10| Somos multitud
Nota: Es complicado darle cabeza a distintas historias para mantener la originalidad.
Para Lupa, su día a día desde que Lincoln la escribió a ella, y a sus amigas en la escuela de Royal Woods, a sido muy jodida.
Los estudios, las actividades y las tareas son horribles. Además, no es la única que sufre por la escuela. Tener a tantas personas en una sola casa, no hace más que empeorar el estrés de las estudiantes.
Siempre y cuando todos se ayuden, facilitan la vida en esta casa. Y Lincoln da gracias por eso.
La chica albina… bueno, en esta ocasión habrían dos chicas con el cabello blanco, Lina y Lupa, en este caso estamos hablando de la última mencionada. Lupa pasó a un lado de la habitación de Lyra esperando encontrarla ahí y poder pedirle ayuda en la tarea de esta semana, que técnicamente sería dejar a Lyra que la haga por ella.
Era un domingo por la mañana y Lupa aún tenía muchas actividades pendientes, y no es por que fuera algún tipo de chica que le gustara holgazanear. Lupa vive en esta espaciosa casa con las amigas que conoció a lo largo de sus diecisiete años, por así decirlo. Su niñez, como el resto de las demás, no fue muy normal. Aún cree que esos tipos siguen vivos y en cualquier momento podrían venir a buscarla.
Volviendo al tema principal, Lupa no es floja, más bien, es una procrastinadora. Para que no sepan que es lo que sufre Lupa, la procrastinación es un hábito en algunas personas para retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo a afrontarlas. Y sí, Lupa tiene miedo de fallar en la escuela.
Ahora, es claro que a Lupa no le agrada ir a la escuela, después de todo, la vida que llevó anteriormente no la necesitaba, pero justo ahora vive en compañía de sus mejores amigas y junto al hombre que las ayudó a salir. En pocas palabras, Lupa no quiere decepcionar a Lincoln, por todo lo que él a hecho por ellas.
"¡Está vez voy por un diez!" exclamó Lupa con un papel en sus manos delante de la puerta de la nueva habitación que se construyó hace tres años, de ahí, justo en el marco de la puerta que estaba abierta, Lincoln tenía los brazos cruzados mientras observaba como Lupa lentamente iba girando su cabeza a su dirección.
Lupa estaba divagando por todo el pasillo sin darse cuenta hasta llegar a la habitación de Lincoln, un cuarto pequeño pero suficiente como para que él y dos personas más pudieran dormir más cómodos y así él no tendría que lastimarse la espalda en el sofá o ser convidado por las chicas a dormir con ellas por sentirse mal de estar acaparando todas las camas sólo para ellas. Aunque en un principio Lincoln se negó, él accedió durante un tiempo pues el dolor de espalda lo estaba matando para su joven edad.
La idea de una nueva habitación se extendió a tres más, esto debido a la misma razón. Las chicas estaban creciendo. Lincoln se sentía incómodo al dormir con jóvenes en crecimiento, y más con las mayores que sólo tenían uno o dos años más que las demás. Sus cuerpos eran más grandes y curvos, y las camas donde dormían hasta tres chicas, ya pedían que solo las utilizará una sola persona o máximo dos.
Así que Lincoln no tuvo más opción que hacer una reubicación. Gracias a Dios que es el hombre del plan, si no fuera por eso, el estrés ya se lo fuera comido vivo al tratar con tantas chicas y sus diferentes tipos de personalidades.
Dejando de lado las aclaraciones por un momento y volviendo a la escena anterior; Lincoln tomó la hoja que Lupa tenía en sus manos, cuando Lupa vio como las cejas de Lincoln bajaron un poco, ella inmediatamente miró a otro lado sujetando su brazo derecho con la mano de su brazo izquierdo.
Lincoln dio un rápido suspiro entregando de nuevo el papel a Lupa. Era un examen con un seis, pasó, por poco pero pasó.
"Te estás esforzando lo más que puedes, eh." mencionó Lincoln acariciando el cabello de Lupa. "No dejes de intentar, ¿ok?" Lupa asintió repetidas veces.
Lincoln la miró una vez más caminado en dirección a las escaleras.
"¿Adónde vas?" preguntó Lupa al verlo vestido muy formal.
"Al trabajo." dijo Lincoln con brevedad.
"Pero hoy es domingo." replicó Lupa siguiéndolo hasta la sala.
"El jefe me llamó hace unas horas, tengo trabajo extra que terminar." Lincoln saludó a las chicas que estaban en la sala luego de responder la pregunta de Lupa caminando directo a la cocina.
"Pero dijiste que me ibas a ayudar con el ensayo que tengo pendiente, debo entregarlo mañana." volvió a replicar ahora un tanto molesta.
"Lo sé, te prometo que llegaré temprano." dicho eso, Lincoln tomó de un sorbo de su taza de café y se dirigió al garaje para sacar su auto y dirigirse al trabajo.
