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➷ sexagésimo sexto capítulo

— ¡No! ¡Aléjate! — las palabras de Taehyung fueron claras, muy a pesar de que parecían más bien gritos. Sin embargo, a Hoseok poco le importaba hacerle caso en ese momento, ese preciso momento en el que su lobo estaba despertando.

Ya habían olvidado ambos lo que era estar juntos, ni siquiera se habían imaginado que esto sucedería, no obstante estaban ahí, ambos mirándose, casi retándose para dar el primer paso, que no solo los llevaría a otras circunstancias, también que los metería en grandes problemas, más a Taehyung que a Hoseok.

— Esto no debió de haber pasado. — dijo con la poca fuerza de voluntad que le quedaba. Taehyung ya no vislumbraba bien y su mente solo se enfocaba en una cosa, que precisamente no era en salir de ese lugar, por lo menos no solo.

Hoseok, por su parte, tenía su respiración agitada, demostrando así que esto no era un juego, su lado animal estaba saliendo a flote, después de mucho tiempo dormido y ahora mismo lo único que le pedía era acercarse mucho más a Taehyung, besarlo nuevamente y recordarle que aún le pertenecía.

— T-tengo que ir a casa. — susurró el omega, comenzando a estirar su corbata, la cual la sentía cada vez más ajustada, al igual que toda su ropa, que lo único que hacía era estorbar en ese preciso momento, en donde lo unico que quería era dejar de sentir tanto calor.

— Yo te llevo. —se apresuró en decir Hoseok, interponiéndose nuevamente en el camino de su ex esposo.

Para ese momento, Taehyung libraba una batalla interna con su lobo, pues el animal no dejaba de insistir en quedarse con Hoseok, lo reconocía como su alfa y no podía sentirse más seguro en otro lugar que no fuera ese, lo cual de por sí era algo impensable para su lado racional.

— Ho-Hoseok... — susurró apenas negando, sintiendo que realmente su lobo se iba a apoderar de la situación. No podía aguantar más, había pasado tanto tiempo desde la última vez que estuvo en contacto con su lado animal y ahora no podía controlarlo, mucho menos entenderlo.

Hoseok sintió el aroma de la excitación en el aire, realmente podía olerlo y su lobo no podía sentirse más orgulloso de todo lo que causaba en el cuerpo de su omega.

— Al carajo con todo, Taehyung, te necesito ahora mismo. — murmuró sin descaro alguno, tomando nuevamente posesión del cuerpo frágil de su ex esposo y de los labios de este.

Ambos parecían necesitarse, mucho más de lo que necesitaban respirar, pues el alejarse no parecía una opción, no cuando sus labios encajaban perfectamente. ¡Por una mierda que sí se habían extrañado!

Para cuando lograron separarse, ambos agitados, con los labios algo hinchados de tantas mordidas y succiones, ya era demasiado tarde, pues la mirada algo perdida por sus lobos, se asomaba, dejando claro que la lucha para tomar el control la iban ganando ellos. Taehyung se resistía, jura que lo hacía, pero cuando miraba a Hoseok la fuerza de voluntad disminuía y las ganas de arrancarse la ropa parecía una opción muy viable en ese momento.

Se miraron el uno al otro por lo que al parecer fueron dos minutos antes de nuevamente besarse como si de eso dependiera su vida. No tenían idea de lo que estaban haciendo, pues para ese momento sus lobos habían logrado tomar el control y por más que Taehyung luchó, no logró controlarlo, no podía controlar la situación en sí.

— Vámonos de aquí. — exigió el alfa, una vez que se separaron de nuevo.

El omega solo asintió, dejándose llevar por el hombre que reconocía como su compañero de vida, aunque esto no fuera así hace mucho.

[➷]

Los besos iniciaron de nuevo una vez que estuvieron dentro de un cuarto de hotel, uno que ya conocían bien, pues había sido lugar de sus encuentros hace muchos años atrás, cuando apenas Taehyung era un practicante.

