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El interior de la burbuja se denotaba de una tonalidad rosa. La susodicha explotó soltando un aroma suave y dulce, dejando caer una flor al suelo. Flor que Bakugo recogió junto a la nota.

Abrió el papel para leer su contenido.

"Las peonías pueden significar amor, felicidad y belleza.

Te regalo una peonía, para confesar mi amor y porque te deseo una vida feliz, con o sin mí.

Un amor correspondido deseo, pero si no puedo obtenerlo, ¿debo obligarte a amarme?

Jamás, me gustaría que fuese naturalmente recíproco y consensuado.

Porque te amo, con todo y lo difícil que es tu personalidad. Porque si yo... si yo no te amara con tu personalidad, ¿podría decir que te amo de una forma tan cuestionable?

Jamás intentaré cambiar lo que eres y serás, porque eso te hace tú.

Con o sin defectos.

Eres tú, eres tú lo que amo.

Y lamento haber sido tan mala ayer, debí hacer algo mejor, pero eso jamás quitará lo mucho que me gustas".

Katsuki guardó la nota, junto a las demás que tenía en su billetera.

Miró la flor, rosa suave... Para nada de su gusto. Quería saber quién eras.

Y te vio pasar. Miró la flor y pensó en su significado.

—¡Oye tú! —volteaste y él te estiró la flor, la recibiste con sorpresa.

—¿Qué?

—Cállate.

Y se marchó, dejándote hecha un manojo de emociones revueltas.

Te devolvió tu flor, pero él no sabia que tú se la habías dado, y leyó el significado.

Caminaste a tu clase completamente roja.

Aunque te sentías algo triste porque perfectamente podría haberle dado la flor a otra persona. ¡Y es de mala educación regalar lo que te regalan!

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