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Parte única

N/A: Si supiera dibujar, esta historia sería una novela gráfica y no algo escrito. Así que, por favor, intenten imaginarlo como uno de esos mahwas BL mágicos.

❤️

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Do KyungSoo es un joven que trabaja en una tienda de ropa, se encarga de atender a los clientes, les ayuda a buscar el modelo y la talla que necesitan para que queden satisfechos; sin embargo, hay algunas personas que vienen con una actitud prepotente y no son para nada amables, así que terminan arruinando su día. Afortunadamente, KyungSoo es una persona cordial, que no se derrumba fácilmente ante una situación complicada ni pierde la paciencia, aunque a veces le gustaría alzar la voz cuando su jefe le obliga a quedarse unas cuantas horas extras para que ordene la nueva mercadería en el almacén. No puede ser grosero, pues necesita el dinero, y tampoco puede ser malagradecido, porque con este trabajo ha logrado pagarse sus clases de diseño gráfico, algo que le apasiona mucho.

Cuando vuelve al pequeño cuarto que ha alquilado, a pesar de estar cansado, le encanta sentarse en su escritorio, tomar su tableta gráfica y comenzar a crear muchos escenarios fantásticos que le gustaría que fuesen reales. Ojalá pudiera vivir su propia historia mágica como la de sus personajes.

Se siente un poco solo, debido a que tuvo que dejar muy temprano la casa de sus padres, quienes viven en una provincia de Corea del Sur. Ni siquiera puede conseguir un roomie porque el cuarto es demasiado pequeño y solo alcanza una persona. Tampoco se le permite traer un perro o un gato, pues tendría que dejarlo solo casi todo el día, y esos animales necesitan tantas atenciones.

¡Qué vida le ha tocado vivir!

Un poco acongojado recorre algunas tiendas de la ciudad en su día libre; está dispuesto a tener una cita con él mismo. Lo primero que hace al salir es conseguir un cono de helado para endulzar su día, y camina, camina y camina mucho por las calles viejas de Seúl, en donde el sol parece estar de adorno porque no alegra a ningún alma por aquí. KyungSoo sigue caminando, decidido a recorrer todo lo que sus pies puedan soportar el día de hoy; camina y camina hasta encontrarse con una pequeña que sostiene unas bolsitas de agua con peces de colores. El muchacho se acerca curioso, debido a su corta vista necesita acercarse más para saber de qué se trata.

—¿Quiere uno? —pregunta la niña al verlo tan interesado.

—¿Eh? ¿Están vivos?

La niña rueda los ojos.

—Claro que están vivos, ¿no los ve nadando, acaso?

Lo cierto es que algunos se encuentran de cabeza, pero otros sí están nadando, o bueno, lo que traten de hacer en ese pequeño espacio.

—Son peces mágicos —añade la menor—, si lleva uno, su deseo se hará realidad.

KyungSoo quiere reírse, ¿esta niña realmente cree que se va a tragar ese cuento? Pero tiene que admitir que su intento es tierno y que la niña solo quiere obtener un poco de dinero. Bueno, unas cuantas monedas gastadas en esto no lo harán más pobre, seguro que la pequeña las necesita más que él. Por ello, se acerca un poco más a las bolsitas transparentes para ver mejor a los animalitos y escoger uno. Como es de esperar, los peces siguen en lo suyo y se mueven de un lado a otro como si intentaran encontrar la salida; no obstante, cuando fija su mirada en una de las bolsas, se da con las sorpresa de que hay un pececito amarillo que lo está mirando y que hace burbujas, lo cual llama su atención al instante. Es bastante bonito, y tiene un color diferente al resto, así que supone que ya tiene a su favorito.

—Me llevo este —indica KyungSoo señalando a la bolsa con el pez amarillo.

—¡Excelente elección! Son diez mil wones.

KyungSoo alza las cejas, sorprendido.

—¿Qué? ¿Diez mil wones? ¡Si mi helado solo costó tres mil!

La niña chasquea la lengua.

—Estos son peces mágicos, señor, se los estoy dejando a bajo precio.

¡Bajo precio sus pelotas!

Debió saber que la niña era una estafadora desde que le habló sobre el cuento de los peces mágicos. Pero ni modo, ya le dijo que lo va a comprar y la verdad es que se siente mal dejar morir a ese lindo pececito bajo este sol infernal, por lo que, a pesar del precio inflado y que lo llamara "señor" —porque sí se ha dado cuenta de eso—, saca su billetera y le paga.

Bien, ahora a su cita se le une un lindo pez amarillo. Felizmente, el sol se ocultará pronto, así que puede ir a una tienda a comprar una pequeña pecera y luego regresar a casa de la misma manera en la que llegó hasta aquí: caminando.

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☄️

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KyungSoo está muerto de cansancio, por lo que, ni bien llega a su casa, lo primero que hace es echar al pez amarillo dentro de la pecera de vidrio, para luego sacarse la ropa y darse un baño. Al salir se coloca su pijama y no tiene fuerzas más que para entrar a la cama y quedarse dormido casi de inmediato.

El pez amarillo hace burbujitas de agua al verlo dormir plácidamente.










🐠

Los días transcurren con normalidad para el joven Do, entre sus clases de diseño y su trabajo —explotador— de medio tiempo, no hay muchas cosas nuevas que pueda contar. Algunas veces se reúne con su reducido grupo de amigos para ir a beber y comer en los puestos de las calles, pero esto no pasa muy seguido; por lo general, KyungSoo se queda en su cuarto, creando tiras cómicas que espera que algún día vean la luz. 