"Y ahí va." dijo Laika. "¿Ahora qué piensas hacer? Nosotras ya terminamos nuestros ensayos y no planeo ayudarte, estoy muy cansada por haber hecho el mío." aclaró Laika.
"Y me imagino que no es lo único que te falta por terminar, ¿todavía tienes más cosas que hacer? " comentó Rinn. Lupa asintió cansada.
"Sí… estoy buscando a Lyra para que me ayude con otro deber de la escuela pero no sé donde está metida."
"¿Ya la buscaste en el sótano? Sabes que a ella le gusta cantar donde nadie la moleste." habló Terry sin despegar su vista de la televisión.
Lyra, una chica de diecinueve años y de hermosa cabellera castaña, le gustaba cantar lentas melodías con su suave voz en el sótano. Más de una vez la han halagado, pero ella insiste que eso no es cantar y que sólo están exagerando ya que ella toma esto como algo para pasar el tiempo.
Son más de veinte personas compartiendo varios metros cuadrados. Además de ello, también están las mascotas de Lincoln que son unos lindos conejos, ahora están más pachoncitos luego de algunos años.
"¿Lyra?"
Lyra dejó lo que estaba haciendo para ver quién la llamaba. Lupa, con diecisiete años aún sigue siendo muy irresponsable a la hora de cumplir con sus deberes.
"¿Sucede algo, Lupa?" preguntó de vuelta.
Lupa sonrío un poco nerviosa. "Sí, es sobre la tarea de mañana." explicó ella.
Lyra rodó los ojos. "¿Otra vez, es en serio?"
Lupa se encogió de hombros ocultando su rostro detrás del examen que tenía en la mano.
"Bien…" dijo Lyra al final con cierta molestia.
Pueden ser muy buenas amigas y todo eso, pero cuando se tratan asuntos relacionados a la escuela, la peor parte se la llevan las que mejor le va en la escuela. Es obvio que a la mejor estudiante siempre le llegan las felicitaciones y le dan premios, y no ayuda mucho que Lincoln las premie constantemente. A pesar de no ser parte de su familia, Lincoln las trata con tanto cariño que hasta pareciera ser un amante o un padre cariñoso.
"Debo comenzar a cobrar." jugó Lyra con su amiga saliendo del sótano, Lupa caminaba detrás de ella.
Al salir se encontraron con Darna.
"¡Hola chicas!" saludó ella.
"¿Hoy te toca la ropa?" preguntó Lyra viendo el canasto de ropa que llevaba Darna en sus manos.
Darna asintió entrando al sótano.
"Solo ten cuidado…" dicho eso, Lupa y Lyra escucharon un fuerte golpe que vino desde el sótano.
"¡Estoy bien!" gritó Darna.
Lupa y Lyra se observaron por un momento para luego suspirar.
"No es por mal pero, desde aquella vez que Lincoln habló con ella luego de haber inundado la cocina, parece tener más confianza en cada cosa que hace."
"¿Piensas que es malo tener más confianza en uno mismo, Lupa?" Lyra la miró desconcertada.
"No, pienso que es malo que ella tenga confianza. Al menos que intente ver las repercusiones." aclaró Lupa.
"Sí~…" Lyra rodó los ojos. "Eso es imposible, Darna le tiene mucho aprecio a Lincoln, ella como muchas de nosotras intenta pagar esa amabilidad que nos brindó y nos sigue dando." aclaró Lyra.
"Sé que esa es la manera de hacer las cosas de Darna, pero la mayoría del tiempo siempre termina en un desastre." Lupa entró a la habitación que comparte Lyra, Terry y Sonette. Esta última estaba en una de las tres camas escribiendo algo en lo que parecía ser un cuaderno.
"Pues esos desastres solo hacen que reciba más atención de Lincoln." concluyó Lyra sentándose cerca del único escritorio de la habitación.
Cada habitación tiene su propio escritorio de un tamaño compacto para que no ocupe demasiado espacio. En la habitación de Lincoln no hay.
Lyra tomó su libreta cruzando sus delgadas piernas. Lupa guardó su examen en su bolsillo trasero, fijó su atención en Lyra que se colocaba unos lentes para comenzar a leer. Lyra no tiene problemas de visión, pero los lentes se los regaló Lincoln en su cumpleaños número quince.
Vistiendo con simpleza, sin maquillaje y unas lindas pecas que se pueden ver al final de su cuello, que tal vez se extienden por encima de su pecho, Lyra es una joven modelo para la escuela de Royal Woods. A pesar de ser ya casi una mujer, con diecinueve años, Lyra no ha terminado la escuela. Las circunstancias de ella, y el resto de sus amigas ocasionó que perdieran más que su relación con su familia sino también ciclos de estudios.
