dieciocho
Pasó un latido.
ㅡ¿Mamá? ㅡSusurró la omega. La voz se le atoraba en la garganta, le ardía. Le quemaba por todos esos años alejada.
Eunji llevó la mano a su boca. Miró a su hija que estaba a su lado en la puerta y luego a su hija menor. Parpadeó.
¿Se encontraba frente a una visión? Una que había soñado por años...
ㅡ¿Jennie? ㅡLa vista se le nublo gracias a las lágrimas. Las piernas se le aflojaron, y sintió que la gravedad hacía efecto en ella.
ㅡ¡Mamá! ㅡYeji la sostuvo, y Jennie dudó si debía acercarse o no. Rosé la sostenía por detrás mientras Jennie estaba llorando, silenciosamente.
ㅡMi hija, mi hija ㅡbalbuceó la mujer, sosteniéndose por la puerta. ㅡMi bebé, mi chiquita ㅡsu voz era estrangulada, débil. Extendió sus brazos, mientras su hija mayor la sostenía por la cintura.
ㅡVe, amor ㅡsusurró Rosé, detrás de su omega. Jennie estaba tiesa. Vaciló un instante, y se abalanzó a los brazos de su madre. Ansiosa.
Esos que tanto había añorado día y noche. Sin siquiera darse cuenta, ambas estaban sumergidas en un mar de llantos, y abrazos por todos lados. Ojos que se buscaban y encontraban, necesidad de madre e hija. Una madre y su eterna cachorra.
ㅡMamá, mamá ㅡlloriqueo, y es que Jennie era como una bebé grande cuando estaba sentimental.
Detrás, Rosé contenía el llanto en su garganta. Veía, con sus ojos brillantes, una de las escenas más tiernas, alegres y dolorosas, todo junto a la vez. Jennie era una niña pequeña en brazos de su madre, nuevamente, de dónde no tuvo que haber sido arrancada.
ㅡ¡Oh, mi bebé! Estás aquí, estás aquí ㅡchilló, acariciando el cabello de su hija. Estaba más grande, mucho más largo que la última vez que la vio. ㅡYeji, es Jennie. Es Jennie ㅡmurmuró, sin soltar a la menor y mirando de reojo a su hija.
Ella le acarició la espalda, con suavidad y ternura.
ㅡLo sé, mamá. Te dije que la iba a encontrar, cueste lo que cueste ㅡsonrió a su pequeña familia. Nuevamente juntas. ㅡTe lo prometí, y aquí está ㅡcarraspeó, intentando contener el llanto.
Eunji asintió, todavía con los ojos húmedos y Jennie mirándola a los ojos.
ㅡMi pequeña cachorra ㅡmurmuró ella, viendo a los ojos cafés a los cuales vio nacer. ㅡMi chiquita ¡Estás en espera! Yo no-no lo puedo creer ㅡmiró con premura el vientre de Jennie. Llevaba solo un suéter.
ㅡEs mejor que entremos ㅡsugirió Yeji. ㅡJennie no puede pasar frío en este momento.
ㅡMamá ㅡmasculló Jennie. Se le había olvidado cómo pronunciar esa palabra en voz alta. ㅡElla... ella es Rosé. Es mi alfa ㅡmurmuró, indicando hacia la alfa, detrás de ellas.
La omega le dio una mirada. Jennie se movió de ella a los brazos de su alfa.
ㅡUn gus- ㅡRosé no pudo finalizar. La mujer las había abrazado a ambas, con fuerza y cariño.
ㅡGracias, gracias, por traerme a mi hija de vuelta ㅡsollozó la mujer. Rosé le acarició la espalda.
Quien tenía que agradecer era ella, por haber dado a luz a la persona que cambió su vida por completo. Rosé hizo un sonido estrangulado con la garganta, no podía, literalmente no podía hablar. Miró a su chica, y tenía la felicidad rasgada en el rostro y no había otra cosa que deseara más para ella.
