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Treinta y nueve

-Te lo juro, estoy bien, Jimin- lo miré y trate de quitar sus insistentes manos de mi cuerpo.

-¿Por qué no me avisaste? Pudiste llamar a alguno de los chicos si no querías llamarme- sus cejas parecían querer juntarse por lo molesto que estaba.

-No tuve tiempo, todo fue tan rápido - trate de escusarme. Claro que había tenido tiempo para llamarlo, incluso había pensado en hacerlo, pero no quería preocuparlo. -Estoy bien- sujete su rostro entre mis manos con delicadeza. -Estamos bien ¿ok? Quédate tranquilo, no pasó nada-

Y frunció sus labios, sus ojos se estrecharon al ver mis rasguños y el golpe en mi labio.

-Si a eso le llamas estar bien, en serio Daniela, un día de estos me dará un infarto como mínimo - negó, apretando el puente de su nariz.

Suspire, sabía que no podía quitar esa idea de su mente pero solo podía aligerarla. Sonreí un poco. Jimin había llegado al poco tiempo que lo hicimos nosotras, después de una revisión, donde le recetaron reposo a mi madre y a la abuela sólo tomar algunos medicamentos para la inflamación. Y yo, bueno, mis heridas sanarian con el tiempo. Pero ambas, incluso la abuela estábamos más tranquilas al saber que aquél hombre ya no volvería a entrometerse en nuestras vidas.

-Si algo te llegara a pasar, no se que haría sin ti...- Jimin me abrazó, podía sentir su olor a fragancia, era un toque floral y dulce. Yo también lo abracé. -Me volvería loco si algo te pasara, en verdad-

-Pero no paso nada, yo sigo aquí, no te dejaré tan fácilmente - sonreí alejándome un poco de él para mirarlo, sus labios estaban formando una suave sonrisa.

-Los dos somos un caso perdido-

Y no lo negué, pues sabía que tenía razón. Yo lo preocupaba así como él a mí, pero ambos haríamos lo que sea por nuestras personas amadas y no se diga por cualquiera de nosotros dos. Nuestra relación podría llegar a ser peligrosa en el futuro si esto seguía así, pero no estaba dispuesta a dejarlo.

♢♢♢♢♢♢♢♢

Sábado había llegado, le había insistido a mi madre sobre quedarme en casa con ellas, pero se o puso. Ella quería que viviera mi juventud al máximo, no quería que me perdiera de nada.

Me miré al espejo por quinta vez en menos de media hora. No sabia si lo que estaba usando ahora mismo estaba bien para la ocasión, la verdad es que no tenia muchas ganas de ir a la fiesta pero mamá tenía razón, además de que ya había quedado con los chicos. Resople, no me sentía muy comoda, me quite los pantalones y me puse un short corto de mezclilla claro sobre las medias negras y me puse una blusa de tiras blanca y encima una playera de cuadros color negro y verde. Me sentía un poco mejor, sabía también que los chicos se vestirán muy bien, pero yo no me sentía tan a gusto.

Me deje caer en la cama y solo miré mi teléfono, pensando una y otra vez si cancelar mi salida, pero cuando quería hacerlo me arrepentía. Arrugue la nariz cuando el timbre de la casa sonó, sí, era Jimin y mi oportunidad había pasado. Ahora tenía que ir sí o sí.

Baje las escaleras después de hacer lo que me faltaba rapidamente, abrí la puerta y sonreí hacia Jimin, quien tenía una sonrisa también.

-¿Estas lista?- alzó ambas cejas. Parpadeo varias veces antes de contestarle.

-Algo así, la verdad es que quería quedarme en casa para cuidar a mamá, pero ella y la abuela casi me echan a patadas cuando se los dije-

-Sí,  suena muy a ellas...- suspiró. -Ellas sólo quieren que el mal trago se te pase, además, si ellas quieren que vayas yo les haré caso- sonrió dejando un beso en mi frente.

-Eso lo dices porque les tienes miedo, Jimin- le di un suave golpe en su pecho.

-¿Y quien no? La abuela pega como el demonio con su cucharón, y bueno, a tu mamá aún no la veo enojada pero no dudo que sea igual o peor a la abuela-  asentí sonriendo divertida.

-Bueno, hace mucho sólo una vez se enojó con el cartero, casi le da con la escoba cuando atropello sus plantas favoritas con la bicicleta -

Recordé ese momento, yo apenas tenía ocho años y papá había estado tomando su café como todas las mañanas. Mamá se había puesto a podar sus hermosas plantas, pero cuando llego el cartero en su bicicleta, no alcanzó a frenar a tiempo llevándose de encuentro a un par de macetas con las flores favoritas de mi madre. Mi padre había salido asustado cuando escucho los gritos de mamá y se disculpo algo abochornado con el cartero. Fue gracioso ese momento. Suspire para después mirar a Jimin.

-Una situación algo cómica, supongo- se encogió de hombros.