Tiene los ojos un poco cansados por pasar horas sobre horas viendo la pantalla de la tableta gráfica, dibujando tiras cómicas para su curso y algunos fanarts para subirlos a su red social. Gracias a esta cuenta ha podido hacerse un poco conocido y eso le ha permitido ganar unos cuantos dólares extras por los pedidos que le hacen. Sin embargo, esto le está pasando factura, pues siente que sus ojos van a quemarse en cualquier momento, así que necesita un descanso. 

Se levanta para servirse un vaso con agua, y de paso aprovecha para tomar su medicina para el corazón, pues nació con uno muy débil. Cuando era pequeño, sus padres lo llevaron a todos los hospitales del país, gastándose sus ahorros de vida; pero para su mala suerte ningún doctor pudo curarlo, simplemente le recetaron pastillas y le sugirieron seguir un tratamiento hasta que consiguieran un donante, solo que, por alguna razón, la lista de espera solo se hace más larga cada día que pasa.

¿Qué sucederá con él? No lo sabe, pero por el momento seguirá viviendo y dando lo mejor de sí para alcanzar sus metas.

Mientras bebe el agua de su botella, ve por el rabillo del ojo la pecera en donde su pez amarillo está siguiendo sus movimientos con mucha atención.

—Hey, pequeño —saluda amenamente—. ¿Cómo has estado? ¿Tienes hambre?

Varias burbujas comienzan a flotar en la pecera, por lo que KyungSoo toma eso como una respuesta positiva. Así que decide que es un buen momento para darle de comer a su pez y tal vez verlo atrapar cada granito de comida, mientras le cuenta otra anécdota de su vida.

El pez parece emocionarse cuando ve caer el polvo dentro de su pequeño hogar y atrapa lo que puede mientras va cayendo. KyungSoo se sienta a mirarlo desde su silla, y descubre que es casi hipnotizante verlo ir de un lado a otro, comiendo y haciendo pequeñas burbujas.

—¿Sabes? Hoy el profesor nos dijo que tenemos que preparar un proyecto para presentarlo al final del curso. Representará el mayor porcentaje de la nota final y, además, entrará en un concurso. La novela gráfica con mejor calificación será enviada a la Editorial EXO. ¿Entiendes qué significa eso?

Glu, glu.

El pez se hace presente con sonidos bajitos que inundan la silenciosa habitación.

—¡Exacto! ¡Podría tener una oportunidad para que mi trabajo se haga conocido!

Glu, glu.

KyungSoo toma otro sorbo del agua que le queda, y luego observa las burbujas que hace el pez amarillo, como si le estuviera respondiendo. Cada vez que habla con él, el pececito parece seguirle la corriente y eso hace que se sienta —en cierto modo— acompañado. Tal vez sea hora de pensar en un buen nombre para el animalito.

El estudiante se inclina hacia adelante y escruta con la mirada a su mascota, como si al verlo más de cerca un nombre aparecerá en su cabeza.

Glu, glu.

—¡Ya sé! Tu nombre será Kai —afirma emocionado. Al parecer, la estrategia sí ha funcionado—. Alguna vez leí en un libro extranjero que Kai significa mar, aunque no estoy tan seguro de cuán cierto sea, pero creo que te queda bonito. ¿Tú qué opinas?

Glu, glu.

Por supuesto, el pez no puede hacer otra cosa que botar burbujas de agua, pero para KyungSoo eso ya es mucho, pues ¿cuándo se ha visto que un pez le ponga tanta atención a su dueño?

—Eres muy listo, Kai —halaga el estudiante—. Ojalá fueras mágico para que puedas cumplirme un deseo. Oh, no estoy diciendo que por eso te quiera menos, de hecho, realmente eres especial.

El pez tiene los ojos fijos en él, esperando por lo que sea que vaya a decir su humano.

—Ah... ¿Qué estoy diciendo? —se regaña KyungSoo—. Eres un buen compañero de cuarto, Kai, solo me gustaría que pudieras responderme, quizá así me sentiría menos solo.

Glu, glu.

—Lo sé, ya es tarde, debemos ir a dormir. —KyungSoo se levanta, deja el vaso vacío sobre su escritorio y apaga la tableta gráfica, seguido de la luz de la lámpara, y se mete en la cama—. Buenas noches, Kai, que descanses.

Esta es otra noche más en la que el humano se queda profundamente dormido ante la mirada del pez amarillo que continúa haciendo burbujas en su pecera. Sin embargo, algo diferente ocurre, un suceso extraño, inexplicable y mágico, del cual solo es testigo la luz de la luna que se filtra por la ventana del diminuto cuarto. Hay una luz brillante emergiendo de la pecera, una luz cegadora de colores pasteles que esconde la magia detrás de todo. Una silueta humana se asoma, dejando en el olvido esa pequeña forma que albergaba el recipiente de vidrio.

Llámalo milagro o llámalo destino, lo cierto es que esa noche una estrella descendió del cielo y al joven estudiante le concedió un deseo.









🐠

KyungSoo despierta perezosamente al día siguiente. Se quita algunas lagañas que nublan su visión y busca sus lentes con su mano izquierda, palpando la mesita de noche al lado de su cama, pero no están ahí, seguro que se los ha dejado sobre su mesa de trabajo. Se remueve un poco en la cama, tal vez debería descansar unos minutitos más, ya que hoy no va a trabajar, pues ha cambiado turno con un compañero de trabajo, así que se quedará en casa a holgazanear porque es domingo y tampoco tiene clases. KyungSoo se da la vuelta hacia el lado vacío de la cama para acurrucarse mejor y descubre que aquel espacio no está tan vacío como pensaba. Al ver a alguien más junto a él, pega un grito.

—¡Dios! ¿Qui-Quién eres t-tú?

