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Luke miró a su madre desde la lejanía con una pequeńa sonrisa.

Estaba horneando galletas y cup cakes mientras cantaba y bailaba en la cocina enérgicamente, su hermano pequeño, Stevie, estaba sentado en la barra más alejada del horno, comiendo un brownie entretenido.

-¿Por qué horneas tantas cosas?-preguntó Luke en cuanto terminó de sonar la canción, su madre lo miró con una sonrisa, tomó uno de los brownies ya fríos y se lo entregó al ojiazul.

-Bueno, en el salón de Stevie la maestra les organizará una pequeña fiesta a los niños, sabes que a los más pequeños les cuesta mucho acoplarse.-Luke asintió mientras masticaba el brownie, estaba realmente bueno.-Me ha parecido una buena idea, se sentirán más cómodos y así muchos ya no llorarán a la hora de la entrada.

-Si, es una buena idea-admitió.-Oye ¿crees que si lloro mañana cuando me dejes en la escuela me regalen un pastel o algo así?-preguntó divertido, ganándose una mirada burlona de su madre.

-No, tu eres un niño grande.-respondió la mayor, tomando en brazos a Stevie, llevándolo al lavabo, el pequeño estiró las manos en cuanto su madre abrió la llave del agua.

-No vale si me llevas a la escuela.-respondió sonriente, mordiendo nuevamente su brownie.

-Tal vez te haga una tanda de brownies, pero tu tendrás que administrarlos.-murmuró limpiando ahora la cara llena de chocolate del pequeño.

-¿Y yo?-preguntó su voz infantil.

-Oye, tu comerás postres en la escuela.-dijo Luke con fingida indignación.-No, debes elegir, solo puedes comer en un lugar.-el menor le sacó la lengua mientras Luke reía silencioso.

-Ya, ya, niños, haré un pastel para todos ¿si?-murmuró su madre, dejando a Stevie sobre el suelo.

Ambos asintieron sonrientes.

-Dios, que niños tan consentidos tengo.-suspiró dramáticamente.

Luke rió mientras Stevie miraba a su mamá con la frente arrugada.

-Es una broma Stevie.-dijo al mirar al pequeño ofenderse.

-Está bien.-susurró caminando hacia Luke mientras tallaba uno de sus ojos.-¿me cargas?-preguntó levantando levemente los brazos, ya no era necesario que los levantara demasiado, en esa posición le llegaba a Luke a la mitad del pecho.

El rubio asintió agarrando las pequeñas manos de su hermano menor, lo levantó de pronto, como a Stevie siempre le gustaba y lo sentó en sus piernas, besando su cabeza diminuta.

Stevie recargó su espalda en el pecho de Luke y miró a su madre, quien solo los veía con una sonrisa.

-Mami ¿puedo dormir?-preguntó recargando su oreja contra el pectoral de Luke, escuchando el corazón de su hermano bombear.

Eso lo calmaba tanto como escuchar el corazón de su madre, siempre lo hacía comenzar a dormitar o a dejar de llorar, independientemente de cuál fuera la situación, eso le daba tranquilidad al más pequeño de los Hemmings.

-Bueno, pero despertarás para comer y no vas a estar gruñón por haberte levantado. ¿Aceptas?-Stevie asintió lentamente.-¿Lo prometes?

-Lo prometo mami.-dijo comenzando a cerrar sus ojos, Luke sonrió, acomodando más cómodamente al menor en su regazo.

-Nuevo récord, se durmió a mitad de nuestra negociación.-Luke rió ante las palabras de su madre.

-Rayos, has perdido la comunicación con el mayor traficante de todo el país.-murmuró divertido.

La mayor solo rió silenciosa, bajando el volumen de la bocina.

-Oye ma.-murmuró Luke avanzando hacia la isla de la cocina, para tomar otro brownie.

-¿Si cariño?-preguntó mientras adornaba los cupcakes.

-¿Podrías llevarme a un lugar a las 5:00?-preguntó antes de darle una mordida al pan de chocolate.

-Claro, ¿saldrás con tus amigos?

-No en realidad, ayer le he dicho a Eddie que iría a su casa y hoy se veía emocionado, así que voy a ir.-dijo mirando a su madre, con un poco de chocolate en el labio.

-¿Quien es ese tal Eddie? Nunca te oí mencionar a un Eddie, ¿es nuevo?

-De hecho si-asintió terminando su brownie.-Se mudaron a la casa de la calle diez.

-Oh, ¿esa casa que tiene un jardín hermoso?-Luke frunció el ceño.

-¿Cómo has visto el jardín? Siempre ha estado cerrada.

-Bueno, hay un árbol de naranjas y todas caen en la acera siempre, ¿alguien tiene que usarlas no?-preguntó obvia y Luke dirigió su mirada automáticamente al frutero lleno de naranjas y rió.

-¿Trepaste la pared para recoger naranjas?-preguntó entre risas, la mayor asintió obvia.

-Te sorprendería lo mucho que se puede hacer con una cuerda de saltar.-murmuró sonriente.-De cualquier forma, ¿quién es Eddie?

-Es el chico del supermercado, ¿Lo recuerdas?-La mayor cambió su rostro alegre por un ceño fruncido.

-No creo que debas juntarte con él.-dijo seria y Luke la miró confundido.

-¿Por qué?-preguntó sin entender.

-¿En serio me preguntas eso? Ha sido muy grosero contigo.-respondió obvia, dejando las chispas de brillos comestibles en el mármol.

Luke suspiró.

Bueno, él también lo había pensado pero una vez enterándose de la condición de Eddie no le molestaba en absoluto, incluso era divertido ver los rostros de todos los demás al escuchar a Eddie llamarle discapacitado o puntualizar su inmovilidad de forma nada sutil, le divertía a Luke.

-Ah, si, eso...como que Eddie es autista.-dijo con una sonrisita.

El gesto serio de la mayor se suavizó lentamente hasta quedar en una sonrisa dulce.

-En realidad es bastante divertido.-admitió Luke.-Me ha invitado a su casa a comer y pasar el rato.-La ojiazul asintió.

-Está bien, en cuanto esté listo lo del horno te llevaré ¿si?-preguntó con una sonrisa dulce, Luke asintió.-¿Quieres llevar algo? Puedes llevarte los brownies, haré más cuando regrese.

-Sip.-asintió sonriente, esperaba poder comerse algunos de camino.

-Borra esa sonrisita niño, no te vas a comer nada, vives en una pastelería ¿cómo es posible que parezca que nunca comes nada?-Luke se encogió de hombros.

-En realidad, eso dice mucho de tus habilidades como repostera, es un elogio que me coma todo lo que haces.-La rubia negó divertida.

-Solo por eso te daré un cup cake.-murmuró tendiéndole uno de los pastelitos de chocolate con crema batida y brillos.

Luke sonrió abiertamente y lamió la crema.

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