veintiuno
ㅡSh, está bien omega ㅡmurmuró Rosé, cerca del oído de la menor. Jennie se acurrucaba en el pecho de su alfa, y esta acariciaba su espalda.
ㅡPero, Rosé... ㅡsusurró, sorbo su nariz. Sus ojos llenos de lágrimas. ㅡ¿Qué haremos ahora, alfa? Quiere nuestro c-cachorro, quiere venir por mí ㅡsollozó.
ㅡNi él ni nadie los va a alejar de mí, Jennie ㅡdijo, con suavidad, pero firmeza a la vez.
Jennie se había quebrado en el momento en que Jisoo le contó sobre lo que habían escuchado en el Burdel, de Jung-su, tanto ella cómo Lisa hace un par de días. Rosé apareció unos segundos después, ya sabiendo lo que sucedía porque su amiga también se lo había contado.
Estaban en el living, después de la maravillosa cena que habían compartido, pero ahora se estaba yendo todo a la borda, y Rosé lo único que quería era salir, buscar a Jung-su y matarlo con sus propias manos si era posible. Años atormentando a Jennie, y ni siquiera estando presente hacía que la omega se sintiera insegura.
ㅡSi ㅡgimió, y se agarró con más fuerza a la ropa de Rosé como si alguien la estuviera intentando llevar en ese instante, ㅡpero no me d-deja vivir en paz. Quiero paz, Rosé. No pensar en que va a aparecer en cualquier momento, y llevarnos lejos tuyo.
A Rosé le dolía la voz de Jennie, rota. La acunó más contra su pecho, y la acarició con ternura.
ㅡNo saldremos de la casa, amor ㅡdispuso. Jennie le tendió una mirada asustada, y sus amigas una sin entender. ㅡSi es necesario, pediremos la asistencia médica aquí, y no nos iremos a ningún-
ㅡNo ㅡla cortó la omega. ㅡNo, alfa. No... no puedo vivir encerrada. ¿Nuestro bebé va a vivir con miedo, también? ㅡnegó con la cabeza, y Rosé la miraba sin entender.
ㅡPero amor, es para su propia seguridad ㅡrepuso, con voz suave, besando la mejilla de la castaña y acunando su vientre.
ㅡSi, Jen ㅡestuvo de acuerdo, Lisaㅡ Eso va a ser mejor por el momento. ㅡJennie volvió a negar.
ㅡLo quiero enfrentar ㅡrepuso, y todas la miraron, ㅡ No quiero seguir viviendo así, no me gusta. Quiero ser libre, merezco ser libre...
Rosé no sentía más que admiración por esta hermosa omega. Profunda y sincera, y a pesar de todo lo que había pasado estaba ahí, con ganas de hacerle frente. Con el miedo corriendo en sus venas, pero con la fuerza dentro suyo para ser libre.
ㅡ¿Qué propones, amor? ㅡpreguntó entonces su alfa.
Jennie lo pensó.
ㅡJung-su nos está siguiendo ㅡcomentó, y todas asintieronㅡ Vamos a dejar que nos encuentre, entonces.
Rosé abrió grande los ojos.
ㅡ¿Qué? ㅡpreguntaron todas al mismo tiempo.
Jennie asintió.
ㅡSi, y también dejaremos que me agarre ㅡsentenció. Rosé negó frenética con la cabeza, y Jennie acunó su rostro. ㅡSi, si Rosé. Es la única forma, pero tú vas a estar cerca. Necesito que estés cerca, así podemos evitar que nos lleve. Es lo único que podemos hacer.
ㅡNo ㅡdijo, con voz bajitaㅡ Si no sale bien, si no puedo...
ㅡVas a poder ㅡaseguró la omega.
ㅡNosotras les vamos a ayudar —Jisoo habló, y Lisa asintió. Nayeon también. ㅡ¿Cuándo es la próxima visita al hospital?
ㅡEn un par de semanas ㅡcontestó Rosé.
ㅡBien ㅡLisa levantó la vozㅡ Nosotras estaremos muy cerca Jennie, atentas a cualquier cosa. Ustedes van a estar haciéndose el control, y cualquier cosa fuera de lo normal Rosé nos va a avisar. Vamos a estar en la salida, por si Jung-su quiere llevarse a Jennie.
Jennie asintió.
ㅡY lo va a intentar ㅡdijo,ㅡ Cualquier momento que Rosé se distraiga, él va a aparecer.
ㅡY tú vas a dejar que te lleve ㅡdispuso Nayeon.