Hay un hombre desnudo a su lado que no deja de mirarlo como si fuese la octava maravilla del mundo. KyungSoo no sale de su asombro, se queda paralizado, viendo al sujeto una y otra vez, intentando comprender qué demonios hace un extraño en su cuarto... ¡En su cama!

El hombre de piel dorada, casi brillante y ojos avellanados, ladea su cabeza denotando curiosidad. Parece que tampoco entiende qué le pasa al pequeño dibujante ni por qué balbucea y se atora con su saliva. El sujeto toca la punta de la nariz de KyungSoo en busca de alguna reacción, también pellizca una de sus mejillas, pero no obtiene reacción alguna. Entonces, desciende su mirada hacia los labios abultados del estudiante, que forman una "o" cerrada y no se le ocurre otra cosa que unir los suyos con los de él.

KyungSoo abre los ojos como un sapo y sus mejillas se vuelven tan rojas que parecen arder. Tan pronto como puede reaccionar, se aleja del moreno haciéndose para atrás en su cama. Como puede se aparta mucho más, y se hace una bolita en una esquina del colchón, con las sábanas cubriendo su cuerpo por completo.

—¿Qu-Qué? N-No, ¿qu-quién? —KyungSoo lo señala como si fuese un bicho raro. Todavía no logra decir una palabra coherente, pues de la impresión su cerebro ha dejado de funcionar.

El extraño pestañea un par de veces; su confusión también es notoria.

—¿Cómo entraste aquí? —le recrimina el estudiante.

El hombre se demora unos segundos antes de señalar la pecera vacía. Los ojos de KyungSoo viajan con temor, desde el sujeto hacia el lugar señalado, y se da cuenta de que su querida mascota no se encuentra ahí.

—Iiiiihhhh, ¡¿qué hiciste con Kai?! ¡¿Te lo comiste?!

Pero el extraño niega varias veces con su cabeza.

—¿En dónde está mi pecesito? —pregunta molesto—. Encima que entras a una casa extraña, ¿te atreves a comerte a las mascotas de otros? ¡Devuélveme a Kai! ¡Es mi amigo!

Y como si se hubiera olvidado de la desnudez del sujeto y de lo que acababa de pasar hace un minuto, KyungSoo se levanta de su cama y comienza a golpear la espalda del moreno para hacer que devuelva a su pequeño pez amarillo.

—¡Dámelo! ¡Dámelo! ¡Dámelo!

El intruso, cansado de los golpes y las acusaciones en falso, logra tomar las muñecas de KyungSoo, deteniéndolo en el acto.

—¡Suéltame! ¡Tú, bribón!

Y en un efímero momento de silencio y tranquilidad, KyungSoo ve los labios del moreno moverse, intentando pronunciar algo.

—K-K-Ka...i...

KyungSoo frunce el ceño. Es inevitable, una reacción automática al escuchar el nombre de su amiguito en boca de su verdugo.

—No te atrevas a decir su nombre —le reta con un tono severo.

Pero el sujeto niega varias veces con la cabeza y suplica ser escuchado con un expresión de cachorro perdido en el rostro.

—K-Kai... —dice para luego señalarse—. Y-Yo...o...

KyungSoo deja de forcejear y lo mira con extrañeza, como si hubiese escuchado la noticia más absurda del mundo, y, bueno, no está del todo lejos de serla, es decir, ¡este hombre está diciendo que es el pez amarillo que compró ayer! ¡Si es que si lo repite suena aun más tonto!

—¿Tú eres Kai? —pregunta incrédulo a lo que el moreno asiente un par de veces. KyungSoo resopla—. Vamos a ver, primero que nada, desde que tengo uso de razón, los humanos son humanos y los peces son peces. No existe tal cosa como un pez que se convierte en humano. —El hombre se encoge un poco sobre su sitio, y sus ojos decaen—. Segundo, ¿sabes cuán cruel es matar a la mascota de alguien y luego burlarse de ello? —Esta vez, el hombre intenta interrumpirle, pero KyungSoo solo continúa—. Y tercero, espero que sepas que es un completo acto delictivo entrar a casas ajenas sin el consentimiento del propietario.

La espalda de aquel tipo se encuentra totalmente encorvada; seguramente si hubiera un hueco en algún lado, ya se habría metido debajo.

—Llamaré a la policía.

—¡Glu, glu!

Un silencio incómodo se hace presente, junto con una ráfaga de viento frío que proviene de la ventana.

—¿Qué?

—¡Y-Yo, Ka...i!

—Eso no tiene sentido. Deja de decir tonterías y suéltame.

—Kai... Mar... Novela...

A pesar de que las palabras salen como balbuceos, KyungSoo las entiende y se sorprende. Sabe que es algo imposible que este hombre sea su Kai, pero algo dentro suyo está inquieto y desea escucharlo, darle una oportunidad a toda esta historia loca. ¿Será que este hombre está diciendo la verdad?

—¿Acaso eres un acosador?

Lo cierto es que no quiere sonar rudo, pero no puede caer tan fácilmente ante sus palabras.

—¿Es posible que seas uno de los que me sigue por mis dibujo? —El extraño ladea su cabeza, no entendiendo lo que el estudiante quiere decir—. ¿No lo eres? Entonces, ¿solo eres un pervertido que ha estado escuchando mis conversaciones nocturnas?

—No... Pervertido, no —responde con dificultad—. Kai... Pez...

KyungSoo resopla. Ya está cansado de escuchar lo mismo como si fuese un disco rayado, repitiendo algo tan absurdo como eso.

—Bien, si eres mi Kai, demuéstralo.

