➷ vigésimo tercer capítulo
— ¿Qué rayos le han hecho? — gritó el alfa apenas ingresó a la habitación de Jennie, llamando la atención no solo de la omega, quien comenzó a llorar desconsoladamente al verlo, también de los dos hombres que estaban en la misma habitación.
— Señor Jung, estamos en un hospital, guarde la compostura por favor. — dijo uno de ellos, sabiendo de antemano que aquel alfa era nada más y nada menos que Jung Hoseok, el otro acusado del delito de adulterio.
Hoseok hizo caso omiso a las palabras de aquel hombre y corrió hacia Jennie, viendo de inmediato su muñeca izquierda apresada a uno de los barrotes de la camilla.
— Pero qué significa esto.
— Señor Jung, hemos arrestado a la omega Kim Jennie por la denuncia que fue colocada en su contra. La señorita ha sido acusada por muchos delitos y en cada uno de ellos ha sido encontrada culpable. Así mismo, la pequeña niña producto de esta relación extramatrimonial también pasará por unos exámenes en busca de algún tipo de ETS o ITS, al igual que la madre.
Hoseok abrió los ojos en par y sin esperar mucho, se alejó de Jennie para ir de frente donde aquel hombre, teniendo todas las intenciones de propinarle un puñete, sin embargo, el otro hombre del ministerio se lo impidió.
— Compórtese señor Jung. — exigieron. — Todo esto ha sido a pedido de la parte materna de su aún esposo Kim Taehyung. Su familia política está muy enojada con su comportamiento, incluso recibí la visita del señor Kim, dueño de las industrias Kim. No puedo creer que haya sido capaz de tanto señor Jung, pero los delitos que ha cometido son imperdonables en esta sociedad, por lo que las cartas con su comportamiento deshonroso han sido enviados a sus respectivas familias.
Y sin esperarlo más, el llanto de Jennie aumentó, la mujer comenzó a sollozar, diciendo entre murmuros que su familia podría desheredarla por completo.
— ¿Qué carajos han hecho? — gritó el pelinegro, dejando de forcejear con aquellos hombres. Su familia era la que menos debería enterarse de todo eso, él tenía aún la esperanza de poder solucionar todo eso, aunque no había ninguna forma, pues todas las denuncias ya habían procedido.
— Señor Jung, si desea entablar una conversación con nosotros, tendrá que hacerlo mediante un abogado, le recomendamos que busque a los mejores abogados de toda su firma y por sobre todo, que llegue a un buen acuerdo con Kim Taehyung, el omega está bajo protección del gobierno por lo que todo lo que afecte en su salud mental o física usted terminará pagándolo.
Hoseok miró con cólera a aquellos hombres y tras mirar a Jennie, dijo. — No pienso permitir que toquen alguna extremidad de mi hija, ni de ella ni de Hani.
El alfa era demasiado sobreprotector y ahora lo era más, pues había nacido su segunda cachorra, no pensaba permitir que alguien intentara tocarla, por lo que sin dudarlo salió de aquella habitación nuevamente, ignorando por completo los gritos de Jennie, que le pedía que se quedara. No lo haría, no se quedaría, tenía algo mejor que hacer y eso incluía tener una visita rápida a la casa de los Kim.
Arrancó el auto y lo colocó a toda velocidad sin dudarlo ni un segundo, necesitaba llegar a toda prisa, su hija estaba en juego. Ni siquiera podia creer que la familia de Taehyung fuera capaz de hacerle eso a una bebé.
Al llegar, se aparco delante de la casa como sea, importándole muy poco que algún vecino de aquel vecindario lo reportara, pues ya contaba con demasiadas denuncias como para que le importara una más. Los golpes a la puerta fueron fuertes y consecutivos, por lo que sin esperar más de diez segundos, ya se encontraba de frente con la persona menos pensada: SeoJoon.
— Hoseok, hermano, ¿Qué haces aquí? — El mencionado no sabía que ocurría, pues SeoJoon parecía tratarlo como siempre, incluso parecía querer darle un abrazo, un gesto que el alfa rechazó, pues ingresó a la vivienda, haciendo a un lado a su cuñado.
— ¿Dónde está tu madre? — se apresuró a decir, mirando todos los ambientes de la casa, sin poder hallarla. — Necesito hablar con ella de manera urgente.
SeoJoon por poco y golpea a Hoseok al ser empujado, realmente había tratado muchas veces de llevarse bien con el alfa de su hermanito menor, pero siempre había algo que no le terminaba gustando y no sabía qué era exactamente, por lo que hasta el momento había guardado las apariencias y sobrellevado al que consideraba un alfa inútil.
— Mi madre se encuentra en el jardín, cuñadito. — a pesar de que quería decirle muchas cosas, SeoJoon prefirió simplemente morderse la lengua y señalarle el pasillo que llevaba al gran jardín trasero que tenía aquella casa.
Hoseok no perdió el tiempo ni diciendo gracias antes de ir en aquella dirección. Prácticamente corrió hasta llegar a dicho lugar y antes de siquiera continuar se vio tropezando con la señora Kim, quien de inmediato retrocedió un poco por la sorpresa, pero quien al recomponerse torció su cara y maldijo por lo bajo.