ㅡY nosotras estaremos esperando en la entrada ㅡJisoo dijo.
ㅡNo lo sé ㅡRosé no estaba segura. ㅡ¿En serio quieres hacer esto, Jennie? ㅡpreguntó, con voz temblorosa.
ㅡSí ㅡdijo, con firmezaㅡ Necesito sacarlo de mi sistema. De mi vida, alfa.
···
ㅡ¿Creíste que no sabíamos que nos estabas siguiendo? ㅡpreguntó entonces la rubia. ㅡ¿Qué no nos íbamos a dar cuenta y que te iba a dejar el camino libre?
Jung-su miró hacia todos lados. La gente comenzaba a mirarlos, estando ellos en el centro del lugar.
ㅡ¡¿Y creen que no me voy a llevar a mi omega?! ¡Yo la compré! ㅡgritó, histérico.
Jennie estaba aún sostenida por la cintura, con bastante fuerza. Miró, a sus costados. Nayeon de un lado, del otro Lisa, frente Jisoo y detrás estaba Rosé. Podía hasta sentir su respiración cerca y, quería sus brazos y palabras suaves, y toque cálido.
ㅡSe terminó el juego, Jung-su ㅡdijo, con suavidad, Jisoo. ㅡYa todos saben lo que haces. Deja ir a Jennie...
ㅡNo tienes escapatoria ㅡhabló Rosé detrás. ㅡSi la dejas ahora, te puedes ir ㅡofreció.
Jung-su negó frenético. Por supuesto que no lo haría, Jennie era suya y de nadie más.
ㅡ¡No! ㅡvolvió a gritar. Se veía acorralado, pero no iba a ceder tan fácil. Había tensión en el lugar, y todo se sumió en un silencioㅡ Es mía, no me importa que esté marcada. Es de mí propiedad.
ㅡYo no le pertenezco nadie, más que de mí misma ㅡhabló Jennie.ㅡ Quiero que me dejes en paz. Que te vayas, por favor...
ㅡJennie ㅡoyó murmurar a Rosé detrás suyo. Las lágrimas seguían rodando por su mejilla.
ㅡCállate ㅡrugió, Jung-su.
Entonces sucedió. Jung-su hizo un movimiento que tomó a todos desprevenidos. Las tres que veían la escena desde el frente jadearon, Rosé no pudo ver el arma que el alfa que sostenía, colocándola en el costado de la omega.
ㅡ¡No! ㅡgritó Jisoo, levantando las manos.
ㅡAhora creo que nos entendemos ㅡmurmuró, con una risa rota y amarga. Jennie tembló de miedo, por ella, pero por sobre todo por su bebé. Si algo le sucedía, no se lo iba a perdonar jamás. Fue su idea, su culpa, estar en esta situaciónㅡ Van a dejarnos pasar, y no nos van a seguir. Nadie, o...
Escucharon las sirenas y el murmullo de los automóviles estacionarse frente a la puerta de entrada.
Rosé estaba histérica, podía sentir en su pecho el latir del corazón de Jennie. Sentía su miedo, como si fuera el suyo propio, le golpeaba como una roca en medio del estómago. No le dejaba respirar, ni pensar ni actuar. Solo quería a su omega de vuelta, y a su cachorro. Los quería junto a ella, tomarlos y llevarlos lejos.
Varios hombres uniformados entraron, también armados. Jisoo, que estaba en la puerta como impidieron el paso, se movió a uno de los laterales y se abrazó a Lisa. Rosé se quedó en su lugar, clavada ahí.
ㅡ¡Suelte a la omega! ㅡgritó uno, el que estaba más cerca. Rosé contó que eran unos diez, al menos.
Agradeció internamente a sus amigas, alguna de ellas había llamado a la policía cuando notaron que algo sucedía. Un tiempo después, sabría que fue Nayeon quien accionó de esa manera.
ㅡ¡Es mía! ㅡgritó, ajustando la punta del arma justo en la cintura de la omega. ㅡ¡Me la robaron, ellos son míos! ㅡse justificó.
ㅡMin Jung-su, está secuestrando a una omega marcada y embarazada ㅡhabló, más paciente el hombre, ㅡsuelte el arma. No se mueva, o no va a salir con vida.
Jung-su lo pensó. Estaba literalmente rodeado. Evaluó la posibilidad de matar a Jennie, pero entonces también él iba a morir porque le iban a disparar y entonces, ¿valía la pena morir por una omega como ella?