El intruso mira hacia todos lados y se pone de pie para caminar alrededor de la habitación. KyungSoo bufa y sonríe victorioso, pues no hay nada que este hombre pueda hacer para demostrar su...

—...inocencia... —dice en voz alta al darse cuenta de lo que el hombre acaba de sacar de su mesita de noche y que ahora está sosteniendo entre sus manos—. Eso...

Su medicina.

El chico camina lentamente en su dirección y le muestra el pomo para luego posar su larga mano sobre su pecho, dándole pequeños golpecitos. Golpearse el pecho es algo que KyungSoo hace cuando termina de tomar la pastilla; un acto que se ha acostumbrado a hacer desde que era pequeño, y que nadie, absolutamente nadie más sabe de esto, excepto...

KyungSoo ensancha sus ojos de una forma exagerada al caer en cuenta.

—¿Có-Cómo? 

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☄️

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Está loco, completamente loco, desquiciado, demente, orate, chiflado y todos los sinónimos habidos y por haber, pues esto no puede ser normal, de seguro está alucinando. El hombre de piel dorada que está en su cuarto es el pez amarillo que compró hace poco. ¡Es Kai!

¿Cuándo en la vida se ha visto que un pez se convierta en humano de la noche a la mañana? 

¡Y La Sirenita no cuenta!

—¿Cómo pasó esto? —se cuestiona—. ¿La comida que te compré tenía algo extraño?

Kai lo mira atento y curioso. No, en realidad no lo está mirando, lo está contemplando, como si fuera la cosa más bonita del mundo.

KyungSoo lo ignora y sigue haciendo teorías en su cabeza acerca de lo que pudo pasar para que algo así ocurriera. De pronto, las palabras de aquella niña —la que le vendió el pescadito— resuenan en su cabeza:

"Son peces mágicos, si lleva uno, su deseo se hará realidad."

Deseo... ¿Cuál deseo? ¿En serio Kai era un pez mágico? Sacude su cabeza para alejar aquellos pensamientos absurdos.

—Imposible.

Pero cuando vuelve su mirada hacia el sujeto, que se está cubriendo sus partes íntimas con la sábana, KyungSoo no puede evitar pensar en que es real, que todo esto es absurdamente cierto.

Ahora, ¿qué debería hacer?

—Aaaaauxiliooooo —chilla antes de caer de espaldas sobre el colchón.

Kai observa la crisis del estudiante desde un lado de la cama.









🐠

Los días transcurren de la misma forma para todos, excepto para KyungSoo, quien tiene un inesperado compañero de cuarto esperando por él todos los días. Kai se ha quedado a vivir en su pieza y se encarga de mantener limpio el lugar. Cuando KyungSoo regresa a casa después del trabajo, abre la puerta y encuentra todo radiante por aquí y por allá; se siente algo extraño, pero cada día se va a acostumbrando un poco más a esta nueva vida.

—Bienvenido.

Kai lo recibe con un mandil celeste cubriendo su regazo y el plumero de colores en una mano. Y, por supuesto, esa brillante sonrisa cautivadora. Como el chico es nuevo en el mundo —literalmente—, apenas sabe pronunciar algunas palabras, aunque sí parece entender todo lo que KyungSoo le dice.

—¿Cena? —pregunta el más alto. Siempre tan atento, como una de esas esposas que se ven en las series antiguas.

Los primeros días en la cocina, Kai solía quemar todo, hasta el agua. KyungSoo le dijo que no era necesario que hiciera todo eso, pero el chico dorado no se rindió con los quehaceres de la casa. El estudiante debe admitir que su nuevo amigo no es muy habilidoso en la cocina, pero ha ido mejorando poco a poco.

—¿Huevos revueltos con hot dog? —
Kai asiente con una sonrisa orgullosa. KyungSoo observa el platillo de forma curiosa. No es precisamente una cena, mas bien suena como a un desayuno, pero no va a quejarse por ello—. Gracias.

KyungSoo se sienta en su escritorio para comer, y Kai imita la acción. El nuevo humano aún es torpe para comer, no coordina bien los palillos y lo hace ver gracioso y tierno a la vez.

—¿En dónde aprendes a hacer todo esto? —pregunta KyungSoo. Kai señala a la televisión pequeña y vieja que prácticamente ha sido olvidada por su dueño—. ¿Usas esa cosa? Wow... Hasta había olvidado que la tenía.

Kai se alza de hombros y se mete un pedazo de hot dog a la boca. KyungSoo sonríe al ver que las pupilas del otro se dilatan, supone que debe haberle gustado demasiado lo que está comiendo.

—Oye, quiero preguntarte algo desde hace un tiempo —dice KyungSoo, atrayendo la atención de Kai—. ¿Por qué puedes entenderme, pero no puedes hablar bien mi idioma? ¿Hay alguna manera de que puedas aprenderlo de manera rápida? Digo, ya que eres un ser mágico, supongo que también debe haber una forma mágica, ¿no?

Kai traga su comida y asiente levemente. Hay un ligero sonrojo en sus mejillas.

—¿Sí la hay? ¡Eso es genial! ¿Y por qué no lo haces? Me gustaría que hablaras conmigo de una forma más fluida.

—¿En... se..rio...? ¿Pue...do...?

—¡Claro que sí! —responde emocionado—. Vamos, ¡haz tu magia!

KyungSoo lo mira con expectativa, está emocionado por ser testigo de algo mágico por segunda vez en su vida, aunque en realidad vendría siendo la primera vez porque la anterior se la perdió por estar dormido. ¡Como sea!, esto es genial, ¿debería grabarlo?, ¿cómo debería capturar este momento?

—¿Qué estás esperando? ¡Hazlo ya!

