la oportunidad con dos de los filántropos más grandes de la ciudad ahí".
Alice tragó sintiendo mariposas en su estómago al sentir y ver la mirada que Elijah le dio cuando se levantó lentamente de su silla.
Después de su cita, él la afectaba con mas fuerza.
Jack al notarlo gruñó. Haciendo una nota mental de reclamarle a Marcel qué diablos estaba pasando.
✩✩✩
Después de finalizar su noche en el restaurante-bar, Elijah recibió una llamada de Marcel, citándolo en una de las calles principales de la ciudad, una de las cuales siempre estaba llena de música, baile y arte.
Al llegar, él divisó a Marcel cruzado de brazos viendo a una chica tocar el violín. Elijah reconoció a la chica como Gia. La joven con la que Alice convivió esa misma tarde y noche.
—¿Sabes porque Jack Gerard me llamó hace quince minutos furioso por el repentino interés de un original en su hija? —Marcel preguntó sin despegar la mirada de Gia sintiendo la presencia de Elijah.
Elijah hizo una mueca y chasqueó la boca.
—Adivino que no está feliz por la donación —él original bromeó, sin embargo, a Marcel no le dio mucha gracia y mantuvo su expresión seria.
—¿Cuál es tu interés en ella de repente, ah?
—Mi interés es mío y de nadie más, Marcellus. Te sugiero que dejes el tema en paz. Ahora, ¿por qué me citaste aquí? No creo que sea para jugar al hermano protector —Elijah comentó con cansancio.
Marcel obedeció al original dejando el tema de lado, por el momento.
—Está bien. Y es mi nieta de hecho, Elijah. Y soy un abuelo muy sobreprotector. ¡Alice es mi familia, Elijah! Lastímala y sin importarme nada, clavaré una estaca de roble blanco en tu pecho —Marcel amenazó. Elijah lo miró sin afectarse en lo más mínimo por la advertencia.
—Al punto, Marcellus, tengo cosas más importantes que hacer —Elijah ordenó de nuevo.
Marcel suspiró y miró a Gia. El original hizo lo mismo.
—¿Déjame adivinar? Davina desapareció, no está en el ático, no está cerca de Lycee.
—Tengo personas buscándola en toda la ciudad. No está —Elijah sacudió la cabeza—. Sin duda protege a Mikael mientras se recupera de las mordidas que sufrió —el original dejó salir con coraje.
—Oye, está asustada. ¿Qué esperabas? —Marcel bufó incrédulo.
—Si descubro que tenías algo de información de que nuestro padre volvió... —Elijah comenzó.
—Sí, ¿Y qué? —Marcel retó—. ¿Me estas amenazando? ¿Mi pueblo?... Hay más. Las brujas los odian, los lobos pueden matarnos cuando quieran. Ni siquiera puedo entrar al barrio sin arriesgar mi vida. Y yo solía gobernarlos —le dio una sonrisa irónica—. Ahora, Mikael volvió. El vampiro que caza vampiros. ¿Crees que tengo algo a mi favor? ¿Quieres mi ayuda para encontrar a Davina? Quiero saber con quién estas. Klaus esta con los lobos ¿Qué hay de ti?
—Yo no elijo equipos.
—Lo siento, pero no es una opción. Eres un Original. Todos los vampiros que existen son una extensión tuya y de tu familia. Puedes alejarte de eso, quedarte con Klaus y los lobos... pero no eres uno de ellos y nunca lo serás. Quieres aliados, ¿no? Mira a tu alrededor. Esta es la zona cero de una nueva comunidad de vampiros. Tal vez creas que eres mejor que nosotros, pero somos lo único que tienes —Marcel explicó tratando de hacer su punto y convencer al original de unírsele.
Elijah tensó la quijada y le dio una mirada neutra.
—¿Por qué crees que sería el salvador de una colección de niños perdidos? —Elijah preguntó con desprecio. Marcel rio y lo palmeó en el hombro.
—Sí, nunca fuiste bueno con los niños —Marcel se burló reprochándole lo que hizo cuando el era un niño. Lo pasó por un lado y caminó hacia Gia—. Pero te guste o no, los vampiros existen gracias a ti. Y todos ellos necesitan tu ayuda —prosiguió poniéndose detrás de la mujer. Elijah los contempló a ambos con curiosidad. Marcel miró a Gia y esta asintió.
Con un movimiento, el vampiro de 200 años rompió el cuello de la joven haciendo a Elijah saltar sorprendido.
Con cuidado, Marcel puso a Gia en el suelo y se acercó de nuevo a Elijah.
» Se llama Gia. Le di mi sangre hace unas horas. Cuando despierte, necesitara un mentor... espero que seas mejor con ella que conmigo —Marcel le dio una última mirada y dio la vuelta para irse.
—¿Por qué piensas que me interesa lo que pase con esta chica? —Elijah preguntó divertido por la situación.
Marcel detuvo su caminar y dio una mirada al original por arriba de su hombro.
—Gia es amiga de Alice. Tal vez no te importemos los vampiros ni los lobos, pero estoy seguro como el infierno que Alice lo hace. No queremos que los vampiros bebés fuera de control la lastimen ¿o sí? Todos sabemos que esa es la especialidad tuya y de tu familia —mandó una sonrisa torcida al original y se fue.
Elijah se acercó a la temporalmente muerta Gia molesto. Enojado de que Marcel lo haya manipulado.
Niklaus estaría orgulloso de él.
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