Tanto alfa como omega se reconocían y congeniaban muy bien en la cama, por lo que llegar hasta ahí no parecía tan descabellado como se veía. Las caricias no se hicieron esperar, los besos comenzaron a descender y la ropa, a desaparecer.

Taehyung se encontraba abrumado con  tantas feromonas, y aunque su lado racional parecía estar dormido, en ese preciso momento, donde Hoseok y él se encontraban completamente desnudos y debajo de las sábanas, supo muy en el fondo que eso estaba mal.

— E-espera... — los besos de Hoseok se detuvieron por una fracción de segundos, sin entender qué sucedía, su lobo pensaba que estaban en sintonía, pero al parecer no era así. — s-solo un momento. — pidió el omega, viendo en su mano izquierda el anillo de diamantes que lo comprometía con otra persona que no era la que se ubicaba entre sus piernas.

Taehyung se retiró el anillo de compromiso sin tener oportunidad de pensarlo dos veces; trató de no ser brusco, por lo que lo dejó en la mesita de noche que se ubicaba al lado de la cama.

Los besos continuaron nuevamente una vez que el anillo estuvo fuera de su dedo anular y aunque eso parecía quitarle un peso encima, la culpa jamás se iría de lo que sucedió aquella noche, al menos para Taehyung no.

Los gemidos se hicieron cada vez más altos a medida que las embestidas aumentaban, ni alfa ni omega parecían tener suficiente del otro, pues no se detuvieron a pesar de que llegaron juntos al climax. Nada pudo detener lo que sucedió aquella noche.

[➷]

Cuando Hoseok abrió los ojos, y no precisamente por voluntad propia, ya era de día, su teléfono sonaba una tras otra vez y parecía que no se detendría. El alfa se reincorporó, aún adormilado y con un horrible dolor de cabeza, siendo eso imposible, pues no había bebido la noche anterior, de la cual tampoco recordaba mucho. Tomó su teléfono en mano, viendo cómo la llamada finalizaba y volvía a entrar nuevamente, teniendo por nombre el de su esposa.

— Carajo... — murmuró. — tan temprano y ya jode. — se dijo a sí mismo, para luego apagar el móvil y acabar de esa forma con el estruendoso sonido que ahora ya no era una molestia.

Su vista comenzó a enfocar mejor el lugar y para cuando despertó completamente, se dió cuenta de donde se encontraba.

— Mierda, ¿Ahora qué hice? — volvió a susurrar para sí mismo. Sin embargo decidió dejarse caer en la cama, cubriendo su rostro con ambas manos y tratando de recordar qué es lo que había sucedido la noche anterior para terminar en ese lugar.

Una vez que los recuerdos comenzaron a llegar de golpe, la conmoción lo invadió y posteriormente una sonrisa se asomó en su rostro. Había estado con Taehyung, su omega, el hombre que amaba y el cual esperaba tener a su lado en ese preciso momento, pero para su mala suerte el otro lado de la cama estaba vacío, al igual que la mesita de noche y todo el cuarto, a excepción de su ropa tirada por el suelo.

Hoseok se colocó de pie, importandole muy poco su desnudez y caminó hacia el cuarto de baño, viendo que este también se encontraba vacío y no había rastro alguno de que alguien más haya estado ahí. Sin embargo, el alfa sabía lo que había pasado, podía recordar claramente los gemidos de Taehyung, las veces que lo hicieron, la posiciones e incluso como el omega pedía por más.

— Mierda... — murmuró, una vez que cayó en cuenta de que el omega lo había dejado en ese lugar, probablemente había despertado primero y no dudó en largarse, como lo hizo la primera vez que tuvieron un encuentro sexual, hace ya varios años atrás.

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Taehyung no dejaba de mirar el anillo en su dedo anular, era precioso, realmente le gustaba el diseño, el diamante que lo decoraba, el significado y podía decir que todo en general, a excepción de una sola cosa y esa era la culpa que sentía cada vez que recordaba todo lo que había sucedido la noche anterior y como se desprendió del compromiso de su novio solo para ceder a sus bajos instintos. Se odiaba internamente por eso, pero mucho más a su omega, por ser tan caprichoso y haber regresado en el peor momento.