Kai se remueve en su asiento, ansioso y nervioso. KyungSoo no entiende por qué se tarda tanto ni cuál es la razón para estar así de temeroso. Su confusión aumenta cuando, por algún motivo, Kai se acerca a él, acuna su rostro con ambas manos y lo besa.

No, no es un beso estático como el anterior, esta vez su huésped muerde con ligereza su labio inferior para dejarle entrar y darle paso a una lengua intrusa que se mezcla con la suya y danza en un compás desconocido. KyungSoo, que no había cerrado los ojos, comienza a hacerlo y se deja llevar por el absurdo momento romántico que está ocurriendo.

»¿Qué está haciendo?, ¿por qué lo besa?«, las preguntas forman remolinos en su cabeza. »¿Y cómo es que besa tan bien?«, no, tiene que alejar ese pensamiento peligroso.

Cuando Kai se aleja, se atreve a abrirlos nuevamente para observar el rostro de quien acaba de robarle su segundo primer beso.

—¿Q-Qué...?

—Hola KyungSoo, soy el pez mágico de tu pecera. Gracias por recibirme en tu acogedor espacio. Te quiero.

Y de pronto, Kai es todo un experto con las palabras.

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☄️

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—Así que... ¿Me besaste para adoptar mi idioma?

La explicación del beso es la cosa más extraña que KyungSoo ha escuchado en su vida. Bueno, no, la más extraña fue la del pez convertido en hombre, pero ya superamos eso.

—En realidad nosotros no lo llamamos así. Unir nuestras bocas con los de otra especie se emplea como una herramienta para aprender su idioma.

—¿Una herramienta?

—Los humanos son los únicos que han romantizado este acto —continúa explicando—. Las demás especies tienen otras formas de mostrar cariño.

—Entonces, ¿por qué no pudiste adoptar el idioma la primera vez que lo hiciste?

—Ah... Esa vez solo toqué tus labios —responde avergonzado—. Este método funciona cuando se emplea también la lengua por unos cuantos segundos.

KyungSoo no puede creer que haya sido utilizado de esta forma. Sus pobres labios vírgenes... Qué desastre.

—Así que, ¿has besado...?, no, ¿has unido tus labios con los de un montón de seres vivos con la finalidad de aprender su idioma? —KyungSoo pregunta con desdén—. Pff, y te pusiste todo rojo antes de hacerlo. Qué mentira.

—No... Esta fue mi primera vez... —confiesa con un poco de vergüenza. KyungSoo lo mira sorprendido—. De hecho, no estaba muy seguro de hacerlo tan pronto... He visto en la televisión que las parejas se besan después de ir a citas, pero nosotros no las hemos tenido. Es solo que tú insististe en que lo hiciera, así que lo hice... ¿Ya estamos saliendo?

KyungSoo se atora con su propia saliva.

—¿Saliendo?

—Nos besamos...

—No, o sea, sí, pero no, ¡ugh! —KyungSoo se exaspera por lo nervioso que lo ha puesto esta situación—. Lo que quiero decir es que tú no me has besado, es decir, sí, aquí eso significa un beso, pero para ti tiene otro significado.

—Entonces, ¿no estamos saliendo? —Kai pregunta con un tono de decepción.

—¡No! —aclara con prisa—. Oye, ¿por qué pones esa cara? ¿Acaso sabes lo que significa salir con alguien?

—¿Ser novios? —Kai ladea su cabeza con una expresión inocente.

—Sí, ¿y sabes lo que quiere decir "ser novios?

El más alto piensa un poco antes de responder.

—¿Ir a citas?

—Sí, pero no solo se trata de citas —señala—. Hay muchas más cosas que implican un noviazgo. Ser novio de alguien quiere decir que te preocupas por esa persona, que quieres estar siempre a su lado, tomar su mano, escuchar sus problemas, darle apoyo, aguardar un futuro juntos y... Amor...

KyungSoo suelta esa palabra como un suspiro largo y lleno de pensamientos que alejan su mente de la Tierra por un instante.

—¡Oh! Yo hago todo eso, ¿soy tu novio?

La pregunta hace que KyungSoo vuelva en sí mismo.

—¿Qué? No, no lo eres.

—¿Puedo ser tu novio?

—Dios... Sí que eres insistente —murmura para sí mismo—. ¿Por qué quieres ser mi novio?

—Porque me gustas mucho —responde sin problemas y esa respuesta da justo en el corazón del estudiante como una puntiaguda flecha—. Te quiero.

KyungSoo se ruboriza hasta las orejas. Rayos, este chico no es bueno para su débil corazón, ¿cómo va a sobrevivir a esto?

—Tonto... —le reprende ruborizado. Finalmente se rinde ante la ternura del chico dorado—. Bueno, pero primero comencemos con las citas.










🐠

KyungSoo está a puertas de terminar su curso de diseño gráfico, lo que quiere decir que el concurso está a punto de terminar, y espera que la novela que envió tenga algo de suerte esta vez. Por otro lado, la relación con Kai va por buen camino; tienen citas como el resto de personas normales y comparten agradables momentos, conversaciones a veces no muy coherentes y comidas no tan deliciosas. KyungSoo le ha preguntado a Kai de dónde viene y este no ha podido responderle con certeza su origen, pues no lo tiene muy claro, pero sabe que un día llegó al mundo junto a otros como él. Son seres mágicos que tienen un propósito en el universo y no siempre vienen en forma de animales, eso es lo único que sabe.

—¿Son ángeles? —pregunta KyungSoo.

—Oh, no creo que ese sea el término correcto. Solo soy un ser que ha sido creado para vivir, supongo.

