diecinueve
Jisoo suspiró, tranquila en el hombro de la alfa pelinegra. Jugó con el suave cabello negro, haciendo pequeños rulos con sus dedos.
Estaban en la misma habitación de siempre, con la iluminación habitual y todos los aromas flotando en el aire.
Lisa, como todas las veces, hundía su nariz en el cabello de la omega para llenarse sólo de su aroma y dejar los demás fuera de su sistema. Gruñó, cuando la chica se movió en su lugar intentando salir de los brazos de la alfa.
ㅡMmm, mía. ㅡgruñó posesiva al oído. Los muslos de la alfa se movían debajo de Jisoo. Se dejó caer de nuevo.
ㅡSí. Tuya, pero me tengo que bañar alfa ㅡmurmuró. Sonrió cuando la alfa mordisqueo su orejaㅡ. Pronto tendré más clientes, y me debo preparar, Lili.
La alfa negó. No quería soltarla.
ㅡPagaré otro turno ㅡmurmuró, sobre la cabeza de la chica. Afianzó su agarreㅡ. Por favor, no. Quédate, Omega.
Hacía ya varios meses que Lisa y Jisoo tenían encuentros que nada que tenía que ver con una relación de -cliente y contratado-. La alfa venía todas las semanas, y se quedaba por lo general toda la noche con la omega, y a está al principio le parecía un tanto extraño. La primera noche, tuvieron sexo pero la alfa en lugar de irse, luego, sin darles siquiera una mirada a la castaña, se quedó. Le pidió dormír con ella, y eso le sorprendió porque la mayoría solo buscaba saciarse las ganas y luego desaparecer. Era lo común, lo que todos hacían después de usar los cuerpos que allí habitaban.
Las noches venideras, ni siquiera había intento de intimidad sino simplemente hablar o dormir una abrazada a la otra. Jisoo pensó que la alfa lo hacía porque simplemente estaba sola, y no tenía a nadie más que le acompañase pero todo cambió cuando Lisa le pidió que se fuera con ella, una de esas noches en las que la luna era eterna ahí fuera, que dejara ese lugar y que fuera solamente suya, en todos los sentidos.
Jisoo casi se desmaya ante aquel pedido. Por supuesto no aceptó. No podía. Luego llegó la fiesta de Park Enterprise y Lisa ofreció pagarle por todas las horas para que la acompañara, pero la omega se negó a cobrar la parte que le correspondía por ese tiempo. Como a todos los que estaban ahí, en ese Burdel, una parte era para los dueños del lugar y sólo le pidió el dinero necesario para no tener problemas, porque sí los podía tener. Y muy grandes. Había visto muchos omegas tenerlos a causas de alfas molestos.
Para ese entonces, Lisa ya se había propuesto todas y cada una de las veces ir a verla, y a Jisoo le costaba cada vez más decirle que no, por más que desease lo contrario. La alfa argumentó que era su alma gemela, y Jisoo ya estaba seguro que ella era la suya también.
Pero no podía. Simplemente no podía irse.
ㅡVen conmigo ㅡsuplicó la alfa, con ojos grandes y oscuros. Brillantes y suplicantesㅡ. No quiero...no te quiero más aquí. No más clientes, por favor Jis ㅡsusurró, poniendo en palabras su más profundo miedoㅡ. Me muero por pensar que no me quieres. Que no sientes lo mismo que yo.
ㅡNo, no, no, Lisa ㅡse apresuró a decir, acunando el rostro de la pelinegraㅡ. Yo sí te quiero, alfa. Te quiero, pero no puedo irme. No puedo.
ㅡYa te lo dije, ven conmigo. Vamos a solucionar todo, tu familia...lo que sea que te detenga en éste lugar, omega.
ㅡMi familia depende de mi, Lili.ㅡle dijo, con voz cansadaㅡ. Mi padre omega está postrado en una cama, con un lazo roto y dejándose morir. Tengo tres hermanitos a los que mantener, simplemente no puedo...dejar todo.
Lisa iba a hablar, pero tenía el corazón roto por la historia de Jisoo. Era la primera vez en meses que la omega le contaba el por qué estaba ahí, sabía que no era como la de Jennie, que había estado por obligación. Que no tenía alguien que la manejara, y era por eso que no entendía por qué Jisoo no quería o no podía dejar ese inmundo lugar.
Para cuando iba a hablar, una voz le llegó a los oídos a ambos.