Gracias a Lincoln, ahora todos pueden seguir con la escuela. La que tuvo suerte fue Lulu, que al ser una bebé y al fin estar apta para ir al jardín de niños, no tuvo que preocuparse por cosas triviales como exámenes finales o proyectos complicados.
Lulu es una niña de once años, ella cree que su papá es Lincoln. Él no iba a decir que no, no quería que la mente de la pequeña Lulu pensara que había sido abandonada desde pequeña. Lincoln sabe que Lulu no es una niña normal, pero es algo que el debe guardar dentro de su boca hasta la muerte.
Lupa comenzó con preguntarle a Lyra todas las preguntas de su examen. Con una hoja y un lápiz en mano que Lyra le dio, Lupa comenzó a tomar nota de porqué ella se equivocó tantas veces en el examen.
Sonette, también se encontraba cursando el último año de la escuela de Royal Woods al igual que Lyra. Sonette con dieciocho años, es una chica calmada durante todo el día, en casa y en la escuela. Los únicos días que ella considera que debe usar su absoluta energía y esfuerzo son los fines de semana, o sea, un día como hoy. Por desgracia, esos días eran para salir a comer helado o ver películas en la sala de estar, la cuestión es… Lincoln no está, desde ayer Sonette estaba ansiosa de saber que iban hacer hoy, sin embargo, Lincoln respondió con un rostro afligido que tal vez tenga que ir a trabajar mañana si su jefe lo llegase a llamar, y por lo que escucho hace unos minutos por el pasillo, supuso que ya debió irse al trabajo.
Sonette chasqueó la lengua con molestia. Ella seguía leyendo las cosas que iba hacer hoy en su diario… ese cuaderno de apariencia tenebrosa era su diario.
Tomó su borrador y dejó en blanco la página. Sonette suspiró. Al alzar la vista, vio a Lupa y a Lyra estudiar. Lupa se veía muy concentrada en escribir toda la explicación que Lyra le daba.
El cabello blanco llamó la atención de Sonette. Lina y Lupa tienen el cabello blanco, Lacy lo tiene un poco pálido pero son las que más parecen ser hijas de Lincoln.
Sonette se veía en su espejo de mano, un rostro simple, cansado, los chicos de la escuela decían que ella siempre parecía estar enojada con esa expresión de pocos amigos y por eso no se le acercaban, aunque eso era un alivio para ella. No le gusta interactuar con otras personas que no fueran sus amigas.
Su cabello era todo lo contrario al llamativo color de Lupa y Lina. Dejó escapar un rápido suspiro al saber que estaba pensando, está celosa de ellas. Sonette conoce muy bien el pasado de sus amigas, como ellas el suyo y así es con todas, incluso Lincoln, que en un principio fue un desconocido total, sabe todo sobre ellas, o solo lo que ellas prefirieron contarle.
Abajo en la cocina hallamos a Hiromi y a Liena, que además de preparar los alimentos para la comida de está tarde, alimentaban a las mascotas de Lincoln que se encontraban rondando la casa.
La más cercana que podemos encontrar es Belinda, una coneja muy amorosa.
"¡Amo estas zanahorias!" sin dejar de morder el vegetal, más de sus hermanas se acercaron.
Betty se aproximó hasta Hiromi.
"¿También quieres una?" preguntó Hiromi flexionando las rodillas. En su mano tenía una zanahoria.
Betty se sentó sobre sus dos patas traseras y alzó las delanteras. Era su manera de decir sí.
Los conejos pueden entenderse entre ellos pero no pueden comunicarse con los humanos. Lincoln les enseñó distintas maneras de responder, los conejos no son perros, pero parecían seguir muy bien las instrucciones de Lincoln.
Hiromi le dio el vegetal a la coneja llamada Betty.
Hiromi se giró hacia Liena que había sacado más zanahorias.
"¿Sabes Hiromi? También necesitamos estas para la comida, no podemos estar dándole zanahorias a cada momento a los conejos de Lincoln." comentó Liena.
"Lo sé, pero las zanahorias de esta semana ya se acabaron, Lincoln siempre compra más cada domingo." dijo Hiromi levantándose.
"Y por eso mismo no deberías estar dándole las pocas que quedan." siguió Liena suspirando. "Ahora que hicistes eso… mira."
Hiromi miró hacia abajo. Sin querer, luego de haberle dado la zanahoria a Betty, el resto llegó de la nada.
"Ahora sí es verdad que se acabaron." finalizó Liena entregando las últimas zanahorias que habían.
Hiromi es una joven de diecisiete años, de un lindo cabello liso. Le gusta vestir ropas grandes, que cubren la mayoría de su cuerpo pero sólo cuando sale fuera de casa. Igual que Liena, ella también se encarga de la comida en la casa.