ㅡGracias, señora ㅡtragó saliva. Eunji se separó.
ㅡOh, dime Eunji. Por favor, querida ㅡcomentó, limpiándose las lágrimas de los ojos. ㅡEntren, vamos, entren ㅡmurmuró la omega mayor.
La noche ya había caído sobre ellas, y el par de minutos que llevaban ahí afuera, se sentían como horas. Las hizo pasar a las tres, la casa era pequeña pero acogedora. La mayor se apresuró a invitarles té, para quitar el frío y las tres aceptaron. La pareja se sentó junta, en un sofá en forma de L, y Yeji en una silla aparte. Conversaron hasta que la mujer mayor volvió, y les sirvió a cada una una taza de té con galletitas.
Jennie tenía hambre. Eunji sonrió, su pequeña estaba igual que siempre. Hermosa.
ㅡDisculpa, tengo hambre ㅡse excusó la menor, y las tres rieron. Su madre acunó su rostro, ya que estaba sentada cerca de ellas.
ㅡTodo para ti, mi amor ㅡmurmuró, con ojos brillantes. ㅡQuiero saber todo, todo. Te extrañé, te lloré todos los días Jennie. Necesitaba verte de nuevo, tan mal... ¿De cuánto estás? ¡No puedo creer, voy a ser abuela! ㅡHabló rápido, no podía dejar de hacerlo.
Jennie tomó las manos de su madre entre las suyas. Rio, reconociendo la piel de la mujer.
El lugar era cálido, la calefacción estaba encendida.
ㅡSon muchos años para contarlos en tan poco tiempo ㅡmurmuró la menor. Miró a su alfa, y sonrió tan lindo que Rosé sintió mariposas en su estómago. La abrazó gentilmente. ㅡEn resumen, pasé los peores años de mi vida, pero también llevo viviendo los mejores meses de todos, desde que conocí a Rosé ㅡllevó una de sus manos, hacia las de Rosé que estaban en su muslo. ㅡMe dio el amor que me faltó el último tiempo, de sobra... ㅡSus ojitos brillaban, y miró de nuevo a su mamá. ㅡEstoy de veinte semanas, y estamos esperando un niño, madre ㅡcontó con ilusión.
Eunji tragó un gemido.
ㅡUn niño ㅡrepitió, completamente asombrada y emocionada. ㅡEso es simplemente hermoso, cariño. Hermoso ㅡtragó saliva, y se sintió apenada. ㅡPerdón. Perdón por todo lo que tuviste que pasar, te lo juro Jennie... no, no hubo un día en que yo-
La castaña negó enseguida, no podía dejar que ella se echara la culpa de todo lo que había sucedido en el pasado.
ㅡNo, no mamá ㅡsuplicó, no pudiendo soportar ver triste a su madre. ㅡNecesito dejar el pasado atrás, no me pidas perdón. No fue tu culpa, en serio. Lo que sucedió... necesito olvidar. Ahora tengo un presente hermoso y un futuro mejor aún, y las quiero a las dos. Ahí, conmigo ㅡmiró a Rosé, y esta asintió. Le besó tierno la sien. ㅡCon nosotros, nuestra familia.
Ambas mujeres asintieron.
ㅡPor supuesto que sí, por supuesto. No me quiero perder nada más, no lo soportaría ㅡmurmuró, mirando a la pareja. Sonrió, la ternura zumba en su cuerpo.
ㅡPero, quiero saber que... que pasó con... ㅡNo quería pronunciar su nombre. Eunji pareció estremecerse de repente.