—Bueno, eso también somos los humanos, pero no nos andamos convirtiendo en otra cosa de la noche a la mañana.

Kai rie con ganas y se encoge de hombros.

—Tal vez tú me llamaste —sugiere.

—No recuerdo haber pedido un pez humano alguna vez —bromea KyungSoo haciéndole reír una vez más—. En cualquier caso, estoy bastante agradecido porque esto haya sucedido. Ya no me siento solo.

Solo...

¿Por qué siente que esto no es nuevo?

"Eres un buen compañero de cuarto, Kai, solo me gustaría que pudieras responderme, quizá así me sentiría menos solo."

Esa vez... Espera, no es posible que ahí...

KyungSoo mira a Kai como si hubiese encontrado la respuesta al misterio del Triángulo de las Bermudas. Abre la boca para decírselo, pero su celular se alumbra, indicando que acaba de entrar un mensaje de texto.

—Quédate aquí —ordena y va en busca de su móvil.

—¿A dónde más iría? —bromea Kai.

KyungSoo desbloquea su celular con prisa y lo que lee a continuación lo toma con la guardia baja.

—¡¿QUÉ?!

Kai se sobresalta en su sitio por la euforia del estudiante y se apresura a ponerse de pie para ir hacia él.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien? —pregunta, pero como no obtiene respuesta se pone a revisarlo para ver si está herido o algo—. ¿KyungSoo...? Me estoy preocupando...

—Dios mío, Kai... Creo que estoy soñando... ¿Esto es real?

—¿El qué?

KyungSoo le muestra la pantalla de su celular en donde aparece un texto breve:

"Felicidades, señor Do KyungSoo, su novela gráfica ha sido elegida para ser publicada en la Editorial EXO. Acérquese a nuestras oficinas el día lunes a las 9 am para firmar los documentos."

—¿Es una broma? ¿Estoy soñando?

—No es así —le asegura Kai—. Lo conseguiste, ¡felicitaciones KyungSoo! Estaba seguro de que ganarías.

KyungSoo no tiene palabras para expresar lo feliz que se siente y lo emocionado que está porque por primera vez la vida le está sonriendo de esta manera. ¿Qué está pasando? ¿Por qué todo está a su favor? ¿Es un sueño y pronto despertará? Toca el rostro de Kai para asegurarse y sí, se siente muy real; se pellizca y sí, duele.

—Tengo que decirle a mis padres —resuelve contento.

—Adelante, KyungSoo —lo anima su fiel compañero—, es tu momento.

Sí, eso es, finalmente es su momento.









🐠

El lunes llega más rápido de lo que tarda uno en parpadear, y KyungSoo de lo emocionado ni ha podido dormir bien. Sus padres están llegando a Seúl, dijeron que irían directo a la editorial porque no llegarían a tiempo si pasaban por su casa primero.

KyungSoo viste su mejor ropa y se echa el perfume más caro que ha podido conseguir en la tienda del mercado. Tiene su folder listo en una mano y una sonrisa de oreja a oreja en el rostro. Kai aparece en el espejo junto a él, también está vistiendo un conjunto adecuado para la ocasión. Para gusto de KyungSoo, el más alto se ve demasiado guapo y no sabe si eso es un problema o no, porque de seguro va a atraer más de una mirada.

—¿Estás listo? —pregunta su lindo acompañante.

—Estoy nervioso —confiesa con una sonrisa tímida.

—Yo también lo estoy —agrega Kai—. Hoy voy a conocer a mis suegros...

Oh, también está eso... Tendrá que presentárselo a sus padres. ¿Qué debería decirles acerca de Kai? No puede confesarles que es un pez que mágicamente se volvió humano, eso no tendría sentido en absoluto.

Bueno, ya verá qué hacer.

—De acuerdo, vayamos paso a paso —indica KyungSoo.

Intentará tomar las cosas con calma, todo a su tiempo y en el lugar adecuado.

—¿Nos vamos? —pregunta Kai extendiendo su mano para tomar la del estudiante.

—Vamos —KyungSoo acepta la invitación y una ola de seguridad lo invade en ese momento.

Realmente espera que jamás llegue el día en el que tenga que soltar aquella cálida mano.

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☄️
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La Editorial EXO es un edificio inmenso y muy moderno, KyungSoo se siente como en el futuro en cuanto pone un pie dentro. Kai se queda afuera de la oficina esperando, mientras KyungSoo se reúne con el jefe del proyecto que se encargará de la publicación de la novela. Afortunadamente, esta persona es bastante amable, le ha explicado de qué va el contrato y ahora le da su tiempo para que pueda revisarlo con calma. Las cosas están claras en aquel documento, no hay palabras engorrosas ni líneas que se puedan malinterpretar; de hecho, es un contrato muy sencillo, pues forma parte del proyecto social para impulsar los nuevos talentos del país.

KyungSoo lo firma sin problemas, se lo entrega al encargado y este le da la bienvenida a la editorial, y le promete que comenzarán a publicar los primeros ejemplares en un mes, solo necesitan pulir algunas cosas y para eso tienen que trabajar de la mano.

—Muchas gracias —se despide KyungSoo.

—Gracias a ti, KyungSoo, por confiarnos tu precioso trabajo.

Está hecho. Oficialmente forma parte de la editorial más famosa de Corea del Sur. ¡No lo puede creer!

Todo es perfecto, su sueño se acaba de hacer real, tiene un chico guapísimo que está enamorado de él y va a reencontrarse con sus padres en cuestión de minutos. La alegría está que desborda por sus poros y no puede contenerla.

—¡KyungSoo! —Kai lo llama para indicarle que está ahí, esperando por él.