Liena es una de las tres mayores entre sus amigas, con dieciocho años. Su cabello rubio llega más abajo de sus hombros, un tanto lacio y sedoso. Gusta vestir de atuendos con tonos verdes, además de ser un poco cortos en la cintura. Liena se encarga de la comida en la casa. Lincoln también hacia la comida para todos pero eso era antes, ahora Lincoln está recibiendo la ayuda de todos.
"¿Oigan, dónde está nuestro dueño?" preguntó Birdie, su vestido de color vino resalta sus ojos marrones.
"Lo vi esta mañana muy apurado." comentó Bethany.
"¿Debió ir a esa cosa que llaman trabajo?" siguió Brandy con algo de confusión.
"¿Qué es trabajo?" preguntó Blair con sus gafas de sol por encima de su esponjosa cabeza.
Betty llamó la atención de todas. "¡Hermanas! Es hora de comenzar con la rutina."
Los conejos se miraron entre sí para asentir con sus lindos bigotes.
¿A qué se referían Betty con rutina? Es simple, convivencia.
"¡Oh, están aquí!" exclamó Lacy al ver a Bailey y a Bertha acercarse a ella.
Lacy es una jovencita de 16 años. Es enérgica hasta el cansancio, una de las más atléticas del grupo junto con Marla.
Marla tiene la misma edad que Lacy. Ambas visten ropa deportiva, eso hace que la mayor parte del tiempo estén sudando por el calor de la tarde acompañado de los ejercicios para mantener su físico.
Lacy usa una franelilla blanca con unos short rojos apretados que toman la forma de sus glúteos. Marla por su parte, usa una blusa azul por encima del obligo y una sudadera negra.
"¿Lista para el siguiente ejercicio?" Marla comenzó a saltar haciendo tijeras.
Lacy asintió siendo acompañada por los dos conejos que comenzaron a correr alrededor del lugar, habían obstáculos que Marla y Lacy habían hecho para Bertha y Bailey.
Belulah, con su característico atuendo del viejo oeste se acostó debajo del árbol del patio trasero viendo a sus dos hermanas correr por los obstáculos que habían por los alrededores. Al lado de Belulah estaba Beth, sufriendo de narcolepsia, pero esa es la labor de Belulah, cuidar de su hermana Beth mientras dormía.
Sonette salió de la habitación dejando a Lupa y a Lyra seguir con lo suyo. Belle saltó hasta Sonette.
"¡Belle!" sonrío Sonette tomando al conejo en sus brazos y frotando su pelaje con su mejilla.
"Hola." saludó Belle, sin embargo, Sonette no entendía los movimientos de nariz y de bigote que hacía Belle.
"¡Escucha Belle! Hoy solo seremos tú y yo, Lupa está ocupada. ¿Qué dices…? ¡Genial!" Sonette siguió acariciando el pelaje de Belle mientras seguía hablando.
Betty llegó hasta el sofá. Terry veía MTV con Vikki y Pan. Vikki tomó a Betty desde el vientre.
"¿Nos vas a acompañar?" río Vikki.
Vikki tiene 18 años pero suele comportarse como si tuviera menos. Casi siempre cubre su cabeza con algún pañuelo de color celeste, a Pan le interesó ese estilo y también usa un pañuelo en su cabeza de vez en cuando, cuando no hace mucho calor.
Pan tiene 17 años, un año menos que Vikki pero la misma edad que Terry. Pan es un apodo que le colocaron sus amigas, ya que su nombre es Panther y sonaba más amigable de esta forma. Este trío de amigas en particular le gusta vestir un poco más rebelde que el resto, si es Hiromi que se cubre mucho, también contando a Loan, estas tres chicas son todo lo contrario a dignidad.
Terry, joven problemática en la escuela con 17 años viste de morado incluso en su ropa interior. Su vaquero era sumamente corto, incluso, parecía ser ropa interior, lo que lo diferencia de eso, es su tela gruesa y de color gris con hilos sueltos por los extremos. Marla solo usa blusa durante su entrenamiento con Lacy, sin embargo, Terry está a toda hora con una blusa un poco suelta de color rosa con tirantes morados que le llega hasta el ombligo.
Vikki es más considerada de su cintura para abajo, un jean azul simple es lo único que usa la mayoría del día. Su torso es cubierto con una camisa verde pastel con garabatos en ella, sus mangas son anchas dejando caer un poco su camisa dejando ver un poco el centro de su pecho. En su cabeza hay una pañoleta de color oliva, distinto día, distinto color.
Pan, viste mejor que las dos anteriormente mencionadas. Esta chica más sin embargo, tiene una obsesión por las cremalleras que hasta en su ropa las puedes encontrar. Su camisa es de color café con una cremallera en el cuello, volviéndolo un cuello de tortuga. Su pantalón color hueso tenía dos cremallera, una en cada pierna que iban desde el inicio hasta el final en línea recta. Si estás ropas fueran más reveladoras, creería que esto es lencería erótica.