ㅡEntiendo, mi cachorra. Entiendo que lo necesites para cerrar amor ㅡcarraspeó. Cerró los ojos, y se llevó la mano a dónde estaba su marca. ㅡEl murió, tiempo después de... de lo que te hizo. Cayó enfermo. No se pudo hacer nada, y yo no lo hubiera hecho de todos modos. Nuestro lazo se rompió el día que desperté y no tenía más a mi bebé conmigo. Creí que me iba a morir, creí no lo iba a soportar Jennie. Pero lo hice ㅡdijo, fuerte y de repente. ㅡPor ti. Por tu hermana. No me podía ir sin haberte visto una vez más, y eso me mantuvo con vida. Cuando él murió, la liberación también llegó para mí, quedé libre y juré nunca volver a enlazarme con nadie más. Ahora lo único que me importa son ustedes, y mi nieto en camino.
Jennie asintió, con un nudo en la garganta. No porque su padre hubiese muerto, sino porque su madre también vivió un calvario estos años, justo como ella. Un miedo insensato se instaló en ella, pensando en que alguien le quitara a su hijo. No sabría si podría sobrevivir a algo como eso. Por eso, admiraba mucho a su madre.
ㅡNo quiero decir que me alegro ㅡmurmuró Jennie, no sabiendo qué más decir. ㅡPero un poco lo hago.
Y todas se rieron un poco con eso. La tensión se rompió luego de eso.
Jennie necesita saber para terminar con ese círculo oscuro de su pasado.
Eunji ofreció hacer una cena tardía, y todas aceptaron, aunque la hora ya hubiera pasado un poco. No iba a permitir que su hija y nieto fueran a la cama con hambre, de ninguna manera.
Rosé y Jennie cenaron sentadas una al lado de la otra. La mano de la alfa sosteniendo la de la omega. Hasta podía oler en Jennie su felicidad, su aroma más dulce y suave, sus ojos brillosos, su sonrisa más grande y sincera, la mirada que vagaba por el rostro de su madre, como si la estuviera esculpiendo en su mente para no volver a olvidarla.
Luego de la cena, decidieron quedarse a dormir puesto que el viaje de vuelta era largo. Ambas estaban cansadas, a parte.
Eunji venía a su hija con ojos cristalinos. En su interior, seguía siendo esa niña que le fue arrebatada de sus brazos, sus facciones se habían endurecido tan solo un poco, y realmente le sorprendió verla embarazada, pero después de presenciar la forma en que Rosé la trataba estaba segura de que sería una buena alfa para su hija.
No podía creerlo. Años soñando con volver a verla, tocarla y olerla. Su aroma había cambiado un poco, se mezclaba con el del cachorro y el de la alfa, pero la esencia seguía siendo la misma. Siempre seguiría siendo su pequeña cachorra, no importa el tiempo que transcurra.
Rosé ayudó a Jennie a desvestirse, y le colocó sus típicas ropas para dormir, con sumo cuidado y amor. La arropó contra su cuerpo y las tapó a ambas.
Hizo un camino de besos por la línea detrás de su oreja, llegando su mejilla y luego sus labios. Dulces y suaves como siempre, tocándole por debajo de la remera de delicadeza, sin ninguna otra intención más que hacerle sentir su cariño y amor, como cada noche que iban a dormir juntas. Masajeó la piel, y se dedicó a besar con suavidad su marca en el cuello de la omega.
Jennie se relajó.
ㅡAlfa ㅡmurmuró la menor. La calidez de la alfa era transmitida desde el pecho a su espalda. Jennie giró, mirando al techo.
ㅡHmm ㅡSusurró la mayor, acomodando el cabello de la castaña detrás de su oreja. ㅡMi omega. Mi hermosa omega.
Jennie sonrió, pero ello no duró demasiado. Rosé se preocupó. Frunció el ceño, pero dejó que la menor hablara. Como siempre lo hacía, puesto que era un día especial, con muchas emociones nuevas, y encontradas. Mucho para procesar y asimilar, no todos los días uno recupera su familia luego de años de haberlos perdido.