KyungSoo da un paso hacia adelante para ir hacia los brazos de su chico, cuando una fuerte punzada en el pecho lo detiene. Se siente como si fuese atravesado por una gran espada. Su respiración comienza a ser irregular y el cuerpo entero deja de responderle. KyungSoo siente que va cayendo en cámara lenta, mientras observa la expresión de Kai pasar de una muy alegre a una desencajada. Lo ve correr hacia él para socorrerlo.

—¡KyungSoo! —grita su nombre con desesperación—. KyungSoo, ¿qué te pasa?, por favor, dime algo. ¡Ayuda!

La gente del piso se amontona alrededor para ver lo que está sucediendo.

KyungSoo no puede articular ninguna palabra, parece que su corazón lentamente está dejando de latir y la respiración ya no es suficiente. Debió saber que este día era demasiado perfecto como para ser solo un día más. Sin embargo, está agradecido porque ha sido una buena despedida, aunque le hubiese gustado abrazar a sus padres una última vez.

»Dios... Qué corazón tan traicionero, ¿no pudiste aguantar un poco más?«, le reclama con melancolía.

No quiere irse de esta manera, no cuando su precioso chico está desecho en lágrimas y pidiendo ayuda.

—La ambulancia está en camino —le oye a alguien decir.

Pero ya no hay tiempo, KyungSoo lo sabe, así que como puede se esfuerza para darle un último regalo al chico de piel dorada más adorable que ha conocido.

Una sonrisa. Y eso es todo.

Kai es dejado atrás con esa despedida; acaba de ser testigo del último suspiro de su querido Do KyungSoo. Su corazón ya no está latiendo, su cuerpo aún sigue tibio bajo sus brazos.

Esto no puede estar pasando.

—No es justo... ¡NO ES JUSTO! —grita a los cuatro vientos.

El mundo se detiene a su alrededor y el silencio se adueña del lugar. Tan solo los sonidos lastimeros de Kai y el goteo de sus lágrimas sobre el cuerpo del pequeño estudiante resuenan en el piso. ¿Por qué tiene que terminar de esta forma?, KyungSoo acaba de comenzar a vivir, ¿por qué todo termina de forma abrupta y prematura?

—¿Qué no es justo? —oye una voz delgada preguntarle de cerca.

Kai despega su mirada del cuerpo de KyungSoo y mira en dirección a la voz que le acaba de hablar. Se trata de un ente luminoso que no tiene una forma exacta, tan solo es luz y siluetas similares a la de los humanos.

—¿Quién eres?

—Soy la energía que da vida al universo y vengo a llevarte conmigo —le informa el ser de luz—. Ya es hora de regresar.

—No, no puedo irme, no voy a dejarlo solo —responde, aferrándose al cuerpo del estudiante.

—A KyungSoo ya se le acabó el tiempo. El soplo de vida regresará a donde pertenece y se transformará en un nuevo ser. Otro cuerpo, otra vida.

—Él no necesita otro cuerpo ni otra vida —refuta Kai—. Esta es su vida, déjale vivirla, por favor.

—Eso no puede ser posible. Debes dejar que el universo siga su curso y se renueve como siempre lo ha hecho.

Pero Kai no se puede dar por vencido tan rápido, no cuando acaba de fallar en su razón de existir.

—Yo vine aquí para cumplirle un deseo a KyungSoo, ¿verdad?, fui creado como un ser milagroso, ¿no es así? ¡Haz que ese milagro ocurra! Te lo suplico... Por favor...

El ente guarda silencio por un momento y luego continúa.

—Solo hay una manera de hacerlo posible.

—¿Cuál es? Haré lo que sea, pero por favor, solo hazlo.

—Tendrás que renunciar a tu humanidad —informa—. Tomaré este cuerpo humano que posees y a cambio le devolveré la salud a KyungSoo, además de borrarle los recuerdos contigo por su bien.

No es un trato perfecto, eso lo sabe muy bien, pero es lo único que puede devolverle la vida a su talentoso chico. Kai entiende que nunca hubo un felices para siempre para los dos, que no estaba hecho para hacer feliz a KyungSoo, sino para ser un puente hacia su felicidad. Y está bien, porque lo que sea que haga a KyungSoo feliz, también lo hará a él.

—Vive bien, KyungSoo —se despide con un fuerte abrazo y deposita un beso sobre los labios fríos del pequeño—. Te amo.

Al despegarse de él, el ente luminoso procede a ejecutar el acuerdo y una gran luz se apodera del lugar.

Un instante después, el mundo vuelve a girar con normalidad.









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¡No se pierda la firma de autógrafos del exitoso novelista Do KyungSoo!

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—¿Has visto lo guapo que es? —pregunta una escolar a su amiga, mientras aguardan en la fila.

—Uuhhh... No creí que te gustaran los mayores.

—Ay, no es tan mayor... ¡Todavía no llega a los treinta! —rebate indignada.

—Pero ya casi, ¿no tiene como veintisiete?

—Solo son doce años, deja de molestar —la codea para que se detenga—. Oye, ¿crees que siga soltero?

—Yo creo que sí, no se le ha visto con alguien durante años. Tienes el camino libre, amiga.

El evento de autógrafos es todo un éxito, el lugar está que revienta con los miles y miles de fanáticos que han venido a ver a Do KyungSoo. Han sido unos largos cinco años trabajando duro y sin parar. Publicación tras publicación, creaciones de un sinfín de universos realmente complejos que estallan la mente de cualquier ser humano común y corriente. Sin embargo, su más reciente trabajo es uno sencillo y más ligero; hasta parece que no lo ha hecho él.