Betty se acomodó en las piernas de Vikki viendo a Blair, Beverly y a Brie ir hacia la cocina. Al parecer Blair y Beverly se juntan con Liena para que ella les cepille el pelaje. Brie, con su atuendo de chef, se acercó hasta los pies de Hiromi para llamar su atención.
Hiromi la tomó hasta dejarla cerca del lavaplatos. Cada vez que Hiromi pensaba que Brie era un ratón que sabía cocinar reía entre dientes.
Laika, luego de que Terry le haya dicho a Lupa donde podía encontrar a Lyra, subió hasta el cuarto que comparte con dos de sus amigas; Vikki y Hiromi. Es una de las tres habitaciones que se construyeron ampliando un poco más la casa.
Ahí se quedó unos minutos hasta que llegó Liby y Rinn. Está última llegó luego de terminar de ver su documental dejando el control a manos de Terry que inmediatamente lo colocó en MTV.
La reunión de estas tres se debía a un plan de agradecimiento que llevaban planeando hace una semana atrás.
"Ya tengo los ingredientes." mencionó Liby mostrando una caja de barras de chocolate.
"Bien. ¿Qué conseguiste Rinn?" preguntó Laika.
"Tengo la masa para hacer el pastel."
"Bien." Laika asintió. "Solo faltan las fresas, de eso me encargó yo. Luego de cenar, comenzamos a preparar el pastel, al parecer Lincoln lo llamaron del trabajo y según como lo vi, llegará tarde." sonrío. "Esto nos facilita las cosas, ya no tenemos que distraerlo." Laika se acomodó el suerte dando fin a esta reunión.
Laika es una chica de temperamento alto de unos 18 años. Mientras no la provoques no habrá visitas al hospital. A Laika le gusta vestir ropa masculina para verse más fuerte... Además, usa calzones.
Antes de que Laika saliera, Rinn la detuvo. Rinn tiene la misma edad de Laika y unos años más que Liby. Es rubia a diferencia de sus dos amigas que son medio pelirrojas. Si hablamos de formas de vestir, la de Rinn sería la más normal entre todas.
"¿Y qué haremos con Darna?" preguntó algo insegura.
Laika lo pensó un momento. Darna es su amiga, pero la verdad es que ella trae el desastre consigo adónde sea que vaya. Ninguna ha pensado una contramedida si Darna se presenta.
"No creo que debamos pensar en ella de esa manera. Si le hablamos antes de que nos quiera ayudar, puede que entienda." opinó Laika.
Liby asintió. "Es su manera de ser, si evitamos que pueda ocasionar un problema, todos salimos ganando." Liby sonrío acercándose a Laika para salir de la habitación.
Está chica llamada Liby, estuvo muy cerca de morir en aquella ocasión hace diez años si Lincoln no fuera aparecido para salvarla. Liby tiene un cabello muy parecido al de Laika, incluso podrían jugar con la gente diciendo que son hermanas y nadie pensaría que es una mentira.
Liby es de las pocas que usa falda entre sus amigas, para ella es más refrescante y más casual. Su falda es de color naranja con cuadros negros. Su camisa de botones negros es de color hueso, también tiene un lazo amarillo para el cabello.
Rinn suspiro cerrando los ojos. "Está bien… simplemente, tengamos cuidado." dicho eso, las tres chicas tenían su plan marchando por buen camino.
Darna salió del sótano luego de haber lavado la ropa satisfactoriamente, aunque… otra vez se descompuso la lavadora.
Bueno, esto es algo complicado de explicar... No saben si solo es mala suerte, alguna clase maldición o solo es que Darna es muy, pero muy torpe, que esta chica está causando líos a todo momento. Con 17 años Darna es más alta que el resto de sus amigas con 1.77 m, alcanzando un poco a Lincoln que mide 1.84 m. Desde que Darna tenía siete años, lucía como una joven de quince, y eso confundió a Lincoln la primera vez que se conocieron. Su forma de vestir va de una camisa manga larga con un cuello de tortuga, además de Liby, Darna también usa falda, una falda de estilo occidental negra con un cierre a su costado derecho. Aunque no haya especificado que tipo de calzado usan las demás, Darna es especial, ella usa botas de color marrón que van por encima de sus tobillos con calcetines blancos que llegan hasta su rodilla.
Su forma de vestir es para tratar de minimizar los daños que esta chica se ocasiona solo por caminar.
Brandy, la conejita más esponjosa de todas llegó hasta la habitación de Lizy. Al golpear la puerta con sus patas traseras, la puerta se abrió lentamente mientras Leia sacaba un poco su cabeza para ver quien tocaba. Al notar a la pequeña mascota de Lincoln vistiendo un vestido rosa brillante, la dejo entrar, sabía que había venido por Lizy. Brandy entró viendo a Lizy jugar con su peluche de un dinosaurio a pesar de tener catorce años.
