Voten y comenten
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Su madre aparcó detrás de la camioneta negra brillante de los Bale, por lo que todo el ruido dentro de su mini van cesó, dejando que lo que parecía ser una pequeña discusión llamara su atención.

Habían dos chicos, el que les daba la espalda era pequeño y delgado, tenía puestos unos jeans negros, botas de combate y una chaqueta verde sobre un suéter negro, la capucha del suéter cubría su cabeza por lo que no podían ver el color de su cabello.

El otro chico tenía cabello castaño oscuro, vestía más o menos lo mismo, solo que él solamente llevaba puesta una camiseta blanca básica, parecía haber sangre en ella.

La madre de Luke pareció notar su mano sangrante al mismo tiempo que su hijo, así que en lugar de continuar mirando, se dirigió al menor.

-Será mejor salir ahora que parecen estar calmados, no queremos que vuelvan a pelear, ¿verdad?-murmuró, abriendo su puerta, Luke asintió.-Sacaré tu silla cielo.-avisó sin esperar una respuesta.

Escuchó como su madre abría la puerta de la cajuela y sacaba tranquila la silla, cuando vió como el chico más alto, jaló al otro bruscamente por el cuello de su suéter.

Su madre abrió su puerta.

-Será mejor que te apresures amor, no queremos ver el segundo round.-pidió con su típica voz dulce, Luke asintió, trasladándose a la silla lo más rápido que podía.

Aún le costaba algo (bastante) de trabajo hacer ese tipo de cosas, parecían sencillas cuando podía caminar, pero ahora que es él quien debe hacerlas, acepta que es de lo más difícil que ha tenido que aprender en su vida.

La mayor cerró la puerta después de entregarle su mochila a Luke, caminaron hacia el portón en el momento exacto en que el más alto y fuerte empujó al pequeño contra el mismo.

Ambos Hemmings los miraron sorprendidos e indignados al darse en cuenta de que el pequeño, en realidad era una chica, una chica pequeña y delgada.

¿Qué demonios le pasaba a ese tipo? Que gran imbecil se habían topado.

Ambos adolescentes desconocidos hablaban a penas en susurros, pero ambos se veían molestos, la chica tenía los ojos llorosos y Luke no supo entender si lloraba de enojo o miedo, tal vez ambas.

-Oye, suéltala.-llamó su madre en voz alta, llamando la atención del castaño, acción que siguió la chica al notar que éste había dejado de prestarle atención.

-Con todo respeto, no se meta señora.-dijo el castaño, soltando a la chica, que solo suspiró mirando hacia el cielo.

-Estabas haciéndole daño.-el ojigris solo rodó los ojos, besó la frente de la peliazul, después sus labios y se subió en su moto.

La peliazul se despidió con un movimiento de mano y volteó a ver a Madre e hijo.

-¿Estás bien cariño?-preguntó la mayor, preocupada, la menor asintió serena.

Tan serena como si ese tipo loco no la hubiese arrojado contra el portón o la hubiera jalado violentamente solo unos instantes antes.

Luke solo la miró con un poco de tristeza, no sabía porque se daban las relaciones abusivas, pero si que era una joda mirar a las victimas.

Es decir, tenía los ojos llorosos y ahora que la miraba de cerca estaban hinchados, como si hubiese estado llorado desde hacía horas, unas ojeras enormes que resaltaban sus ojos hazel y un semblante pasivo pero serio.

Acababa de ver como la maltrataban joder, ¿como ellos podían estar más alterados que ella?

-¿Buscan una casa?-preguntó en un volumen tan bajo que apenas pudieron escucharla.

Luke negó, decidiendo hablar por primera vez.

-Venimos de visita a esta casa.-señaló la casa de Eddie, ella solo apretó los labios y asintió, buscando algo en los bolsillos de su chamarra.

-¿A quien visitan?-preguntó nuevamente, hablaba demasiado bajo, parecía incluso apenarle que escuchasen su voz.

-Eddie.-respondió Luke, al momento en que ella sacó unas llaves, asintió en su dirección y abrió la puerta, ambos la miraron algo confundidos.

La menor solo señaló la puerta con la cabeza, indicándoles que podían entrar.

-¿Estás segura?-preguntó la mayor, ella solo asintió.-Bueno, cielito, yo debo ir a casa, llámame cuando quieras que venga por ti, ¿si?-preguntó besando la cabeza de Luke, quien solo asintió avergonzado.

