veintidós
Rosé corría por toda la casa buscando las cosas para el cachorro, que ya estaba en camino. Ya viene, se dijo a sí misma. Subió, a toda prisa, por las escaleras, con sus pasos resonando fuertemente hacia la habitación que compartía con Jennie, tomó el bolso, de color verde agua con figuras de ositos, grande que tenía dentro todo lo necesario.
Un par de días antes se habían puesto ambas a prepararlo por las dudas que el bebé decidiera venir a la madrugada y no tuvieran nada listo. Así que ahí estaba la alfa, revisando por última vez. Pañales de recién nacido, ropita y mantas, cambiador, algodón, talco y cremas. Verificó que hubiera también cambio de ropas para Jennie una vez que estuviera en la habitación sola, y no tuviera que usar de esas batas de hospital porque sabía que no le gustaba en absoluto.
ㅡMe he mojado t-toda, alfa ㅡcontuvo un sollozo, sosteniendo todavía su vientre.
Estaba parada, junto con Yeri, la ama de llaves, que intentaba calmarla, pero sólo lo hizo cuando su alfa apareció por la puerta.
ㅡSh, amor... está bien ¿Quieres que te traiga ropa para cambiarte? ㅡsusurró Rosé, una vez al lado suyo, dejando el gigante bolso sobre la encimera. Jennie asintió.
ㅡSi, alfa... p-por favor ㅡun par de lágrimas corrieron por su mejilla, no sabía si lloraba de miedo o de alegría por al fin ver a su cachorro. Rosé la besó en la frente, y rápidamente fue hasta el tendedero que estaba más cerca que la habitación, y buscó ropa interior y un pantalón seco de omega.
ㅡAquí, bebé ㅡdijo cuando llegó a su lado. ㅡ¿Yeri, puedes avisar a Joseph para que conduzca? No creo poder hacerlo con Jennie así ㅡYeri asintió, y salió disparada a buscar al alfa encargado de conducir el auto de la familia, dejándolas solas. ㅡA ver amor, te voy a ayudar a cambiar. ¿Sí? Agárrate de mí, Jennie ㅡle indicó, y Jennie lo hizo.
Con cuidado, Rosé le sacó la ropa húmeda. La secó con una toalla, le colocó una ropa interior que le quedaba flojo y unos jogging que usualmente usaba para dormir.
ㅡ¿Rosé, Jihoon va a estar bien? ㅡpreguntó, con miedo en la voz la omega. Rosé la estaba llevando ya hacia el auto que iba a llevarlas al hospital.
ㅡPor supuesto, amor. Todo va a estar bien con Jihoon ㅡla tranquilizó, aunque, ciertamente, calma era lo menos que la alfa sentía en ese preciso momento, pero debía intentar calmar a su parejaㅡ Vas a ver, muy pronto vas a tenerlo en tus brazos, todo chiquito y hermoso. Como tú, omega ㅡla sostuvo más contra su cuerpo.
ㅡMe da miedo, porque... porque todavía faltaba para las treinta y ocho semanas ㅡdivagó. Rosé le cubrió la cabeza para que no se golpeara al entrar al auto. La ayudó a acomodarse, y Jennie tendió la cabeza hacia atrás cuando le llegó una contracción.
La hizo casi llorar, arrugó su rostro y se sostuvo la panza. Dio un pequeño grito que alteró a Rosé y a Joseph que ya estaba sentado en su lugar. La alfa rubia se apuró a entrar, dejando a un costado el bolso y concentrándose en la dolorosa omega.
ㅡTranquila, amor ㅡla voz de la alfa era temblorosa. El auto se comenzó a mover casi al instante, después de otro sollozo de la castaña. ㅡ Ya vamos a llegar, estamos yendo Jennie. Aguanta bebé, aguanta ㅡsusurró la mayor, rogándole a ambos.
ㅡRosé. Me duele, me duele ㅡsuspiraba y apretaba la mano de la alfa, clavando sus uñas, pero a la alfa no le importaba en absoluto. Con la mano libre, le frotaba el vientre y le susurraba palabras para tranquilizarla.