— ¡Hey, ya despierta! — las manos de su amigo pasaron frente a sus ojos, como haciéndole una seña para que saliera de su trance, en el cual parecía haber estado mucho tiempo.

Seokjin se situó delante de él, con la bebé en sus brazos, la nena no parecía querer ceder al sueño, pero se encontraba muy calladita, como si en verdad se encontrara dormida.

El pelicastaño había decidido que ese día no iba a ir a trabajar, no solo por toda la culpa que lo carcomía, también por la vergüenza de ver a Hoseok nuevamente o si quiera de pensar que alguno de sus compañeros descubriría que le fue infiel al hermano de su jefe solo con olerlo. A veces dicen que el olor a sexo y culpa es muy parecido, ambos se pueden percibir muy por encima de todo.

— Tú estás medio raro desde que llegaste a mi casa. — advirtió Seokjin, comenzando a arrullar a la pequeña en sus brazos. Taehyung no respondió nada, solo volvió a tomar su café. — Además me parece raro que hayas preguntado si tu hermano se encontraba aquí antes de venir. Antes no has tenido problema en ver a Seojoon acá o si quiera de saludarlo.

— No es nada. — dijo de repente y muy rápido para su gusto incluso.

— No me parece que sea nada por la manera en la que has contestado y sobre todo, me parece muy extraño que hayas faltado al trabajo el día de hoy, me habías comentado que estaban en un caso muy importante y...

— No sucede nada, Seokjin. — dijo está vez más fuerte y sonando mucho más severo, lo cual realmente asustó a la pequeña, quien comenzó a llorar de inmediato.

Y Taehyung no pudo sentirse más culpable de la situación. No sabe con exactitud de dónde saco la fuerza para irse de ese hotel sin haber despertado a Hoseok y sobre todo, de haber llegado a su casa sin alarmar a sus hijos, quienes estuvieron al cuidado de su madre, de quien también tuvo muchas llamadas perdidas. Fue un milagro que su madre no se apareciera por ahí mientras trataba de meterse a su habitación. Todo fue realmente un milagro, al igual que el haberse quitado el aroma que traía encima.

— Entiendo, entiendo. — dijo el omega mayor, arrullando nuevamente a su pequeña, pero esta vez lejos de Taehyung.

[➷]

— ¿Dónde rayos estuviste? ¡Te estuve llamando toda la noche y no contestaste! — los gritos de Jennie alteraban a Hoseok y no solo a este, también a la pequeña JiYu, quien andaba llorando y gritando por todo el ambiente pesado que se iba viviendo desde que su padre llegó.  — ¡Contéstame, Hoseok! ¡Te estoy haciendo una maldita pregunta! ¡Contéstame!

Hoseok ni siquiera la miraba, solo caminaba hacia su habitación, más específicos hacia el closet, de donde comenzó a sacar uno de sus trajes. Jennie lo seguía de cerca, más bien lo enfrentaba, pues la mujer juraba que su esposo había pasado la noche con otro omega, muy a pesar de que este se encontraba impecable, como si nada hubiera ocurrido, pero para ella era un sí.

— ¡Hoseok, mírame cuando te hablo! ¡Dime la verdad, carajo! ¿Me estás engañando, cierto? ¡No, mejor dicho... Me estás engañando maldito bastardo!. — aseguró, comenzando a botar lágrimas.

Hoseok no se inmutaba, solo se metió al baño, cerrando la puerta detrás de él y dejando que Jennie golpeara esta, exigiendo que le abra y le mostrara su cuerpo, para así comprobar que no tuviera ninguna marca. Sin embargo el alfa hizo caso omiso y prosiguió con su mañana, como si nada hubiera pasado, cuando en realidad mucho había ocurrido, lo cual se reflejaba en su espalda, dónde tenía las marcas que Taehyung le había dejado.

[➷]

Bueno beibis, otro capítulo más y antes de que me funen: nunca dije que Taehyung y Hoseok se quedarían juntos, pero tampoco dije lo contrario. Ya se verá con el tiempo.

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