ㅡMaldita Park.ㅡLisa se sentó de repente, afinando el oídoㅡ. No se despega de la maldita omega. Es como una sanguijuela ¡Necesito a esa idiota! ¿La has seguido? ㅡoyeron otra vez que murmurabaㅡ. No me importa cuánto nos lleve. Jennie vendrá conmigo. Yo pagué por ella, es mía. Si la muy bastarda piensa que por estar marcada se va a salvar pues está equivocada. Vendrá con su dueño, donde pertenece, y no me importa si muere por culpa del lazo.
Jisoo tuvo que vomitar en el costado de la cama.
···
Jennie suspiraba despacito. Su cuerpo se mecía con cada pequeña estocada proporcionada por su alfa. Las manos de Rosé la sostenían con posesión por la cintura y sus labios presionados contra la marca.
Sentía el pecho sudoroso de la mayor pegada a su espalda, y también como corría su corazón con fuerza mientras el miembro, grande y grueso, entraba y salía de su agujero húmedo. Intentaban hacer el menor ruido posible, puesto que no estaban solas. Si bien las demás habitaciones estaban un tanto retiradas, Jennie se moría de la vergüenza si alguien las oía tener relaciones.
ㅡTe sientes tan bien, bebé ㅡmurmuró, sobre el oído de la omega, gimiendo bajito, pero incontrolable de todos modos. El interior de su omega era la gloria misma. ㅡTan linda, tan buena. Me encantas, me encantas...
Jennie gimió ante el elogio. Le gustaba mucho cuando lo hacía, y hasta le excitaba cuando estaban teniendo sexo y le hablaba con esa voz ronca justo en su oído, le parecía de lo más sexy y excitante.
ㅡAhí, alfa... ahí ㅡse tuvo que morder el labio inferior para no gemir tan alto, cuando Rosé tocó su punto g.
Sus cuerpos estaban sudados, y la piel hacía ruido húmedo al chocar y despegarse, una y otra vez.
ㅡMía, mía ㅡmurmuraba la alfa, con voz agitada. Sus manos tocando todo lo que podía.
Rosé estaba pegada a la espalda de la omega, y Jennie apoyada en su castaño puesto que era la única forma en la que Rosé accedía a hacer el amor porque tenía miedo de que la omega hiciera fuerza y algo saliera mal.
Extendió sus manos, pasó una por debajo del cuerpo de Jennie y masajeo su clítoris y con la otra tiraba la pierna más arriba para encontrar un nuevo ángulo.
Jennie chilló de gusto.
En el instante en que su nudo la dejó dentro de la omega, volvió a reabrir la marca a penas cicatrizada. Hundió sus colmillos en suave piel, y ahí Jennie llegó al orgasmo con un sollozo ahogado y silencioso. Al mismo momento, Rosé la llenaba con su semilla, caliente y abundante.
La omega ya estaba acostumbrada a que su marca fuera reabierta. A Rosé le gusta hacerlo cada vez que anudaba o a veces cuando notaba a Jennie ansiosa por algo. Y a la menor le gustaba la sensación, como el vínculo se hacía más fuerte cada vez, y ese algo que le hacía sentirse cuidada, querida y tranquila, que abundaba en su cuerpo mientras la alfa curaba con su saliva la nueva herida.
ㅡTranquila amor, ya va a bajar ㅡprometió Rosé, pasando su lengua por los dos pequeños orificios en la piel de Jennie. ㅡ¿Te encuentras bien, Jen?
ㅡHmm ㅡmurmuró. ㅡMejor que nunca, alfa ㅡRosé sonrió, abrazando su cintura con ternura, porque Jennie siempre se sentía así luego una sesión íntima.
ㅡYa no debe faltar mucho ㅡya no se encontraba derramándose en el interior de la castaña, así que solo debía bajar la hinchazón.
ㅡAlfa ㅡsusurró la menor. Rosé hizo un pequeño sonido para darle a entender que la estaba escuchando, acariciando su muslo desnudo. ㅡNo hemos pensado en un nombre para el cachorro.
Hizo un sonido bajito, cuando Rosé salió de su interior. Le besó el hombro y las limpio a ambas con toallitas de papel que tenía a mano para esos momentos. Luego irían a bañarse juntas.
ㅡNo, es cierto ㅡmurmuró, y la ayudo a girar sobre su espalda. Su vientre prominente se movió un poco. Jennie era un desastre hermoso en momentos como éste, con su cabello revuelto, su frente mojada por el sudor y la piel brillante, sus ojitos cansados. ㅡPensé que querrías elegirlo tu sola ㅡdijo sin acusación en su voz, se encogió de hombros y puso su mano con delicadeza en la zona baja del vientre y limpió con dedicación.