-Un poco, sí, pero desde ese día el cartero cambió por otro, ya no era el mismo-

-Vaya, entonces me cuidaré de tu madre también - negué divertida.

-Claro, porque cuando se enfada le sadran rayos láser de sus ojos- ambos reímos.

-Vamos, antes de que de verdad te arrepientas -

Le di un golpesito en el brazo. Solo sonrió y pasó su brazo por mi cuello. Dirigiéndome hacía un coche que estaba estacionado en la calle, el cual no había visto. Cuando pregunté por éso, solo se encogió de hombros.

-Regalo de mi madre, supongo que es su forma de recompensar su falta de tiempo para mí -

Manejó con cuidado por las calles, puso algo de música en la radio. El silencio que se formó no fue muy cómodo que digamos. No sabia que podría decir, miré hacia el frente, las luces de las lámparas pasaban por los lados de nosotros, las calles parecían oscurecerse cada vez más. Mire la hora que estaba en el table del auto, eran las siete de la noche. Sí, ya era hora de que empezara a oscurecer.

-¿Y queda muy lejos la fiesta de los amigos de Namjoon?- pregunté para sacar algo de conversación.

-Ah, ¿no te dijimos donde sería? -me miró con el rabillo del ojo, solo por unos segundos para después volver a mirar la calle.

-No, sólo se que son amigo de Namjoon y supongo que de ustedes también -

-Bueno, sí, no iremos a su casa ni nada de éso, él rento una bodega a las afueras de la ciudad, es su cumpleaños y él quería celebrarlo a lo grande, ya lo veras- sonrió.

-Creo que me hubiese vestido mejor- murmure, pero al parecer me escucho.

-Estás perfecta para la ocasión, Taeyang es... una persona que prefiere usar pantalones rasgados y playeras casi rotas que usar trajes o cosas así, ya lo verás, pronto llegaremos-

No hice más preguntas, solo dejé que me condujera hasta donde se daría esa famosa fiesta, la cual me empezaba a intrigar. Los grandes edificios se fueron quedando atrás y algunas pequeñas fábricas fueron las que aparecieron poco a poco, pasamos por un poco de monte desierto, y después, un gran lote de bodegas se dejaron ver. La música se empezaba a escuchar desde donde estábamos. Baje un poco el vidrio de la ventana, el viento chocando con mi rostro y escuchando más la música. Parecía que ya había empezado todo.

Jimin estacionó el auto a un lado de más autos, puso la alarma. Caminamos con nuestras manos entrelazadas. Me sentía nerviosa.

-Tranquila, todo estará bien- apretó un poco mi mano.

A mi mente llegaron las imágenes de la fiesta de cumpleaños de Namjoon, si eso llegará a pasar de nuevo... no sabría que hacer. Pero esa vez, aun no tenia nada de que ver con Jimin realmente, solo era la chica con la cual pasaba el rato (sin nada de sobrepasarse) pero esta vez si que lo éramos, éramos una pareja y no dudaba que Jimin me defendiera, causando de nuevo su pérdida de control.

Ambos llegamos a una gran puerta, donde había una fila con chicos de diferentes edades esperando su turno para entrar. Nosotros solo caminamos hasta donde estaba un gran jombre, causando murmullos a nuestras espaldas.

-¿No deberíamos hacer fila también? - le susurre acercándome un poco más a él.

Se giro para mirarme con una sonrisa.

-Nosotros no, son las ventajas de conocer a Taeyang- lo dijo como si fuese lo más normal.

No dudaba que Jimin, así como los chicos, tenían algunas conexiones importantes en el mundo. Y esta era una de ésas.  Jimin le dijo algo al gran hombre que estaba parado en la entrada con los brazos cruzados, nos abrió la puerta dejándonos entrar, la verdad no supe que fue lo que le dijo pero ya me lo imaginaba.

Al entrar fue un gran golpe para mi limitado conocimiento sobre fiestas. Si había pensado que la fiesta de Namjoon fue épica, ésto se llevaba el premio. Luces por todas partes, un gran número de personas estaban aquí reunidas, había dos plantas, en la primera era donde estábamos y donde la gran mayoría estaba bailando al ritmo de la música. En la parte de atrás de la planta baja había una barra donde servían bebidas. En la planta alta había algunas mesas o pequeños livings donde había sillones y algunas personas.

-¡Nosotros vamos arriba!- habló cerca de mi oído. Asentí.

Sin soltarme, caminamos por entre toda la muchedumbre que nos empujaba sin querer. De vez en cuando me pisaban y soltaba uno que otro quejido. Cuando llegamos a las escaleras subimos. Todo estaba lleno de luces de color neón. Tan llamativo y extravagante.

Caminamos un poco más, donde poco a poco pude ver a los chicos ya esperándonos sentados en los sofás que estaban por ahí.

-¡Ya era hora de que llegarán! - Hoseok llegó hasta nosotros y me regaló un abrazo, haciendo que soltará a Jimin.