Jennie se calmó, cuando la contracción se relajó y pudo respirar con mayor tranquilidad. Sus ojos estaban llorosos y su cabello hecho un desastre. Rosé estaba pegada a su lado, mientras el otro alfa conducía hacia el hospital.
La usó un momento de calma, en donde solo se escuchaban resoplidos de la castaña, para mandar un mensaje a su madre y a Eunji, para que fueran directo al lugar y luego volvió su atención a la omega.
ㅡEstamos cerca, Jennie ㅡbesó los nudillos de la castaña, con delicadeza. Jennie se había tranquilizado, y el dolor la abandonó un momento. Rosé se inclinó hacia el vientre de la castaña y le susurró a su cachorroㅡ Bebé, mi amor... ya estamos llegando. A mamá le duele, quédate tranquilo, por favor ㅡy besó sobre la tela de la ropa.
Jennie la veía, con ojos chiquitos y el corazón colmado de emociones. Enterró sus dedos en el cabello de la alfa para llamar su atención, y Rosé la miró con ojos tiernos y llenos de amor. La omega tenía la boca pastosa.
ㅡMi alfa, la más buena... te amo ㅡle susurró. ㅡ Jihoon y yo te amamos. Siempre t-te digo lo mucho que nos ofreces y lo poco que tengo para ofrecerte, pero quiero que sepas ㅡRosé a ese punto estaba llorando, con un río que recorría su mejilla mientras negaba, ㅡ Lo mucho que cambiaste mi vida en estos meses, y por eso te amo...
ㅡNo... no Jennie ㅡhabló, con la voz atragantada. ㅡNo conviertas esto en una despedida, porque no lo es, amor. No te despidas, todo va a estar bien. Jihoon va a estar bien, tú también. ¡Hey! ㅡla llamó, cuando la vio cabizbaja, ㅡ Te prometo que vas a estar bien, y también te amo. Los amo, más que nada ㅡdeclaró, con voz suave y en un susurro.
Jennie asintió, dejando que Rosé la contenga y acaricie. Tuvo a penas contracciones el resto del camino, y poco tiempo después estaban entrando al estacionamiento del hospital. Estaba a penas lloviznando, y el cielo gris como siempre el Londres.
Rosé bajó corriendo, y dio la vuelta para ayudar a Jennie a bajar, y después agarró el bolso con la otra mano. Joseph las dejó justo en la puerta, así que no tuvieron que caminar mucho. Ni bien ingresaron, Rosé llamó a las enfermeras por lo alto y éstas aparecieron rápidamente con una silla de ruedas. La ayudó a sentarse, cayendo su cuerpo contra el cuero.
ㅡ¡Jennie! ㅡoyeron la voz de Yeji, que ya estaba en la sala de esperas antes de que ellas llegaran puesto que estaban más cerca.
ㅡ¡Hija! ㅡEunji también se acercó corriendo, cuando divisó a su hija. Tenía el rostro colorado y los ojos llorosos, también, ㅡ Mi bebé ¿está bien? ㅡinquirió, mirando a Rosé.
ㅡRompió bolsa antes de salir, y tuvo varias contracciones en el camino ㅡindicó. Una de las enfermeras asintió, y le preguntó quién era su obstetra, y Rosé se lo dijo. Otra enfermera indicó que la doctora no se encontraba en ese momento en el hospital, pero que se iban a comunicar con ella para que viniera lo antes posible. Rosé estaba histérica, y Jennie podía olerlo en su aroma. Buscó la mano de la alfa y la estrechó contra la suya.
ㅡVamos a llevar a prepararla para la cesárea. ㅡRosé asintió, besando a Jennie sin cuidado en los labios y murmurando que enseguida iría con ella. Yeji se quedó con la rubia, mientras debía hacer el ingreso de la omega. Eunji fue con su hija.