Jennie frunció el ceño.
ㅡ¿Por qué querría hacerlo sola? ㅡInquirió. Rosé la miró vacilante.
ㅡNo lo sé, como no me habías dicho nada ㅡmurmuró la mayor. ㅡPensé que era algo que querías decidir tú, nada más.
Jennie chasqueó la lengua. Giró a penas, y su estómago chocó contra el plano abdomen de Rosé. Sonrieron al mismo tiempo.
ㅡPero yo quiero compartir todo contigo, amor ㅡsusurró la menor, tomando con amor el rostro de su alfa. ㅡNo hay nada que no quiera compartir o hacerlo yo sola, tonta. Tengo muchas ganas de que lo elijamos juntas ㅡsu voz era un susurro. La habitación casi por completa a oscuras.
Rosé sonrió más grande.
ㅡ¿En serio, Jen? ㅡPreguntó ilusionada. ㅡPorque está bien si-
ㅡSh, no seas una alfa boba. Claro que sí, quiero. Y mucho ㅡremarcó la palabra. ㅡQuiero todo contigo Rosé, estamos juntas en todo... ¿O no es así? ㅡGuió su mano hasta la cadera de la mayor, y acarició el hueso que sobresalía con delicadeza.
A Rosé le dio piel de gallina, pero asintió.
ㅡTodo lo que tú haces, para mí es un regalo ㅡmurmuró, besando los labios dulces de Jennie, cepilló contra los suyos. ㅡ¿Pensaste en alguno, quizás?
La omega sentía la voz tomada de Rosé, pero no comentó nada. La alfa se emocionaba todo el tiempo por cualquier cosa referida al cachorro y ella ciertamente también.
Jennie pensó a la pregunta de la alfa. A decir verdad, no había pensado en ninguno todavía, así que dijo solamente los que se vinieron a la mente.
ㅡSeojun, Minho, Minjun ㅡenumeró. Rosé pensó.
ㅡBat, Jake ㅡsugirió.
Jennie negó.
ㅡParecen nombre de mascotas, Rosé ㅡambas rieron por eso. ㅡNo quiero que a nuestro bebé le hagan bullying por su nombre.
Rosé besó su frente.
ㅡNadie le va a hacer bullying por nada, bebé ㅡle aseguró, y la omega se relajó. ㅡJihoon, Kangdaeㅡvolvió a sugerir.
ㅡJihoon me gusta, y también Jaesungㅡmurmuró. Rosé parpadeó.
ㅡJihoon es lindo, me gusta ese ㅡsonrió. Rosé iluminó su rostro. Acarició su vientre, y ambas lo miraron.
ㅡ¿Jihoon? ㅡpreguntó, tocándose la piel estirada. ㅡ¿Te gusta ese nombre bebé? Lo eligió tu mami para ti ㅡmurmuró. Rosé tenía los ojos brillantes.
ㅡYo creo que le gusta ㅡsusurró en voz quieta. ㅡ¿A ti te gusta, omega? ㅡPreguntó, la hermosa sonrisa de Jennie.
ㅡMhm ㅡmurmuró la cansada omega. ㅡMe encanta. Nuestro cachorro, Jihoon
Rosé besó la sien de la castaña, y la acunó más contra su cuerpo. Piel contra piel.
ㅡJihoon será entonces, mi amor, hermoso cachorro. Ahora descansa. Es tarde, omega.
ㅡPero me quiero bañar, Rosé. Estoy sucia ㅡsusurró, chiquito. Rosé acarició su espalda y la omega ya estaba durmiendo, y a ella nada le costó también encontrar el sueño.
···
Jennie ya estaba pasando las treinta semanas y la estaba pasando bastante mal. Le dolían los pies, y la espalda. Tenía ganas de llorar todo el tiempo, cuando su alfa no estaba cerca.
Lloraba porque tenía los pies hinchados, y le dolían en demasía, pero también lloraba cuando Rosé le hacía masajes y el dolor se aliviaba, y decía que era una exagerada, pero agradecía que lo haga. Le molestaba la espalda, y no podía estar mucho tiempo de pie. También cuando Rosé estaba lejos, o se iba al trabajo. A pesar de que trabajaba menos horas.
Rosé le tenía toda la paciencia del mundo, y no se enojaba con ella con absolutamente nada. Amaba cuidar a Jennie, y que la omega la estuviera esperando ansiosa cuando llegaba. La forma en que se le prendía por el cuello, y aspiraba su aroma.