ㅡ¿Amarás a nuestro cachorro sea lo que sea, verdad? ㅡPreguntó de repente. Rosé se quedó quieta. Jennie aclaró su garganta. ㅡDigo, no importa si es alfa, beta u omega ¿No? No quiero que nadie me saque mi bebé por ello, Rosé ㅡsu voz era pastosa. Estaba conteniendo el llanto.
ㅡMi amor, mi Omega ㅡsusurró, con ternura y acariciando el costado de la omega. ㅡ¿Me puedes mirar por favor, chiquita? Yo los amo con toda mi alma, jamás te alejaría de tu hijo. Nunca. Ya los amo, no importa qué sea Jennie ㅡJennie la miraba, y asentía. Por supuesto que sabía que Rosé jamás haría lo mismo que su padre. Por supuesto que sabía que nunca la separaría de su hijo, y que no importaba que casta fuera, pero es que la mente juega malas pasadas y la omega necesitaba una confirmación constante de que nada sería como lo que ella tuvo que vivir. ㅡSon el amor de mi vida, Jennie. Daría mi vida. Mi vida por ustedes, no lo dudes nunca, omega.
Sus narices se tocaban a penas, y respiraban el mismo aire. Estaban en la habitación de Eunji. Ella se los cedió, para que estuvieran más cómodas mientras ella se quedaba en la de huéspedes. Era lo mínimo que podía hacer.
ㅡYo lo sé, alfa. Se que no eres como el, pero es que tengo ese miedo. Justo aquí ㅡindicó en su pecho. ㅡDe que todo se vuelva a repetir. Pero no, sé que no. Tú no eres el. No eres ellos, Rosé. Lo sé. Lo siento. Te amo, alfa. Eres el amor de mi vida ㅡsusurró a penas. Rosé sonrió, con el corazón derretido ante esta hermosa chica.
ㅡLos amo. Los amo tanto ㅡrepitió. Jennie no necesitó más, sabía la sinceridad en las palabras de Rosé.
Colocó sus manos sobre el vientre de Jennie, y su cachorro dio un pequeño movimiento que tuvo a las dos varios minutos con una sonrisa como tontas, esperando a volver a sentir otra. Pasado unos minutos lo sintieron nuevamente, y la alfa besó a la menor con ternura, agradeciéndole por lo hermoso que estaban viviendo.
Rosé se durmió enseguida después de eso, pero Jennie más bien no pudo hacerlo. Por más que estuviera en los brazos de su alfa.
Cuando la noche había entrado bastante, y Jennie sentía la respiración suave de la alfa en su cuello, y su agarre era flojo, se escurrió de los brazos de la mayor. La miró cuando ya estaba parada delante de la cama, y sonrió. Tenía la mejor de los alfas, estaba segura de ello.
Caminó, despacio, en la oscuridad. Tenía las pantuflas que le gustaban y que Rosé las había traído para ella. Llegó hasta la puerta de la pieza donde estaba su madre, y ésta estaba entreabierta. Despacio, entró. La cerró sin hacer ruido. Todo estaba en silencio, y en penumbras.
Eunji reposaba en cama, a un costado del lugar. Jennie dudo un segundo, pero luego vio como las mantas se movían y daba lugar a que se acostara al lado de su madre.
Jennie sonrió.
Apuró el paso, e ingresó en ese tibio lugarcito. Quedó frente a frente con su madre, y ella le besó la frente, colocando una mano cálida en su hinchado vientre.
ㅡTe he estado esperando, mi pequeña omega ㅡsu voz en un susurró. Jennie sonrió, emocionada por las palabras de su madre. ㅡSiempre venías en las madrugadas cuando no podías dormir o tenías pesadillas. Siempre lo hacías amor, cuando eras a penas una cachorra. Sabía que vendrías a mí, mi hermosa hija ㅡJennie dedujo que Eunji no estaba hablando solamente de esa noche, sino de la vida. Que Jennie volvería a ella.
Jennie se limpió una lágrima, y se acercó tanto como pudo al cuerpo de su madre.