ㅡPor favor, Jung-su ㅡsuplicó Jennie, miró de reojo y vio a Rosé cerca suyoㅡ Ya se terminó. No dejes que todo se salga de control...
ㅡ¡Cállate dije! ㅡtragó saliva. La gente había desaparecido, despejada por uno de los oficiales que había ingresado. Aislando el lugar sólo con ellos.
ㅡLo tenemos rodeado. Un movimiento en falso, y será hombre muerto ㅡsentenció el mismo alfa.
Jung-su maldijo mil y una vez en su cabeza. Odió a sus hombres que habían huido sin siquiera ayudarlo. Tenía alfas rodeándolo por todos los flancos, al menos diez armas de distintos calibres apuntando a su cuerpo. Podía sentir a Jennie temblar en su costado.
Despacio, la omega percibió cómo la presión del arma iba desapareciendo de su piel. Pudo hasta sentir el suspiro que exhaló Rosé a los lejos, cuando Jung-su levantó el brazo en el aire.
Y todo se volvió borroso, voces y gritos, movimientos. En un segundo estaba sostenida por Jung-su y al siguiente, Rosé la estaba estrechando contra su pecho y entonces fue cuando su aroma la envolvió, que se permitió llorar.
ㅡMin Jung-su, queda detenido por el intento de secuestro y asesinato de la omega Jennie Kim.
Se dejó ir. Todo se volvió negro de un segundo a otro, la fuerza le abandonó las piernas y ya no estaba consciente de más nada.
···
Si Jennie no despertaba pronto, a Rosé le iba a dar un ataque al corazón. Literalmente hablando.
ㅡMis bebés ㅡmurmuró, acomodando el cabello de la omega. Cerró sus ojos y reposó y su mejilla sobre el pecho de su chica.
Recientemente la doctora se había ido, dejándolas solas por el momento. Le explicó que, debido al shock emocional, Jennie perdió la conciencia, pero que estaba todo en orden, habían monitoreado su presión, y como se encontraba el cachorro y todo seguía exactamente como debía ser, y que la omega debía despertar pronto, pero eso no sucedía.
Jennie hacía casi dos horas que no respondía, y solo su respiración pausada lograba tranquilizar a la alfa.
Rosé sostuvo fuertemente a Jennie, cuando esta perdió la conciencia en el instante en que Jung-su era apresado y sacado del hospital esposado. La policía estaba esperando para interrogar a la omega, pero debieron posponer todo para cuando se sintiera mejor.
Eunji, Yeji, Doyun y Haneul estaban afuera, así como también Jisoo, Lisa y Nayeon. Estaban todos, pero la única que podía entrar con Jennie era Rosé, así que ahí estaba. No había comido, no había bebido, y ni siquiera ido al baño, sintiendo un vacío que comprimía su pecho. Si a Jennie o al cachorro le pasaba algo, iba a ser su culpa, por no haber sido una mejor alfa para ellos, por no haber podido mantenerlos a salvo, por más veces que se lo hubiera repetido.
Se odiaba a sí misma.
ㅡRosé ㅡla voz rasposa de Jennie la hizo volver a la realidad. Se levantó con brusquedad.
ㅡ¡Jennie! ㅡlloriqueo, ㅡMi amor, bebé. Volviste ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas algo? ㅡpreguntó rápidamente, mientras apretaba el botón para llamar las enfermeras.
Jennie la miró, y sonrió, asintiendo.
ㅡA mi alfa ㅡsusurró, y Rosé se acercó a colocarse a su lado. Besó varias veces su sien, sin poder evitar algunos sollozos.
ㅡAquí estoy, omega. Aquí estoy, amor ㅡmurmuraba, Jennie tomó la mano de la alfa con la suya y entrelazó sus dedos, ㅡNo me voy. No me voy, nunca.
ㅡSé que no, Rosé ㅡmurmuróㅡ Estás siempre. Mi hermosa alfa, la mejor de todas ㅡsu voz era suave, y tranquila. Más que la de Rosé.
ㅡMi hermosa omega. Valiente como nadie ㅡjuró.ㅡ La mejor para mí ㅡbeso suavemente los labios de la omega, ㅡ Te admiro, Jennie. Cómo no tienes una idea ㅡJennie no pudo evitar sonreír.
Pasaron apenas unos segundos, y las enfermeras llegaron. Revisaron a Jennie y llamaron a la doctora que llevaba adelante el embarazo de la castaña.