-¡Dani no quería venir! - soltó Jimin, lo volteé a ver. 'Chismoso' pense.

-¡¿Porqué? !- Hoseok estaba haciendo un lindo puchero.

-¡Sólo quería cuidar a mi madre!-

Él pareció entender la situación y solo asintió. La música alta no dejaba que escuchara o hablará muy bien. Fuimos hasta donde estaban todos, pero entre ellos había alguien quien jamás había visto. Salude a los chicos, pero cuando llegué a él, me detuve y miré a Jimin.

-Dejen que los presente, Dani, él es Taeyang, Taeyang ella es Daniela, mi novia-

-¿Así que tú eres la famosa novia de Jimin? Mira que me preguntaba quien fue la mujer que hizo sentar cabeza a este chico- Taeyang palmeo el hombro de Jimin.

-Es inevitable cuando se tiene a una chica tan linda como ella a mi lado- me sonroje, aun no me acostumbraba a que él dijera eso enfrente de la demás gente.

-Entiendo, espero un día encontrar a alguien así, pero por ahora viviré la vida al máximo -

Todos los presentes rieron.

Era un chico agradable, aunque a primera vista intimidaba. Típico de todos los que rodeaban a los chicos, supongo, aunque a veces los mismos chicos daban más ternura que intimidad. Claro, eso solo será mi secreto.

-Un día la encpntraras, siempre existe alguien ahí a fuera esperando por nosotros - le dije tímidamente.

Taeyang me miró por unos segundos y después miro a Jimin

-Oye Jimin, tienes que cuidarla mucho, un día te la robare- de nuevo risas, pero Jimin hizo una cara de molestia.- Tranquilo, es solo una broma, pero en serio, cuida a tu chica, existen pocas como ella-

Jimin asintió, el ambiente se hizo algo extraño. Pero siempre existe alguien para romper esos momentos incómodos y no pude estar mas agradecida.

-Oh, yo quiero algo de beber, ¿quien viene conmigo?- Hoseok sonrió alegre, sujetando la mano de Taehyung.

-Yo voy contigo, Hyung-

-Alto ahí, Jungkookie, sabes a la perfección que no puedes beber aún -

-¡¿Qué?!  ¿porqué no?- el menor de los siete chicos parecía indignado ante lo dicho por Hoseok. - Se supone que esto es una fiesta  no una misa-

-El que te llevemos a lugares como éstos no significa que dejaremos que bebas-  ahora fue Seokjin quien le habló.

-Pronto cumpliré la mayoría de edad, en algunos meses...- empezó pero fue interrumpido.

-Pues en algunos meses más beberás,  ahora no, mejor vé y tomate una limonada enano- Suga le sonrió.

-Me dijiste enano y eres mas bajo que yo- murmuró Jungkook enfurruñado.

-¡Te escuché! - Yoongi había perdido la sonrisa.

-¡Pues que bueno!- Jungkook se cruzó de brazos y arrastró a Hoseok junto con Taehyung hacia la barra que estaba en la planta baja.

Seokjin y Namjoon suspiraron. Los volteé a mirar

-Suele ponerse así cuando no dejamos que beba, la cosa es que le prometimos a su madre cuidarlo y mantenerlo alejado de éso hasta que fuera mayor de edad- Seokjin sonrió con amabilidad.

-Cuidan demasiado a ese niño- Taeyang les señaló con el dedo.

-Lo suficiente para no preocupar a su madre, ella es alguien que parecíamos por darnos un poco de amor de madre, cosa que no solemos tener en casa-

Recordé rápidamente algunas cosas que me habían contado, no pude evitar sentirme mal.

-Rayos, que está es mi fiesta y tienen unas caras largas,  vamos a divertirnos. ¡Que la noche es larga!-

Todos a sintieron y sonrieron. Jimin me pregunto si quería algo de beber, yo solo quería algo de limonada. Cuando Jungkook me vio con mi limonada dijo algo como "te comprendo"  yo solo reí.

La música sonaba a muy alto volumen, los chicos bailaban, ellos eran sólo ellos. Y así pude conocer otra faceta más, que podían llegar así ser las personas más divertidas con algunos intentos de baile de Seokjin y Namjoon, de la efucividad de Hoseok y Taehyung sólo admirandolo y también siguiéndole el ritmo, y Jungkook, quien parecía saberse todos los pasos. Jimin y yo bailábamos también, claro, él lo hacía mucho mejor que yo.

Disfrutando de nuestra noche, una de tantas que vendrían. Solo tenia que dejarme llevar.

•••••••••••

Hola a todas, bueno aquí está el capítulo. La mitad de éste lo escribí en el hospital. Espero y les guste, déjenme decirles que se viene algo... bueno, lo verán en el otro. Espero no me odien.

Ahora si me voy, pensaba subirlo por la noche pero recordé que me llegará familia y no podré. Así que... bueno, nos vemos el miércoles.

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