Día 20: A book/A song
"Viento llévate el miedo de cada uno de sus cabellos, tiempo hazle cariño a cada uno de sus recuerdos. Oh amigo mío, vuelve, pasa por casa. Te espero, te espero siempre. Este tormento con todo arrasa..."
Vio como una lágrima recorría lentamente el cristal de la copa desde el interior. Su rojizo color, intenso, brillante, sin ninguna impureza, saltaba a la vista. Le hacía recordar escenas pasadas con tonos carmínes.
Su pecho gritaba y su memoria se atormentaba. Porque el rojo siempre le recordaría a él...
"... Aunque nunca te lo digo, te he hechado de menos y pongo al cielo de testigo. Aunque pierda lo que es mío, pa' volver a saludarte hoy toca despedirnos..."
Bebió otro trago, sintiendo su garganta arder por el alcohol. Su mente ya estaba más que nublada y el sabor del vino ya había desaparecido. Pero aun así, Chuuya no podía dejar de pensar, no podía olvidarse de él. Era como si sus sentimientos, sus emociones y sus recuerdos hubieran surgido con más fuerza y estuvieran nadando tranquilamente en la botella, burlándose de su estado.
¿Por qué? ¿Por qué se comportaba de esta forma? Se suponía que le odiaba, que le había jurado matarle algún día y deshacerse de él.
¿Por qué su ausencia dolía tanto?
"... Una que otra lagrimita te regalo, doy la vuelta y dejo que me tomes otra vez. Tu me arrastras, rompe, arranca, muerde. Oh, no puedo con toda tu piel..."
Ya a nadie le sorprendía verlo así, borracho una que otra noche en algún bar de mala muerte gastando hasta el último peso en vino barato.
Porque en verdad su intención no era disfrutarlo.
Otra copa más en su cuerpo y las fuerzas le comenzaban a abandonar, sus ojos se cristalizaban y el aire se sentía difícil de respirar. Quería llorar...
"... Aunque nunca te lo digo, te he hechado de menos y pongo al cielo de testigo. Aunque pierda lo que es mío, pa' volver a saludarte hoy toca despedirnos..."
Llorar por eso que no se atrevía a nombrar, por eso que no pudo impedir y por eso que no se atrevía hacer.
Llorar, porque no podía hacer nada más que ahogar sus penas en vino tinto e intentar con él llenar el vacío que Dazai irremediablemente dejó.
"... Aunque nunca te lo digo, te he hecha de menos y pongo al cielo, al cielo de testigo. Aunque pierda lo que es mío, pa' volver a saludarte, pa' volver a enamorarme, hoy toca despedirnos..."
*-*-*-*-*-*
•Lágrima: son las gotas del vino.
Hoy vengo con una canción que amo, se llama "La despedida" de Camila Gallardo. Escuchenla, es una artista genial.
Día 20 listo. Nos falta cada vez menos.
Nos leemos mañana.
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