Ella le explicó lo mismo que a Rosé, y tranquilizó a ambas madres de que todo estaba en perfectas condiciones y que tenían suerte que todo el estrés traumático no hubiera afectado al cachorro.
Jennie y Rosé volvieron a su casa, al día siguiente. La omega fue recibiendo, más tarde ese día, a su madre y hermana, que demandaban ver a la chica.
Rosé acostó ese día a Jennie en su nido, que no había perdido en absoluto su aroma y la vio acurrucarse contra las mantas y en especial con una jersey de la alfa, que le gustaba en demasía.
Jennie supo en ese momento, que todo había terminado al fin. Que todo ese pasado había quedado atrás, y que Jung-su iba a recibir su merecido por todo lo que le había hecho, por la vida que había intentado arruinar. Por supuesto, la omega debía prestar testimonio de todo lo que había sucedido esos años, y también la denuncia por intento de secuestro. Los abogados de Rosé se encargaron de todo, presentando un escrito por el momento y aplazando la presencia de Jennie en el juzgado, pero no pudo librarse de la interrogación policial el día siguiente.
···
Una semana y medía había pasado desde lo de Jung-su, y Jennie sentía el peso eliminado de sus hombros. Sí, todavía pesaba en él en parte, en lo que le había hecho y todo lo que hubiese pasado si Jisoo y Lisa no hubiesen escuchado su conversación, si no hubieran advertido de lo que estaba planeado, también soñaba con el arma en su abdomen, o que Rosé se iba y no volvía, o que le quitaban su cachorro pero, cuando se despertaba agitada, Rosé estaba ahí todas las veces.
La arrullaba con paciencia, la envolvía con sus brazos y la besaba con suavidad hasta que se calmaba y volvía a dormir, o incluso se quedaban hablando por más que fuera de madrugada. Entre susurros, hablaban de Jihoon. Eso siempre calmaba a la omega, siempre. Soñaban cómo sería, y cómo harían después de su llegada. Lo poco que iban a dormir, y lo mucho que lo iban a amar.
Rosé estaba en tratativas para su nuevo hogar, que estaría también en Londres, pero casi en las afueras, a más o menos cuarenta y cinco minutos de su trabajo, pero no importa. Jennie vio fotos, y quedó literalmente enamorada. La alfa quería que luego de que naciera Jihoon, volvieran directamente ahí. Y poder vivir los tres juntos, y arreglarse ellas solas. La pelirrosa se tomaría un tiempo en sus deberes en la empresa, pero con eso no había problemas.
Jennie ya prácticamente no salía de la habitación, y no es porque no quisiera ver a nadie. Sino que le costaba mucho caminar, y los dolores eran cada vez más fuertes.
Pero ese día en particular, Jennie decidió desayunar en la cocina junto con Rosé. Su alfa se esmeró en prepararle panqueques con frutos rojos, tal como a ella le gustaban.
Rosé la vio bajar de las escaleras, y evitó reírse de la forma en que caminaba la menor puesto que esta se enojaba y era capaz de no comer por un buen rato. Caminaba despacito, con las manos bajo su vientre, como si lo estuviera sosteniendo para que no se cayera de repente, y daba pasos cortitos y se balanceaba de un lado a otro.
ㅡMás, amor ㅡno era una pregunta, sabía que diría que sí. Era uno de sus desayunos preferidos, así que hacía en abundancia puesto que sus hermanas también comían.
Jennie asintió, sonriendo, con azúcar impalpable en la comisura de sus labios y el plato vacío frente suyo.
ㅡMe encanta ㅡcantó, cuando la alfa le sirvió otra porción y espolvoreó más azúcar porque a Jennie le gustaba así y ella le daría todo lo que quisieseㅡ Ñam ñam ㅡdecía, en medio de cada bocado.
Rosé se la comería entera en ese preciso momento.
ㅡHay más si quieres, amor ㅡofreció. Jennie estaba dando un bocado grande, y de repente soltó el tenedor.
Un sonido sordo hizo al chocar contra el mármol. Rosé la miró, lista para hacerle algún tipo de chiste, pero vio la cara de pánico de la omega y cómo se iba desfigurando.
ㅡRosé ㅡdijo, casi llorandoㅡ Me orine encima...
Rosé se levantó rápidamente, viendo cómo todo bajo la silla de la omega estaba mojado.
ㅡNo te orinaste, amor ㅡle dijo, tragando duroㅡ Es el cachorro, ya va a nacer...
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