Burbujas de amor, como decidió llamarlo, relata la historia de un joven estudiante que tiene como único amigo en el mundo a un pez amarillo, el cual se vuelve humano de la noche a la mañana. Esta novela fue la decisión mas arriesgada que ha tomado en su vida. Al inicio, la editorial no estaba muy segura de publicar la historia, pero la insistencia de KyungSoo fue tanta, que hasta amenazó con renunciar si no aceptaban publicarlo.

Y obviamente, no podían perder a su más grande estrella, así que aceptaron.

Cuando su representante le preguntó por qué había decidido ilustrar dicha historia, KyungSoo no pudo responder a ciencia cierta cuál era la razón, solo sabía que tenía que contarla, sacarla de su mente. Durante cinco años el mismo sueño le persigue, en donde conversa con un pez amarillo como si lo conociera de toda la vida, como si llenara ese espacio vacío que nada ni nadie más puede hacerlo.

Tal y como en su sueño, KyungSoo nombra al pez "Kai" en su novela gráfica.

—¿Quedan muchas personas en la fila? —le pregunta a su representante.

—Solo una, ¿le decimos que pase o deseas tomar un descanso?

—No, terminemos de una vez —decide KyungSoo.

Su representante se apresura a llamar a la siguiente persona, mientras KyungSoo aprovecha para tomar un poco de agua, pues su garganta ha quedado seca de tanto saludar y compartir algunas palabras con sus fans. La persona entra más rápido de lo previsto, que con las justas le da tiempo de colocar su botella en el piso. El libro es puesto en la mesa sin intercambiar palabras y KyungSoo se apresura a destapar su marcador para firmar.

—¿A nombre de quién? —pregunta sin mirar.

—Kim JongIn —responde una voz grave.

KyungSoo escribe los caracteres rápidamente, junto a un mensajito de agradecimiento por el apoyo a su nueva historia. Una vez que termina de escribir, cierra el libro y levanta la mirada para encontrarse con el fan.

El corazón le da un vuelco en cuanto sus ojos se encuentran con los del contrario. Dos orbes café con toques dorados en el centro, al igual que su piel, lo contemplan.

»¿Qué me pasa? ¿Quién es él?«, se pregunta al sentirse extraño.

—Muchas gracias, autor Do, soy un gran fan —le dice el muchacho sin dejar de sostenerle la mirada—. Lo felicito por llegar tan lejos con su trabajo. Usted es digno de admirar. Por favor, nunca deje de dibujar.

KyungSoo, que es un caos de emociones en su interior, no puede decir ni una sola palabra coherente.

—Ah... ¿KyungSoo? —le llama su representante, pero no responde—. Señor Kim, disculpe a nuestro autor... Ha tenido un día muy agotador.

—No se preocupe, lo entiendo completamente —dice con una sonrisa amable—. Voy a retirarme ahora, fue un placer conocerlo, autor Do KyungSoo.

Cuando el joven se retira, los recuerdos de momentos que no sabía que había vivido lo golpean con fuerza uno tras otro.

¿Kim JongIn?, nunca ha escuchado ese nombre, pero definitivamente ha visto ese rostro antes. KyungSoo se levanta de su asiento y corre detrás del muchacho, ignorando los llamados de su representante.

—¡Hey, tú! —le grita desde una distancia considerable. El moreno se detiene y voltea a verlo—. ¿Quién te dijo que te fueras?

—¿Disculpa?

—No he pasado cinco años de mi vida viviendo a la espera de un desconocido que aparece en mis sueños, para luego encontrármelo aquí y dejarlo ir.

—Creo que me está confundiendo con-

—Kai —le interrumpe antes de terminar—. Eres tú, ¿verdad? Eres mi Kai, ¿cierto?

Los ojos del más alto se inundan de lágrimas y un nudo se instala en su garganta.

—Tú... ¿Puedes recordar? —pregunta con un hilo de voz.

KyungSoo asiente repetidas veces, conteniendo también las lágrimas. Se acerca más hacia Kai para acariciar su mejilla y, de esa manera, comprobar que es real. Ahora, con mucha certeza puede afirmar que se siente completo.

—Puedo hacerlo ahora. No sé qué pasó, ¿por qué te olvidé por cinco años?, ¿a dónde fuiste?

—Tuve que irme para que tú pudieras vivir —confiesa—. Volví a ser un pez y tú recuperaste el aliento.

—¿Intercambiaste tu vida por la mía?

—Solo mi humanidad. Y no me arrepiento de nada, valió la pena, por completo.

—¿Tanto así me querías? —sonríe con las lágrimas cayendo por sus mejillas.

—Sí, y aún lo hago.

KyungSoo se lanza a sus brazos para sostenerlo con fuerza y aspirar su aroma. Lo ha extrañado tanto y ni siquiera lo recordaba.

—¿Cómo volviste? ¿Te han dado un tiempo límite? ¿Vas a tener que volver? —KyungSoo pregunta preocupado.

—Nunca dejé de insistir para volver a tu lado —confiesa orgulloso—. Era más como un ser sin vida en un cuerpo animal. No les servía para nada, ya no tenía ningún propósito, así que decidieron darme una oportunidad.

—Debiste ser muy molestoso.

—Solo un poco —responde entre risas.

—Pero estás aquí y es todo lo que importa. Vas a quedarte, ¿cierto?

—¿Contigo? —hace una pausa dramática que lleva a KyungSoo a fruncir el ceño. Finalmente Kai sonríe y responde: —Para siempre.



FIN











🦄
+++
Slow, espero que te haya gustado esta historia y que te enamoraras más de nuestro KaiSoo bonito 🥺.
Feliz cumple, tqm amix❤️.

Y a mis lectores, muchas gracias por leer y apoyar este one-shot.

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