Antes de que Rosé terminara el ingreso de Jennie en la administración, Haneul y Doyun también llegaron. Cruzaron palabras con su hija, y esta se acercó a la habitación dónde estaba su omega. Encontró a Eunji afuera de la puerta, ya que no podía ingresar mientras le estaban haciendo las revisiones previas.
ㅡLa doctora de Jennie está en camino ㅡindicó ella, y Rosé suspiró. No quería que fuera otra persona quien llevase adelante el parto porque Jennie no se iba a sentir cómoda con alguien desconocido. ㅡNo vive lejos, en unos minutos está aquí, me lo dijo una de las enfermeras. Yo no pude entrar, la están revisando... ¿Crees que...? ㅡla alfa asintió, con las manos en la cintura.
Golpeó la puerta, a penas. Una de las enfermeras abrió y la reconoció.
ㅡOh, genial. Está pidiendo por su alfa, y es mejor que estés cerca todo el tiempo ㅡcomentó ella, mientras le daba lugar a Rosé para que ingresara, cerrando la puerta detrás de ella.
Jennie ya estaba con la ropa de hospital, mientras un doctor le hacía una ecografía para ver cómo estaba todo. Rosé gruñó ante el desconocido. No pudo evitarlo, cuando vio que su omega estaba con las piernas abiertas y desnuda en sus partes íntimas.
Al rededor de su vientre había una banda que medía los latidos del corazón del cachorro entre y durante las contracciones.
ㅡ¡Amor, llegaste! ㅡJennie sollozó. Rosé se colocó a su lado, sin dejar de mirar al médico desconocido, besando suavemente la frente de la castaña. Éste no se percató de la mirada asesina que la alfa le estaba dando.
ㅡBien ㅡdijo él, ㅡ Todo está bien. Hay un poco de presión arterial ㅡmiró el nombre en la planilla. ㅡSra. Kim. Debemos controlar eso, pero por lo demás estamos bien. Tengo entendido que están esperando a su obstetra ㅡambas asintieron, mientras el apagaba el monitor y ayudaba a Jennie a bajar cuidadosamente los pies. ㅡBien, mientras ella llega, vamos a preparar el quirófano para la cirugía. El corazón del bebé está funcionando perfectamente, ya lo hemos medido.
ㅡCuando esté todo listo, vendremos por ti ㅡamablemente dijo la enfermera, y todos se retiraron, ㅡah, cualquier cosa que necesiten...
ㅡSi, apretamos el botón. Gracias ㅡmurmuró la alfa, volviendo su atención a Jennie. Ella asintió, y también se fue.
ㅡRosé ㅡsusurró la omega. Rosé le tomó la mano y la llevó a sus labios.
Estaban en una habitación, con otra cama al lado. Cortinas blancas, un televisor empotrado en la pared, un mueble para ropas y no mucho más.
ㅡEstoy aquí amor, contigo ㅡprometió.
ㅡNo me dejes sola, alfa. Por favor ㅡrogó, y Rosé negó con la cabeza.
ㅡPor supuesto que no, nunca. Jamás ㅡ juró.
Jennie asintió, más segura que cuando estaban en el auto, ahora ya estaban siendo atendidas. Nada malo le iba a pasar a su cachorro por no llegar a tiempo, así que intentó calmar sus nervios como indicó el médico. Tenía a Rosé a su lado, y su familia estaba afuera. No estaba sola, no iba a dejar que los fantasmas de su pasado le acechen en ese momento especial y único. Iban a conocer a Jihoon, volverían a la casa que Rosé compró para ellos, iban a ser una hermosa y bonita familia, con mucho amor, y cariño porque su alfa era la mejor. Era buena y amorosa, y la amaba. A ella y al cachorro, y le prometió que nadie le iba a quitar a su bebé, no importaba si fuera omega, beta o alfa, se iba a quedar con ellas hasta que fuera mayor y quisiera hacer su vida solo, pero nadie lo iba a arrancar de sus brazos como hicieron con su madre cuando se la llevaron a ella. Jung-su iba a ir a prisión, y Rosé le prometió que le iba a amar sin importar nada, así que todo iba a estar bien, se dijo a sí misma y con ese pensamiento se relajó, sumado a los suaves toques de la mayor.