El peluche fue derribado por Brandy que se abalanzó hacia él. Lizy se sorprendió riendo luego de ver que se trataba de Brandy.
Leia sonrío desde el marco de la puerta para luego cerrar la puerta y caminar a su cama. Reina se encontraba durmiendo en la otra cama como un tronco.
Leia es una jovencita de 16 años, su actitud puede ser de lo más calmada hasta de lo más histérica. Los sucesos de su pasado influyó mucho con su desorden bipolar que a veces la hace la más amable o la más egoísta de todas. Pero si sirve de algo, mientras Lincoln este cerca de ella, pueden tener por seguro que será amable hasta que Lincoln no esté. Su camisa con cuello V tenía un pequeño bordado de color amarillo en su pecho con forma de una corona. Leia, sin importar la temporada en la que este, usa siempre una falda de colores fríos, solo en invierno es obligada a vestir más arropada.
Sin darse cuenta, la habitación había sido convertida en un centro de juegos cuando Lizy bajó todos los peluches que tenía en su cama y comenzó a fingir que estaban peleando contra Brandy.
Lizy es la segunda más joven del grupo, le falta el diente de enfrente. La gorra roja que usa fue un regalo de Lincoln de la feria donde fueran hace dos años. A pesar de la vida revoltosa de Lizy, trata de mantener su gorra lo más limpia posible con ayuda de Leia.
Reina, esa chica de piel morena que se encuentra aún dormida después del ruido que está haciendo Lizy y Brandy, tiene 16 años, pasa su tiempo libre durmiendo. Viste un esqueleto blanco con una camisa a cuadros de color rosa con unos jeans azules.
Belinda, la amorosa de las hermanas conejo se topó con Loan, la joven 19 años estaba sumergida en sus pensamientos al frente de su habitación.
"¿Otra vez?" se preguntó Belinda para ella misma.
Ya se volvía costumbre en esta casa encontrar personas con ciertas personalidades y casos especiales, una de ellas es Loan. Una joven casi adulta con baja autoestima, pero esto solo sucede cuando se encuentra sola, Loan entra en una estado como de congelamiento donde no se mueve o dice algo hasta que alguien más le hable. Es como un temor por llegar a hacer algo mal solo por existir. Pero ese sentimiento se mantiene en lo más profundo de su corazón mientras tenga a sus amigas y a Lincoln en todo momento.
Belinda mordió el pie de Loan ya que esta estaba descalza. Loan saltó del susto recobrando los sentidos.
"¡Ouch!" se quejó Loan para luego mirar a Belinda con las mejillas infladas. Luego de una lucha de miradas, Loan perdió por esos ojos verdes, suspiró con pesadez. "Gracias… creo que lo necesitaba."
Lani salió del baño con una toalla cubriendo su cuerpo desnudo. Solo con 17 años sus cuervas se podían ver a través de la toalla. Lani saludó a Loan, esta le devolvió el saludo.
Belinda pudo ver a Bárbara llegar hasta la habitación de Lyra seguida de Brenda. Lupa salió con una enorme sonrisa en su rostro mientras sujetaba con fuerza el cuaderno de sus deberes escolares. Bárbara entró y Brenda la siguió. Brenda le gusta la voz de Lyra cuando esta cantaba, es algo tranquilizante, y ahora que Bárbara está con Lyra, la joven de 19 años no dudará en cantar un poco.
Después de saludar a Loan, Lani siguió su camino hasta su habitación, la cual comparte con Lari y Lacy. Lari leía un libro de biología en el escritorio de la habitación. Lani se quitó lo único que cubría su cuerpo y lo dejo caer en la cabeza de Lari, molestándola.
"¡Ten un poco de vergüenza de vez en cuando!" fulminó Lari cruzando sus piernas. Su cabello recogido de color rubio resaltaba sus ojos negros. Su cuerpo de 19 años expresaba madurez aunque su actitud no.
"Ja. ¿Y qué me dices tú?" preguntó en respuesta.
Lari alzó una ceja. "Es mi pijama." contestó ella.
"Estar desnuda no es estar en pijamas." reclamó Lani.
"Para mí sí lo es." Lari se encogió de hombros.
"¿Qué pasa si Lincoln te ve?"
"El nunca entra sin antes tocar, es el único hombre en esta casa." Lari puso un dedo en su mejilla. "El único, ¿eh?" Lani rodó los ojos.
"No, comiences otra vez." advirtió Lani. "Sabes que te rechazó como unas… ¿tres veces?"
"Cinco." corrige Lari. Lani se sorprende un poco.
"¿Lo volviste a intentar?"
"Es prueba y error nena." jugó Lari con su cabello.
"Como sea." resopló Lani acabando la conversación para buscar algo de ropa.