ㅡNecesitaba hablar contigo, ma ㅡsuspiró, años de aire contenido en sus pulmones. ㅡTe necesité tanto tiempo. Todos estos años, pensé en ti. Y en Yeji.
Ella envolvió sus brazos alrededor de la castaña. Su calor cobijando su cachorra, como tantos años atrás.
ㅡSoy todo oídos, amor ㅡpropuso Eunji, tal como cuando era pequeña, se acomodó bien cerca de su madre.
Ambas. Madre e hija hablaron hasta que el sol empezó a salir y mostrar su luz. En la intimidad de la oscuridad y en la pequeñez de esa cama, en brazos de su madre, Jennie se rompió innumerables veces, y dejó escapar aún más lágrimas. Habló. Hablaron de todo, todo lo que se perdieron en estos años, en susurros secretos que quedarán entre ambos cuerpos con la oscuridad como única testigo.
Jennie se dejó arropar, se dejó calmar y sanar frente a ella. Era todo lo que necesito en años, su aroma. Su exquisito aroma, sus consejos y dulce amor emanando desde sus poros. Cuando el día empezaba a nacer, la omega volvió a la cama con su alfa, más liviana y con el corazón un poco más enmendado.
ㅡMhm ㅡmurmuró la alfa. ㅡTe extrañé, omega ㅡJennie sonrió.
ㅡYo también, mi alfa.
Durmieron lo que quedaba de horas, como siempre lo habían hecho.
Salieron de vuelta después del mediodía. Eunji prometió que iba a mudarse lo antes posible a Seúl. Ahora que había recobrado a su hija, no quería estar lejos y perderse el embarazo de la castaña, y menos la llegada de su nieto. La pareja estuvo más que de acuerdo, por supuesto. A Jennie le hacía ilusión tener a su mamá y hermana más cerca.
Lo primero que Rosé hizo al llegar, fue usar sus contactos para eliminar la publicación de la revista donde ellas salían, aunque temía que fuera un poco tarde y que otra persona ya lo hubiera visto.
···
Jennie y Rosé estaban volviendo de la visita a su médica, sólo habían ido por control. La omega ya estaba pasando los seis meses y medio de embarazo, o veintiséis semanas.
La omega llevaba en sus manos la ecografía dónde se lo podía ver más detalladamente. Era en cuatro dimensiones.
ㅡ¡Mira, se ven sus manitos, alfa! Y su carita hermosa ㅡchilló, señalando la imagen con apuro. Rosé sonrió, porque ya la habían visto por completo desde que salieron del hospital.
A ese estadio, el cachorro se ubicaba en posición fetal y ya se podían distinguir rasgos menores como sus deditos, su nariz y demás. Se movía más, y Jennie estaba cada día más cansada. Más pesada. Le dolía la espalda, y los pies. Le costaba dormir por las noches, y la alfa se dedicaba a frotar su espalda baja.
La pareja decidió quedarse por más tiempo en su casa familiar, y por ello Rosé quiso armar otro nido similar al del penthouse, lugar donde Eunji y Yeji estaban viviendo, y dónde iban de visita cada tanto. Rosé sugirió que podía comprarse una casa para ellas, cuando el bebé naciera. Uno que fuera su hogar, y dónde podrían criar a sus hijos, puesto que ya habían dicho que querían tener más.
ㅡEs hermoso, como tú ㅡmurmuró la alfa. Jennie le sonrió.
Entraron al garaje de la casa familiar Park y Rosé ayudó a Jennie a bajar del auto, y subieron las escaleras al ritmo de la omega puesto que su panza era más grande y prominente.
Lo que Jennie ni Rosé se dieron cuenta, era del auto de color oscuro que las había seguido todo el camino desde el hospital hasta su casa.
bueno, es momento de empezar a rezar juntos hermanxs 🙏🏿😭 (se vienen cositas 😭)
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