Se quedaron susurrando una a la otra, hasta que la conocida Doctora entró por la puerta. Ambas se exaltaron, un poquito. Ella les sonrió, como siempre hacía cuando las atendía.
ㅡBueno, bueno ㅡsu voz era suave y alegre. ㅡYa he leído el informe, así que estamos listas para conocer a Jihoon ¿Verdad? ㅡpreguntó, acercándose a ambas miedosas madres.
Ambas asintieron.
ㅡSi ㅡSusurró Jennie, más alegre de ver una cara conocida. Park era amable con ella siempre, y le explicaba todo.
ㅡGenial, porque ya estamos listas ㅡanunció, y ambas la miraron, ㅡme dijeron que el quirófano ya está esperando por Jennie, así que en minutos vienen a buscarte ㅡle habló a Jennieㅡ También me informaron lo de la presión alta. Vamos a tener más cuidado en eso, pero creo que vamos a estar bien ㅡlas tranquilizó.
ㅡ¿Puedo entrar con ella? ㅡpreguntó Rosé. La doctora parpadeó.
ㅡPor supuesto que sí, solamente hay que desinfectarse a la perfección ㅡle informó. ㅡ¿Estás de acuerdo con eso Jennie?
ㅡSi ㅡdijo instantáneamenteㅡ Quiero que Rosé esté conmigo... ¿Yo voy a estar dormida? ㅡpreguntó, vacilante.
Ella negó.
ㅡNo se procede a una anestesia total a menos que sea necesario ㅡcomentó ella, tocando el vientre de Jennie para ver la posición del bebé, controlando el informe de la máquina que medía los latidos de corazónㅡ Va a ser anestesia local, así que vas a estar despierta. Vas a escuchar el llanto de tu cachorro, es hermoso ㅡle prometió. Jennie le sonrió a Rosé, y era la mejor maldita sonrisa de todas.
ㅡVes, todo va a estar bien ㅡle susurró la alfa.
Las enfermeras llegaron enseguida, llevándose a Jennie en una camilla, siendo seguida de cerca por Rosé. Fuera, se encontró con toda la familia, sumado a sus amigas en el pasillo.
ㅡVamos a estar aquí, esperándolas mi amor ㅡle prometió Eunji.
ㅡMás te vale volver saltando en una pierna ㅡla amenazó Yeji, y besó la frente de su hermana. Jennie se lo prometió, entre lágrimas.
Los demás también susurraron algunas palabras de aliento. La enfermera le indicó a Rosé donde debía ir a cambiarse, y lavarse. Había alguien que le enseñó, lavando con desinfectante manos y brazos. Colocándose cofia, guantes y ropa de color azul.
Estaba más que nerviosa. A solo minutos de ver a su cachorro, no podía estar más ansiosa porque era imposible.
Llegó acompañada de un enfermo hasta el quirófano. Jennie ya estaba allí. La habían cambiado de camilla, había gente a su alrededor hablando e indicando cosas en las pantallas a los lados de la omega. Rosé se acercó a su chica, y le besó la cabeza. Había una tela que dividía el abdomen superior e inferior, así que ellas no podían ver lo que los doctores hacían, sólo oían murmullos de voces. Ya le habían colocado la anestesia, así que ya estaban prácticamente listos.
ㅡEsperemos que no tengamos que atender a la madre alfa ㅡrio una de las chicas. Rosé gruñó.
ㅡSí ㅡdijo otra. ㅡSi se desmaya, la dejamos a un costado ㅡbromeó, y Jennie apretó los labios para no reír por la cara de su alfa, que estaba roja como un tomate.
Todos rieron un poquito, para liberar el ambiente de la tensión. La alfa vio a Jennie intentando no reírse, y besó su nariz.