Jennie nunca se quejaba de su cachorro, sólo de los dolores que le causaba, pero Rosé sabía que Jennie le hablaba a la panza y hasta a veces le pedía que se quedara quieto por las noches, cuando no le dejaba dormir.
Esa era otra de las cuestiones que sacaban algunas lágrimas a la castaña. Por las noches, no podía dormir. Jihoon parecía jugar en su vientre, y no dejaba de moverse. Por eso, a la mañana, cuando el cachorro parecía dormir Jennie también intentaba hacerlo, aunque sea un poco o si no tenía muy mal humor.
ㅡ¿Te gusta, omega? ㅡPreguntó la alfa, con movimiento leves y suaves.
ㅡMhm ㅡmurmuró la menor, con los ojos cerrados. Rosé le estaba lavando la cabeza, con agua tibia y bastante shampoo.
Estaba en la bañera, su cuerpo cubierto por agua y espumas de jabón, donde su vientre sobresalía.
Rosé siguió masajeando el cuero cabelludo de su omega, y rociaba agua para enjuagar y seguir acariciando. Limpió el cuerpo de la menor, su piel suave se deslizaba por el jabón. Gimió bajito, cuando la alfa acarició su voluminosa pancita puesto que otra cosa que le sucedía era que le picaba la piel. Le picaba demasiado, y no quería rascarse porque o sino, leyó, le iban a quedar marcas y no quería, y entonces se pasaba todo el día con la crema a su lado y pasándola para evitar la picazón.
ㅡSi, Rosie. Aunque me pica mucho ㅡmurmuró. Rosé sonrió, haciendo pequeños círculos por todos lados y a veces le hacía cosquillas para arrancarle alguna sonrisa a la menor.
ㅡEunji vendrá a cenar ㅡle recordó la alfa. Jennie asintió, alegre ante la visita de su familia.
ㅡSi, también Yeji, y Jisoo con Lisa.
ㅡY Nayeon ㅡle dijo la alfa.
Iban a tener una cena familiar, sin ningún motivo alguno. Solamente les gusta juntarse a hacerlo, llenar la larga mesa de personas y de risas. A Jennie le gustaba mucho, no hacía mucho era ella sola en el mundo. No tenía a nadie más que a ella misma, y bueno... Jung-su también estuvo, pero no contaba cómo alguien bueno ni mucho menos interesante.
La hora de la cena llegó, y en la mesa no sobraba ningún espacio. Estaba absolutamente repleta, por los padres de Rosé y sus hermanos, Eunji, Yeji, Lisa y Jisoo, y Nayeon.
Rosé la había ayudado a salir de la bañera sin caerse, la sostuvo hasta que estuvo fuera y la ayudó a cercarse en los lugares que no alcanzaba y también la vistió con ropa suave y holgada. Les había dado incluso un ratito para tomar una siesta juntas, antes de que los invitados llegasen.
Estuvo ansiosa de todos modos.
Jennie todavía no sabía bien que sucedía entre sus dos amigas. Jisoo seguía trabajando, por lo que le había dicho, pero Lisa parecía no molestarle o eso al menos creía la menor.
Se rieron de Nayeon, y sus chistes ocasionales, de cuando se le cayó el plato con comida encima por querer tomar más. A Jennie le dolía el estómago de tanto reírse. Eunji contó cómo era su hija de pequeña, y Haneul, para suerte de Rosé, mostró algunos vídeos en dónde se le veía corriendo, cayendo de una bicicleta y llorando a mares.
Antes de que cada uno decidiera irse, Jisoo se acercó sigilosa a Jennie.
ㅡHey, Jen ㅡmurmuró, cuando Rosé acompañó a la puerta a Nayeon, Yeji y Eunji. Jennie ya no podía caminar mucho, así que decidió esperarlas en el living.
ㅡHola, Soo ㅡla castaña se sentó mejor, y Jisoo lo hizo a su lado. Jisoo acarició suavemente la panza sobre la remera.
ㅡ¿Te encuentras bien? ¿Todo bien con Rosé? ㅡPreguntó, interesada en su amiga. Antes de que Jennie pudiera responder algo más que un asentimiento, notando lo nerviosa que estaba Jisoo, ella habló. ㅡ Necesito contarte algo importante, entonces.
Jennie se quedó muda, esperando la noticia que sabía vendría dentro de poco. Algo le decía en su interior, que no eran buenas por el semblante de Jisoo.
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