— ¿Qué rayos estás haciendo aquí, maldito infeliz? — Gritó la mujer mayor, llamando la atención de SeoJoon, quien comenzó a acercarse al encuentro de su cuñado y su madre.
— ¡No debió de denunciarla! — gritó por igual Hoseok, importándole muy poco los votos de respeto que le debía a sus suegros al ser padres de su esposo.
— ¡A mi madre la tratas con respeto, imbécil! — gritó SeoJoon por igual, mientras iba llegando.
Todos en aquel lugar parecían querer tener ganas de gritar, especialmente SeoJoon, quien al ser un alfa y verse amenazado por otro alfa en su territorio, que era la casa de sus padres, los cuales también ya eran personas mayores, no dudó en sacar las garras.
Hoseok ignoró por completo el insulto de SeoJoon y se acercó peligrosamente a la señora Kim.
— Jennie no tenía nada que ver en esto, señora Kim, mi hija menos, ¡Ellas no tienen la culpa de nada!
Y solo en ese momento SeoJoon se sintió completamente perdido, pues no sabía quién rayos era Jennie y por qué Hoseok mencionaba a aquella mujer junto a Hani, su sobrina. ¿Qué tenía que ver su única sobrina en todo esto?
— ¡Claro que tenía que ver! ¡Esa mujerzuela sabía de la existencia de mi hijo y tú... Tú eres un desgraciado que no tiene ningún derecho de presentarse en mi casa y defender a su amante!
SeoJoon abrió sus ojos en par, comprendiendo todo con una sola frase de su madre y mirando con asco a Hoseok, sabiendo finalmente la razón por la que no lograba gustarle del todo su ahora maldito ex cuñado.
— ¡Le van a sacar una muestra de sangre a mi hija por su maldita culpa! ¡JiYu es una recién nacida!
La señora Kim rio, sin sentir ganas de hacerlo realmente. — Eso me importa en lo más mínimo. Los hijos extramatrimoniales no son más que un maldito error en un base sólida como lo es una pareja, ¡Esa niña es una maldito error!
Y aunque Hoseok levantó la mano, con toda la intención de golpear a la señora Kim su golpe no llegó a concretarse, pues SeoJoon se lo impidió, sujetándolo con fuerza.
— No creas que vendrás a la casa de mis padres a faltar a tu palabra de honrarlos e incluso tener la satisfacción de golpearlos sin que yo intervenga, maldito imbécil. — SeoJoon no era un alfa formidable, tampoco es que fuera demasiado al gimnasio, pero tenía la suficiente fuerza natural de su lobo para proteger a sus seres queridos, siempre lo tuvo, pues desde que su padre envejeció no sólo tomo el puesto de este en la empresa, también en la familia.
Hoseok miró a su cuñado y con su otro brazo libre lo golpeó, un golpe que siguió de otro y otro, pues SeoJoon no se quedó atrás y sin pensarlo habían dos alfas que estaban destruyendose entre sí.
La señora Kim solo gritaba pidiendo ayuda y tratando de separarlos, aunque no hubiera nadie más ahí que ellos. En ese momento se arrepnetia de haber permitido que su segundo hijo MinHo fuera de compras para el almuerzo de aquel día.
SeoJoon y Hoseok no parecían dar tregua, pues mientras uno lanzaba puñetes al rostro, el otro se encargaba de propinar los mismos golpes pero en el estómago. Todo parecía intensificarse sino fuera por la oportuna llegada de MinHo, quien no entendía qué ocurría, hasta su madre le pidió que le ayudara a separarlos.
MinHo y la señora Kim fueron capaces de separarlos a duras penas, pues SeoJoon tenía mucha más fuerza que el segundo hijo de los Kim, sin embargo este trató a toda costa de sostenerlo.
— ¡Sueltame, MinHo! ¡Tú estarías igual o peor que yo al enterarte de lo que ha sido capaz de hacer esta escoria humana!
MinHo no entendía nada de lo que sucedía, pero Hoseok se encontraba con el labio roto y botando sangre por la nariz. Al parecer SeoJoon seguía teniendo mayor resistencia.
— ¿De qué rayos está hablando, mamá? — preguntó MinHo, llenándose de más intriga. La señora Kim no dijo nada.
— Esto no se va a quedar así, pienso ganar este juicio y llevarme lejos a Hani, así que díganle a su hermanito que no pienso firmar ese divorcio.
— ¡Lárgate de una buena vez, imbécil! — le gritó SeoJoon. — Nosotros nos encargaremos de destruirte y de que Tae tenga la custodia de Hani. ¡Lárgate con tu otra familia!
MinHo se sorprendió y aunque todo comenzó a caer por su propio peso, al igual que sus ganas de golpear a Hoseok, finalmente lo dejó ir, pues la señora Kim les advirtió que no deberían hacer nada y tampoco decirle nada de lo ocurrido a Taehyung, no en su estado, el cual claramente Hoseok no tenía conocimiento.
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Chicas, solo les puedo decir que Hoseok pagará por todo lo que ha hecho, no se preocupen. 👌
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