ㅡAquí vamos ㅡanunció la médica de ellas, comenzando con la cirugía una vez estuvo todo perfectamente preparado.
Rosé se concentró en que Jennie la viera a ella, a sus ojos. Tratando de transmitir tranquilidad a través del lazo. Las voces se hicieron murmullos, los pitidos de las máquinas llenaban el ambiente.
Jennie respiraba más rápido por momentos, dando profundas inhalaciones y Rosé sosteniendo su mano sin dejar de verla nunca. Besó su mejilla, aún con el barbijo puesto y susurró algo que la omega no alcanzó a oír.
Todo era como en una película, creyó Rosé. Las máquinas, y ellas en medio del lugar. Jennie apretó su mano con más fuerza. La oía respirar más profundo.
Pasaron un par de minutos y oyeron la voz de alguien que no identificaron.
ㅡAhí viene, ahí viene ㅡanunció, y segundos después escucharon un estrepitoso llanto que inundó el lugar por completo. ㅡEs un niño ㅡanunció.
Rosé miró a Jennie, y esta estaba llorando de igual manera que ella.
«El llanto de la vida» pensó Rosé. La alfa levantó la vista, y alguien apareció con un hermoso bebé rosado y llorón en sus brazos. Jihoon lloraba con fuerza, con todos sus pulmones, lloraba con todo el rostro aún manchado y el cabello pegado, con sus manitos apretadas en un pequeño puño mientras temblaba. Sus ojitos cerrados con fuerza, y todo colorado por la intensidad del llanto, su pecho pequeño subiendo y bajando en respiraciones cortas.
ㅡAquí está el niño ㅡindicó ella, bajo la atenta mirada de Jennie que abrió grandes sus hermosos ojos, mientras contenía la respiración de igual manera que Rosé lo estaba haciendo.
Lo colocó en el pecho de la omega, piel desnuda contra piel desnuda.
ㅡEs muy chiquito ㅡmurmuró Jennie, y lo sostuvo levantando la cabeza para poder verlo. Jihoon era hermoso. Hermoso y chiquito, pero era suyo. Ella lo creó, y era lo mejor que había hecho en toda su vida. El cachorro se calmó de inmediato, cuando sintió el calor conocido y los latidos del corazón con los que había vivido todo este tiempo.
Pasaron unos segundos, en que Rosé solamente tenía ojos para el cachorro. Lo miró con todo el amor que tenía, y que no le cabía en el pecho.
ㅡSe parece mucho a ti, Jenn ㅡsusurró. Pero Jennie no le contestó.
Rosé la miró, y Jennie había tirado la cabeza hacia un costado. Frunció el ceño, porque tenía los ojos cerrados, y entonces fue que miró a la enfermera a su lado y el mundo volvió a cobrar sentido.
Las máquinas se volvieron locas de un segundo para otro, las voces se alzaron y la enfermera rápidamente tomó a Jihoon de los flojos brazos de Jennie. Rosé no podía procesar lo que estaba sucediendo.
ㅡRápido, que la lleven afuera ㅡpidió alguien, y pronto Rosé fue tomada del brazo y jalada hacia afuera, dejando a una desvanecida Jennie sola y sin ella.
Salieron justo fuera del quirófano.
ㅡ¿Q-Qué? ㅡmurmuró, todavía perdida en la rapidez con la que había sucedido todo.
ㅡAlguien va a salir a explicarle enseguida, no se preocupe ㅡy volvió a desaparecer por donde habían venido. Rosé no podía respirar, literalmente.
Los minutos más largos de su vida fueron hasta que alguien apareció por la puerta, con guantes y la ropa manchada de sangre.
«La sangre de Jennie» pensó.
Era la médica de cabecera suya.
ㅡJennie está sufriendo un pico de presión en este momento ㅡanuncióㅡ La estamos tratando de estabilizar.
Rosé solo se derrumbó en ese momento.
falta poco para la culminación de esta bella adap y simplemente no puedo 😭💔
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