Beatrice descansaba al lado de Bernice y Bodhi en la habitación de Lincoln, donde también duerme Lulu y Liby. Normalmente, Beatrice y Bippa son las únicas que vienen aquí, pero Lincoln no se encuentra, así que solo esta acompañando a sus hermanas que interactúan con Lulu. Ella vigila, Lulu no es como su dueño Lincoln, es un poco extraña, si le quita el ojo de encima pueden suceder cosas muy extrañas que Beatrice no puede explicar.
Bebe y Bippa se encontraban durmiendo en una esquina de la sala. Bebe acompañaba por momentos a Liby porque le parecía muy divertida.
Bianca no está dibujando nada en su lienzo, está vez, quiso tomar el día de hoy para relajar su imaginación. Y con ello, prefería cuidar de su hermana Blanch que se encontraba en las manos de Gloom.
"¿Qué le sucede?" le preguntó a Lina.
Lina ladeó la cabeza negando. "No lo sé, Lincoln nos habló sobre ella. Blanch se enferma todo el tiempo, pero no están grave como para llevarla al veterinario. Creo que Lincoln tiene unas pastillas para ella en su habitación."
"¿Pastillas? ¿Estás segura?" Lina asintió, después de todo, el único que ha mantenido a Blanch viva todo este tiempo a sido Lincoln, y Lina no iba a dejar que eso acabara hoy.
La voluptuosa Gloom la siguió escaleras arriba. Lina le lleva un año a Gloom, más sin embargo, se podría decir que Gloom va más por delante que el resto de sus amigas mayores.
Gloom tiene tan solo 16 años, y para lo que era cuando conoció a Lincoln, una niña que tuvo que madurar mentalmente muy rápido, y no estoy seguro, pero por su madurez mental por todo lo que tuvo que pasar también tuvo efectos en su cuerpo, o eso creo yo. Esto debido a la historia que Gloom le contó a Lincoln, era impensable que eso en verdad haya sucedido (ver capítulo 9) y más a una simple niña.
Pero historias como la de Gloom no hicieron más que ser el comienzo de toda la desgracia que venía en las vidas de cada una de estas chicas.
Lina por su parte, a sus siete años había hecho cosas que niñas de su edad nunca se les vendría a la cabeza. Vivir de sudor y esfuerzo propio, con amigos, hizo que todas ellas fueran más fuertes para el día de mañana y el que sigue. Los problemas fueron presentándose día tras días pero nadie desistió. Y Lincoln por fin pudo ponerle fin a esta cruel vivencia para nada humana que tenían estas chicas.
El cielo está cerrado para él, aún después de ayudar a aquellas niñas, su pecado fue dejar de lado a su verdadera familia.
Luego de varias vueltas por aquí y por haya… Lincoln logró dejar la casa de sus padres a su nombre, con algo de ayuda de Albert. No les permitió a su familia volver, ya que está ya no era más su casa, contando con ello, ya cada quien hizo su propia familia dejándolo de lado a él… otra vez y otra vez.
Él tiene sobrinos, lo sabe, y sus hermanas también. Pero eligieron su individual vida personal, entonces él hará lo mismo.
Señor Lynn y Rita deben seguir en New York con las ganancias que les da Lily en la pantalla grande. Pero eso ya no es más de su incumbencia.
Las horas pasaron y Blanch dormía más calmada encima de la almohada de Lina. Esta sonrío al verla. La albina estiró sus brazos y piernas para bajar a cenar, Lincoln todavía no llegaba pero el día pasó sin preocupaciones, o eso creía.
Al salir de la habitación de Lincoln, Lina vio a Gloom de pie en las escaleras entregando las pastillas para Blanch, luego de asegurarse de que Blanch se sintiera mejor, Gloom y Lina fueron de inmediato a buscar asiento al lado de Lupa. Gloom, siendo una chica alegre y juguetona con sus amigas, le gusta vestir atuendos oscuros casi que si fuera un emo o una gótica. Lina es más libre a la hora de vestir, mientras se sienta refrescada, no le importa vestir una musculosa gris y unos pantalones cortos.
Hiromi y Liena sirvieron la cena, Liena tomó unas cuántas zanahorias que había comprado y las dejó en un gran plato que estaba cerca del comedor.
Lincoln por fin había terminado con el trabajo extra de la empresa, por haberlo llamado en un día de descanso le dieron el día de mañana libre.
Liby, Rinn y Laika habían comenzado con la preparación de su pastel. Lupa estaba leyendo su cuaderno para ver si todo estaba correcto, a Darna le pidieron que se sentará en el sillón y sin importar lo que ella viera no ayudaría. Lizy todavía seguía jugando pero esta vez con su peluche favorito, que era la combinación de un dinosaurio con un pingüino, un pingüinosauro-rex, le nombró Lizy.
Los conejos se fueron a descansar y los que no habían hecho nada durante el día se mantienen despiertos para esperar la llegada de su dueño y saber que está aquí y así descansar con tranquilidad.
Rinn pasó con dos tazones llenos de lo que parecía ser harina.