La menor solo los miraba fijamente, daba algo de miedo esa mirada tan profunda sobre la escena cariñosa de Luke y su madre.

Ah, extrañaba mucho a su madre.

La mayor le sonrió de forma dulce a la peliazul antes de subir a la camioneta, esperó hasta que ambos entraran, ya con el portón cerrado pudo arrancar.

Luke se sentía incómodo, de verdad incómodo, ella solo caminaba detrás de él.

Ella no estaba en las fotos familiares de los Bale y no la había visto en la escuela, joder ¿que si era una psicopata que planeaba matarlo? No la conocía de nada y tenía llaves de una casa en la que no vivía, eso daba miedo.

¿Y porque no lo había pensado antes de entrar ahí a solas con ella?

Suspiró al ver como Benny, el hermano de Eddie abría la puerta, mientras llevaba en la mano una pala pequeña.

-¡Hey! Luke, que sorpresa.-saludó, mirando sonriente al rubio, la chica solo pasó de ellos, entrando en la casa.-Si, hola para ti también Robin.-murmuró rodando los ojos, pero ella siguió caminando.

Alto.
¿Ella era Robin?
Mejor dicho, ¿Robin era una chica?

-¿Que haces por aquí?-preguntó de forma agradable.

-Eddie me invitó a venir.

-Ahh, cierto, está en la casa de invitados, te acompaño si quieres.-murmuró, lanzando la pala hacia el pasto en el jardín.

Y por primera vez Luke notó los rosales en bolsas.

-Claro, muchas gracias.-murmuró comenzando a mover la silla.-¿Vas a plantar eso?-el moreno asintió.

-Sip, me darán veinte dólares por hacerlo solo.-Luke asintió.

-Eso es genial.-dijo honesto, cruzando por el camino de cemento hacia la casa de huéspedes.

-Si, bueno, debo apurarme, Eddie está ahí, ah, y si él no escucha cuando mamá los llame a cenar por favor tú avísale.-Luke asintió amable, mirando como el moreno volvía cruzando por el pasto.

Frunció el ceño al ver a un perro nadar en la piscina mientras otro tomaba agua de la misma.

-Hola Luke.-saludó Eddie sonriente.

-Hola Eddie.-respondió entrando en la casa, ahora si tenía todos los espejos puestos y había un piano en el rincón.

-Llegaste 17 minutos tarde, creí que no vendrías.-dijo honesto, rascando su nuca.

-No, no, es solo que me atrasé en poco.-murmuró recordando la escena en la calle.-Por cierto, conocí a Robin.

-Ah, que bien, es linda ¿no?-cuestionó entrando al cuarto contiguo, donde parecía haber sido terminada una pequeña "sala de cine"-Todos dicen que lo es y además tiene novio, así que supongo que es cierto.

-Ehh, si, es linda.-murmuró incómodo.-Por cierto...ahora que lo dices, también conocí a su novio.

La atención completa de Eddie se centró en Luke.

-¿En serio? Nadie lo conoce, mamá le dijo que lo invitara a cenar un par de veces, pero nunca lo trae, parece que no quiere que nadie lo conozca.

Y con toda razón, es un completo imbécil. Pensó el rubio.

-Si, sobre eso, el abusa de ella físicamente Eddie, creo que deberías decirle a tus madres.-dijo preocupado.

Eddie hizo un gesto de desinterés.

-Eso todos lo sabemos, siempre llega con golpes y sus aparatos auditivos rotos, piensa que lo oculta pero no, ¿por qué crees que mis mamás quieren conocerlo? Seguro mamá lo amenaza o algo.

Luke frunció el ceño, confundido.

-¿Y porqué simplemente no la siguen y lo averiguan?

-Mamá dice que todo es más difícil con Robin, fue adoptada hace poco y pasó más tiempo con sus padres, mamá dice que no debemos hacerla sentir abrumada o podría huir, parece que eso pasa cuando los adoptan siendo mayores.

Luke suspiró.

-No lo entiendo.-susurró negando.

¿Por qué a alguien le gustaría estar en una relación abusiva?

-Yo tampoco, pero sigo las reglas que mamá me dijo.-respondió dándole un control a Luke.-¿Que quieres jugar?-preguntó sonriente.

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