Liby tenía el chocolate ya líquido, y Liaka consiguió las fresas.
Al lado de Darna estaba Leia que sumergía sus pies en un balde de agua. Leia se levantó luego de diez minutos para cambiar el agua. Lupa seguía inmersa en su cuaderno.
Liby tomó el chocolate frío y lo llevó hasta la sala en ello Rinn llevó la masa para mezclarla con el chocolate y siguiendo, Leia bajaba con un balde con agua fría, muy fría.
Lizy tenía una cuerda con la que sujetó a su peluche, Darna no lo había notado ya que la mesa de la sala tapando un poco la visión, con curiosidad Darna tomó la cuerda y tiró de ella.
El auto de Lincoln se detuvo enfrente del garaje, suspiró con alivio al llegar otra vez a su casa para poder descansar un rato.
La cuerda se tenso en ambos extremos, Darna y Lizy hicieron fuerza, Leia no vio la cuerna en su camino a punto de llegar al sofá. Leia gritó mientras caía encima de Rinn que se encontraba pegada a Liby mezclando la masa del pastel que, por desgracia o un raro suceso, daba vueltas en el aire luego de Liby sintiera el peso de Rinn y en un intento de sujetarse lanzó todo al aire.
El agua fría, como la masa de pastel cayó sobre todo el lugar. En el peluche de Lizy, en el cuaderno de Lupa, en las ropas y cabello de todas.
Laika salió de la cocina para ver que estaba pasando, viendo esa escena solo tenía dos opciones; sentirse frustrada por perder todo el progreso o molesta por el desastre que había en la sala pero, no fue ninguna de las dos, en vez de eso fue miedo. Lincoln estaba en el marco de la puerta con los ojos bien abiertos frunciendo de a poco su ceño.
"Oh, maldición." susurró Laika girando a ver a sus amigas cubiertas de manchas. Sus ojos expresaban la misma sensación.
"¿¡Qué pasó aquí!?" preguntó Lincoln serio.
Nadie sabía que responder porque ninguna supo como sucedieron las cosas. Lincoln apretó los labios señalando las escaleras, eso quería decir que debían ir a su habitación ahora mismo. Laika pasó con rapidez detrás del resto, Rinn ayudó a Lina y a Leia.
Lupa se encontraba con la cabeza baja sujetando su cuaderno mojado. Se mordió el labio inferior tirando el cuaderno al suelo para correr escaleras arriba.
Lizy se levantó del suelo, en realidad esto no le molestaba a ella pero su peluche favorito era todo un desastre. Lincoln tomó el peluche de Lizy mientras subía por un baño como el resto.
Darna seguía sentada sin darse cuenta de lo que había pasado, después de un parpadeo sus ojos se habían llenado de chocolate como su cabello, pero de resto, era la que más limpia estaba del resto.
"¿Fuistes tú?" Lincoln se quitó el traje dejándolo encima del televisor.
"La verdad… no lo sé. Esta vez me quedé quieta." Lincoln alzó una ceja.
Suspiró. "Ve al baño, luego a tu habitación." Darna asintió dejando a Lincoln lidiar con este desastre.
Lincoln vio el cuaderno que Lupa había tirado al piso minutos antes. La sorpresa de Lincoln fue grande al poder visualizar muchas, pero muchas notas escritas en cada página como una guía que solo la persona que las escribió entendería. Lincoln sonrío para comenzar con el aseo de la sala. La mayoría se encontraba durmiendo ya, a excepción de las involucradas en el desastre en la sala.
"Arruinado." pensó Laika.
"Un fallo total." susurró Rinn.
"Qué desgracia." pensó Liby intentado dormir.
"Creo que no hice nada esta vez." Darna seguía temiendo que ella haya sido la causante de todo eso.
Lizy ya había conseguido sus dulces sueños al igual que Leia, que por estar pensado demasiado en lo que había pasado se quedó dormida.
Lupa tenía su rostro contra la almohada, tal vez evitando que sus lágrimas de frustración salieran y levantara a sus amigas.
Lincoln tomó aire cansado, no fue mucho esfuerzo pero le tomó tiempo tener la sala limpia otra vez. Había dejado el peluche de Lizy en la lavadora en lavado lento.
"Falta esto nada más." mencionó Lincoln viendo el cuaderno húmedo de Lupa. "Tanto esfuerzo… no lo dejaré perder."
Por las afueras del vecindario, una camioneta negra pasó con una velocidad muy disminuida.
"¿Es aquí?" preguntaron.
"Según la información que tenemos, es aquí donde se encuentra la señorita Lupa." respondieron unos sujetos robustos.
Nota: Si no son ciegos y saben contar, quiero que me digan cuantos personajes estoy manejando en esta historia contando a la familia Loud, los conejos, a Lincoln y a las chicas. Y así entenderás por qué no es fácil sacar actualizaciones más rápido.
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